Crítica: "El peso de la ley", justicia ciega... para algunos
- por © NOTICINE.com
Por Edurne Sarriegui
El actor argentino Fernán Mirás estrena esta semana en su país su opera prima como director y guionista, el thriller judicial "El peso de la ley", en el que además interpreta a uno de los personajes fundamentales en el desarrollo de la trama.
Acompañado en la escritura del libreto por Roberto Gispert - abogado de profesión además de cineasta- lleva a la pantalla este drama que pone de manifiesto falencias y prejuicios del sistema judicial argentino. La dupla guionista toma como referencia el expediente de un caso real plagado de conclusiones absurdas y hace evidente la desventaja de ser pobre a la hora de enfrentar a la justicia.
Al principio de los años ochenta, Gloria (Paola Barrientos) es una abogada defensora de oficio que ejerce su profesión en un juzgado de una capital de provincia. Descreída de su profesión y de la justicia, se lamenta de no haber defendido jamás a un inocente. Cuando le toca defender al acusado de un caso de violación y percibe la arbitrariedad de un sistema que estigmatiza a los pobres, recupera el brío de la joven abogada que fue una vez para enfrentar a la fiscal (María Onetto) -su profesora en la facultad de derecho- unida por una relación casi familiar con el juez de la causa (Darío Grandinetti).
La acción transcurre paralelamente en la sede de los tribunales de la ciudad y en el pueblo del cual son originarios los involucrados en el supuesto delito. En el primer lugar lo más notable es el tono irónico y escéptico de la mayoría de los abogados para referirse a esa justicia poco interesada en llegar a la verdad y la gran preocupación de la mayoría de ellos por conseguir los vínculos y el consenso necesarios para avanzar en sus carreras. En el pueblo, aislado y con un ritmo propio, no faltan los cómplices del poder. El silencio, la desidia y la connivencia de sus pobladores son necesarios y funcionales al atropello que sufren las víctimas de la injusticia.
"El peso de la ley" está plagado de personajes arquetípicos. Muestra el drama de los excluidos que sufren la desigualdad ante la ley y lo atraviesa con un humor amargo, irónico y mordaz que roza en muchas ocasiones la negrura. Tiene mucho que ver en el buen funcionamiento de esta fórmula la actuación de Paola Barrientos que transmite a su personaje el encanto y la fuerza necesarios para lograr la empatía del público.
"El peso de la ley" es un film sorprendente que merece una oportunidad. Hace una crítica social aguda y evidencia la doble moral y el relativismo ético que muchas veces rige el comportamiento humano.
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El actor argentino Fernán Mirás estrena esta semana en su país su opera prima como director y guionista, el thriller judicial "El peso de la ley", en el que además interpreta a uno de los personajes fundamentales en el desarrollo de la trama.
Acompañado en la escritura del libreto por Roberto Gispert - abogado de profesión además de cineasta- lleva a la pantalla este drama que pone de manifiesto falencias y prejuicios del sistema judicial argentino. La dupla guionista toma como referencia el expediente de un caso real plagado de conclusiones absurdas y hace evidente la desventaja de ser pobre a la hora de enfrentar a la justicia.
Al principio de los años ochenta, Gloria (Paola Barrientos) es una abogada defensora de oficio que ejerce su profesión en un juzgado de una capital de provincia. Descreída de su profesión y de la justicia, se lamenta de no haber defendido jamás a un inocente. Cuando le toca defender al acusado de un caso de violación y percibe la arbitrariedad de un sistema que estigmatiza a los pobres, recupera el brío de la joven abogada que fue una vez para enfrentar a la fiscal (María Onetto) -su profesora en la facultad de derecho- unida por una relación casi familiar con el juez de la causa (Darío Grandinetti).
La acción transcurre paralelamente en la sede de los tribunales de la ciudad y en el pueblo del cual son originarios los involucrados en el supuesto delito. En el primer lugar lo más notable es el tono irónico y escéptico de la mayoría de los abogados para referirse a esa justicia poco interesada en llegar a la verdad y la gran preocupación de la mayoría de ellos por conseguir los vínculos y el consenso necesarios para avanzar en sus carreras. En el pueblo, aislado y con un ritmo propio, no faltan los cómplices del poder. El silencio, la desidia y la connivencia de sus pobladores son necesarios y funcionales al atropello que sufren las víctimas de la injusticia.
"El peso de la ley" está plagado de personajes arquetípicos. Muestra el drama de los excluidos que sufren la desigualdad ante la ley y lo atraviesa con un humor amargo, irónico y mordaz que roza en muchas ocasiones la negrura. Tiene mucho que ver en el buen funcionamiento de esta fórmula la actuación de Paola Barrientos que transmite a su personaje el encanto y la fuerza necesarios para lograr la empatía del público.
"El peso de la ley" es un film sorprendente que merece una oportunidad. Hace una crítica social aguda y evidencia la doble moral y el relativismo ético que muchas veces rige el comportamiento humano.
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