Crítica Venecia: "Deserto particular", un amor imposible en un país homófobo
- por © Cineuropa-NOTICINE.com
Por Vittoria Scarpa
Viajamos del Sur al Norte de Brasil, dos espacios geográficos y emotivos muy diferentes, en "Deserto particular" (2021), el nuevo largometraje de la directora brasileña Aly Muritiba que se proyectó en estreno mundial en las Giornate degli Autori de la Mostra de Venecia. Este drama sentimental disfrazado de road movie presenta a su protagonista descubriendo un lado indescriptible de sí mismo y logra captar la atención de los espectadores a través de una saludable dosis de suspense.
Sara, una mujer a la que conoció en un chat pero no en persona, ya que vive al otro lado del país, siempre está en el centro de los pensamientos de Daniel (Antonio Saboia). Pero nuestro hombre, un policía suspendido del servicio activo por agredir a un nuevo recluta, tiene mucho, mucho más en mente: el juicio que le espera, por ejemplo (que incluso ha salido en las noticias), y la ayuda que requiere su padre enfermo, un exsoldado que ya no habla y que ahora necesita cuidados las 24 horas. La primera mitad de la película sigue a Daniel a través de su gris día a día, mientras busca cualquier tipo de trabajo, como servir como portero en un club nocturno, y lidia con su hermana, que quiere mudar a su padre a un hogar de ancianos. Además, ella se ha enamorado de otra mujer, para gran desaprobación de su hermano.
La única persona que puede hacer sonreír a Daniel es Sara, con quien intercambia mensajes y fotos en su móvil. Un día, sin embargo, la mujer de repente deja de contestar su teléfono y desaparece. Daniel decide subirse a su coche y se dirige hacia el Norte, dejándolo todo, incluido a su padre, y recorriendo 3000 kilómetros con la esperanza de encontrarla. Y es aquí donde el director parece querer comenzar su película, rodando los créditos iniciales aproximadamente media hora después del inicio. Una vez que llega a su destino, Daniel cubre el pequeño pueblo donde vive Sara con carteles con su foto, esperando que alguien la reconozca y le diga dónde está. De hecho, un hombre lo llama y le dice dónde está la mujer, pero sin darle más detalles.
A mitad de la película, el punto de vista cambia, en todos los sentidos. Vemos quién es realmente Sara y entramos en su vida diaria y doble. Mientras tanto, Daniel ha localizado a su amada por teléfono y pide reunirse con ella con creciente insistencia. Sara ya no puede evitar lo inevitable.
"Deserto particular" es la historia de un encuentro inesperado que pone en duda las certezas de un hombre, dando lugar a la decepción, la ira y, en última instancia, la agresión, antes de ayudarlo gradualmente a reconectarse consigo mismo y sus emociones. Es la historia de un hechizo roto, una relación imposible que ve a dos almas suspendidas entre el amor y el odio, pero también es un encuentro entre dos mundos distintos: el frío y conservador sur de Brasil, y el más soleado y progresista norte. Todo esto es abordado con gran delicadeza y apuntalado por intensas actuaciones actoral (los protagonistas son Pedro Fasanaro y Antonio Sabola), dando como resultado una película finamente equilibrada que cuestiona el concepto de libertad personal y el peso de las jaulas que erigimos en nuestra propia mente.
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Viajamos del Sur al Norte de Brasil, dos espacios geográficos y emotivos muy diferentes, en "Deserto particular" (2021), el nuevo largometraje de la directora brasileña Aly Muritiba que se proyectó en estreno mundial en las Giornate degli Autori de la Mostra de Venecia. Este drama sentimental disfrazado de road movie presenta a su protagonista descubriendo un lado indescriptible de sí mismo y logra captar la atención de los espectadores a través de una saludable dosis de suspense.
Sara, una mujer a la que conoció en un chat pero no en persona, ya que vive al otro lado del país, siempre está en el centro de los pensamientos de Daniel (Antonio Saboia). Pero nuestro hombre, un policía suspendido del servicio activo por agredir a un nuevo recluta, tiene mucho, mucho más en mente: el juicio que le espera, por ejemplo (que incluso ha salido en las noticias), y la ayuda que requiere su padre enfermo, un exsoldado que ya no habla y que ahora necesita cuidados las 24 horas. La primera mitad de la película sigue a Daniel a través de su gris día a día, mientras busca cualquier tipo de trabajo, como servir como portero en un club nocturno, y lidia con su hermana, que quiere mudar a su padre a un hogar de ancianos. Además, ella se ha enamorado de otra mujer, para gran desaprobación de su hermano.
La única persona que puede hacer sonreír a Daniel es Sara, con quien intercambia mensajes y fotos en su móvil. Un día, sin embargo, la mujer de repente deja de contestar su teléfono y desaparece. Daniel decide subirse a su coche y se dirige hacia el Norte, dejándolo todo, incluido a su padre, y recorriendo 3000 kilómetros con la esperanza de encontrarla. Y es aquí donde el director parece querer comenzar su película, rodando los créditos iniciales aproximadamente media hora después del inicio. Una vez que llega a su destino, Daniel cubre el pequeño pueblo donde vive Sara con carteles con su foto, esperando que alguien la reconozca y le diga dónde está. De hecho, un hombre lo llama y le dice dónde está la mujer, pero sin darle más detalles.
A mitad de la película, el punto de vista cambia, en todos los sentidos. Vemos quién es realmente Sara y entramos en su vida diaria y doble. Mientras tanto, Daniel ha localizado a su amada por teléfono y pide reunirse con ella con creciente insistencia. Sara ya no puede evitar lo inevitable.
"Deserto particular" es la historia de un encuentro inesperado que pone en duda las certezas de un hombre, dando lugar a la decepción, la ira y, en última instancia, la agresión, antes de ayudarlo gradualmente a reconectarse consigo mismo y sus emociones. Es la historia de un hechizo roto, una relación imposible que ve a dos almas suspendidas entre el amor y el odio, pero también es un encuentro entre dos mundos distintos: el frío y conservador sur de Brasil, y el más soleado y progresista norte. Todo esto es abordado con gran delicadeza y apuntalado por intensas actuaciones actoral (los protagonistas son Pedro Fasanaro y Antonio Sabola), dando como resultado una película finamente equilibrada que cuestiona el concepto de libertad personal y el peso de las jaulas que erigimos en nuestra propia mente.
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