El impacto de Netflix y Amazon Studios en el panorama de los festivales: el nuevo dominio del streaming

por © Redacción-NOTICINE.com
De Cannes a Sundance, las plataformas de streaming están reescribiendo las reglas del juego cinematográfico. ¿Es el fin del cine tradicional o una nueva etapa dorada? Las grandes plataformas como Netflix y Amazon Studios han dejado de ser simples distribuidoras para convertirse en productoras influyentes que compiten —y ganan— en los festivales más prestigiosos del mundo. Este artículo analiza cómo han cambiado el panorama artístico, económico y político de los festivales de cine.
Durante décadas, los festivales de cine han sido vitrinas de prestigio para autores, cineastas independientes y cinematografías emergentes. Sin embargo, en los últimos años, este escenario ha sido transformado por la irrupción de gigantes del streaming como Netflix y Amazon Studios. Con inversiones millonarias, catálogos diversos y una estrategia agresiva de premios, estas plataformas han logrado posicionarse no sólo como competidores, sino como protagonistas de Cannes, Venecia, Berlín o Sundance. Esta transformación plantea interrogantes clave: ¿puede una película concebida para el streaming competir con una hecha para salas? ¿Están los festivales cediendo ante la lógica del mercado global? ¿Es esto una amenaza o una oportunidad? Junto con el equipo del sitio jugabet ballon hablaremos de esto con más detalle.

Cuando Netflix presentó por primera vez películas propias en festivales como Cannes, fue recibida con recelo. La controversia estalló en 2017, cuando "Okja" de Bong Joon-ho y "The Meyerowitz Stories" de Noah Baumbach fueron seleccionadas para competir por la Palma de Oro. La crítica francesa y parte de la industria argumentan que una película sin estrenar en cines no podía aspirar al máximo galardón.

Desde entonces, la situación ha cambiado drásticamente. Netflix ha producido filmes galardonados como "Roma" (Alfonso Cuarón, León de Oro en Venecia y Oscar a mejor director), "Historia de un matrimonio" o "El poder del perro". Amazon Studios, por su parte, ha apostado por una presencia más tradicional, combinando estrenos en salas con lanzamientos en su plataforma, y ha obtenido reconocimiento con títulos como "Manchester by the Sea" o "Sound of Metal".

Un nuevo modelo de negocio para el cine de autor

Una de las transformaciones más importantes que han introducido las plataformas es la redefinición del financiamiento y distribución del cine de autor. Donde antes los cineastas debían recurrir a fondos estatales, preventas televisivas y coproducciones internacionales, ahora encuentran en Netflix o Amazon financiamiento directo, libertad creativa y una audiencia global garantizada.

Esto ha permitido que directores como Scorsese, los hermanos Coen, Jane Campion o Paolo Sorrentino desarrollen proyectos ambiciosos sin las limitaciones del sistema tradicional. Sin embargo, también ha provocado críticas por el carácter cerrado de las plataformas: muchas veces, las películas no tienen vida en cines ni acceso a públicos sin internet o sin suscripción.

Los festivales también han tenido que adaptarse. Venecia y Berlín han sido más abiertos a incluir producciones de streaming en competencia, mientras Cannes mantiene su posición conservadora al exigir estrenos en salas francesas. Este enfrentamiento no es solo estético, sino político: está en juego la definición misma de lo que es el cine.

Algunos críticos ven con preocupación la creciente presencia de estas plataformas, que tienden a imponer criterios de producción industriales y globalizados. Otros, en cambio, celebran la apertura a nuevas formas de distribución, que democratizan el acceso a películas que antes no llegaban a muchos países o regiones.

Impacto en las salas de cine y la experiencia colectiva

Uno de los argumentos más fuertes contra el dominio del streaming es el temor a la desaparición de la experiencia cinematográfica colectiva. Ver una película en una sala oscura, con otras personas, en silencio, es distinto a verla en casa entre notificaciones de WhatsApp.

Las plataformas, sin embargo, no ignoran esta dimensión. Netflix ha comenzado a estrenar algunas de sus películas en salas selectas antes de lanzarlas online, en parte para cumplir con requisitos de premios, y en parte para satisfacer la nostalgia del cine tradicional. Aun así, el modelo sigue priorizando la comodidad del espectador individual.

Los festivales están ante una encrucijada: resistirse al cambio o integrarse en él. Algunos ya están explorando formatos híbridos, donde las proyecciones físicas conviven con transmisiones online. Otros apuestan por reforzar su perfil curatorial y su identidad local frente a la homogeneización del contenido global.
Lo que es evidente es que el streaming ha llegado para quedarse, y los festivales que sobrevivan serán aquellos capaces de adaptarse sin renunciar a su esencia: descubrir talentos, promover diversidad cultural y defender el cine como arte.

El dominio de Netflix y Amazon Studios en el circuito de festivales no es un simple fenómeno de moda, sino una revolución estructural. Aunque plantea desafíos para los modelos tradicionales de producción y exhibición, también ofrece oportunidades inéditas para cineastas, audiencias y curadores.

El cine, como siempre, está en transformación. Y aunque cambien las plataformas y las pantallas, lo esencial —contar historias que nos conmueven— sigue siendo el motor que mueve esta industria.

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