Concha Velasco y José Sacristán, aplaudidas Espigas de Honor en la Seminci

por © Jon Apaolaza (Valladolid)-NOTICINE.com
Concha Velasco y José Sacristán (Seminci)
Casi tres décadas después de que recorrieran España con la exitosa comedia de Adolfo Marsillach "Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?", que luego él llevó a la gran pantalla como director de ambos en 1992, Concha Velasco y José Sacristán se reencontraron este martes en Valladolid para recoger en el Teatro Calderón Espigas de Honor con las que la Seminci homenajea al cine español. "En Valladolid se nos quiere tanto, se nos quiere tan bien", resumió Velasco, nacida en esta misma ciudad hace pronto 74 años, a la que este mismo festival ya le dedicó un homenaje en solitario años atrás.

Los veteranos actores españoles, que fueron arropados en el escenario por la actriz María Casanova, y los cineastas Fernando Méndez-Leite y Pedro Olea, tuvieron la oportunidad de sentir en primera persona el cariño del público, que ha disfrutado de sus trabajos en cine, televisión y teatro.

La larga relación amistosa entre ambos tuvo su momento más intenso en aquella inolvidable obra, que a pesar de contar con posteriores diversas versiones con varios actores, permanece en el inconsciente del público unida a Velasco y Sacristán. Incluso -contó la actriz- en una ocasión, cuando trabajaban en ella, tuvo que pedirle a su compañero que sustituyera a su niñera para que pudiera hacer unas gestiones.

En recientes declaraciones, la inolvidable "Chica Ye-yé" coincidía con el reciente artículo de Pedro Almodóvar en el que atribuía al apoyo al "No a la guerra" de Irak el desprecio del actual gobierno al cine español. "Molestamos tantísimo que, desde entonces, se nos tomó manía. Y son todos los políticos, no hay que hacer distinciones, porque nos quieren mucho si una película va al Óscar de Hollywood, pero luego dejan de querernos inmediatamente", decía Velasco.

Sacristán, horas antes de recibir su Espiga, había recordado como la vocación de actor nació en él de niño cuando veía películas en blanco y negro en la postguerra española, y que aunque la vida estuvo a punto de llevarle por otros caminos, consiguió hacer realidad ese sueño.

También se refirió a su primera experiencia en el cine, en 1967,con "La familia y uno más", y su emoción por estar por primera vez en un rodaje y al lado de un astro de la época al que admiraba, Alberto Closas. "Estuve toda la noche anterior sin dormir", aseguraba el protagonista de "Un lugar en el mundo".

Dos carreras, dos caminos en ocasiones coincidentes tuvieron un emotivo reencuentro en la Seminci, que quedará para los anales del certamen, que sigue hasta el próximo sábado.