Crítica: "Miranda, de viernes a lunes", Inés Estévez y un renacer en la tormenta
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Juan Pablo Russo
La argentina "Miranda, de viernes a lunes" (2024), dirigida por María Victoria Menis, presenta un retrato íntimo y visceral de una mujer en medio de una transformación radical.
En este drama inspirado por hechos reales, María Victoria Menis nos presenta un retrato íntimo y visceral de una mujer enfrentándose a las olas de un cambio radical durante un fin de semana tumultuoso en el año 2016. La trama se sumerge en la vida de Miranda, una profesora de literatura y madre de dos hijas, cuya existencia se ve sacudida por una denuncia de abuso ocurrida en la escuela donde ejerce, desencadenando una secuencia de eventos que la llevan a cuestionar profundamente su propia identidad y su lugar en el mundo.
Interpretada con maestría por Inés Estévez, Miranda confronta no solo el papel de la institución escolar ante las acusaciones, sino también los vínculos personales y los pilares de su vida familiar. La narrativa se desarrolla bajo un prisma de nostalgia y autodescubrimiento, mientras Miranda reúne a su antigua banda de rock adolescente, se libera de las expectativas impuestas por sus hijas y se adentra en un viaje introspectivo para reconciliar su pasado con su presente.
El elenco, encabezado por talentos como Ricardo Merkin, Elvira Oneto, Diego de Paula, Laura Grandinetti y Luciana Grasso, complementa la interpretación de Estévez, brindando autenticidad a cada interacción. La dinámica entre los personajes, especialmente entre Miranda y su madre, interpretada por Oneto, está cargada de una tensión emocional que añade capas de complejidad al relato.
Uno de los logros más destacados de la película radica en su capacidad para capturar la esencia de una mujer en plena transformación, navegando por las aguas turbulentas de la culpa, el perdón y la búsqueda de redención. A través de un guion dinámico, con diálogos fluidos y una dirección hábil, Menis teje una historia que resuena con la lucha por la igualdad y el empoderamiento femenino.
"Miranda, de viernes a lunes" no solo es una película sobre una mujer en crisis, sino también sobre la fuerza resiliente del espíritu humano y la capacidad de reinventarse a uno mismo en tiempos de adversidad. Es un recordatorio elocuente de que el viaje hacia la autenticidad y la autoaceptación es un proceso arduo y a menudo doloroso, pero también esencial para el crecimiento personal y la búsqueda de la verdad interior.
En un panorama cinematográfico saturado de narrativas convencionales, "Miranda, de viernes a lunes" se destaca como una obra singular que desafía las convenciones y celebra la complejidad de la experiencia humana. Es una película que nos recuerda que, incluso en medio de la tormenta, siempre hay espacio para la esperanza y la renovación.
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La argentina "Miranda, de viernes a lunes" (2024), dirigida por María Victoria Menis, presenta un retrato íntimo y visceral de una mujer en medio de una transformación radical.
En este drama inspirado por hechos reales, María Victoria Menis nos presenta un retrato íntimo y visceral de una mujer enfrentándose a las olas de un cambio radical durante un fin de semana tumultuoso en el año 2016. La trama se sumerge en la vida de Miranda, una profesora de literatura y madre de dos hijas, cuya existencia se ve sacudida por una denuncia de abuso ocurrida en la escuela donde ejerce, desencadenando una secuencia de eventos que la llevan a cuestionar profundamente su propia identidad y su lugar en el mundo.
Interpretada con maestría por Inés Estévez, Miranda confronta no solo el papel de la institución escolar ante las acusaciones, sino también los vínculos personales y los pilares de su vida familiar. La narrativa se desarrolla bajo un prisma de nostalgia y autodescubrimiento, mientras Miranda reúne a su antigua banda de rock adolescente, se libera de las expectativas impuestas por sus hijas y se adentra en un viaje introspectivo para reconciliar su pasado con su presente.
El elenco, encabezado por talentos como Ricardo Merkin, Elvira Oneto, Diego de Paula, Laura Grandinetti y Luciana Grasso, complementa la interpretación de Estévez, brindando autenticidad a cada interacción. La dinámica entre los personajes, especialmente entre Miranda y su madre, interpretada por Oneto, está cargada de una tensión emocional que añade capas de complejidad al relato.
Uno de los logros más destacados de la película radica en su capacidad para capturar la esencia de una mujer en plena transformación, navegando por las aguas turbulentas de la culpa, el perdón y la búsqueda de redención. A través de un guion dinámico, con diálogos fluidos y una dirección hábil, Menis teje una historia que resuena con la lucha por la igualdad y el empoderamiento femenino.
"Miranda, de viernes a lunes" no solo es una película sobre una mujer en crisis, sino también sobre la fuerza resiliente del espíritu humano y la capacidad de reinventarse a uno mismo en tiempos de adversidad. Es un recordatorio elocuente de que el viaje hacia la autenticidad y la autoaceptación es un proceso arduo y a menudo doloroso, pero también esencial para el crecimiento personal y la búsqueda de la verdad interior.
En un panorama cinematográfico saturado de narrativas convencionales, "Miranda, de viernes a lunes" se destaca como una obra singular que desafía las convenciones y celebra la complejidad de la experiencia humana. Es una película que nos recuerda que, incluso en medio de la tormenta, siempre hay espacio para la esperanza y la renovación.
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