UNASUR Cine 2013: "La propia mirada" nos ofrece un ángulo distinto de la realidad argentina

por © José Romero Carrillo (San Juan)-NOTICINE.com
'La propia mirada'
Lo que pudiera -a primera vista- ser una directa intromisión del gobierno central en la programación del festival Unasur tiene algo más noble detrás del ruido mediático que prácticamente se ha estancado en la anécdota que reza que la coordinadora general es Florencia Kirchner, hija menor de la actual mandataria argentina, y cuya máxima acreditación profesional para poder hacerse cargo de este proyecto es la de haber estudiado cine en el extranjero.

No es de mi interés escudriñar en lo profundo o incuestionable de las motivaciones políticas, que sin duda tiene, este proyecto audiovisual que buscar acercar las herramientas y equipos de cine a los barrios más populares de Buenos Aires y San Juan. Lo que sí consideré fundamental es echarle un ojo a este proyecto, dejar el prejuicio de lado y asomarme hacia uno de los eventos estelares de esta segunda edición del UNASUR.

"La propia mirada" se programó en una única función en el multicines Cinemacenter y se trajo prácticamente a todos los involucrados en la producción de estos cortos, desde los altos directivos de gobiernos y del festival mismo, hacia las madres, jóvenes y niños que tomaron parte de estas pequeñas películas que en cada una de sus escenas reflejaban las problemática cotidiana de los habitantes de los barrios más pobres de la periferia de Buenos Aires y San Juan. La lucha diaria por subsistir y la esperanza que no muere, a pesar del entorno hostil que rodea y contamina casi todo. Obviamente dentro de un festival de cine, uno no puede simplemente sentarse y ver todo esto como películas a analizar, como un crítico de cine. La noción de cine comunitario, del que tanto he escuchado recientemente por fin está a mi alcance. Cosa curiosa pues en algunos países de la región ya es algo que se está prácticamente pero siempre su alcance es limitado.

La formula es conocida: profesionales del cine se acercan a barrios humildes y les proponen filmar sus historias. Una vez suscrito este compromiso se procede a dictar un breve taller del uso de los equipo, ya que serán las mismas personas del barrio las que estarán detrás y delante de la cámara. Seis fueron los cortometrajes:  “Emergencias" (Barrio Cildañez, también conocido como Villa 6, en el Parque Avellaneda - Buenos Aires), "Mi barrio" (Villa 15-Elefante Blanco, Villa Lugano), "Mi caballo" (Barrio La Garrote en Tigre), "Kevin" (Barrio Villa Paula, del Departamento de Chimbas, en San Juan), "Hay equipo" (Barrio Madre Teresa de Calcuta, del Departamento Pocito –San Juan) y "Las familias" (Caseros, Barrio Evita).

Más allá de denunciar actitudes como la apatía de la telefonista del centro de salud municipal en “Emergencia” o la alarmante falta de viviendas y los mitos de las villas urbanas, presentes en el corto "Mi barrio"; debo confesar que uno de ellos me sorprendió mucho, primero por la solvencia narrativa y después por la eficiencia en el manejo de los equipos de grabación. "Mi caballo" es la historia de un niño que hace trabajos indigentes para juntar el dinero para comprar un caballo chato y algo desaliñado, lo que todos podríamos esperar es que este animal esté destinado a ser la nueva mascota de la familia del menor, pero no es así. El chico tiene otro propósito -no contaré el final por supuesto- que este demuestra que la imaginación y creatividad no tiene escalafón social. Que grato darme cuenta el lema de "integrando la diversidad" no solo se refería a los países de la región, sino también es rescatar y mirar hacia lo difuso, lo que también es propio de la sociedad argentina.