Crítica Netflix: "1992", Alex de la Iglesia y un thriller que regresa a la Expo de Sevilla
- por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Por Juan Pablo Russo
"1992" (2024), dirigida por Alex de la Iglesia, presenta una propuesta de thriller serial ambientado en la Sevilla actual y en los recuerdos de la Expo 92, pero las falencias narrativas y técnicas terminan por opacar su potencial.
La serie mezcla la intriga, el suspense y la nostalgia, en el marco de la Sevilla actual, pero con una constante mirada al pasado. La trama sigue a Amparo (Marian Álvarez), quien investiga la muerte sospechosa de su esposo, Álvaro. Lo que comienza como un caso aislado pronto se convierte en una serie de asesinatos seriales relacionados con un villano que tiene una particular obsesión por la Expo de 1992 y su mascota, Curro.
"1992" inicia con una trama que genera expectativas: una muerte inexplicable, un expolicía alcohólico como compañero de investigación y un villano que usa un lanzallamas como su arma. A pesar de estos elementos, la serie pierde fuerza a medida que avanza, especialmente debido a la falta de desarrollo en los personajes principales. Amparo y Richi (Fernando Valdivieso), quienes deberían ser los pilares de la narración, no logran generar una conexión suficiente con el espectador. Sus historias resultan superficiales, lo que limita su capacidad para lograr empatía, especialmente cuando la serie se centra principalmente en ellos, relegando al villano a un papel secundario hasta los últimos episodios.
Uno de los principales inconvenientes de 1992 es su previsibilidad. A pesar de los intentos de sorprender al espectador con giros narrativos, la trama resulta bastante clara desde el inicio, lo que resta impacto a los momentos que deberían ser más tensionantes. El guion, en algunos casos, parece apresurado y mal estructurado, lo que genera un ritmo irregular que perjudica la fluidez de la serie. Además, la falta de coherencia en la historia impide que algunos elementos clave se exploren de manera adecuada, afectando el desarrollo del misterio central.
La serie enfrenta otro desafío importante: la dificultad para generar suspense. Las secuencias de acción son limitadas y las interacciones entre los personajes no logran crear la tensión que se esperaría de un thriller. Aunque Álex de la Iglesia suele ser conocido por sus giros visuales y un cierto tipo de humor, en "1992" estos recursos no son explotados en todo su potencial.
Lo que realmente destaca en "1992" es el uso de Curro, la mascota de la Expo sevillana. La figura de este personaje, que en su momento fue un símbolo de celebración, se convierte en un elemento de horror. A lo largo de los 6 episodios, la obsesión del antagonista por Curro se convierte en el hilo conductor de la trama, aunque este enfoque no se aprovecha adecuadamente hasta las etapas finales. Este giro, aunque interesante, llega demasiado tarde para salvar la serie de sus problemas narrativos.
A pesar de sus intentos por mezclar nostalgia con elementos de thriller, "1992" no logra cumplir con su promesa. El guion predecible, los personajes poco desarrollados y la falta de una estructura sólida hacen que la serie se quede corta en comparación con otras propuestas dentro del género. La serie se ve empañada por la falta de un enfoque claro y por un ritmo que no logra mantener la tensión que se esperaba de una producción de este tipo.
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"1992" (2024), dirigida por Alex de la Iglesia, presenta una propuesta de thriller serial ambientado en la Sevilla actual y en los recuerdos de la Expo 92, pero las falencias narrativas y técnicas terminan por opacar su potencial.
La serie mezcla la intriga, el suspense y la nostalgia, en el marco de la Sevilla actual, pero con una constante mirada al pasado. La trama sigue a Amparo (Marian Álvarez), quien investiga la muerte sospechosa de su esposo, Álvaro. Lo que comienza como un caso aislado pronto se convierte en una serie de asesinatos seriales relacionados con un villano que tiene una particular obsesión por la Expo de 1992 y su mascota, Curro.
"1992" inicia con una trama que genera expectativas: una muerte inexplicable, un expolicía alcohólico como compañero de investigación y un villano que usa un lanzallamas como su arma. A pesar de estos elementos, la serie pierde fuerza a medida que avanza, especialmente debido a la falta de desarrollo en los personajes principales. Amparo y Richi (Fernando Valdivieso), quienes deberían ser los pilares de la narración, no logran generar una conexión suficiente con el espectador. Sus historias resultan superficiales, lo que limita su capacidad para lograr empatía, especialmente cuando la serie se centra principalmente en ellos, relegando al villano a un papel secundario hasta los últimos episodios.
Uno de los principales inconvenientes de 1992 es su previsibilidad. A pesar de los intentos de sorprender al espectador con giros narrativos, la trama resulta bastante clara desde el inicio, lo que resta impacto a los momentos que deberían ser más tensionantes. El guion, en algunos casos, parece apresurado y mal estructurado, lo que genera un ritmo irregular que perjudica la fluidez de la serie. Además, la falta de coherencia en la historia impide que algunos elementos clave se exploren de manera adecuada, afectando el desarrollo del misterio central.
La serie enfrenta otro desafío importante: la dificultad para generar suspense. Las secuencias de acción son limitadas y las interacciones entre los personajes no logran crear la tensión que se esperaría de un thriller. Aunque Álex de la Iglesia suele ser conocido por sus giros visuales y un cierto tipo de humor, en "1992" estos recursos no son explotados en todo su potencial.
Lo que realmente destaca en "1992" es el uso de Curro, la mascota de la Expo sevillana. La figura de este personaje, que en su momento fue un símbolo de celebración, se convierte en un elemento de horror. A lo largo de los 6 episodios, la obsesión del antagonista por Curro se convierte en el hilo conductor de la trama, aunque este enfoque no se aprovecha adecuadamente hasta las etapas finales. Este giro, aunque interesante, llega demasiado tarde para salvar la serie de sus problemas narrativos.
A pesar de sus intentos por mezclar nostalgia con elementos de thriller, "1992" no logra cumplir con su promesa. El guion predecible, los personajes poco desarrollados y la falta de una estructura sólida hacen que la serie se quede corta en comparación con otras propuestas dentro del género. La serie se ve empañada por la falta de un enfoque claro y por un ritmo que no logra mantener la tensión que se esperaba de una producción de este tipo.
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