La brasileña “O Mestre oe Divino” triunfó en la cuarta edición del Festival Pachamama

por © José Romero Carrillo (Rio Branco)-NOTICINE.com
'O mestre eo divino'
Tras siete días de buen cine, llegó a su fin una edición más del Festival Pachamama, y en su sede principal, el magnífico recinto del Cine Recreio se realizó una breve ceremonia de premiación donde se anunciaron los ganadores de cada una de las tres secciones: largometraje, cortometraje y cine comunitario. La película brasileña “O mestre eo divino” se hizo acreedor al máximo galardón del festival, a mil dólares y a un bello trofeo de piedra inspirado en la Pachamama (Madre Tierra).

El film dirigido por Tiago Campos, cuenta la historia de Adalbert Heide, un excéntrico misionero salesiano nacido en Alemania, que es destinado en 1967 al poblado de Sangradouro, en Mato Grosso. Aficionado a la cinematografía, filma 40 años la misión y los indios del pueblo de Sangradouro, apareciendo, en medio de sus propias películas como miembro foráneo aceptado por la tribu Xavante.

Divino Tserewahu, es realizador Xavante, también filma películas desde que tuvo acceso a una cámara, en 1990. Entre la complicidad y la competencia, estos dos personajes dan vida a los registros históricos de su poblado, a través de documentales de hablan de las costumbres, los rituales y en definitiva la vida cotidiana de su pueblo, siempre contrastando opiniones, pues es inevitable (y saludable, por cierto) que las realidades retratadas de la misión y la aldea, no sean tan similares.

Más allá de la divertida e irónica competencia entre estos dos cineastas autodidactas, que empezaron hace veinte años su relación como maestro y pupilo y ahora sostienen una “riña artística” por demostrar quien tiene o plasma con mejor tino, destreza y fidelidad la realidad de su tribu. Lo que más importa de “O mestre eo divino” radica en la exhaustiva investigación de Tiago Campos por recuperar la memoria histórica, que aquí es sinónimo de memoria cinematográfica del pueblo Xavante, que implica la etapa de la evangelización indígena, una vivencia fundamental para entender la formación del actual Brasil, con todas sus contradicciones y diferencias.

Películas como “O mestre eo divino”, proponen que a partir de la cinefilia se pueden lograr radiografías tan certeras de una nación de en aquellos momentos estaba empezando un proceso de integración, que al parecer todavía no se ha consolidado. Y espacios como el festival de Pachamama, sirven para poner en el escaparate de la región, películas que nos hablen de un Brasil distinto, uno más humanista y vital que muchos de los productos industriales que se exportan regularmente. Esperemos que “O mestre eo divino” inicie su periplo por muchos otros certámenes y que no solo se restringa a los catalogados festivales indigenistas.

Los otros dos premios otorgados fueron para Raúl Perrone, al mejor director por “P3ND3J5OS” (Argentina), mientras que el film español de Daniel Castro, “Ilusión” obtuvo la mención especial del Jurado.