"Shalom Taiwan", tacaño humor judío
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Por Edurne Sarriegui
El cineasta argentino Walter Tejblum estrena su primer trabajo de ficción. Después de los documentales "La fidelidad" (2014) Y "Malka, una chica de la Zwi Migdal" (2016), llega "Shalom Taiwan" (2019), una comedia sin demasiadas carcajadas.
Aarón (Fabián Rosenthal) es un rabino que tiene a su cargo un templo y su comunidad. Con la audacia de la juventud y el estímulo que supone tener un predecesor muy exitoso, se endeuda para ampliar el templo y así poder dar una mejor atención, sobre todo,, a los más desfavorecidos de su congregación.
Aarón, además de joven es idealista y no repara en los esfuerzos necesarios para llevar adelante su tarea, ni en el sacrificio que supone para su familia su altruista dedicación. Su esposa (Mercedes Funes) acepta con resignación la entrega de su marido a su causa.
El problema surge cuando la crisis económica (¿cuándo no hubo una crisis económica en Argentina?) limita los aportes de los donantes y el financista de la obra reclama el pago de la deuda bajo la amenaza de ejecutarla y quedarse con el edificio aunque éste sea un templo.
Es en ese momento que el entusiasta rabino Aarón decide viajar, primero a Nueva York -con poco éxito- y después a Taiwán, en busca de posibles donantes para continuar con su obra solidaria.
Durante el viaje en busca de los bienes materiales el rabino encontrará otros valores esenciales.
El protagonista Fabián Rosenthal lleva todo el peso de la narración mientras los personajes secundarios acompañan su travesía de manera funcional a la historia. Hay un par de personajes que tienen a su cargo las pinceladas cómicas (Santiago Karosvsky y Paula Grinszpan) mientras Betiana Blum asume los tópicos más jocosos que se atribuyen a la madre y suegra judía.
La cinta discurre por cauces previsibles apostando al choque cultural para dar una perspectiva original a la situación. El intento no llega a funcionar plenamente pues las situaciones se plantean de una manera somera, sin ahondar en otro conflicto que no sea el central.
"Shalom Taiwan", a pesar del buen desempeño de su protagonista (que finalmente descubrirá que la verdadera riqueza está al alcance de la mano) y del esfuerzo que supone rodar en tierras tan lejanas, resulta un tanto superficial con un relato lineal y predecible, lejos del talento de grandes creadores judíos en el género, de Billy Wilder a los Hermanos Marx.
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El cineasta argentino Walter Tejblum estrena su primer trabajo de ficción. Después de los documentales "La fidelidad" (2014) Y "Malka, una chica de la Zwi Migdal" (2016), llega "Shalom Taiwan" (2019), una comedia sin demasiadas carcajadas.
Aarón (Fabián Rosenthal) es un rabino que tiene a su cargo un templo y su comunidad. Con la audacia de la juventud y el estímulo que supone tener un predecesor muy exitoso, se endeuda para ampliar el templo y así poder dar una mejor atención, sobre todo,, a los más desfavorecidos de su congregación.
Aarón, además de joven es idealista y no repara en los esfuerzos necesarios para llevar adelante su tarea, ni en el sacrificio que supone para su familia su altruista dedicación. Su esposa (Mercedes Funes) acepta con resignación la entrega de su marido a su causa.
El problema surge cuando la crisis económica (¿cuándo no hubo una crisis económica en Argentina?) limita los aportes de los donantes y el financista de la obra reclama el pago de la deuda bajo la amenaza de ejecutarla y quedarse con el edificio aunque éste sea un templo.
Es en ese momento que el entusiasta rabino Aarón decide viajar, primero a Nueva York -con poco éxito- y después a Taiwán, en busca de posibles donantes para continuar con su obra solidaria.
Durante el viaje en busca de los bienes materiales el rabino encontrará otros valores esenciales.
El protagonista Fabián Rosenthal lleva todo el peso de la narración mientras los personajes secundarios acompañan su travesía de manera funcional a la historia. Hay un par de personajes que tienen a su cargo las pinceladas cómicas (Santiago Karosvsky y Paula Grinszpan) mientras Betiana Blum asume los tópicos más jocosos que se atribuyen a la madre y suegra judía.
La cinta discurre por cauces previsibles apostando al choque cultural para dar una perspectiva original a la situación. El intento no llega a funcionar plenamente pues las situaciones se plantean de una manera somera, sin ahondar en otro conflicto que no sea el central.
"Shalom Taiwan", a pesar del buen desempeño de su protagonista (que finalmente descubrirá que la verdadera riqueza está al alcance de la mano) y del esfuerzo que supone rodar en tierras tan lejanas, resulta un tanto superficial con un relato lineal y predecible, lejos del talento de grandes creadores judíos en el género, de Billy Wilder a los Hermanos Marx.
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