Ismael Rodríguez, recuerdo vivo de la Epoca de Oro del cine mexicano
- por © Noé Torres (México)-NOTICINE.com
26-II-03
México, país cuya cinematografía ha alcanzado niveles de calidad que llaman la atención del mundo entero (véase la actual edición de los Oscars de Hollywood), no olvida que vivió una Epoca de Oro, de la que aún quedan afortunadamente supervivientes, a los que se homenajea. Así, la semana pasada, el decano director de cine mexicano Ismael Rodríguez con lágrimas en los ojos recibió en la Cineteca Nacional la medalla Salvador Toscano al mérito cinematográfico 2002, de manos de la titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), Sari Bermúdez.
En medio de una sala repleta de directores, actores y personalidades de la industria cinematográfica mexicana el cineasta, emocionado, comentó: “ dicen que los amigos se conocen en la cárcel y en el hospital, pero también en homenajes como este”.
Realizador de cintas como: “Nosotros los pobres”, “Tizoc”, “El hombre de papel” y “El niño y el muro” entres muchas otras, fue creador de un cine de autor al conjugar la técnica del cine con las historias populares del México de las décadas de los años cuarenta, cincuenta y sesenta. Además de ser una figura importante en la escena de la Epoca de Oro del cine mexicano.
La actriz Diana Bracho (“Entre Pancho Villa y una mujer desnuda”), presidenta también de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, señaló: “que sin su cine, (el de Rodríguez), la cinematografía mexicana sería un gran hoyo negro”.
El cineasta, nacido en 1917, estuvo nominado al Oscar por su cinta “Ánimas Trujano” al lado del actor japonés Toshiro Mifune (“Los siete Samuráis”, “Rashomon”) quién interpretó el papel de un indígena mexicano. Su trabajo como realizador lo llevó también a trabajar con figuras mexicanas de la época como Jorge Negrete, Blanca Estela Pavón, Emilio “El Indio” Fernández, y Germán Valdez “Tín Tán”, entre muchos otros.
Pero quién sin duda se convirtió en su actor fetiche fue el actor Pedro Infante quién consagraría su carrera artística cuando recibió un Oso de Plata en el Festival de Berlín en 1958 a la mejor actuación bajo las órdenes de don Ismael Rodríguez en la película “Tizoc”.
La obra de Rodríguez es sin duda no sólo un referente a la cinematografía mexicana sino de la cultura nacional.
México, país cuya cinematografía ha alcanzado niveles de calidad que llaman la atención del mundo entero (véase la actual edición de los Oscars de Hollywood), no olvida que vivió una Epoca de Oro, de la que aún quedan afortunadamente supervivientes, a los que se homenajea. Así, la semana pasada, el decano director de cine mexicano Ismael Rodríguez con lágrimas en los ojos recibió en la Cineteca Nacional la medalla Salvador Toscano al mérito cinematográfico 2002, de manos de la titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), Sari Bermúdez.
En medio de una sala repleta de directores, actores y personalidades de la industria cinematográfica mexicana el cineasta, emocionado, comentó: “ dicen que los amigos se conocen en la cárcel y en el hospital, pero también en homenajes como este”.
Realizador de cintas como: “Nosotros los pobres”, “Tizoc”, “El hombre de papel” y “El niño y el muro” entres muchas otras, fue creador de un cine de autor al conjugar la técnica del cine con las historias populares del México de las décadas de los años cuarenta, cincuenta y sesenta. Además de ser una figura importante en la escena de la Epoca de Oro del cine mexicano.
La actriz Diana Bracho (“Entre Pancho Villa y una mujer desnuda”), presidenta también de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, señaló: “que sin su cine, (el de Rodríguez), la cinematografía mexicana sería un gran hoyo negro”.
El cineasta, nacido en 1917, estuvo nominado al Oscar por su cinta “Ánimas Trujano” al lado del actor japonés Toshiro Mifune (“Los siete Samuráis”, “Rashomon”) quién interpretó el papel de un indígena mexicano. Su trabajo como realizador lo llevó también a trabajar con figuras mexicanas de la época como Jorge Negrete, Blanca Estela Pavón, Emilio “El Indio” Fernández, y Germán Valdez “Tín Tán”, entre muchos otros.
Pero quién sin duda se convirtió en su actor fetiche fue el actor Pedro Infante quién consagraría su carrera artística cuando recibió un Oso de Plata en el Festival de Berlín en 1958 a la mejor actuación bajo las órdenes de don Ismael Rodríguez en la película “Tizoc”.
La obra de Rodríguez es sin duda no sólo un referente a la cinematografía mexicana sino de la cultura nacional.