Los recortes del nuevo gobierno mexicano eliminan otro premio cinematográfico y dañan a los Ariel
- por © Redacción (México)-NOTICINE.com
Sucesivos gobiernos de la derecha han amenazado con reducir las ayudas al cine, pero en la mayoría de los casos, al final nadie se atrevió a usar la tijera contra una industria estratégica que ha hecho más por la imagen de Mëxico en el mundo que ningún político. Muchos profesionales del audiovisual mexicano, hoy, se echan las manos a la cabeza ante el riesgo de que sea precisamente un gobierno "de izquierda" el que pueda finalmente asestar el tijeretazo a su industria. En los últimos días trascendía que a las pocas semanas de la despedida obligada de los premios Fenix, son las Diosas de Plata las que dejarán de entregarse, mientras los Ariel tendrán que celebrarse en la Cineteca en vez de en su tradicional marco, el Palacio de Bellas Artes.
El motivo es en los tres casos el mismo, la nueva Administración de Andrés Manuel López Obrador decidió eliminar todo "gasto suntuoso", sin estudiar el caso por caso y fijarse en quién despilfarra y quién gasta en la promoción y mejora de un sector económico no sólo importante, sino clave en la imagen de México en el mundo. La máxima responsable del Instituto Mexicano de Cinematografía, María Novaro, nombrada por AMLO, lo sufrió en su propia carne hace bien poco: su viaje a Cannes para apoyar la presencia del cine nacional se vio bruscamente interrumpido porque los desplazamientos de los nuevos gestores deben ser autorizados prácticamente por la mismísima presidencia.
El IMCINE podría volver a sufrir críticas muy pronto, ya que parece que estas medidas de "austeridad" están lejos de haber terminado, y podrían afectar más temprano que tarde a los apoyos a la producción. Se habla de que algunos cineastas e intelectuales se están movilizando para lanzar una carta abierta a su colega, la cineasta María Novaro, y no en términos muy cordiales.
Los hachazos al cine mexicano por parte del gobierno AMLO empezaron con la supresión del respaldo económico a los Premios Fénix al cine iberoamericano. A finales del pasado marzo se anunció que Cinema23 renunciaba a celebrar su gala anual, luego de 7 años, "ante la falta de respuesta y apoyo de la nueva administración del país y de la Ciudad de México".
"Las políticas públicas y culturales han cambiado radicalmente en nuestro país -afirmaban los organizadores- ya que no permiten que las organizaciones de la sociedad civil (OSC) tengan acceso a recursos públicos. Por otro lado, la viabilidad de los Fénix de forma únicamente comercial a través de patrocinios privados es imposible".
Esta misma semana se conocía que otra entidad, la Asociación Civil sin fines de lucro Periodistas Cinematográficos de México A.C. (PECIME), no tenía más remedio que cancelar la entrega número 48 de las Diosas de Plata, premios anuales de una parte de la prensa especializada a lo mejor del cine mexicano. El Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) eliminó el apoyo habitual.
"La agrupación, cada año, con sus propios recursos, organiza el evento sin más interés que contribuir a la promoción y difusión de la cultura cinematográfica de nuestro país. Lamentamos no haber contado con el apoyo y comprensión del IMCINE para la realización del evento, como lo hemos hecho desde hace 47 años", expresó PECIME. Los informadores acudieron a hablar con Novaro, quien les ofreció ceder el Auditorio Nacional o la Cineteca, pero PECIME manifestó que ninguno se adaptaba a los requerimientos en cuanto a generarles gastos extras o espacio de más o de menos para el público esperado. La asociación propuso el Teatro Metropólitan y el IMCINE dijo que podría apoyar con el pago del 70% del consto de rentarlo. Sin embargo, la ayuda prometida, que no excedía los 250 000 pesos, nunca llegó, ya que "por normatividad, no podían pagar ningún porcentaje de la renta del teatro, ni para la alfombra roja ni las invitaciones".
PECIME expuso en su web: "Estamos totalmente convencidos de que el gobierno tiene prioridades como la salud, combatir la inseguridad y la desigualdad social y apoyamos esta decisión, pero lo que no es correcto es convocar a una reunión para simular un interés en donde nunca hubo voluntad por apoyarnos".
Por otro lado, los premios decanos del cine en toda Iberoamerica, los Ariel, tendrán este año que cambiar de ubicación y reducir drásticamente sus gastos. La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) celabrará su entrega 61 el próximo 24 de junio en la Cineteca Nacional, en lugar de su tradicional sede los últimos años, el Palacio de Bellas Artes. El organismo, que recibió el año pasado un respaldo estatal de 4 millones y medio de pesos, este 2019 no ha obtenido -de momento- nada.
Blanca Guerra, expresidenta de la Academia y receptora de cuatro estatuillas, dijo a El Heraldo que entendía la austeridad, pero en su opinión la gala podría haberse realizado en el Bellas Artes y a la vez ser austera. La actriz señaló que el Instituto Nacional de Bellas Artes cobraba a la Academia 350 000 pesos diarios por el Palacio, y que en cambio, recientemente, la Iglesia La Luz del Mundo sólo pagó 185 000 por el alquiler del recinto. "Creo que no le costaba nada a la directora de Bellas Artes (Lucina Jiménez) apoyar. Nosotros siempre lo pagamos. ¿Por qué ahora que estamos necesitados, si ellos tienen la posibilidad, nos cerraron las puertas? Nos podríamos haber ajustado a la fecha que tuvieran libre", comentó Guerra.
La cruzada de AMLO contra los gastos del Estado, que ha optado por eliminar en lugar de fiscalizar, podrían afectar pronto a festivales de cine y a la propia producción de películas. "Lo que se está haciendo es -con la motivación de que hay hongos en una uña del pie- amputar la pierna entera. Es más rápida como solución, pero tiene un costo demasiado alto", expresaba a NOTICINE.com un profesional de la industria que prefirió el anonimato este martes.
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El motivo es en los tres casos el mismo, la nueva Administración de Andrés Manuel López Obrador decidió eliminar todo "gasto suntuoso", sin estudiar el caso por caso y fijarse en quién despilfarra y quién gasta en la promoción y mejora de un sector económico no sólo importante, sino clave en la imagen de México en el mundo. La máxima responsable del Instituto Mexicano de Cinematografía, María Novaro, nombrada por AMLO, lo sufrió en su propia carne hace bien poco: su viaje a Cannes para apoyar la presencia del cine nacional se vio bruscamente interrumpido porque los desplazamientos de los nuevos gestores deben ser autorizados prácticamente por la mismísima presidencia.
El IMCINE podría volver a sufrir críticas muy pronto, ya que parece que estas medidas de "austeridad" están lejos de haber terminado, y podrían afectar más temprano que tarde a los apoyos a la producción. Se habla de que algunos cineastas e intelectuales se están movilizando para lanzar una carta abierta a su colega, la cineasta María Novaro, y no en términos muy cordiales.
Los hachazos al cine mexicano por parte del gobierno AMLO empezaron con la supresión del respaldo económico a los Premios Fénix al cine iberoamericano. A finales del pasado marzo se anunció que Cinema23 renunciaba a celebrar su gala anual, luego de 7 años, "ante la falta de respuesta y apoyo de la nueva administración del país y de la Ciudad de México".
"Las políticas públicas y culturales han cambiado radicalmente en nuestro país -afirmaban los organizadores- ya que no permiten que las organizaciones de la sociedad civil (OSC) tengan acceso a recursos públicos. Por otro lado, la viabilidad de los Fénix de forma únicamente comercial a través de patrocinios privados es imposible".
Esta misma semana se conocía que otra entidad, la Asociación Civil sin fines de lucro Periodistas Cinematográficos de México A.C. (PECIME), no tenía más remedio que cancelar la entrega número 48 de las Diosas de Plata, premios anuales de una parte de la prensa especializada a lo mejor del cine mexicano. El Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE) eliminó el apoyo habitual.
"La agrupación, cada año, con sus propios recursos, organiza el evento sin más interés que contribuir a la promoción y difusión de la cultura cinematográfica de nuestro país. Lamentamos no haber contado con el apoyo y comprensión del IMCINE para la realización del evento, como lo hemos hecho desde hace 47 años", expresó PECIME. Los informadores acudieron a hablar con Novaro, quien les ofreció ceder el Auditorio Nacional o la Cineteca, pero PECIME manifestó que ninguno se adaptaba a los requerimientos en cuanto a generarles gastos extras o espacio de más o de menos para el público esperado. La asociación propuso el Teatro Metropólitan y el IMCINE dijo que podría apoyar con el pago del 70% del consto de rentarlo. Sin embargo, la ayuda prometida, que no excedía los 250 000 pesos, nunca llegó, ya que "por normatividad, no podían pagar ningún porcentaje de la renta del teatro, ni para la alfombra roja ni las invitaciones".
PECIME expuso en su web: "Estamos totalmente convencidos de que el gobierno tiene prioridades como la salud, combatir la inseguridad y la desigualdad social y apoyamos esta decisión, pero lo que no es correcto es convocar a una reunión para simular un interés en donde nunca hubo voluntad por apoyarnos".
Por otro lado, los premios decanos del cine en toda Iberoamerica, los Ariel, tendrán este año que cambiar de ubicación y reducir drásticamente sus gastos. La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) celabrará su entrega 61 el próximo 24 de junio en la Cineteca Nacional, en lugar de su tradicional sede los últimos años, el Palacio de Bellas Artes. El organismo, que recibió el año pasado un respaldo estatal de 4 millones y medio de pesos, este 2019 no ha obtenido -de momento- nada.
Blanca Guerra, expresidenta de la Academia y receptora de cuatro estatuillas, dijo a El Heraldo que entendía la austeridad, pero en su opinión la gala podría haberse realizado en el Bellas Artes y a la vez ser austera. La actriz señaló que el Instituto Nacional de Bellas Artes cobraba a la Academia 350 000 pesos diarios por el Palacio, y que en cambio, recientemente, la Iglesia La Luz del Mundo sólo pagó 185 000 por el alquiler del recinto. "Creo que no le costaba nada a la directora de Bellas Artes (Lucina Jiménez) apoyar. Nosotros siempre lo pagamos. ¿Por qué ahora que estamos necesitados, si ellos tienen la posibilidad, nos cerraron las puertas? Nos podríamos haber ajustado a la fecha que tuvieran libre", comentó Guerra.
La cruzada de AMLO contra los gastos del Estado, que ha optado por eliminar en lugar de fiscalizar, podrían afectar pronto a festivales de cine y a la propia producción de películas. "Lo que se está haciendo es -con la motivación de que hay hongos en una uña del pie- amputar la pierna entera. Es más rápida como solución, pero tiene un costo demasiado alto", expresaba a NOTICINE.com un profesional de la industria que prefirió el anonimato este martes.
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