San Sebastián: "Un amor", "Puan", y un poco de "Allende"
- por © Carolina G.Guerrero (San Sebastián)-NOTICINE.com
El martes fue un día de suerte; la sección oficial competitiva sorprendió gratamente con la española "Un amor" y la argentina "Puan", a unos sufridos espectadores, que de vez en cuando merecemos días como este.
Por un lado, Isabel Coixet estrenó mundialmente su "Un amor", basada en la novela del mismo nombre de Sara Mesa. Con un elenco muy bien escogido, en el que podemos ver a su protagonista Laia Costa, que está de premio, sin duda alguna; un Hovik Keuchkerian, con un papel que borda, y un Hugo Silva en un personaje que tiene su gracia, aunque nos resulte antipático desde el minuto uno. Completan este redondo reparto Luis Bermejo, Ingrid García Johnsson y Francesco Carril.
Nata se traslada a vivir a un pueblo de la España profunda, más concretamente al pueblo de La Escapa. Coixet es absolutamente fiel a la novela que da nombre a la cinta. Si bien le da más fuerza y seguridad al personaje de Nat, que en la novela es un manojo de inseguridad andante. La chica de ciudad se adentra en los entresijos de esa ruda ruralidad, a la que tendrá que hacer frente, y lo cierto es que no lo hace mal. El personaje que interpreta Hugo Silva, un artista vidriero, enseguida le echa el ojo, pero a ella no parece gustarle, demasiado fantasma, demasiado fácil, demasiado pesado.
El casero feroz es el personaje más terrorífico de la historia, un caradura asqueroso interpretado por Bermejo, que se aprovecha de la debilidad y el desconocimiento de una urbanita, aunque esta aprenderá rápido.
Es preciosa la historia de ese perro hermafrodita que Nat adopta y cuida a pesar de tener a todos en contra, un animal maravilloso que al final les da mil vueltas a todos estos "humanos" de pacotilla.
La historia está muy bien contada, muy bien dirigida y magistralmente interpretada. No sabemos si es amor de lo que habla o una obsesión malsana la que Nat tendrá por ese vecino "el alemán", un tipo casi salvaje, que le hace una proposición indecente que ella aceptará en un principio de mala gana, para más tarde hacerlo su más absoluto y oscuro objeto de deseo.
Un deseo salvaje, incontrolable, animal. El hombre se dejará llevar hasta que le convenga, y Nat irá descubriendo un lado oscuro de ella misma hasta ahora desconocido, pero ¿es amor? No sabemos, más parece la letra de aquella canción: "no es amor, se llama obsesión". No queremos desentrañar la historia, pues merece la pena ver este trabajo de Coixet, que nos ha gustado mucho con un final sorprendente que a mí me ha llegado al corazón. El amor viene de donde menos te lo esperas. Esperamos que este excelente trabajo no se vaya de vacío. Habla sobre todo del desgarro y de la humanidad de lo que llamamos seres humanos. La película, como la novela, habla de celos, de falta de sensibilidad, de oportunismo, de marginación, una historia profunda contada con rigor.
"Puan" era la segunda del día, cine argentino, de ese que cada día nos gusta más, escrita y dirigida por María Alché y Benjamín Naishtat, y protagonizada por Leonardo Sbaraglia y Marcelo Subiotto. Nos cuenta la historia de este último, un profesor de 50 años que lleva toda su vida dedicado a la enseñanza de la filosofía y que se queda perdido y descolocado después de la muerte repentina de su colega y jefe catedrático de su universidad. Marcelo se llama también el personaje y da por sentado que el puesto de catedrático será ahora para él. Pero, contra todo pronóstico, aparece en escena un antiguo compañero recién venido de Alemania, el avispado Rafael (Sbaraglia), que en cuanto llega arrasa con su encanto personal y sus sabias estrategias y manipulaciones. La cinta mantiene el ritmo, y sus diálogos son ocurrentes y fluidos. También se habla aquí del problema social de fondo, del gobierno que abandona la cultura y pisotea la enseñanza. La cinta ha sido elegida para representar a Argentina en los próximos premios Goya. Desde aquí la recomendamos, nos parece una comedia seria e inteligente que habla de muchas cosas, y todas ellas muy interesantes. Sbaraglia y Subiotto hacen una pareja perfecta en cuanto a interpretación se refiere, con unos personajes de personalidades muy definidas que nos han cautivado.
Por otra parte, se presentó este martes el primer capítulo de la miniserie "Los mil días de Allende", que protagoniza el incombustible y camaleónico Alfredo Castro, apenas reconocible tras tres horas de maquillaje, un papel que le ha llegado al alma, según nos ha dicho, y que le ha emocionado mientras rodaba, sobre todo a la hora de los discursos. La serie es una coproducción chileno-española, y a su presentación internacional (se lanzó a principios de este mes en Chile) asistió su ministra de cultura, Carolina Arredondo, y algunos directivos de TVE. Un honor tener estos días al gran actor Alfredo Castro que este año presentó también en Horizontes Latinos "Los Colonos", después de pasar por Cannes y Toronto. Un placer entrevistar a este gran actor siempre tan generoso. El festival se va llenando más de apariciones estelares, poco a poco, y ya se va pareciendo más a un festival de verdad...
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Por un lado, Isabel Coixet estrenó mundialmente su "Un amor", basada en la novela del mismo nombre de Sara Mesa. Con un elenco muy bien escogido, en el que podemos ver a su protagonista Laia Costa, que está de premio, sin duda alguna; un Hovik Keuchkerian, con un papel que borda, y un Hugo Silva en un personaje que tiene su gracia, aunque nos resulte antipático desde el minuto uno. Completan este redondo reparto Luis Bermejo, Ingrid García Johnsson y Francesco Carril.
Nata se traslada a vivir a un pueblo de la España profunda, más concretamente al pueblo de La Escapa. Coixet es absolutamente fiel a la novela que da nombre a la cinta. Si bien le da más fuerza y seguridad al personaje de Nat, que en la novela es un manojo de inseguridad andante. La chica de ciudad se adentra en los entresijos de esa ruda ruralidad, a la que tendrá que hacer frente, y lo cierto es que no lo hace mal. El personaje que interpreta Hugo Silva, un artista vidriero, enseguida le echa el ojo, pero a ella no parece gustarle, demasiado fantasma, demasiado fácil, demasiado pesado.
El casero feroz es el personaje más terrorífico de la historia, un caradura asqueroso interpretado por Bermejo, que se aprovecha de la debilidad y el desconocimiento de una urbanita, aunque esta aprenderá rápido.
Es preciosa la historia de ese perro hermafrodita que Nat adopta y cuida a pesar de tener a todos en contra, un animal maravilloso que al final les da mil vueltas a todos estos "humanos" de pacotilla.
La historia está muy bien contada, muy bien dirigida y magistralmente interpretada. No sabemos si es amor de lo que habla o una obsesión malsana la que Nat tendrá por ese vecino "el alemán", un tipo casi salvaje, que le hace una proposición indecente que ella aceptará en un principio de mala gana, para más tarde hacerlo su más absoluto y oscuro objeto de deseo.
Un deseo salvaje, incontrolable, animal. El hombre se dejará llevar hasta que le convenga, y Nat irá descubriendo un lado oscuro de ella misma hasta ahora desconocido, pero ¿es amor? No sabemos, más parece la letra de aquella canción: "no es amor, se llama obsesión". No queremos desentrañar la historia, pues merece la pena ver este trabajo de Coixet, que nos ha gustado mucho con un final sorprendente que a mí me ha llegado al corazón. El amor viene de donde menos te lo esperas. Esperamos que este excelente trabajo no se vaya de vacío. Habla sobre todo del desgarro y de la humanidad de lo que llamamos seres humanos. La película, como la novela, habla de celos, de falta de sensibilidad, de oportunismo, de marginación, una historia profunda contada con rigor.
"Puan" era la segunda del día, cine argentino, de ese que cada día nos gusta más, escrita y dirigida por María Alché y Benjamín Naishtat, y protagonizada por Leonardo Sbaraglia y Marcelo Subiotto. Nos cuenta la historia de este último, un profesor de 50 años que lleva toda su vida dedicado a la enseñanza de la filosofía y que se queda perdido y descolocado después de la muerte repentina de su colega y jefe catedrático de su universidad. Marcelo se llama también el personaje y da por sentado que el puesto de catedrático será ahora para él. Pero, contra todo pronóstico, aparece en escena un antiguo compañero recién venido de Alemania, el avispado Rafael (Sbaraglia), que en cuanto llega arrasa con su encanto personal y sus sabias estrategias y manipulaciones. La cinta mantiene el ritmo, y sus diálogos son ocurrentes y fluidos. También se habla aquí del problema social de fondo, del gobierno que abandona la cultura y pisotea la enseñanza. La cinta ha sido elegida para representar a Argentina en los próximos premios Goya. Desde aquí la recomendamos, nos parece una comedia seria e inteligente que habla de muchas cosas, y todas ellas muy interesantes. Sbaraglia y Subiotto hacen una pareja perfecta en cuanto a interpretación se refiere, con unos personajes de personalidades muy definidas que nos han cautivado.
Por otra parte, se presentó este martes el primer capítulo de la miniserie "Los mil días de Allende", que protagoniza el incombustible y camaleónico Alfredo Castro, apenas reconocible tras tres horas de maquillaje, un papel que le ha llegado al alma, según nos ha dicho, y que le ha emocionado mientras rodaba, sobre todo a la hora de los discursos. La serie es una coproducción chileno-española, y a su presentación internacional (se lanzó a principios de este mes en Chile) asistió su ministra de cultura, Carolina Arredondo, y algunos directivos de TVE. Un honor tener estos días al gran actor Alfredo Castro que este año presentó también en Horizontes Latinos "Los Colonos", después de pasar por Cannes y Toronto. Un placer entrevistar a este gran actor siempre tan generoso. El festival se va llenando más de apariciones estelares, poco a poco, y ya se va pareciendo más a un festival de verdad...
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