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Este miércoles se presenta a la prensa "Sub-terra", proyecto largamente acariciado por Marcelo Ferrari, basado libremente en la obra de Baldomero Lillo publicada en 1904. Se trata, como ha ocurrido recientemente en varias ocasiones, de un proyecto chileno común para cine y televisión, en formato de mini-serie (3 capítulos de 55 minutos de duración), que se beneficia de coproducción española y de ayuda del Fondo Ibermedia. El rodaje comenzará el próximo día 4.

La cinta narra, a través de los ojos y los textos del famoso escritor Baldomero Lillo, la epopeya humana que rodeó la explotación del carbón en Chile a comienzos de siglo, donde miles de mineros y una poderosa familia aristocrática española entregaron su sangre y sus vidas en pos de un sueño. El amor poderoso pero prohibido, será la chispa de una gran explosión de libertad que habrá de estallar en esta historia llena de pasión, valor humano y profundo amor por la vida. Los dramáticos rigores de la vida minera y el insólito proyecto de Revolución Industrial de los Cousiño-Goyenechea en los confines del mundo, confluyen en una historia de fuerte contenido social y humano.

"Yo la definiría -ha dicho Ferrari- como una obra de ficción, un drama histórico y social, romántico porque hay una historia de amor entremedio, cuenta la historia de cómo los mineros se fueron organizando para poder conversar con los dueños de la mina y luchar por sus derechos. No es una película política, sino con connotaciones sociales en un marco histórico que está ambientada entre 1890 y 1910, época en que la mina estaba funcionando a plena capacidad, era la época de oro del carbón".

"El libro de Baldomero Lillo -añadía el cineasta- consta de varios cuentos y lo que nosotros hacemos es tomar los principales y agregar elementos como la participación del propio Baldomero Lillo, y veremos cómo nace su vocación literaria y empieza a escribir estos cuentos. Además agregamos el mundo de la familia Cousiño-Goyenechea, una de las más ricas del mundo en aquellos años, muy emprendedora, que quiso hacer acá una especie de nueva Inglaterra en el sur de Chile, que creó estas minas de carbón, pero además creó unas fábricas de ladrillos y de cerámicas, todo un proyecto de revolución industrial en Chile y ahí se vivió un trozo de nuestra historia y de la historia de esta zona, muy fuerte, muy potente, en donde convivía este mundo de la aristocracia con el mundo de los mineros, subterra, y ahí había conflictos, tensiones, sueños, epopeyas".

La lista de actores está a la altura del ambicioso proyecto: Héctor Noguera, Consuelo Holzapfel, Paulina Galvez, Francisco Reyes, Patricio Bunster, Berta Lasala, Evelyn Armijo, José Manuel Callejas, José Martín Jara, María Inés Leighton, Patricia Bustamante, Vanessa Montero, Álvaro Uccelletti, Nelson Polanco, Peter Schwend, Cristian Chaparro, Imara Castagnoli, Luis Wigdorsky, Ernesto Malbrán, Juan Arévalo, Mario Hernández, Nelson Olate, Carlos Aguilera, Patricio Ruiz, Carlos Valenzuela, David Bahamondes, Cristian Winter, Oscar Sepúlveda, Alejandro Trejo, Mariana Loyola, Raúl Azócar, Dany Foix, Benjamín Lagos, Iván Arraigada, Nicolás Saavedra, Gabriela Medina, César Rojas, Andrés Olea, Pedro Moraga, Otilio Castro, Manuel Loyola, Cristian Beltrán, Denis Alarcón, Miguel Ibáñez, Nelson Flores, Luis Ayala, Julio Muñoz, Juan Ricardo Vásquez, Lucy Neira, Cecilia Zapata, Claudia Barrales, Fernando Acuña, y Rodrigo Figueroa.

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Fuerte incluso en la debilidad, con un atractivo físico que toca la ternura y una madurez envidiable, Mercedes Sampietro, tal vez un talento injustamente desaprovechado por el cine español, lleva unos días en los titulares gracias al premio logrado en el Festival de San Sebastián por "Lugares comunes", de Adolfo Aristarain, que por cierto no es el primero en ese certamen, ya que antes -hace más de 15 años- había recibido un honor similar por su monjil papel en "Extramuros", de Miguel Picazo. Esperemos que la Concha de Plata sirva para rescatar a esta barcelonesa de 55 años de una mayoría de personajes secundarios. El mérito es innegable, ya que su personaje en esta nueva historia político-sentimental de Aristarain, que se estrena el viernes en España después de la experiencia donostiarra y de proyectarse con gran éxito de público en Argentina, tiene mucho más de contención. La suya es una presencia a la sombra de Luppi, con escasez de diálogos y alejada del típico histrionismo para el lucimiento.

Aunque ya era familiar en los escenarios catalanes y había participado en el film de Jaime Chávarri "A un Dios desconocido" (1977), el público cinematográfico de todo el estado empezó a conocer a Mercedes Sampietro gracias a Pilar Miró, quien la convirtió en una especie de "alter-ego", protagonista sucesivamente de "El crimen de Cuenca", Gary Cooper, que estás en los cielos", "Hablamos esta noche", "Werther" y "El pájaro de la felicidad", última obra de la directora.

También ha trabajado al lado de Montxo Armendáriz ("Silencio roto"), Patricia Ferreira ("Sé quién eres"), Gerardo Vera ("Segunda piel"), Enrique Gabriel ("Las huellas borradas", también con Federico Luppi), José Luis Garci ("La herida luminosa"), o Fernando Colomo ("Estoy en crisis").

Su experiencia en teatro y televisión no es menos amplia. Del escenario caben citarse participaciones en obras como "La vida es sueño", "La casa de Bernarda Alba", "Ubú Rey" o "Las amistades peligrosas", y en la pequeña pantalla, aparte del reciente papel de farmaceútica en "Un chupete para ella", la hemos visto en la serie sobre "Miguel Servet", algunos "Estudio 1" y varios culebrones de la catalana TV3. Sampietro es además una experta actriz de doblaje, habiendo prestado su voz a colegas como Lana Turner, Catherine Deneuve, Jessica Lange, Meryl Streep, Sharon Stone o Kim Basinger.

30-IX-02

- El actor mexicano Daniel Giménez Cacho, reciente concursante en San Sebastián con "Aro Tolbukhin, en la mente del asesino" se consuela del revés recientemente sufrido, al cancelarle el director español Vicente Aranda su participación en "Carmen", con un nuevo proyecto financiado desde la Madre Patria. La próxima primavera interpretará en Colombia "Perder es cuestión de método", según adelantó en primicia a NOTICINE.com. Esta adaptación de una novela policíaca del colombiano Santiago Gamboa será dirigida por su compatriota Sergio Cabrera, y producida por el español Gerardo Herrero. Giménez Cacho nos contó que le comunicaron su salida del film de Aranda "sólo una semana antes de iniciarse el rodaje", y que no pudo hablar personalmente con el realizador que le dió su primera gran oportunidad en España, "Celos", junto a Aitana Sánchez Gijón. "Perder es cuestión de método" es la historia de un periodista, Silampa, que intenta esclarecer un brutal crimen ocurrido a una hora de Bogotá.

- El realizador argentino Alejandro Agresti dirigirá a Dustin Hoffman en su próximo film, "El perfume de los libros", que se rodará en la ciudad de Londres y contará con la distribución de Miramax, según informa nuestra corresponsal Cynthia García. Agresti recientemente ha firmado contrato con la agencia estadounidense CAA (Creative Artists Agency) que se encargará de manejar su carrera, que a partir de ahora estará ligada a Hollywood, gracias a que Steven Spielberg vio su última película, "Valentín", y le dio el visto bueno. El director argentino estrenará "Valentín" a mediados de noviembre en los Estados Unidos, mientras que aún en la Argentina no tiene fecha de estreno prevista.

- Jorge Perugorría protagonizará en Costa Rica la cinta del cineasta local Esteban Ramírez, "Caribe", según ha publicado el diario La Nación. Proximanente, el actor cubano más internacional, protagonista de películas como "Fresa y chocolate", Lista de espera", "Rencor" o "Tierra de fuego", visitará el país centroamericano para cerrar el acuerdo e iniciar la promoción del proyecto, ópera prima del joven director Ramírez, autor del corto "Once rosas". Este escribió el guión en unión de Ana Istarú.

- Aviso para secuestradores navegantes: Diego Luna no tiene dinero para pagar su propio rescate. Hace un año el joven protagonista de "Y tu mamá también" estuvo a punto de padecer un secuestro, y ahora, a pesar de su éxito, asegura en declaraciones recogidas por Reforma que si lo lograran en este momento "se llevarían una sorpresa, porque ni tengo dinero, del cine uno no vive, y ni mi papá les daría lo que piden, sólo les diría que me quede con ellos y que les voy a salir caro", bromeó. Insiste el actor mexicano en que no es rico: "No tengo un varo, vivo en un pinche departamento y conduzco un coche, pero si tuviera lana tampoco es para mostrarlo por ahí. En un país como el que vivimos, donde hay problemas, si alguien anda con un supercoche, trae costosos relojes y se cuelga cadenas la gente va a voltear a verte. El desempleo está cabrón y el gobierno no ayuda. No lo justifico, insisto, pero es una realidad que hay pobreza extrema y la gente quiere quitarle a los que tienen. Yo no me ando cuidando, no ando de miedoso todo el día. Si lo estuviera, me iría a vivir a otra ciudad como lo han hecho otras personas".

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Crítico de cine (en la revista Fotogramas) antes que director, el mallorquín Daniel Monzón debutó como director -tras una experiencia previa de guionista junto a Santiago Tabernero en "Desvío al paraíso"- hace dos años con una película inusual en el cine español: aventura, fantasía y ciencia-ficción se unían en "El corazón del guerrero". Ahora, sin salir del cine de entretenimiento, estrena "El robo más grande jamás contado", fruto de su admiración por las viejas películas de robos y su afán por divertir. "Ya se que la mayoría de los críticos cuando pasan tras la cámara optan por films de autor, pero yo pienso que se puede hacer un cine personal entretenido, que no aburra".

"Me parece egoista -añade- hacer películas que exclusivamente sean para tí y cuatro amigos. Hitchcok, que es mi ídolo, demostró que se podía ser personal y a la vez encantar al público. Yo disfruto cuando la gente disfruta. Ver a la gente reirse con tu película te compensa por los dos años de trabajo y esfuerzos que te ha costado".

Monzón, al que Andrés Vicente Gómez llamó tras ver "El corazón del guerrero", le ofreció varias historias, y el célebre y prolífico productor se quedó con esta. "Llegué con unas cuantas ideas, y la de "El robo..." fue la que más le sedujo. Había habido varios intentos de hacer un "remake" del clásico de la comedia española "Atraco a las tres", y mi película, aunque no tiene tanto en común, sigue su senda. El cine de robos siempre me ha divertido mucho. No sólo la cinta de Forqué, también "Rufufú" o "Un diamante al rojo vivo"... Los personajes sintonizan con el público, porque son perdedores a los que se les da una oportunidad. Los héroes posibles que yo quiero que ganen siempre son los más desfavorecidos. Tenía claro que esta película debía ser un canto a un espíritu anárquico".

En "El robo más grande jamás contado", un delincuente sin suerte y con un insaciable afán de notoriedad, "El Santo" (Antonio Resines), conforma con desquiciados compañeros de prisión (Manuel Manquiña, Javier Aller, Jaime Barnatán) y su novia, la vedette erótica Lucía (Neus Asensi), una peculiar banda para dar el golpe del siglo: robar la obra de arte contemporánea más famosa de España, el "Guernica" de Picasso, expuesto en el museo Reina Sofía.

"Escribí el guión pensando ya en esos cinco actores, gente que pertenecía en cierta forma al universo de la película. Uno puede escribir algo, pero son los actores los que le dan humanidad a la historia. Ellos me han regalado esa humanidad. Podría haber sido un disparate, pero han logrado entre todos, y con secundarios de lujo, como Sancho Gracia, Rosario Pardo, Enrique Villén..., una unidad de tono", afirma Monzón.

La película, que ha disfrutado de una complicada producción, un elevado presupuesto (superior a los 3 millones de euros), se presentó fuera de concurso en el último Festival de Sitges, y este jueves se estrena en toda España con serias esperanzas de éxito comercial. Cumple a la perfección con sus ambiciones de divertir, a un ritmo endiablado. "Pasé muchas horas en la mesa de montaje puliéndola para que la cosa no decayera en ningún momento", explicaba el realizador a NOTICINE.com.

25-IX-02

Pocos podían imaginar, cuando la descubrieron entre el amplio reparto de "Mi familia", la saga de Gregory Nava, que aquella chica de rasgos más o menos indigenas que hacía de mexicana, podría algún dia convertirse en la estrella latina mejor pagada, tanto en el cine como en la música. Jennifer López, hija de unos puertorriqueños afincados en el Bronx neoyorquino, dista bastante de la inocente muchachita que nos presentaba aquel film. Con el paso del tiempo, sus difíciles amoríos, los caprichos exhibidos en giras y rodajes, su ambición en multitud de campos (primero la actuación, luego la canción, la moda, la perfumería y hasta la restauración) nos han brindado en apenas siete años la imagen de una mujer fuerte, a veces caprichosa, altiva y dispuesta a apurar hasta la última gota el vaso del éxito."Nunca más" es su último estreno.

Hubo quien se extraño, cuando tras los primeros éxitos en el cine, "Selena" y "Anaconda", se lanzó a la conquista del mundo del disco. Sin embargo, sus padres, un técnico informático y una responsable de guardería, la habían matriculado en clases de canto y baile desde los cinco años. Y vaya si aprovechó las enseñanzas recibidas...

Contra la opinión paterna, Jennifer empezó a trabajar en televisión en 1990, en una teleserie que le permitía combinar interpretación y música, "In living color". Fue el principio de una meteórica carrera que la convirtió en la actriz latina mejor pagada, por encima de su gran competidora, Salma Hayek.

Sin embargo, a sus grandes éxitos en el cine ("Un romance muy peligroso", "La celda", "Planes de boda"...) y en las tiendas de discos no le correspondió una estabilidad sentimental. Sus dos matrimonios han fracasado, mientras algunos de sus noviazgos tormentosos han llenado páginas de la prensa del corazón. Orgullosa de su físico opulento (sobre todo de espaldas), J.Lo. ha hecho de su para los norteamericanos exótica belleza un arma. Ahora, rica y muy ocupada, intenta aprender de una vez por todas a hablar correctamente el español de sus antepasados y a no ser tan famosa por sus líos amorosos como por sus labores artísticas.