La violencia cotidiana, desde detrás del escenario, en "Los débiles", estreno mexicano de la Berlinale

por © Jon Apaolaza (Berlín)-NOTICINE.com
Raúl Rico
Sinaloa, el estado que dio triste nombre a uno de los carteles más poderosos del narcotráfico mexicano, es el escenario de "Los débiles", del mexicano Raúl Rico y el venezolano Eduardo Giralt Brun, una opera prima filmada en esa región norteña donde sobran historias que contar relacionadas con la violencia, la lucha por el poder y la sobrevivencia. Sin embargo, los jóvenes cineastas, que han presentado su film en el Festival de Berlín esta semana, prefieren situarse no ante ese escenario, sino detrás, en lo colateral... Así nos lo contó Raúl Rico en esta entrevista exclusiva con NOTICINE.com.

- Fueron dos directores, pero sólo usted es de Sinaloa...
Sí, yo soy mexicano. Eduard Giralt es de papá cubano, mamá uruguaya, adolescencia en Venezuela, nacido en Texas, ciudadano del mundo...

- Sinaloa les inspiró...
Es un estado actualmente e históricamente muy conflictivo en el norte de México. Es una playa que también está rodeada de cerros y de montañas, donde actualmente hay un gran problema con el narcotráfico y con la violencia.

- Pero, esta historia en concreto, ¿de dónde surgió?
Pues es una historia que surgió simplemente de querer hacer una reflexión sobre la violencia, pero de una manera poco convencional, donde fuera un factor que está latente y contenido, y que no se mostrase gráficamente el problema sino quizás los orígenes de la misma y las consecuencias.

- ¿Su experiencia es de primera mano?
Sí, se hizo una labor de investigación muy extensa, y para hacerla nos metimos en lugares pues que están bañados e impregnados con los problemas del narcotráfico, platicamos con gente, con narcotraficantes, platicamos con víctimas y sí, sí tuvimos varias experiencias un poco extrañas en el momento de rodar la película.

- ¿No les dio miedo rodar en esas circunstancias?
Intentábamos ser precavidos, platicar con gente o ser apadrinados por personas antes de entrar a esos lugares y por tanto, bueno pues el peligro siempre estaba ahí, pero estaba digamos ya premeditado.

- ¿Qué hay de realidad y cuánto de ficción en "Los débiles"?
Es una total ficción. La película fue escrita parte en un escritorio y la otra mitad yendo a recogerla un poco de la realidad, ¿no?, impregnarlo un poco de las localizaciones y de las personas que verdaderamente están ahí. No hay actores profesionales, por lo tanto las personas que la protagonizan son realmente de alguna manera los protagonistas también de esta realidad.

- ¿Fue difícil convertirlos en actores?
Sí, las actuaciones pues tienen sus deficiencias y creemos desde el punto de vista técnico, pero lo más importante para nosotros es que prestasen sus caras y que nos dieran una presencia real.

- Siempre se ha dicho que la temática de la violencia, el narco o la política son las temáticas latinoamericanas que más interesan en los festivales extranjeros...
No sé exactamente qué es lo que buscan los festivales. Nosotros queríamos hacer una reflexión de temas de la literatura que a nosotros nos interesan, a mí por lo menos que me interesa mucho el teatro del absurdo, mis referencias fueron sobre la literatura del teatro del absurdo, a Eduardo que le gusta mucho la literatura gótica también tomó eso como referencia y pues el resultado fue esta película que es un poco absurda, un poco grotesca probablemente y bueno, si eso le interesa a los festivales, qué mejor.

- ¿Y el público, cómo se la está tomando acá en Berlín?
Bueno las salas han estado llenas, hemos tenido muchas preguntas del público al final de cada proyección y eso nos pone muy contentos. No he leído ni he platicado con nadie acerca de lo que han opinado de la película. Han sido muy diferentes las preguntas que se nos han hecho, probablemente a la gente le ha interesado mucho cómo ha sido la cuestión de que dos directores trabajen juntos y además hayan escrito la película juntos, la dinámica de esto.

- ¿Y cómo fue precisamente?
Hicimos básicamente todo en la película: producirla, dirigirla, escribirla y postproducirla. Lo más difícil probablemente fue haberla escrito juntos y bueno, para más o menos estar en sintonía procurábamos leer la misma literatura, leer los mismos artículos en el periódico y ambos hacer entrevistas, y teniendo todas estas consideraciones fue muy fácil escribir juntos. En el rodaje no hubo reparto de áreas, lo compartíamos todo.