Reestrenan en festivales italianos versión restaurada de "La última cena"
- por © Miguel Toba-NOTICINE.com
El drama sobre la esclavitud y la América colonial del cubano Tomás Gutiérrez Alea en su película de 1976 "La última cena", será reestrenado en su versión digital restaurada por la Cinemateca de Cuba en los festivales italianos de Bolonia y Venecia. Este viene a sumarse a la serie de recuperaciones que la institución inició con la Academia de Hollywood de varios de los títulos más señeros en la primera etapa del maestro Gutiérrez Alea, conocido en la isla como "Titón".
El film del retratista de la Cuba postrevolucionaria, Gutiérrez Alea, se codeará con otras 13 obras clásicas de directores como Fritz Lang, Germi, Antonioni, Scorsese, Lumet o Melville, dentro de la sección "Venecia Clásicos 2020", de la Mostra.
Primero, "La ultima cena" pasará por el Festival de Cine de Bolonia, Il Cinema Ritrovato, ciudad donde se ha presentado ya parte de la filmografía del aclamado director cubano en sus versiones digitales.
"La última cena" se ambienta en el siglo XVIII, en pleno colonialismo de América, en la que la nobleza cubana presumía de las condiciones de su esclavitud, más benévolas que de costumbre. Un conde decide poner en práctica su teoría durante Semana Santa. El film, uno de los más premiados de la historia cubana incluyendo triunfo en el Festival de Chicago, lo protagonizaba Nelson Villagra, Silvano Rey o Luis Alberto García.
De la cinta, "Titón" contó a El País un año después de su estreno: "Nos planteamos hacer una película, en un sentido lineal, muy simple. Basada en una anécdota histórica muy sencilla pero muy reveladora para nosotros. No pusimos mucho énfasis en el aspecto de la rebelión de los esclavos. Estos tienen un ansia de libertad muy elemental. Se puede considerar como un germen de lo que va a venir después, cuando lleguen a coincidir con el tiempo los intereses de los esclavos y los de la burguesía criolla, es decir, a mediados del siglo XIX, unos sesenta años después de la época en que transcurre la acción de 'La última cena'".
"Lo que me interesaba -añadía- era el hecho de que evidenciaba muy claramente la manipulación de la religión por parte de la clase dominante, lo que se traduce en una gran hipocresía. El conde de Casa Bayona, propietario de la hacienda, es probable que no quisiera ser un gran explotador. A él le gustaría que los esclavos comprendieran su destino, de esclavos sin necesidad de maltratarlos. La demanda le exige incrementar la producción y su personalidad sufre una especie de desdoblamiento en dos personajes que actúan en la película: el capellán, que supone el hombre bueno y el capataz que actúa como mero represor".
"Fue un cine de ruptura, muy auténtico, muy apegado a la realidad y que fue muy renovador en su momento. Aportó varios clásicos al cine iberoamericano", decía Luciano Castillo sobre el cineasta. "Su obra trasciende a Cuba. Fue un visionario y estoy muy agradecida de que todas estas obras se rescaten", dijo Mirtha Ibarra, viuda del cineasta y actriz en varios de sus films.
En Bolonia, la cinta será estrenada entre el los próximos 25 y 31 de agosto. Mientras que, en Venecia, se proyeccionará desde el 2 de septiembre.
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El film del retratista de la Cuba postrevolucionaria, Gutiérrez Alea, se codeará con otras 13 obras clásicas de directores como Fritz Lang, Germi, Antonioni, Scorsese, Lumet o Melville, dentro de la sección "Venecia Clásicos 2020", de la Mostra.
Primero, "La ultima cena" pasará por el Festival de Cine de Bolonia, Il Cinema Ritrovato, ciudad donde se ha presentado ya parte de la filmografía del aclamado director cubano en sus versiones digitales.
"La última cena" se ambienta en el siglo XVIII, en pleno colonialismo de América, en la que la nobleza cubana presumía de las condiciones de su esclavitud, más benévolas que de costumbre. Un conde decide poner en práctica su teoría durante Semana Santa. El film, uno de los más premiados de la historia cubana incluyendo triunfo en el Festival de Chicago, lo protagonizaba Nelson Villagra, Silvano Rey o Luis Alberto García.
De la cinta, "Titón" contó a El País un año después de su estreno: "Nos planteamos hacer una película, en un sentido lineal, muy simple. Basada en una anécdota histórica muy sencilla pero muy reveladora para nosotros. No pusimos mucho énfasis en el aspecto de la rebelión de los esclavos. Estos tienen un ansia de libertad muy elemental. Se puede considerar como un germen de lo que va a venir después, cuando lleguen a coincidir con el tiempo los intereses de los esclavos y los de la burguesía criolla, es decir, a mediados del siglo XIX, unos sesenta años después de la época en que transcurre la acción de 'La última cena'".
"Lo que me interesaba -añadía- era el hecho de que evidenciaba muy claramente la manipulación de la religión por parte de la clase dominante, lo que se traduce en una gran hipocresía. El conde de Casa Bayona, propietario de la hacienda, es probable que no quisiera ser un gran explotador. A él le gustaría que los esclavos comprendieran su destino, de esclavos sin necesidad de maltratarlos. La demanda le exige incrementar la producción y su personalidad sufre una especie de desdoblamiento en dos personajes que actúan en la película: el capellán, que supone el hombre bueno y el capataz que actúa como mero represor".
"Fue un cine de ruptura, muy auténtico, muy apegado a la realidad y que fue muy renovador en su momento. Aportó varios clásicos al cine iberoamericano", decía Luciano Castillo sobre el cineasta. "Su obra trasciende a Cuba. Fue un visionario y estoy muy agradecida de que todas estas obras se rescaten", dijo Mirtha Ibarra, viuda del cineasta y actriz en varios de sus films.
En Bolonia, la cinta será estrenada entre el los próximos 25 y 31 de agosto. Mientras que, en Venecia, se proyeccionará desde el 2 de septiembre.
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