Bill Condon cree que el mundo necesita divas como Jennifer López
- por © Lorena Hoyos-NOTICINE.com

Bill Condon cree que el mundo necesita divas como Jennifer López
En pocos días, el director Bill Condon, conocido por su trabajo en musicales como "Chicago", "Dreamgirls" y "La bella y la bestia", presentará su última película, "The Kiss of the Spider Woman", en la Piazza Grande, la gran sala al aire libre del Festival de Locarno, siete meses después de debutar en Sundance. "Solo hay una persona que podría interpretar a esta diva, Jennifer López, y ella es la razón por la que la película se hizo", acaba de contar Condon.
Que un musical con elenco estelar se estrenara en un certamen de cine de autor sorprendió a muchos, sin embargo para su director, era una elección lógica, puesto que no la produjo uno de los grandes estudios. "Sabía que la única forma de hacerla, como debía hacerse, era de forma independiente", contó a Hollywood Reporter. "Nunca ha sido tan comercial como los otros dos musicales de Kander y Ebb. Es el más oscuro, en cierto modo, y transcurre en una prisión. Hay brutalidad", detalló.
Basada en la novela de Manuel Puig, llevada al cine primero por el argentino Héctor Babenco hace cuatro décadas, la historia se centra en dos internos en una cárcel latinoamericana: Valentíno (Diego Luna), preso político, y Molina (Tonatiuh), un diseñador de vitrinas homosexual condenado por indecencia pública. Para sobrellevar el encierro, Molina relata la trama de una película musical de Hollywood protagonizada por su actriz favorita, Ingrid Luna, interpretada por la descendiente de boricuas López.
Condon detalló su relación con el material original. "Ver esa película a finales de mis veinte años, como un hombre gay, fue bastante notable", recordó sobre la versión de 1985. "William Hurt interpretando a un peluquero gay, fue uno de los primeros actores, en la cima de su popularidad, en asumir un papel así". Su fascinación continuó con el musical de Broadway de 1993. Al escribir el guion de "Chicago", percibió un hilo conductor: "Me di cuenta de que Molina, Roxy Hart y Sally Bowles están cortados por el mismo patrón. Todos buscaban en el espectáculo una forma de escapar de una vida difícil".
La decisión de realizar su propia versión surgió hace una década. Condon se reunió con John Kander y Terrence McNally, creadores del musical, proponiendo un enfoque más fiel a la novela. "En 1993, el musical, como la película que lo precedió, se vio obligado a hacer que la historia de amor central fuera un poco transaccional", explicó. "La fluidez en este personaje heterosexual es algo que impregna la novela, pero ya estaban rompiendo tantos moldes al tener a dos hombres haciendo el amor en un musical de Broadway que tuvieron que suavizarlo un poco". También señaló "la naturaleza proto-trans de Molina" como motivo para revisitar la historia. Sin embargo, el proceso se estancó durante casi ocho años en disputas sobre los derechos.
Su estrategia fue dividir la producción en dos partes: "Son dos películas. Está la prisión, que es la película que finalmente hicimos en Uruguay por el 10 por ciento de todo el presupuesto. Luego están los números musicales, pero lo que lo hace factible es que son 35 minutos de la película. Así que no estás haciendo un musical de dos horas, estás haciendo 35 minutos de musical". Los números se filmaron en Nueva Jersey, en lo que Condon describió con ironía como "los rincones infernales de Nueva Jersey de almacenes reconvertidos". "La idea de que Jennifer López fuera conducida allí todos los días es como: 'Dios mío. Espero que lleve anteojeras para no ver a dónde la llevamos, ¡porque da miedo!'", bromeó.
Sobre la elección de Jennifer López, Condon fue categórico: "Jennifer López es la razón por la que esta película se hizo. Solo hay una persona que podría interpretar a esta diva. No tenemos tantas divas. Puedo contarlas con los dedos de una mano. ¿Y cuántas de ellas son grandes bailarinas, cantantes y latinas? Creo que solo hay una". Recordó su primer encuentro significativo: "Ella le entregó a nuestro productor el Globo de Oro por 'Dreamgirls', y la conocí esa noche. Hablaba de lo mucho que quería hacer musicales. Así que tenía fe en que esto le atraería".
El rodaje de los números musicales fue intenso. López completó su parte en menos de cuatro semanas, filmando prácticamente un número completo cada día, un ritmo inusual frente a las doce semanas típicas. Condon quiso emular el estilo clásico de los musicales de los años 40 y 50, con planos largos y mínimos cortes, inspirado por Fred Astaire. El número "Give Me Love" fue particularmente exigente: "Solo tuvimos un día para filmarlo... Es un número elaborado: entra en el club, empieza a bailar, va al primer tableau, sube a la barra, salta de la barra al suelo y corre. Jennifer lo hizo todo en una sola toma y cuando conseguimos esa primera toma, fue como: 'Dios mío, lo tenemos'".
Para Condon, la experiencia cinematográfica es crucial para los musicales. "Creo que es la única forma para los musicales", sostuvo. "Jennifer tiene algunos momentos en los que simplemente empiezas a aplaudir, está incorporado porque sale de raíces teatrales". Reflexionó sobre la naturaleza cíclica del género: "Los musicales cinematográficos llevan muriendo desde 1931. Hicieron tantos justo después de 'El cantor de jazz' que el público dijo: '¡No más!'. Y desaparecieron hasta que '42nd Street' los revivió. Mira los años 80 y 90. Los 90 tienen 'Evita' y eso es todo. Entraron en letargo. Luego, a principios de este siglo, con 'Moulin Rouge' y 'Chicago', volvieron". Lamentó que cada nuevo musical cargue con el peso del género y que los éxitos masivos, como "Wicked" o "La bella y la bestia", no revitalicen la percepción general. "La gente dice: 'Ah, eso es una marca'", apuntó. Sin embargo, valoró que "The Kiss of the Spider Woman" se promocione claramente como un musical: "Esto es un musical, no hay duda".
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En pocos días, el director Bill Condon, conocido por su trabajo en musicales como "Chicago", "Dreamgirls" y "La bella y la bestia", presentará su última película, "The Kiss of the Spider Woman", en la Piazza Grande, la gran sala al aire libre del Festival de Locarno, siete meses después de debutar en Sundance. "Solo hay una persona que podría interpretar a esta diva, Jennifer López, y ella es la razón por la que la película se hizo", acaba de contar Condon.
Que un musical con elenco estelar se estrenara en un certamen de cine de autor sorprendió a muchos, sin embargo para su director, era una elección lógica, puesto que no la produjo uno de los grandes estudios. "Sabía que la única forma de hacerla, como debía hacerse, era de forma independiente", contó a Hollywood Reporter. "Nunca ha sido tan comercial como los otros dos musicales de Kander y Ebb. Es el más oscuro, en cierto modo, y transcurre en una prisión. Hay brutalidad", detalló.
Basada en la novela de Manuel Puig, llevada al cine primero por el argentino Héctor Babenco hace cuatro décadas, la historia se centra en dos internos en una cárcel latinoamericana: Valentíno (Diego Luna), preso político, y Molina (Tonatiuh), un diseñador de vitrinas homosexual condenado por indecencia pública. Para sobrellevar el encierro, Molina relata la trama de una película musical de Hollywood protagonizada por su actriz favorita, Ingrid Luna, interpretada por la descendiente de boricuas López.
Condon detalló su relación con el material original. "Ver esa película a finales de mis veinte años, como un hombre gay, fue bastante notable", recordó sobre la versión de 1985. "William Hurt interpretando a un peluquero gay, fue uno de los primeros actores, en la cima de su popularidad, en asumir un papel así". Su fascinación continuó con el musical de Broadway de 1993. Al escribir el guion de "Chicago", percibió un hilo conductor: "Me di cuenta de que Molina, Roxy Hart y Sally Bowles están cortados por el mismo patrón. Todos buscaban en el espectáculo una forma de escapar de una vida difícil".
La decisión de realizar su propia versión surgió hace una década. Condon se reunió con John Kander y Terrence McNally, creadores del musical, proponiendo un enfoque más fiel a la novela. "En 1993, el musical, como la película que lo precedió, se vio obligado a hacer que la historia de amor central fuera un poco transaccional", explicó. "La fluidez en este personaje heterosexual es algo que impregna la novela, pero ya estaban rompiendo tantos moldes al tener a dos hombres haciendo el amor en un musical de Broadway que tuvieron que suavizarlo un poco". También señaló "la naturaleza proto-trans de Molina" como motivo para revisitar la historia. Sin embargo, el proceso se estancó durante casi ocho años en disputas sobre los derechos.
Su estrategia fue dividir la producción en dos partes: "Son dos películas. Está la prisión, que es la película que finalmente hicimos en Uruguay por el 10 por ciento de todo el presupuesto. Luego están los números musicales, pero lo que lo hace factible es que son 35 minutos de la película. Así que no estás haciendo un musical de dos horas, estás haciendo 35 minutos de musical". Los números se filmaron en Nueva Jersey, en lo que Condon describió con ironía como "los rincones infernales de Nueva Jersey de almacenes reconvertidos". "La idea de que Jennifer López fuera conducida allí todos los días es como: 'Dios mío. Espero que lleve anteojeras para no ver a dónde la llevamos, ¡porque da miedo!'", bromeó.
Sobre la elección de Jennifer López, Condon fue categórico: "Jennifer López es la razón por la que esta película se hizo. Solo hay una persona que podría interpretar a esta diva. No tenemos tantas divas. Puedo contarlas con los dedos de una mano. ¿Y cuántas de ellas son grandes bailarinas, cantantes y latinas? Creo que solo hay una". Recordó su primer encuentro significativo: "Ella le entregó a nuestro productor el Globo de Oro por 'Dreamgirls', y la conocí esa noche. Hablaba de lo mucho que quería hacer musicales. Así que tenía fe en que esto le atraería".
El rodaje de los números musicales fue intenso. López completó su parte en menos de cuatro semanas, filmando prácticamente un número completo cada día, un ritmo inusual frente a las doce semanas típicas. Condon quiso emular el estilo clásico de los musicales de los años 40 y 50, con planos largos y mínimos cortes, inspirado por Fred Astaire. El número "Give Me Love" fue particularmente exigente: "Solo tuvimos un día para filmarlo... Es un número elaborado: entra en el club, empieza a bailar, va al primer tableau, sube a la barra, salta de la barra al suelo y corre. Jennifer lo hizo todo en una sola toma y cuando conseguimos esa primera toma, fue como: 'Dios mío, lo tenemos'".
Para Condon, la experiencia cinematográfica es crucial para los musicales. "Creo que es la única forma para los musicales", sostuvo. "Jennifer tiene algunos momentos en los que simplemente empiezas a aplaudir, está incorporado porque sale de raíces teatrales". Reflexionó sobre la naturaleza cíclica del género: "Los musicales cinematográficos llevan muriendo desde 1931. Hicieron tantos justo después de 'El cantor de jazz' que el público dijo: '¡No más!'. Y desaparecieron hasta que '42nd Street' los revivió. Mira los años 80 y 90. Los 90 tienen 'Evita' y eso es todo. Entraron en letargo. Luego, a principios de este siglo, con 'Moulin Rouge' y 'Chicago', volvieron". Lamentó que cada nuevo musical cargue con el peso del género y que los éxitos masivos, como "Wicked" o "La bella y la bestia", no revitalicen la percepción general. "La gente dice: 'Ah, eso es una marca'", apuntó. Sin embargo, valoró que "The Kiss of the Spider Woman" se promocione claramente como un musical: "Esto es un musical, no hay duda".
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