"Te prometo anarquía", lo mejor en competencia del Festival de Morelia 2015
- por © José Romero Carrillo (Morelia)-NOTICINE.com
Así de categórico se tiene que ser cuando se acaba de ver una película que nos relata una historia de amor desde las entrañas y la rabia, totalmente justificada. La realidad de los jóvenes marginales de Ciudad de México, pocas veces ha sido retratada con tanta fidelidad como en el quinto trabajo de Julio Hernández Cordón: "Te prometo anarquía". Próximos a finalizar el Festival Internacional de Cine de Morelia, en su décimo tercera edición, y a falta de un veredicto oficial, esta película destaca sobre las otras nueve propuestas nacionales por el atrevimiento de fotografiar una sociedad decadente y por todos constatable.
La historia de amor entre Johnny y Miguel, dos fanáticos de la patineta, tiene un fuerte componente de la tradición de los filme noir. Los amantes trágicos sobrepasados por un entorno hostil, del que finalmente no pueden sacar ninguna ventaja. La sociedad mexicana como un crisol de guetos que sobreviven a una guerra cotidiana, y en toda esa vorágine, los protagonistas de esta historia, dos amantes y cómplices en el negocio del tráfico de sangre, que de pronto reciben una atractiva oferta económica: recolectar a un enorme grupo de incautos para ser "ordeñados" por solo mil pesos. Y como en todo sistema corrupto, siempre habrá un poderoso dispuesto a devorarte.
El director "mesoamericano", como le gusta definirse, nos entrega un fresco urbano, comprometido y verídico, desprovisto de cualquier efectismo o filtro moral sobre la sociedad de todo un país, en el que desgraciadamente, puede desaparecer un grupo de 43 estudiantes sin dejar el mayor rastro o mejor dicho, sin que haya una evidente intención de ubicarlos. Una vez más, el cine impacta, por retroalimentarse, sin censura, de la realidad más punzante que nos rodea. "Te prometo anarquía" es un grito de advertencia, sobre el estado caótico de la vida en México, sin echar mano a artificios panfletarios, estéticos o narrativos. En cambio, el cineasta apuesta por dos conceptos: el amor entre dos vampiros diurnos, que inmaduros o indómitos solo buscan una vía de escape; y la vitalidad de toda una juventud que a través de una patineta o el hip hop, pueden escamotear la realidad y soñar que todavía es posible cambiar las cosas.
"Los Olvidados" de Luis Buñuel, "Rodrigo D" de Víctor Gaviria y hasta la operística "Pendejos" de Raúl Perrone, son propuestas filiales pero distintas en espíritu y aliento. La de Hernández, es una orgánica y dolorosa mirada a un México que se intenta desconocer, y bajo la epidermis de esta historia de amor imposible, yace la sangre omnipresente, aquella que se trafica, se derrama, desaparece, llora y queda impune. "Te prometo anarquía" es de una potencia naturalista que desestabiliza al espectador, y eso en los tiempos conformistas que vivimos, ello es todo un logro. Por lo pronto -y con mucha justicia- debería alzarse con el premio al mejor largometraje mexicano del Festival de Morelia 2015; y así hacerle compañía a El Ojo -trofeo oficial del FICM- que el realizador recibió hace cinco años por la entrañable "La marimbas del Infierno".
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La historia de amor entre Johnny y Miguel, dos fanáticos de la patineta, tiene un fuerte componente de la tradición de los filme noir. Los amantes trágicos sobrepasados por un entorno hostil, del que finalmente no pueden sacar ninguna ventaja. La sociedad mexicana como un crisol de guetos que sobreviven a una guerra cotidiana, y en toda esa vorágine, los protagonistas de esta historia, dos amantes y cómplices en el negocio del tráfico de sangre, que de pronto reciben una atractiva oferta económica: recolectar a un enorme grupo de incautos para ser "ordeñados" por solo mil pesos. Y como en todo sistema corrupto, siempre habrá un poderoso dispuesto a devorarte.
El director "mesoamericano", como le gusta definirse, nos entrega un fresco urbano, comprometido y verídico, desprovisto de cualquier efectismo o filtro moral sobre la sociedad de todo un país, en el que desgraciadamente, puede desaparecer un grupo de 43 estudiantes sin dejar el mayor rastro o mejor dicho, sin que haya una evidente intención de ubicarlos. Una vez más, el cine impacta, por retroalimentarse, sin censura, de la realidad más punzante que nos rodea. "Te prometo anarquía" es un grito de advertencia, sobre el estado caótico de la vida en México, sin echar mano a artificios panfletarios, estéticos o narrativos. En cambio, el cineasta apuesta por dos conceptos: el amor entre dos vampiros diurnos, que inmaduros o indómitos solo buscan una vía de escape; y la vitalidad de toda una juventud que a través de una patineta o el hip hop, pueden escamotear la realidad y soñar que todavía es posible cambiar las cosas.
"Los Olvidados" de Luis Buñuel, "Rodrigo D" de Víctor Gaviria y hasta la operística "Pendejos" de Raúl Perrone, son propuestas filiales pero distintas en espíritu y aliento. La de Hernández, es una orgánica y dolorosa mirada a un México que se intenta desconocer, y bajo la epidermis de esta historia de amor imposible, yace la sangre omnipresente, aquella que se trafica, se derrama, desaparece, llora y queda impune. "Te prometo anarquía" es de una potencia naturalista que desestabiliza al espectador, y eso en los tiempos conformistas que vivimos, ello es todo un logro. Por lo pronto -y con mucha justicia- debería alzarse con el premio al mejor largometraje mexicano del Festival de Morelia 2015; y así hacerle compañía a El Ojo -trofeo oficial del FICM- que el realizador recibió hace cinco años por la entrañable "La marimbas del Infierno".
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