Crítica: "Delfín", a la felicidad por el empeño
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Por Edurne Sarriegui
El argentino Gaspar Scheuer estrena su tercer largometraje en Argentina después de haberlo presentado en la sección Écrans Juniors de la última edición del Festival de Cannes. "Delfín" (2019), que así se llama la obra, es un poético drama que tiene como protagonista a un niño de once años cuyo nombre da título a la película.
Delfín (Valentino Catania) tiene una vida difícil y el milagro es que él parece no darse cuenta. Vive en los arrabales de un pequeño pueblo en una casa desvencijada. Su padre (Cristian Salguero), que trabaja muchas horas y enfrenta solo el cuidado del hijo, parece arrastrar una pena honda, tal vez causada por la ausencia de la madre del niño. Una escena inicial da cuenta de que hubo tiempos más felices.
La dura vida del niño incluye la necesidad de trabajar para el panadero del pueblo (Marcelo Subiotto) haciendo el reparto durante las mañanas. Por las tardes va a la escuela, se encuentra con sus amigos y, aunque todavía no sabe lo que es estar enamorado, observa fascinado a Fanny (Paula Reca), una de las maestras.
La posibilidad de formar parte de una orquesta juvenil en un pueblo vecino colma las expectativas de Delfín, que aprendió a tocar el corno francés gracias al maestro de música de la escuela y al viejo instrumento que ésta tiene en custodia. La música se presenta como redentora de su penosa realidad quizá por influencia de la dilatada carrera como sonidista de Scheuer.
No habrá obstáculos para Delfín en pos de perseguir su sueño. Con la insistencia con la que piden los niños bregará por su deseo a pesar de la indiferencia de los adultos ante cuyos ojos Delfín casi parece invisible.
Filmada en Los Toldos, localidad natal del realizador, la cinta nos muestra siempre el punto de vista del niño. Su autor se encarga de aportar su mirada de ternura sobre la infancia desvalida y, al mismo tiempo, le otorga a su personaje la fuerza del optimismo y la determinación del sobreviviente.
Con un relato lineal y sencillo, "Delfín" es un canto a la esperanza que logra seducir al espectador gracias al empecinamiento de su protagonista por alcanzar sus sueños y a su empeño por ser feliz.
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El argentino Gaspar Scheuer estrena su tercer largometraje en Argentina después de haberlo presentado en la sección Écrans Juniors de la última edición del Festival de Cannes. "Delfín" (2019), que así se llama la obra, es un poético drama que tiene como protagonista a un niño de once años cuyo nombre da título a la película.
Delfín (Valentino Catania) tiene una vida difícil y el milagro es que él parece no darse cuenta. Vive en los arrabales de un pequeño pueblo en una casa desvencijada. Su padre (Cristian Salguero), que trabaja muchas horas y enfrenta solo el cuidado del hijo, parece arrastrar una pena honda, tal vez causada por la ausencia de la madre del niño. Una escena inicial da cuenta de que hubo tiempos más felices.
La dura vida del niño incluye la necesidad de trabajar para el panadero del pueblo (Marcelo Subiotto) haciendo el reparto durante las mañanas. Por las tardes va a la escuela, se encuentra con sus amigos y, aunque todavía no sabe lo que es estar enamorado, observa fascinado a Fanny (Paula Reca), una de las maestras.
La posibilidad de formar parte de una orquesta juvenil en un pueblo vecino colma las expectativas de Delfín, que aprendió a tocar el corno francés gracias al maestro de música de la escuela y al viejo instrumento que ésta tiene en custodia. La música se presenta como redentora de su penosa realidad quizá por influencia de la dilatada carrera como sonidista de Scheuer.
No habrá obstáculos para Delfín en pos de perseguir su sueño. Con la insistencia con la que piden los niños bregará por su deseo a pesar de la indiferencia de los adultos ante cuyos ojos Delfín casi parece invisible.
Filmada en Los Toldos, localidad natal del realizador, la cinta nos muestra siempre el punto de vista del niño. Su autor se encarga de aportar su mirada de ternura sobre la infancia desvalida y, al mismo tiempo, le otorga a su personaje la fuerza del optimismo y la determinación del sobreviviente.
Con un relato lineal y sencillo, "Delfín" es un canto a la esperanza que logra seducir al espectador gracias al empecinamiento de su protagonista por alcanzar sus sueños y a su empeño por ser feliz.
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