Crítica: "Diários de Otsoga", Miguel Gomes y Maureen Fazendeiro en un rodaje pandémico
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Juan Pablo Russo
Los portugueses Miguel Gomes y Maureen Fazendeiro construyen con "Diários de Otsoga" (2021) un fresco pandémico sobre las vicisitudes ocurridas durante un rodaje en pleno confinamiento por la crisis sanitaria del Covid-19.
Numerosos cineastas aprovecharon para filmar durante la pandemia y mostrar, en una especie de diario urgente y catártico, lo que se estaba viviendo en ese momento y de qué manera los afectaba como artistas y creadores. Muchas de esas películas devinieron en documentales que mostraban una sensación de incertidumbre frente al futuro y a la nueva normalidad que se avecinaba. La pareja conformada por Miguel Gomes ("Tabú", "Las mil y una noches") y Maureen Fazendeiro (aclamada cineasta experimental francesa de origen luso) combina la ficción con el documental para crear un diario (subgénero específico del documental) sobre el rodaje de una película de ficción en plena cuarentena.
"Diários de Otsoga", presentada en la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes 2021 y en competencia del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, es un diario contado a la inversa, es decir de atrás para adelante (“otsoga” es “agosto” al revés). Un diario que durante la primera (o última parte) tiene a tres personajes, Crista, Carloto y João, jóvenes aislados en una casona, conviviendo y haciéndole frente a la angustia que les genera la situación. Pero, a medida que los días desandan, la película comienza a abrirse y el binomio de directores transforma la historia en un registro experimental que retrata las complicaciones que se desatan al querer filmar una película pandémica. Una ficción claustrofóbica que deviene en un documental colectivo.
Crista, Carloto y João, que en realidad son los tres actores que están en la casa con un equipo bastante numeroso de técnicos, incluidos los propios realizadores, se quedan con las cámaras y un rollo de película de 16 mm durante un día, y el resultado es el comienzo de la película (que en realidad es el final).
"Diários de Otsoga", que como una caja de pandora es muchas películas dentro de una, cuenta un rodaje, el de la película que hubiera podido ser, quizá una adaptación de "La bella estate" de Cesare Pavese, pero también es una película metalingüística, en la que no solo se puede apreciar el resultado sino también el proceso creativo. Aunque finalmente, puede que sea una película sobre la nada, el último de los objetivos que busca el cine, y por eso, tal vez, merezca ser elogiada.
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Los portugueses Miguel Gomes y Maureen Fazendeiro construyen con "Diários de Otsoga" (2021) un fresco pandémico sobre las vicisitudes ocurridas durante un rodaje en pleno confinamiento por la crisis sanitaria del Covid-19.
Numerosos cineastas aprovecharon para filmar durante la pandemia y mostrar, en una especie de diario urgente y catártico, lo que se estaba viviendo en ese momento y de qué manera los afectaba como artistas y creadores. Muchas de esas películas devinieron en documentales que mostraban una sensación de incertidumbre frente al futuro y a la nueva normalidad que se avecinaba. La pareja conformada por Miguel Gomes ("Tabú", "Las mil y una noches") y Maureen Fazendeiro (aclamada cineasta experimental francesa de origen luso) combina la ficción con el documental para crear un diario (subgénero específico del documental) sobre el rodaje de una película de ficción en plena cuarentena.
"Diários de Otsoga", presentada en la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes 2021 y en competencia del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, es un diario contado a la inversa, es decir de atrás para adelante (“otsoga” es “agosto” al revés). Un diario que durante la primera (o última parte) tiene a tres personajes, Crista, Carloto y João, jóvenes aislados en una casona, conviviendo y haciéndole frente a la angustia que les genera la situación. Pero, a medida que los días desandan, la película comienza a abrirse y el binomio de directores transforma la historia en un registro experimental que retrata las complicaciones que se desatan al querer filmar una película pandémica. Una ficción claustrofóbica que deviene en un documental colectivo.
Crista, Carloto y João, que en realidad son los tres actores que están en la casa con un equipo bastante numeroso de técnicos, incluidos los propios realizadores, se quedan con las cámaras y un rollo de película de 16 mm durante un día, y el resultado es el comienzo de la película (que en realidad es el final).
"Diários de Otsoga", que como una caja de pandora es muchas películas dentro de una, cuenta un rodaje, el de la película que hubiera podido ser, quizá una adaptación de "La bella estate" de Cesare Pavese, pero también es una película metalingüística, en la que no solo se puede apreciar el resultado sino también el proceso creativo. Aunque finalmente, puede que sea una película sobre la nada, el último de los objetivos que busca el cine, y por eso, tal vez, merezca ser elogiada.
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