Recordando el destino trágico de Lupe Vélez, la "Mexican Spitfire"
- por © Correcamara.com-NOTICINE.com
Por Gabriel Ramírez Aznar
Aquel año, la suerte le sonrió. Había obtenido todo o casi todo lo que se propuso. No hacía mucho de su debut como tiple en el Teatro Lírico de la Ciudad de México. Su aspecto recordaba a una inocente gatita con el aire de enseñar pronto las uñas. El año era 1925 y a ella se la veía ciertamente frívola y vulgar con el tosco maquillaje que las deficientes reproducciones blanco y negro volvían un poco caligaresco. Sus afeites, demasiado expresionistas, estaban lejanos aún al de los pulimentados que Hollywood le aplicaría poco después. Ella era Lupe Vélez y en aquel 1925 reinaba con su divertido aire de flapper azteca.
En "El candidato", una sátira que hace referencia a los últimos tiempos vividos en la política peruana, y también nos muestra la preocupación que tienen los líderes políticos por las promesas y el desprestigio que crean sus oponentes para plantear un nuevo plan de gobierno, Ritter es Honorato Contreras, "el candidato que da la contra a lo que vendría a ser la política actual. No cae en demagogias, no cae en populismo, dice la verdad y es consecuente con sus ideas; entonces, eso es casi imposible de ver en nuestra política y creo que por eso es que no le va bien. Espero que la película funcione, que la gente vaya al cine, que les guste y que nos vaya muy bien", cuenta el actor a Perú 21.
La película se rodó en dos partes, la primera etapa comenzó el 13 de diciembre de 2015 y terminó el 23 de diciembre de ese mismo año. Y la segunda etapa, comenzó a rodarse a mediados de enero de 2016 y finalizó unas semanas después.
"Después de esta película, 'El Candidato', tengo otra que se llama 'Margarita' y, bueno, la película 'Cebiche de tiburón', que creo que se va a rodar el próximo año. En el teatro, terminé 'La rebelión de los conceptos', explica César Ritter, que se hizo popular en la televisiva "Al fondo hay sitio", a donde está dispuesto a volver, "aunque depende de los guionistas, de las historias; depende de muchas cosas; pero si me llaman, feliz aceptaría", concluye.
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Aquel año, la suerte le sonrió. Había obtenido todo o casi todo lo que se propuso. No hacía mucho de su debut como tiple en el Teatro Lírico de la Ciudad de México. Su aspecto recordaba a una inocente gatita con el aire de enseñar pronto las uñas. El año era 1925 y a ella se la veía ciertamente frívola y vulgar con el tosco maquillaje que las deficientes reproducciones blanco y negro volvían un poco caligaresco. Sus afeites, demasiado expresionistas, estaban lejanos aún al de los pulimentados que Hollywood le aplicaría poco después. Ella era Lupe Vélez y en aquel 1925 reinaba con su divertido aire de flapper azteca.
En "El candidato", una sátira que hace referencia a los últimos tiempos vividos en la política peruana, y también nos muestra la preocupación que tienen los líderes políticos por las promesas y el desprestigio que crean sus oponentes para plantear un nuevo plan de gobierno, Ritter es Honorato Contreras, "el candidato que da la contra a lo que vendría a ser la política actual. No cae en demagogias, no cae en populismo, dice la verdad y es consecuente con sus ideas; entonces, eso es casi imposible de ver en nuestra política y creo que por eso es que no le va bien. Espero que la película funcione, que la gente vaya al cine, que les guste y que nos vaya muy bien", cuenta el actor a Perú 21.
La película se rodó en dos partes, la primera etapa comenzó el 13 de diciembre de 2015 y terminó el 23 de diciembre de ese mismo año. Y la segunda etapa, comenzó a rodarse a mediados de enero de 2016 y finalizó unas semanas después.
"Después de esta película, 'El Candidato', tengo otra que se llama 'Margarita' y, bueno, la película 'Cebiche de tiburón', que creo que se va a rodar el próximo año. En el teatro, terminé 'La rebelión de los conceptos', explica César Ritter, que se hizo popular en la televisiva "Al fondo hay sitio", a donde está dispuesto a volver, "aunque depende de los guionistas, de las historias; depende de muchas cosas; pero si me llaman, feliz aceptaría", concluye.
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