Colaboración: La importancia de los festivales de cine

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Hernán Moyano
Por Hernán Moyano *

Recuerdo cuando estábamos terminando la postproducción de "Habitaciones para Turistas", nuestra primera película. Habíamos estado filmando durante 4 años. Habíamos producido con los dientes. Estábamos empecinados en terminar esa película, porque creíamos que iba a ser especial. Cuando habíamos filmado un cuarto de la película, las fuerzas nos habían abandonado y la mayoría del equipo técnico y artístico estaba agotado. Producir una película independiente, en vídeo, en esa época - año 2000 - era una locura. Una utopía. Un acto de fe. Nadie creía en nosotros. O muy pocos, para no ser injustos.

Luego de un receso grande  -solíamos filmar los fines de semana, cuando había plata- los que habíamos generado el proyecto, pensábamos como motivar a la gente para seguir enfocados en el proyecto. Así fue como surgió la posibilidad de presentar un Work in progress en el BAFICI. Así lo hicimos. Armamos un pequeño adelanto estructurado en base a entrevistas y pensamos un trailer bastante efectivo que editamos en el viejo avid de la facultad. Nuestro proyecto salio seleccionado -quizás porque no había tantas películas filmadas en vídeo en esa época y menos de terror- y nos presentamos. Recuerdo que la gente de la revista Haciendo Cine organizaba la sección. Antes de nuestro Work in progress, pasaron el de la película "Natural", de Marcelo Mangone. Ahí nos enamoramos artísticamente de Marina Glezer, con quien luego tuvimos el placer de trabajar en dos ocasiones. Cuando llegó nuestro turno, Hernán Guerschuny, director de Haciendo Cine, presentó el proyecto y dijo que le había sorprendido el trailer de la película. Que le generaba expectativas. En esa época no había premios para esa sección, pero el paso por el festival y los buenos comentarios, nos dieron el empujón para seguir y sobre todo generó cierta confianza en el equipo. Así continuamos. Durante 3 años más.

Finalmente, "Habitaciones para turistas" se estreno un día de octubre, en el Festival Buenos Aires, Rojo Sangre (BARS). Llegamos con la copia, media hora antes de la proyección. La noche anterior no dormimos, terminando la postproduccion de sonido. A último momento, al sonidista de la película se le ocurrió un gimmick divertido. Con una toma descartada de un pasillo en penumbras, iluminado solamente por una serie de tulipas, distribuidas a lo largo del mismo, planteamos un vídeo para recibir a los espectadores. Las tulipas en cierto punto del vídeo comenzaban a parpadear intermitentemente y a medida que pasaba el tiempo, la luz se cortaba. Sobre pantalla negra, una serie de flashes con imágenes sangrientas de la película, funcionaría como detonante para comenzar a sugestionar a la gente. Un cine a oscuras es realmente perturbador.  La película se proyectó a sala llena. Nosotros odiamos lo que vimos en pantalla. A la gente le gustó mucho. A los jurados más, porque la premiaron con 4 premios: Mejor Película Argentina, Mejor director revelación, Mejor Actriz (Elena Siritto), y Premio del Publico. Nosotros flipamos.

Luego del BARS, la película continúo su recorrido por festivales y siguió recogiendo premios. En el Festival de Cine Las Américas, en Texas, la película obtuvo una pequeña reseña en el Austin Chronicle. El texto decía: "Una revelación para el cine Argentino". Unos días después, el dueño de una sala de cine de New York me llamaba a mi casa para ofrecerme estrenar la película, a pasos del Central Park. Se trataba del Pionner Theatre. El destino hizo su jugada y mágicamente todo cuadró. La película se estrenó la misma semana que se lanzaba el "remake" de "La niebla", entre otros títulos. Obtuvo criticas sumamente elogiosas de medios como New York Times, New York Post o TV Guide, entre otros. Era la película independiente extranjera más chica que había logrado estrenarse en cines en USA. En la Argentina los medios nacionales no se hicieron eco del acontecimiento y la película siguió siendo desconocida. Al tiempo, vendimos los derechos de "remake" a la compañia The Collective. Los medios locales siguieron si hacerse eco.

La importancia que tuvieron para nosotros los festivales de cine, fue impresionante. Sin ellos, jamas hubiéramos continuado produciendo. Es más, hubiéramos abandonado el cine con un gusto amargo en la boca. Por suerte, ese funcionamiento mágico que acontece muchas veces en los festivales de cine, nos dio un empujón para seguir. Luego de eso, producimos 8 películas más y yo aun continúo ligado al cine desde la producción, el montaje y haciendo mis primeras armas como director. Recibimos distinciones de todo tipo a nivel nacional e internacional.

Para mí, muchas películas nacen en los festivales. En los halls de los cines, en los hoteles, en esas reuniones casuales que se dan a la salidas de las salas, en la empatía que se genera entre realizadores que coinciden en una muestra o en la energía que rodea a un festival. Cada vez que un festival termina, me voy con la misma sensación en el cuerpo. La sensación que no hay nada mejor que hacer cine. Y que hay que seguir filmando sea como sea. Con presupuestos enormes, con esquemas de producción guerrilleros o haciendo películas con celulares. Para mi lo mejor sería alternar una película industrial y una independiente. En el mejor de los casos.

En estos días leí una columna de un periodista llamado Jorge Carnevale en la revista Ñ. En esa columna, se ponía en tela de juicio la importancia de los festivales de cine. Se usaban palabras como "epidemia" para describir la proliferación de festivales de cine en todo el mundo. También se usaban palabras como "glamour" o se cuestionaba que directores noveles puedan acceder a hoteles que si no hicieran películas, no podrían costear. Mis primeros pensamientos fueron: "¿Pero este señor no vive del cine? ¿Le parece mal que haya cada vez mas pantallas para poder mostrar nuestros trabajos? ¿Cuál es el problema de que directores noveles sean hospedados cómodamente en hoteles de 5 estrellas? ¿Cuál es el rol real de la crítica?".

Mas allá de esos sinsentidos, insinuar que un festival debería desaparecer, me pareció nefasto. Si en algún momento me cruzo con este señor, trataré de explicarle de una manera muy didáctica, más aún que este pequeño texto de descarga, la importancia que tienen para los realizadores, los festivales de cine. Me encantaría explicarle que más allá de la comodidad eventual de un hotel de 5 estrellas, no hay nada como el reconocimiento de tus pares o del público. No hay nada como una charla de café en medio de un festival de cine. Ningún spa del hotel va a ser más reconfortante que ver las reacciones de la gente en medio de la proyección de tu película. Y sobre todo, trataría de explicarle que para mí, los festivales de cine siempre han sido un motivo de festejo.

(*): Hernán Moyano nació en La Plata en el año 1977. Fascinado desde la infancia por el cine (especialmente el cine de horror en todas sus formas), el comic y el erotismo en todas sus manifestaciones artísticas, estudió en la Escuela de Cine de La Plata y realizó seminarios con Darren Aronofsky, Francis Ford Coppolla o Gaspar Noe. A la edad  de diecinueve años decidió dar su salto al largometraje con la cinta de terror "Habitaciones para turistas". Creó la productora de género Paura Flics. Como productor y montajista realizo los largometrajes "Grite una Noche", "36 Pasos", "No Moriré Sola", "Masacre esta Noche", "Sudor Frio" y "Penumbra". Ha trabajado en producciones internacionales como la película "Tlatelolco" del ganador del Oscar, Carlos Bolado y actualmente prepara su primer largometraje como director, el largometraje documental "Pequeña Babilonia".