Crítica: "Sin cobertura", divertida, previsible e intrascendente
- por © NOTICINE.com

Por Santiago Echeverría
El estreno español "Sin cobertura" plantea una premisa tan moderna como jugosa: una familia contemporánea, esclavizada por las pantallas, viaja accidentalmente a la Edad Media, un mundo donde el mayor drama no es la falta de 'likes', sino la falta de electricidad. Bajo la dirección de Mar Olid, la película aspira a ser una comedia familiar reflexiva, un espejo de nuestros tiempos con armadura y cotas de malla. Aunque consigue su objetivo de entretener de manera amable, la conexión con el humor y una trama sólida se muestra, irónicamente, algo intermitente.
El punto fuerte indiscutible del film es su reparto, repleto de caras conocidas y talento de la comedia española. Alexandra Jiménez y Ernesto Sevilla encarnan con solvencia a los padres agobiados, aunque este último recae en su personaje arquetípico de cuñado juerguista pero de buen corazón. Brillan con luz propia las apariciones estelares, especialmente el dúo cómico formado por Carmen Ruiz y Salva Reina, que aportan la mayor parte de la energía y las risas. Sin embargo, se echa de menos un mayor aprovechamiento de otros talentos de la nómina, como Pepe Viyuela, cuyo personaje queda en un mero esbozo gracioso.
La película acierta en su aspecto técnico. La recreación del Medievo es efectiva gracias a un inteligente uso de localizaciones naturales —espectaculares bosques y ruinas vizcaínas— que dotan de verosimilitud al relato sin pretender ser un blockbuster épico. Los créditos iniciales, animados, son un acierto narrativo y visual que sienta perfectamente el tono y el conflicto principal desde el minuto uno.
Donde la película tropieza es en su núcleo: el humor y la estructura. Sorprende que, con un elenco curtido en el humor absurdo y sketch, las carcajadas sean más bien escasas y el guión carezca de la pegada necesaria. La trama, que prometía seguir los pasos de la hija pequeña (Amaia Miranda), termina por diluir su protagonismo en favor de una sucesión de enredos que avanzan sin un rumbo claro hacia un desenlace predecible. El mensaje sobre la desconexión digital y el valor de la familia es loable y se presenta sin excesiva moralina, pero la historia que lo sustenta peca de no arriesgar, de jugar demasiado a lo seguro dentro de la fórmula de la comedia familiar.
Por todo lo anterior, "Sin cobertura" es una propuesta simpática y bienintencionada, que nos remite inevitablemente a la francesa "Los visitantes", ideal para un visionado estival sin pretensiones y con la familia. Hace pasar un rato agradable, ofrece momentos divertidos y deja una moraleja positiva. Sin embargo, se queda en la superficie de su propio potencial, dejando la sensación de ser una película de la que te vas a olvidar tan rápido como volverás a tener cobertura al encender el móvil a la salida del cine.
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El estreno español "Sin cobertura" plantea una premisa tan moderna como jugosa: una familia contemporánea, esclavizada por las pantallas, viaja accidentalmente a la Edad Media, un mundo donde el mayor drama no es la falta de 'likes', sino la falta de electricidad. Bajo la dirección de Mar Olid, la película aspira a ser una comedia familiar reflexiva, un espejo de nuestros tiempos con armadura y cotas de malla. Aunque consigue su objetivo de entretener de manera amable, la conexión con el humor y una trama sólida se muestra, irónicamente, algo intermitente.
El punto fuerte indiscutible del film es su reparto, repleto de caras conocidas y talento de la comedia española. Alexandra Jiménez y Ernesto Sevilla encarnan con solvencia a los padres agobiados, aunque este último recae en su personaje arquetípico de cuñado juerguista pero de buen corazón. Brillan con luz propia las apariciones estelares, especialmente el dúo cómico formado por Carmen Ruiz y Salva Reina, que aportan la mayor parte de la energía y las risas. Sin embargo, se echa de menos un mayor aprovechamiento de otros talentos de la nómina, como Pepe Viyuela, cuyo personaje queda en un mero esbozo gracioso.
La película acierta en su aspecto técnico. La recreación del Medievo es efectiva gracias a un inteligente uso de localizaciones naturales —espectaculares bosques y ruinas vizcaínas— que dotan de verosimilitud al relato sin pretender ser un blockbuster épico. Los créditos iniciales, animados, son un acierto narrativo y visual que sienta perfectamente el tono y el conflicto principal desde el minuto uno.
Donde la película tropieza es en su núcleo: el humor y la estructura. Sorprende que, con un elenco curtido en el humor absurdo y sketch, las carcajadas sean más bien escasas y el guión carezca de la pegada necesaria. La trama, que prometía seguir los pasos de la hija pequeña (Amaia Miranda), termina por diluir su protagonismo en favor de una sucesión de enredos que avanzan sin un rumbo claro hacia un desenlace predecible. El mensaje sobre la desconexión digital y el valor de la familia es loable y se presenta sin excesiva moralina, pero la historia que lo sustenta peca de no arriesgar, de jugar demasiado a lo seguro dentro de la fórmula de la comedia familiar.
Por todo lo anterior, "Sin cobertura" es una propuesta simpática y bienintencionada, que nos remite inevitablemente a la francesa "Los visitantes", ideal para un visionado estival sin pretensiones y con la familia. Hace pasar un rato agradable, ofrece momentos divertidos y deja una moraleja positiva. Sin embargo, se queda en la superficie de su propio potencial, dejando la sensación de ser una película de la que te vas a olvidar tan rápido como volverás a tener cobertura al encender el móvil a la salida del cine.
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