Entrevista en Huelva: Juliana Maité y su "Receta no incluida"
- por © Jon Apaolaza (Huelva)-NOTICINE.com
La película puertorriqueña "Receta no incluida" concursa en Huelva, donde ha mostrado un tema poco referenciado en el cine iberoamericano, y menos tratado como drama, el del Trastorno Obsesivo Compulsivo, en una historia escrita e interpretada por la conocida actriz boricua Marietere Vélez y dirigida por Juliana Maité. NOTICINE.com habló con la realizadora, ahora afincada en Miami.
- ¿El proyecto surgió de la propia Marietere?
Exacto, nosotras habíamos trabajado en un largometraje juntas y un cortometraje, y ella se desapareció en una semana y apareció con este guion. Claro yo sabía que a ella le habían diagnosticado hacía poco el trastorno y fue parte de su proceso de sanación, escribir y actuar. La admiro muchísimo, porque se que no es fácil. Ella me presentó el guion, me pareció que era una excelente idea y un proyecto muy necesario, y porque no es habitual resultaba necesario. En el cine todavía no se ha explorado muchísimo los diferentes puntos de vista, porque este es uno de ellos , y tantos que hay... Cada ser humano es un mundo y este es nuestro pequeño granito de arena para colaborar en este tema, que ahora más que nunca tiene mucha vigencia, especialmente después de la pandemia.
- ¿Es complicado dirigir a una persona que ha escrito el guion?
Para nosotras funcionó muy bien, como ya habíamos trabajado anteriormente juntas. Además de colegas somos amigas, conozco exactamente cómo pedirle las cosas y en qué momento pedírselas. También era un proyecto que iba evolucionando y tenía a la guionista ahí en el set, en el proceso de ensayo. Para nosotras funcionó definitivamente y me sentí apoyada en todo momento como directora. Cuando yo no tenía norte ella me centraba, me decía: "esta escena es importante por esto", y así fue un trabajo muy bonito.
- ¿Fue difícil conseguir la financiación?
Sí, sí... Puerto Rico no tiene un fondo nacional de cine. La ley de cine que hay en Puerto Rico fundamentalmente apoya a un cine que no es local, es un cine que viene de afuera, aunque se ruede en nuestro país, y que les da trabajo a muchos técnicos puertorriqueños. Igual por eso estamos agradecidos y por usar Puerto Rico como una locación es superimportante. Pero también es importante contar nuestras historias, y el no contar con un andamiaje que sea nuestra base para nuestras historias, para nuestro cine, pues sí, es complicado.
- ¿Cómo se desarrolló el rodaje?
El rodaje fue muy bonito, ocurrió durante la pandemia. Nosotras habíamos estado tratando de lograr la película hacía tiempo, pero llegó el huracán María. No se pudo hacer, hubo terremotos, también tuvimos que parar, al empezar la pandemia. En algún momento teníamos que empezar y dijimos o empezamos ahora o no lo hacemos nunca, porque un proyecto lo estiras lo suficiente y no da. Así que decidimos hacerlo en pandemia y ajustarnos a los tiempos y presupuesto que teníamos en ese momento. Nos aseguramos de hacer una producción como se debe, una producción minuciosa, cada departamento preparándose en detalle para cuando llegáramos al rodaje, porque no había espacio para el error. Entonces fueron dos semanas de rodaje, con el talento y el crono nos fuimos todo el equipo a un pueblo que se llama Barranquitas, que sale en la película, y ahí estuvimos viviendo un tiempo donde buscamos locaciones. El municipio nos colaboró muchísimo. El pueblo enteró se unió al proyecto, fue muy bonito.
- ¿Qué tal fue el estreno en el Festival SXSW de Austin?
Un sueño, fue un sueño... Estar allí primero que nada, ser escogidos para la première. Pude estar con otros grandes proyectos, y decir: ¡ guau, me están situando al nivel de ellos! Fue un regalo, muy bonito, muy enriquecedor.
- El Trastorno Obsesivo Compulsivo es un problema bastante universal, que se da en todos los países...
Sí, sí... De hecho, es el ejemplo específico de Marietere, pero la salud mental es una cosa universal del ser humano. Igual en la película tratamos de abordar no solamente la salud mental del personaje principal, es la salud mental de Puerto Rico como sociedad.
- ¿Es decir, que lo que cuenta la película es una metáfora de una realidad más complicada?
Totalmente. Si te fijas es Navidad en Puerto Rico cuando los excesos reinan y todos los personajes están tratando de buscar una medicina, algunos lo consiguen con el alcohol, otros lo consiguen en la negación y cada cuál lidia con lo que está pasando a su manera. Pero, en general, el tema en Puerto Rico siempre es la identidad, quiénes somos y si nos quedamos o nos vamos a Estados Unidos, porque hay más gente boricua fuera, en EEUU, que en la propia isla. Los que se quedan es para luchar, luchar con los problemas mentales, pero también luchar con los huracanes que vienen, con el país corrupto, problemáticas que llegan a partir de la colonia.
- ¿Qué cree que haría falta en Puerto Rico para contar historias propias?
Bueno, tener un fondo puertorriqueño donde se saquen a concurso cada año varias historias, varios proyectos de ficción y documental, que se puedan financiar y que tengamos la libertad de poder realizarlos. Tenemos las coproducciones, pero si nosotros no tenemos de nuestro lado, la manera de financiar nuestra parte de la coproducción es muy difícil. Lo hemos estado llevando por el lado privado, por los fondos privados, mucho tiempo. Creo que ahora mismo son la solución, pero el estatus económico en Puerto Rico es difícil, no todo el mundo tiene el dinero para invertir en proyectos como estos, aunque sean historia muy necesarias. Hay otras cosas que muchas veces son más importantes ahora mismo en Puerto Rico que hacer cine.
Transcripción: Jesús Sánchez
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- ¿El proyecto surgió de la propia Marietere?
Exacto, nosotras habíamos trabajado en un largometraje juntas y un cortometraje, y ella se desapareció en una semana y apareció con este guion. Claro yo sabía que a ella le habían diagnosticado hacía poco el trastorno y fue parte de su proceso de sanación, escribir y actuar. La admiro muchísimo, porque se que no es fácil. Ella me presentó el guion, me pareció que era una excelente idea y un proyecto muy necesario, y porque no es habitual resultaba necesario. En el cine todavía no se ha explorado muchísimo los diferentes puntos de vista, porque este es uno de ellos , y tantos que hay... Cada ser humano es un mundo y este es nuestro pequeño granito de arena para colaborar en este tema, que ahora más que nunca tiene mucha vigencia, especialmente después de la pandemia.
- ¿Es complicado dirigir a una persona que ha escrito el guion?
Para nosotras funcionó muy bien, como ya habíamos trabajado anteriormente juntas. Además de colegas somos amigas, conozco exactamente cómo pedirle las cosas y en qué momento pedírselas. También era un proyecto que iba evolucionando y tenía a la guionista ahí en el set, en el proceso de ensayo. Para nosotras funcionó definitivamente y me sentí apoyada en todo momento como directora. Cuando yo no tenía norte ella me centraba, me decía: "esta escena es importante por esto", y así fue un trabajo muy bonito.
- ¿Fue difícil conseguir la financiación?
Sí, sí... Puerto Rico no tiene un fondo nacional de cine. La ley de cine que hay en Puerto Rico fundamentalmente apoya a un cine que no es local, es un cine que viene de afuera, aunque se ruede en nuestro país, y que les da trabajo a muchos técnicos puertorriqueños. Igual por eso estamos agradecidos y por usar Puerto Rico como una locación es superimportante. Pero también es importante contar nuestras historias, y el no contar con un andamiaje que sea nuestra base para nuestras historias, para nuestro cine, pues sí, es complicado.
- ¿Cómo se desarrolló el rodaje?
El rodaje fue muy bonito, ocurrió durante la pandemia. Nosotras habíamos estado tratando de lograr la película hacía tiempo, pero llegó el huracán María. No se pudo hacer, hubo terremotos, también tuvimos que parar, al empezar la pandemia. En algún momento teníamos que empezar y dijimos o empezamos ahora o no lo hacemos nunca, porque un proyecto lo estiras lo suficiente y no da. Así que decidimos hacerlo en pandemia y ajustarnos a los tiempos y presupuesto que teníamos en ese momento. Nos aseguramos de hacer una producción como se debe, una producción minuciosa, cada departamento preparándose en detalle para cuando llegáramos al rodaje, porque no había espacio para el error. Entonces fueron dos semanas de rodaje, con el talento y el crono nos fuimos todo el equipo a un pueblo que se llama Barranquitas, que sale en la película, y ahí estuvimos viviendo un tiempo donde buscamos locaciones. El municipio nos colaboró muchísimo. El pueblo enteró se unió al proyecto, fue muy bonito.
- ¿Qué tal fue el estreno en el Festival SXSW de Austin?
Un sueño, fue un sueño... Estar allí primero que nada, ser escogidos para la première. Pude estar con otros grandes proyectos, y decir: ¡ guau, me están situando al nivel de ellos! Fue un regalo, muy bonito, muy enriquecedor.
- El Trastorno Obsesivo Compulsivo es un problema bastante universal, que se da en todos los países...
Sí, sí... De hecho, es el ejemplo específico de Marietere, pero la salud mental es una cosa universal del ser humano. Igual en la película tratamos de abordar no solamente la salud mental del personaje principal, es la salud mental de Puerto Rico como sociedad.
- ¿Es decir, que lo que cuenta la película es una metáfora de una realidad más complicada?
Totalmente. Si te fijas es Navidad en Puerto Rico cuando los excesos reinan y todos los personajes están tratando de buscar una medicina, algunos lo consiguen con el alcohol, otros lo consiguen en la negación y cada cuál lidia con lo que está pasando a su manera. Pero, en general, el tema en Puerto Rico siempre es la identidad, quiénes somos y si nos quedamos o nos vamos a Estados Unidos, porque hay más gente boricua fuera, en EEUU, que en la propia isla. Los que se quedan es para luchar, luchar con los problemas mentales, pero también luchar con los huracanes que vienen, con el país corrupto, problemáticas que llegan a partir de la colonia.
- ¿Qué cree que haría falta en Puerto Rico para contar historias propias?
Bueno, tener un fondo puertorriqueño donde se saquen a concurso cada año varias historias, varios proyectos de ficción y documental, que se puedan financiar y que tengamos la libertad de poder realizarlos. Tenemos las coproducciones, pero si nosotros no tenemos de nuestro lado, la manera de financiar nuestra parte de la coproducción es muy difícil. Lo hemos estado llevando por el lado privado, por los fondos privados, mucho tiempo. Creo que ahora mismo son la solución, pero el estatus económico en Puerto Rico es difícil, no todo el mundo tiene el dinero para invertir en proyectos como estos, aunque sean historia muy necesarias. Hay otras cosas que muchas veces son más importantes ahora mismo en Puerto Rico que hacer cine.
Transcripción: Jesús Sánchez
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