Crónicas

Guionistas de "El hijo de la novia" y de "A mi madre le gustan las mujeres" coinciden en "Abrígate"
27-VII-06
Desde el pasado 3 de julio se rueda en Betanzos (A Coruña) la etapa principal de "Abrígate", una coproducción hispano-argentina dirigida por Ramón Costafreda (prestigioso realizador de publicidad que dirigió la película para televisión "Más que hermanos") y cuyos guionistas son Fernando Castets (autor de grandes éxitos de taquilla como "El hijo de la novia" o "Luna de Avellaneda") e Inés París ("A mi madre le gustan las mujeres", "Semen, una historia de amor"), junto con el propio director.
"Abrígate" cuenta la historia de Valeria, una joven argentina de 25 años que ha cambiado su Buenos Aires natal por Betanzos, de donde procede su familia. Excéntrica, soñadora y divertida, se encuentra en la encrucijada sentimental más surrealista de su vida: tras la repentina muerte de su maduro y atractivo amante, se enamora de Marcelo, el hijo del difunto. Su amiga Adela, dueña de la peluquería donde ambas trabajan, la ayudará a despejar la incógnita. Y mientras tanto disfrutan con sus vecinos de las pequeñas alegrías, se ríen de las penas y fantasean con tener una vida diferente, inspirada quizá en los carteles parisinos que decoran la peluquería.
La argentina Manuela Pal, vista en "Palermo Hollywood" y la serie "Vientos de agua" -donde interpretaba a la hija del personaje central de Eduardo Blanco-, encabeza el reparto de este largometraje, que cuenta también con su compatriota Javier Lombardo ("Historias mínimas") y los españoles Félix Gómez ("El año de la garrapata", "El camino de los ingleses"), María Bouzas ("Heroína") y Celso Bugallo ("Los lunes al sol", "Mar adentro").
Coproducida por la gallega Continental, la catalana Oberón Cinematográfica y la argentina Pol-ka, la duración del rodaje es de seis semanas y transcurre en localizaciones de Betanzos, Caión y Miño (A Coruña).
Desde el pasado 3 de julio se rueda en Betanzos (A Coruña) la etapa principal de "Abrígate", una coproducción hispano-argentina dirigida por Ramón Costafreda (prestigioso realizador de publicidad que dirigió la película para televisión "Más que hermanos") y cuyos guionistas son Fernando Castets (autor de grandes éxitos de taquilla como "El hijo de la novia" o "Luna de Avellaneda") e Inés París ("A mi madre le gustan las mujeres", "Semen, una historia de amor"), junto con el propio director.
"Abrígate" cuenta la historia de Valeria, una joven argentina de 25 años que ha cambiado su Buenos Aires natal por Betanzos, de donde procede su familia. Excéntrica, soñadora y divertida, se encuentra en la encrucijada sentimental más surrealista de su vida: tras la repentina muerte de su maduro y atractivo amante, se enamora de Marcelo, el hijo del difunto. Su amiga Adela, dueña de la peluquería donde ambas trabajan, la ayudará a despejar la incógnita. Y mientras tanto disfrutan con sus vecinos de las pequeñas alegrías, se ríen de las penas y fantasean con tener una vida diferente, inspirada quizá en los carteles parisinos que decoran la peluquería.
La argentina Manuela Pal, vista en "Palermo Hollywood" y la serie "Vientos de agua" -donde interpretaba a la hija del personaje central de Eduardo Blanco-, encabeza el reparto de este largometraje, que cuenta también con su compatriota Javier Lombardo ("Historias mínimas") y los españoles Félix Gómez ("El año de la garrapata", "El camino de los ingleses"), María Bouzas ("Heroína") y Celso Bugallo ("Los lunes al sol", "Mar adentro").
Coproducida por la gallega Continental, la catalana Oberón Cinematográfica y la argentina Pol-ka, la duración del rodaje es de seis semanas y transcurre en localizaciones de Betanzos, Caión y Miño (A Coruña).
- © Redacción-NOTICINE.com

La obsesión del cine por Gabriel García Márquez
26-VII-06
Por Alberto Duque López
Como todo lo que tiene que ver con Gabriel García Márquez, es decir, con sus libros y las películas basadas en sus historias, esto que ocurre actualmente es exagerado, un despropósito, una auténtica locura, algo fuera de lo común, un homenaje a ese ventarrón cíclico que recorre sus novelas y cuentos, el mismo fenómeno que ha tenido resultados inversos de calidad en casi todas las adaptaciones cinematográficas.
Sin embargo, durante los próximos meses serán filmadas dentro y fuera de Colombia, cinco historias del colombiano. Cinco, como suena. No una, ni dos, como sería lo normal, sino cinco películas que serían estrenadas el próximo año: la más próxima y más costosa, "El amor en los tiempos del cólera", dirigida por el inglés Mike Newell y protagonizada por Giovanna Mezzogiorno, Javier Bardem y Catalina Sandino Moreno; "Memoria de mis putas tristes" por el danés Henning Carlsen, con guión del legendario Jean Claude Carriere; "El otoño del patriarca", que sería dirigida por el bosnio Emir Kusturica; "Del amor y otros demonios" de la costarricense Hilda Hidalgo, alumna del escritor en San Antonio de los Baños, y el quinto proyecto, impulsado por el hijo del novelista, Rodrigo García Barcha, sobre uno de los primeros guiones escritos por el padre, "Tiempo de morir", llevado al cine antes por Arturo Ripstein y Jorge Alí Triana. La primera y la última serían rodadas en Cartagena de Indias y otros lugares de la Costa Caribe; "Memoria..." en Cuba; "Del amor..." en Costa Rica y Cartagena de Indias, y la de Kusturica, posiblemente en Yugoslavia.
La más reciente adaptación de una historia de García Márquez también fue una frustración, porque "La mala hora" de Ruy Guerra (un director que tiene otras dos adaptaciones con temas de Macondo, "Fábula de la bella palomera" y "La Cándida Eréndira", preciosistas y sobrecargadas), lanzada como una coproducción entre Brasil, Portugal y Argentina con el respaldo de Ibermedia, tiene un elenco internacional, música de Chico Buarque y fotografía de Walter Carvalho, el mismo de "Estación Central" y "Carandirú", es una cinta que en septiembre inaugura la Semana de Cine Brasilero en varias ciudades colombianas, comienza con un disparo, refleja las obsesiones literarias del director Guerra, nacido en Mozambique en 1938, y en ella se la pasa lloviendo todo el tiempo.
Ante esta desmesura, esta obsesión de guionistas, productores y directores con el mundo literario de este escritor, esta nueva moda que promete cinco películas con distintos presupuestos, uno se pregunta: dentro de algunos años, cuando la obra narrativa de Gabriel García Márquez siga siendo motivo de estudios, admiración y sorpresa entre las nuevas generaciones, ¿cuáles adaptaciones de sus historias, ideas y guiones realizados para el cine y la televisión, podrán ser recordadas como dignas de su imaginación, su fantasía y sobre todo, su sentido del humor? Difícil respuesta. Más de cuarenta veces los personajes extravagantes, las historias tropicales, los escenarios delirantes y ese sentido de la desmesura y el absurdo que llenan sus novelas y cuentos han aparecido y desaparecido, y lo que es peor, pasado al piadoso olvido, dejando en los espectadores la frustración de haberse topado, en la mayoría de los casos, con films planos que obedecían demasiado a los textos originales o se ceñían respetuosamente a las indicaciones tácitas o expresas del escritor.
De ese medio centenar de películas “garcíamarquianas”, las más notables aunque no las mejores han sido realizadas por un grupo que en la mayoría de las ocasiones también escribió los guiones, marcado por la admiración y la amistad hacia el novelista, compuesto por excelentes directores latinoamericanos como los mexicanos Arturo Ripstein ("Tiempo de morir" y "El coronel no tiene quien le escriba"), Jaime Humberto Hermosillo ("María de mi corazón" y "El verano de la señora Forbes"), Luis Alcoriza ("Presagio"), Alberto Isaac ("En este pueblo no hay ladrones" en la cual aparecen Luis Buñuel, Juan Rulfo y el mismo García Márquez interpretando pequeños papeles), Roberto Gavaldón ("El gallo de oro", con guión del colombiano y Carlos Fuentes sobre un cuento de Juan Rulfo), Felipe Cazals ("El año de la peste"), los colombianos Lisandro Duque ("Milagro en Roma" y "Los niños invisibles"), y Jorge Alí Triana ("Tiempo de morir" y "Edipo Alcalde"), el chileno Miguel Littín ("La viuda de Montiel"), el brasilero Ruy Guerra ("Fábula de la bella palomera”, “Eréndira” y “Veneno de la madrugada") y así sucesivamente, sin olvidar “La langosta azul” en la que participó García Márquez al lado de sus compinches de La Cueva, en Barranquilla, en la costa Caribe: Germán Vargas, Alejandro Obregón, Alvaro Cepeda Samudio, Alfonso Fuenmayor, Quique Scopell, Juancho Jinete y otros alegres personajes.
Por supuesto, algunos dirán que el problema de los textos de García Márquez al ser llevados al cine, es el mismo que enfrentan todos los escritores cuando son adaptados. Pero, uno recuerda casos como “Gringo Viejo” (Luis Puenzo con Carlos Fuentes), o “Memorias del Subdesarrollo” (Tomás Gutiérrez Alea con Edmundo Desnoes), o “La luna en el espejo” (Silvio Caiozzi con José Donoso), o “El lugar sin límites” (Arturo Ripstein con José Donoso), o “Como agua para chocolate” (Alfonso Arau con Laura Esquivel), para citar unos cuantos ejemplos latinoamericanos y piensa que sí, que existen películas dignas de sus obras originales. Lo que no ocurre con las historias adaptadas del escritor colombiano.
Si uno tuviera que escoger lo rescatable de tales adaptaciones, con seguridad que aparecerían “Milagro en Roma” de Lisandro Duque, “María de mi corazón” de Hermosillo, “Tiempo de Morir” de un Ripstein jovencísimo que en 1966 hizo un western con estos dos hermanos que persiguen al asesino de su padre, y 33 años después regresó al mundo seco, despiadado, irrespirable y estancado de “El coronel...”. También habría que rescatar la “Palomera” de Ruy Guerra, con esa escena demencial de la decapitación de la mujer infiel a manos del marido que encuentra la prueba reina en el sitio indicado; o las tres mexicanas de una de las mejores épocas del cine de ese país: “En este pueblo no hay ladrones” de Isaac, 1965; “Presagio” de Alcoriza, 1975 y “El año de la peste” de Cazals, 1979.
Para olvidar, piadosamente, ese fracaso absoluto de “Crónica de una muerte anunciada”, 1987, con un Francesco Rosi sin control alguno sobre la producción y realización en escenarios caribes colombianos, con un pésimo guión, unos personajes caricaturescos y unos actores que hablaban más de diez lenguas en el rodaje. Mientras los técnicos italianos recibían a diario su pasta y su salsa italianas llevadas directamente de Roma hasta Cartagena de Indias o Mompox donde filmaban, los actores y extras colombianos se conformaban con raciones modestas.
También para olvidar y borrar de la lista de adaptaciones garcíamarquianas: “Un señor muy viejo con unas alas enormes” de Fernando Birri y otras versiones cubanas de un mundo literario que el mismo escritor en alguna ocasión defendió con estas palabras: “Mientras esté vivo, rechazo cualquier adaptación de “Cien años de soledad” porque me preocupa que la escena de Remedios, la bella, ascendiendo al cielo con poleas y cuerdas despierte las carcajadas de los espectadores que, mejor que los directores y guionistas, tienen un sentido más exacto de lo ridículo y lo inapropiado en el cine”.
Lo curioso de estas frustradas adaptaciones es que las relaciones entre García Márquez y el cine siempre han sido profundas, no solo por las críticas y notas de cine que publicó en periódicos como El Espectador (Bogotá), El Universal (Cartagena de Indias) y El Heraldo (Barranquilla), en los primeros años de su carrera periodística en los cincuenta, convirtiéndose en uno de los primeros críticos cinematográficos en Colombia, sino por su vinculación a tantos proyectos latinoamericanos, encabezados por esa obra estupenda y generosa de la Escuela que funciona en San Antonio de los Baños, a pocos minutos de La Habana, hasta donde van todos los grandes del cine mundial, desde Francis Coppola, Robert Redford y Costa-Gavras hasta los más jóvenes y agresivos directores del continente.
“El amor en los tiempos del cólera”, la historia del hombre que esperó 51 años, 9 meses y 4 días para estar con la mujer que amaba, le costó al productor Scott Steindorff tres años y tres millones de dólares, además de la presencia de Javier Bardem como Florentino Ariza, el enamorado paciente. Ron Harwood, guionista premiado con un Oscar por su trabajo en “El Pianista” de Roman Polanski, ya tiene listo un texto que, según sus propias palabras, "Ha sido la novela más difícil que he tenido que adaptar". Harwood ni estuvo en Colombia ni habló con el escritor. Bastó con el libro.
Kusturica y sus productores avanzan en las negociaciones para adaptar “El Otoño del Patriarca”, una historia tremendista que Miguel Littín, Arturo Ripstein y Humberto Solás quisieron adaptar en algún momento. En cuanto a "Del amor y otros demonios" nació de la amistad entre el Nobel y la directora y guionista costarricense Hilda Hidalgo, durante un taller en San Antonio de los Baños. García Màrquez le cedió los derechos y le indicó quién podía aportar los dos millones de dólares que cuesta un proyecto que sería filmado donde tiene que ser, en la zona histórica de Cartagena de Indias donde transcurre el drama.
Los admiradores cinéfilos de García Márquez que son millones en el mundo, esperan que la “pava” o mala suerte según los venezolanos llegue a su final con alguna de estas nuevas películas.
Por Alberto Duque López
Como todo lo que tiene que ver con Gabriel García Márquez, es decir, con sus libros y las películas basadas en sus historias, esto que ocurre actualmente es exagerado, un despropósito, una auténtica locura, algo fuera de lo común, un homenaje a ese ventarrón cíclico que recorre sus novelas y cuentos, el mismo fenómeno que ha tenido resultados inversos de calidad en casi todas las adaptaciones cinematográficas.
Sin embargo, durante los próximos meses serán filmadas dentro y fuera de Colombia, cinco historias del colombiano. Cinco, como suena. No una, ni dos, como sería lo normal, sino cinco películas que serían estrenadas el próximo año: la más próxima y más costosa, "El amor en los tiempos del cólera", dirigida por el inglés Mike Newell y protagonizada por Giovanna Mezzogiorno, Javier Bardem y Catalina Sandino Moreno; "Memoria de mis putas tristes" por el danés Henning Carlsen, con guión del legendario Jean Claude Carriere; "El otoño del patriarca", que sería dirigida por el bosnio Emir Kusturica; "Del amor y otros demonios" de la costarricense Hilda Hidalgo, alumna del escritor en San Antonio de los Baños, y el quinto proyecto, impulsado por el hijo del novelista, Rodrigo García Barcha, sobre uno de los primeros guiones escritos por el padre, "Tiempo de morir", llevado al cine antes por Arturo Ripstein y Jorge Alí Triana. La primera y la última serían rodadas en Cartagena de Indias y otros lugares de la Costa Caribe; "Memoria..." en Cuba; "Del amor..." en Costa Rica y Cartagena de Indias, y la de Kusturica, posiblemente en Yugoslavia.
La más reciente adaptación de una historia de García Márquez también fue una frustración, porque "La mala hora" de Ruy Guerra (un director que tiene otras dos adaptaciones con temas de Macondo, "Fábula de la bella palomera" y "La Cándida Eréndira", preciosistas y sobrecargadas), lanzada como una coproducción entre Brasil, Portugal y Argentina con el respaldo de Ibermedia, tiene un elenco internacional, música de Chico Buarque y fotografía de Walter Carvalho, el mismo de "Estación Central" y "Carandirú", es una cinta que en septiembre inaugura la Semana de Cine Brasilero en varias ciudades colombianas, comienza con un disparo, refleja las obsesiones literarias del director Guerra, nacido en Mozambique en 1938, y en ella se la pasa lloviendo todo el tiempo.
Ante esta desmesura, esta obsesión de guionistas, productores y directores con el mundo literario de este escritor, esta nueva moda que promete cinco películas con distintos presupuestos, uno se pregunta: dentro de algunos años, cuando la obra narrativa de Gabriel García Márquez siga siendo motivo de estudios, admiración y sorpresa entre las nuevas generaciones, ¿cuáles adaptaciones de sus historias, ideas y guiones realizados para el cine y la televisión, podrán ser recordadas como dignas de su imaginación, su fantasía y sobre todo, su sentido del humor? Difícil respuesta. Más de cuarenta veces los personajes extravagantes, las historias tropicales, los escenarios delirantes y ese sentido de la desmesura y el absurdo que llenan sus novelas y cuentos han aparecido y desaparecido, y lo que es peor, pasado al piadoso olvido, dejando en los espectadores la frustración de haberse topado, en la mayoría de los casos, con films planos que obedecían demasiado a los textos originales o se ceñían respetuosamente a las indicaciones tácitas o expresas del escritor.
De ese medio centenar de películas “garcíamarquianas”, las más notables aunque no las mejores han sido realizadas por un grupo que en la mayoría de las ocasiones también escribió los guiones, marcado por la admiración y la amistad hacia el novelista, compuesto por excelentes directores latinoamericanos como los mexicanos Arturo Ripstein ("Tiempo de morir" y "El coronel no tiene quien le escriba"), Jaime Humberto Hermosillo ("María de mi corazón" y "El verano de la señora Forbes"), Luis Alcoriza ("Presagio"), Alberto Isaac ("En este pueblo no hay ladrones" en la cual aparecen Luis Buñuel, Juan Rulfo y el mismo García Márquez interpretando pequeños papeles), Roberto Gavaldón ("El gallo de oro", con guión del colombiano y Carlos Fuentes sobre un cuento de Juan Rulfo), Felipe Cazals ("El año de la peste"), los colombianos Lisandro Duque ("Milagro en Roma" y "Los niños invisibles"), y Jorge Alí Triana ("Tiempo de morir" y "Edipo Alcalde"), el chileno Miguel Littín ("La viuda de Montiel"), el brasilero Ruy Guerra ("Fábula de la bella palomera”, “Eréndira” y “Veneno de la madrugada") y así sucesivamente, sin olvidar “La langosta azul” en la que participó García Márquez al lado de sus compinches de La Cueva, en Barranquilla, en la costa Caribe: Germán Vargas, Alejandro Obregón, Alvaro Cepeda Samudio, Alfonso Fuenmayor, Quique Scopell, Juancho Jinete y otros alegres personajes.
Por supuesto, algunos dirán que el problema de los textos de García Márquez al ser llevados al cine, es el mismo que enfrentan todos los escritores cuando son adaptados. Pero, uno recuerda casos como “Gringo Viejo” (Luis Puenzo con Carlos Fuentes), o “Memorias del Subdesarrollo” (Tomás Gutiérrez Alea con Edmundo Desnoes), o “La luna en el espejo” (Silvio Caiozzi con José Donoso), o “El lugar sin límites” (Arturo Ripstein con José Donoso), o “Como agua para chocolate” (Alfonso Arau con Laura Esquivel), para citar unos cuantos ejemplos latinoamericanos y piensa que sí, que existen películas dignas de sus obras originales. Lo que no ocurre con las historias adaptadas del escritor colombiano.
Si uno tuviera que escoger lo rescatable de tales adaptaciones, con seguridad que aparecerían “Milagro en Roma” de Lisandro Duque, “María de mi corazón” de Hermosillo, “Tiempo de Morir” de un Ripstein jovencísimo que en 1966 hizo un western con estos dos hermanos que persiguen al asesino de su padre, y 33 años después regresó al mundo seco, despiadado, irrespirable y estancado de “El coronel...”. También habría que rescatar la “Palomera” de Ruy Guerra, con esa escena demencial de la decapitación de la mujer infiel a manos del marido que encuentra la prueba reina en el sitio indicado; o las tres mexicanas de una de las mejores épocas del cine de ese país: “En este pueblo no hay ladrones” de Isaac, 1965; “Presagio” de Alcoriza, 1975 y “El año de la peste” de Cazals, 1979.
Para olvidar, piadosamente, ese fracaso absoluto de “Crónica de una muerte anunciada”, 1987, con un Francesco Rosi sin control alguno sobre la producción y realización en escenarios caribes colombianos, con un pésimo guión, unos personajes caricaturescos y unos actores que hablaban más de diez lenguas en el rodaje. Mientras los técnicos italianos recibían a diario su pasta y su salsa italianas llevadas directamente de Roma hasta Cartagena de Indias o Mompox donde filmaban, los actores y extras colombianos se conformaban con raciones modestas.
También para olvidar y borrar de la lista de adaptaciones garcíamarquianas: “Un señor muy viejo con unas alas enormes” de Fernando Birri y otras versiones cubanas de un mundo literario que el mismo escritor en alguna ocasión defendió con estas palabras: “Mientras esté vivo, rechazo cualquier adaptación de “Cien años de soledad” porque me preocupa que la escena de Remedios, la bella, ascendiendo al cielo con poleas y cuerdas despierte las carcajadas de los espectadores que, mejor que los directores y guionistas, tienen un sentido más exacto de lo ridículo y lo inapropiado en el cine”.
Lo curioso de estas frustradas adaptaciones es que las relaciones entre García Márquez y el cine siempre han sido profundas, no solo por las críticas y notas de cine que publicó en periódicos como El Espectador (Bogotá), El Universal (Cartagena de Indias) y El Heraldo (Barranquilla), en los primeros años de su carrera periodística en los cincuenta, convirtiéndose en uno de los primeros críticos cinematográficos en Colombia, sino por su vinculación a tantos proyectos latinoamericanos, encabezados por esa obra estupenda y generosa de la Escuela que funciona en San Antonio de los Baños, a pocos minutos de La Habana, hasta donde van todos los grandes del cine mundial, desde Francis Coppola, Robert Redford y Costa-Gavras hasta los más jóvenes y agresivos directores del continente.
“El amor en los tiempos del cólera”, la historia del hombre que esperó 51 años, 9 meses y 4 días para estar con la mujer que amaba, le costó al productor Scott Steindorff tres años y tres millones de dólares, además de la presencia de Javier Bardem como Florentino Ariza, el enamorado paciente. Ron Harwood, guionista premiado con un Oscar por su trabajo en “El Pianista” de Roman Polanski, ya tiene listo un texto que, según sus propias palabras, "Ha sido la novela más difícil que he tenido que adaptar". Harwood ni estuvo en Colombia ni habló con el escritor. Bastó con el libro.
Kusturica y sus productores avanzan en las negociaciones para adaptar “El Otoño del Patriarca”, una historia tremendista que Miguel Littín, Arturo Ripstein y Humberto Solás quisieron adaptar en algún momento. En cuanto a "Del amor y otros demonios" nació de la amistad entre el Nobel y la directora y guionista costarricense Hilda Hidalgo, durante un taller en San Antonio de los Baños. García Màrquez le cedió los derechos y le indicó quién podía aportar los dos millones de dólares que cuesta un proyecto que sería filmado donde tiene que ser, en la zona histórica de Cartagena de Indias donde transcurre el drama.
Los admiradores cinéfilos de García Márquez que son millones en el mundo, esperan que la “pava” o mala suerte según los venezolanos llegue a su final con alguna de estas nuevas películas.
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"Lorca, el mar deja de moverse", un documental que analiza las causas de la muerte de García Lorca
26-VII-06
La muerte de Lorca nace en su propio entorno familiar asegura el documental "Lorca, el mar deja de moverse", film que acaba de finalizar su rodaje bajo la dirección de Emilio Ruiz Barrachina y que busca presentar todas las teorías posibles sobre la muerte del poeta, añadiendo reveladores investigaciones recientes que le llevan a aseverar tal afirmación.
"Lorca, el mar deja de moverse" es un documental para cine y televisión que analiza desde un punto de vista objetivo las últimas horas de la vida de Federico García Lorca y el posterior devenir de la familia Rosales y la familia Lorca. Hasta el momento se ha escrito mucho acerca del tema, se han realizado varias películas de ficción y se han emitido varias tertulias televisivas en los años 80. Pero no se había acometido un gran documental que aglutine todas las teorías posibles y aporte conclusiones serias y objetivas.
En esta película se demuestra que, de todo lo contado hasta ahora, hay muchos matices por estudiar. Cada estudioso, cada investigador, cada implicado, continúa juzgando los hechos desde un particular punto de vista. También se aportan las últimas, reveladoras e impactactes investigaciones que llevarán a demostrar que la muerte del poeta nace en el propio entorno familiar y estallan en aquel dramático momento histórico, a consecuencia de su militancia política y social.
Durante 70 años, la familia García Lorca ha mantenido un comedido silencio, igual que algunos de los miembros de la familia Rosales. En este trabajo se analizan los errores que tanto la familia Lorca como la familia Rosales cometieron, así como la persecución a la que se vieron sometidos, unos y otros, desde el Gobierno Civil y la Falange, de la que algunos hermanos Rosales eran miembros dirigentes. El fin de Lorca estuvo envuelto en una trama de envidias salpicada de un forcejeo personal entre Ruiz Alonso y los Rosales, así como entre los Roldán, los Alba y los Lorca, además de los componentes políticos y represivos que imperaban en la Granada de 1936.
El mar deja de moverse es un verso: la definición que Lorca da sobre el asesinato en un verso de Poeta en Nueva York.
La muerte de Lorca nace en su propio entorno familiar asegura el documental "Lorca, el mar deja de moverse", film que acaba de finalizar su rodaje bajo la dirección de Emilio Ruiz Barrachina y que busca presentar todas las teorías posibles sobre la muerte del poeta, añadiendo reveladores investigaciones recientes que le llevan a aseverar tal afirmación.
"Lorca, el mar deja de moverse" es un documental para cine y televisión que analiza desde un punto de vista objetivo las últimas horas de la vida de Federico García Lorca y el posterior devenir de la familia Rosales y la familia Lorca. Hasta el momento se ha escrito mucho acerca del tema, se han realizado varias películas de ficción y se han emitido varias tertulias televisivas en los años 80. Pero no se había acometido un gran documental que aglutine todas las teorías posibles y aporte conclusiones serias y objetivas.
En esta película se demuestra que, de todo lo contado hasta ahora, hay muchos matices por estudiar. Cada estudioso, cada investigador, cada implicado, continúa juzgando los hechos desde un particular punto de vista. También se aportan las últimas, reveladoras e impactactes investigaciones que llevarán a demostrar que la muerte del poeta nace en el propio entorno familiar y estallan en aquel dramático momento histórico, a consecuencia de su militancia política y social.
Durante 70 años, la familia García Lorca ha mantenido un comedido silencio, igual que algunos de los miembros de la familia Rosales. En este trabajo se analizan los errores que tanto la familia Lorca como la familia Rosales cometieron, así como la persecución a la que se vieron sometidos, unos y otros, desde el Gobierno Civil y la Falange, de la que algunos hermanos Rosales eran miembros dirigentes. El fin de Lorca estuvo envuelto en una trama de envidias salpicada de un forcejeo personal entre Ruiz Alonso y los Rosales, así como entre los Roldán, los Alba y los Lorca, además de los componentes políticos y represivos que imperaban en la Granada de 1936.
El mar deja de moverse es un verso: la definición que Lorca da sobre el asesinato en un verso de Poeta en Nueva York.
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Guillermo Arriaga: El infierno queda en "Retorno 201"
25-VII-06
por Alberto Duque López
El escritor y guionista mexicano Guillermo Arriaga tiene 48 años y actualmente, gracias a las películas que escribió para el director Alejandro González, también mexicano, es la mejor referencia cuando alguien quiere afirmar que el cine mexicano y el latinoamericano en general gozan de mejor salud que en otras épocas, en un continente que perdió hace poco, en menos de quince días, a dos de sus mejores directores, el uruguayo Juan Pablo Rebella (el co-realizador de “Whisky”) y el argentino Fabián Bielinsky (“Nueve Reinas” y “El Aura”).
Arriaga escribe historias oscuras, laberínticas, tortuosas, tristes y sus personajes además de adoptar comportamientos rebeldes y salvajes, se dedican a la destrucción de sus vidas y las ajenas, como si respondieran a una consigna, o sintieran que, como en la ranchera, de verdad la vida no vale nada.
Hace algunas semanas en el festival de Cannes, luego de la exhibición aplaudida de “Babel”, la tercera película escrita por Arriaga y dirigida por González, éste anunció públicamente que su equipo con el guionista se disolvía a partir de ese momento. No dio explicación alguna, no contó por qué llegaba a su final una de las asociaciones más exitosas del cine contemporáneo, especialmente en Latinoamérica donde los directores, en la mayoría de las ocasiones, escriben sus guiones. En ese mismo certamen, Arriaga ganó el premio al mejor guión por “Los tres entierros de Melquíades Estrada”, dirigida por el actor Tommy Lee Jones.
El crítico colombiano Orlando Mora, testigo de esa dolorosa ocasión, se preguntó ante la navegación solitaria de González de ahora en adelante, hasta dónde pesan el mundo, los personajes, el lenguaje y la mirada de Arriaga en las películas de un director como González que ha gozado del absoluto favor de críticos y espectadores.
Es que sus películas están construidas sobre los mismos ejes, fragmentadas con los mismos recursos técnicos que las convierten en rompecabezas que el espectador tiene que ir armando a medida que el tiempo, los lugares, las distancias, las tragedias, los estallidos de violencia y rabia y otros elementos salvajes hacen saltar el universo por los aires: “Amores Perros”, por ejemplo, con los dos hermanos enamorados de la misma muchacha y el perro que gana todas las peleas; la modelo baldada por un accidente, su perro que desaparece bajo el piso de madera y el amante idiota que la sigue a todas partes; el vagabundo que colecciona perros callejeros, mata por contrato, sigue a la hija que no lo conoce y hace justicia por su mano….todos ellos con el trasfondo salvaje de Ciudad de México, y el punto de encuentro de ese accidente que une esas vidas sucias, destrozadas y tristes. Además de despreciables.
O la metáfora de “21 Gramos” (el peso del alma que el cuerpo pierde durante la muerte), con ese hombre que recibe el corazón de un donante, víctima de un accidente y ayuda a la viuda a encontrar el culpable, mientras se convierten en amantes, y el espectador siente el horror y el asco y el dolor que nacen cuando ese hombre (Sean Penn), con el corazón del otro, acaricia a su viuda (Naomi Watts) que siente los mismos latidos que compartía cuando la vida era más tranquila y menos amarga con el otro.
En “Babel” que algunos desde ahora anticipan como segura ganadora de varios Oscares próximos, Kate Blanchett y Brad Pitt son un matrimonio en crisis por la pérdida de un hijo pequeño, de vacaciones en Marruecos, donde ella recibe un disparo fortuito. Mientras, en EEUU, la inmigrante ilegal que cuida a sus hijos (Adriana Barraza) decide cruzar con los pequeños a México para no perderse la boda de su hijo y es entonces cuando su sobrino (Gael García Bernal) decide evadir un control policial y se pierde en el desierto fronterizo con los pequeños. Entretanto, a miles de kilómetros, el dueño del rifle que disparó al personaje de Blanchett, un viudo japonés, no puede comunicarse con su hija sordomuda que, incapaz de expresar sus sentimientos con palabras, recurre a su cuerpo. O sea, las tres películas se alimentan de tragedias y dolores similares.
Arriaga acaba de publicar un libro de cuentos en España (en Páginas de Espuma), “Retorno 201”, ubicada en esa calle rectilínea y larga, en una colonia del sur de la turbulenta de Ciudad de México donde conviven verdugos y víctimas en medio de la peor intolerancia y la violencia más primitiva. Son cuentos breves, escritos a jalonazos, con frases cortas que entremezclan los tiempos y los espacios, que apelan a los monólogos, las contradicciones y las ausencias, que se apoyan en diálogos tan eficaces que recuerdan la mejor narrativa norteamericana de los cincuenta. Es un elogio.
Catorce cuentos, veloces, amargos, con personajes derrotados que ya no tienen interés en alzar la cabeza. Como en “Lilly”, el nombre de la niña enferma, violada y maltratada y asesinada por los primos que se declaran inocentes en medio del estupor de la familia, mientras la madre sabe que fueron ellos los que tarde a tarde la convirtieron en juguete de sus peores fantasías sexuales. O “La viuda Díaz”, con ese personaje enamorado de una mujer triste, dedicada al marido inválido, convertida en una obsesión sexual que desemboca en una de las escenas amorosas más duras y hermosas. O “En la oscuridad” con las obsesiones amorosas y sexuales de un ciego que intenta reconstruir sus relaciones sentimentales a través de los olores encontrados en los cuerpos de mujeres desconocidas, un relato que mantiene su tono erótico agresivo. O “Nueva Orleans” con los vecinos testigos de la agonía de ese hombre que fue capitán, perdió una hija y todos los días busca la muerte rápida, mientras siembra la zozobra y el dolor en el vecindario. O “La noche azul” que refleja la corrupción policial mientras un médico es investigado por la muerte de una joven a quien le practica un aborto….y así sucesivamente, cuentos escritos varios años atrás, que seguramente aparecerán luego convertidos en películas, amargas y tristes y laberínticas como las tres que escribió con su antiguo socio, Alejandro González. Es que el alma pesa 21 gramos y es vulnerable…….
por Alberto Duque López
El escritor y guionista mexicano Guillermo Arriaga tiene 48 años y actualmente, gracias a las películas que escribió para el director Alejandro González, también mexicano, es la mejor referencia cuando alguien quiere afirmar que el cine mexicano y el latinoamericano en general gozan de mejor salud que en otras épocas, en un continente que perdió hace poco, en menos de quince días, a dos de sus mejores directores, el uruguayo Juan Pablo Rebella (el co-realizador de “Whisky”) y el argentino Fabián Bielinsky (“Nueve Reinas” y “El Aura”).
Arriaga escribe historias oscuras, laberínticas, tortuosas, tristes y sus personajes además de adoptar comportamientos rebeldes y salvajes, se dedican a la destrucción de sus vidas y las ajenas, como si respondieran a una consigna, o sintieran que, como en la ranchera, de verdad la vida no vale nada.
Hace algunas semanas en el festival de Cannes, luego de la exhibición aplaudida de “Babel”, la tercera película escrita por Arriaga y dirigida por González, éste anunció públicamente que su equipo con el guionista se disolvía a partir de ese momento. No dio explicación alguna, no contó por qué llegaba a su final una de las asociaciones más exitosas del cine contemporáneo, especialmente en Latinoamérica donde los directores, en la mayoría de las ocasiones, escriben sus guiones. En ese mismo certamen, Arriaga ganó el premio al mejor guión por “Los tres entierros de Melquíades Estrada”, dirigida por el actor Tommy Lee Jones.
El crítico colombiano Orlando Mora, testigo de esa dolorosa ocasión, se preguntó ante la navegación solitaria de González de ahora en adelante, hasta dónde pesan el mundo, los personajes, el lenguaje y la mirada de Arriaga en las películas de un director como González que ha gozado del absoluto favor de críticos y espectadores.
Es que sus películas están construidas sobre los mismos ejes, fragmentadas con los mismos recursos técnicos que las convierten en rompecabezas que el espectador tiene que ir armando a medida que el tiempo, los lugares, las distancias, las tragedias, los estallidos de violencia y rabia y otros elementos salvajes hacen saltar el universo por los aires: “Amores Perros”, por ejemplo, con los dos hermanos enamorados de la misma muchacha y el perro que gana todas las peleas; la modelo baldada por un accidente, su perro que desaparece bajo el piso de madera y el amante idiota que la sigue a todas partes; el vagabundo que colecciona perros callejeros, mata por contrato, sigue a la hija que no lo conoce y hace justicia por su mano….todos ellos con el trasfondo salvaje de Ciudad de México, y el punto de encuentro de ese accidente que une esas vidas sucias, destrozadas y tristes. Además de despreciables.
O la metáfora de “21 Gramos” (el peso del alma que el cuerpo pierde durante la muerte), con ese hombre que recibe el corazón de un donante, víctima de un accidente y ayuda a la viuda a encontrar el culpable, mientras se convierten en amantes, y el espectador siente el horror y el asco y el dolor que nacen cuando ese hombre (Sean Penn), con el corazón del otro, acaricia a su viuda (Naomi Watts) que siente los mismos latidos que compartía cuando la vida era más tranquila y menos amarga con el otro.
En “Babel” que algunos desde ahora anticipan como segura ganadora de varios Oscares próximos, Kate Blanchett y Brad Pitt son un matrimonio en crisis por la pérdida de un hijo pequeño, de vacaciones en Marruecos, donde ella recibe un disparo fortuito. Mientras, en EEUU, la inmigrante ilegal que cuida a sus hijos (Adriana Barraza) decide cruzar con los pequeños a México para no perderse la boda de su hijo y es entonces cuando su sobrino (Gael García Bernal) decide evadir un control policial y se pierde en el desierto fronterizo con los pequeños. Entretanto, a miles de kilómetros, el dueño del rifle que disparó al personaje de Blanchett, un viudo japonés, no puede comunicarse con su hija sordomuda que, incapaz de expresar sus sentimientos con palabras, recurre a su cuerpo. O sea, las tres películas se alimentan de tragedias y dolores similares.
Arriaga acaba de publicar un libro de cuentos en España (en Páginas de Espuma), “Retorno 201”, ubicada en esa calle rectilínea y larga, en una colonia del sur de la turbulenta de Ciudad de México donde conviven verdugos y víctimas en medio de la peor intolerancia y la violencia más primitiva. Son cuentos breves, escritos a jalonazos, con frases cortas que entremezclan los tiempos y los espacios, que apelan a los monólogos, las contradicciones y las ausencias, que se apoyan en diálogos tan eficaces que recuerdan la mejor narrativa norteamericana de los cincuenta. Es un elogio.
Catorce cuentos, veloces, amargos, con personajes derrotados que ya no tienen interés en alzar la cabeza. Como en “Lilly”, el nombre de la niña enferma, violada y maltratada y asesinada por los primos que se declaran inocentes en medio del estupor de la familia, mientras la madre sabe que fueron ellos los que tarde a tarde la convirtieron en juguete de sus peores fantasías sexuales. O “La viuda Díaz”, con ese personaje enamorado de una mujer triste, dedicada al marido inválido, convertida en una obsesión sexual que desemboca en una de las escenas amorosas más duras y hermosas. O “En la oscuridad” con las obsesiones amorosas y sexuales de un ciego que intenta reconstruir sus relaciones sentimentales a través de los olores encontrados en los cuerpos de mujeres desconocidas, un relato que mantiene su tono erótico agresivo. O “Nueva Orleans” con los vecinos testigos de la agonía de ese hombre que fue capitán, perdió una hija y todos los días busca la muerte rápida, mientras siembra la zozobra y el dolor en el vecindario. O “La noche azul” que refleja la corrupción policial mientras un médico es investigado por la muerte de una joven a quien le practica un aborto….y así sucesivamente, cuentos escritos varios años atrás, que seguramente aparecerán luego convertidos en películas, amargas y tristes y laberínticas como las tres que escribió con su antiguo socio, Alejandro González. Es que el alma pesa 21 gramos y es vulnerable…….
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Actrices: Eva Longoria tiene nuevo proyecto cinematográfico, Natalie Portman se enfrenta a los paparazzis argentinos y deja el país, estrella de telenovelas busca triunfar en Hollywood
25-VII-06
- Eva Longoria, una de las figuras más solicitadas del espectáculo americano, ha sumado un nuevo proyecto para esa carrera cinematográfica que está empeñada en comenzar a construir, a pesar de tener su agenda ocupadísima con las filmaciones de la serie que le dio fama, "Desperate Housewives / Mujeres desesperadas". La texana de familia mexicana intervendrá en "Dead Fiance", comedia producida por Gold Circle Films donde será el fantasma de una mujer que intenta separar a su ex-pareja, un hombre escéptico interpretado por Paul Rudd, de su nuevo novia, una psíquica a la que dará vida Lake Bell. Por este film, Longoria se verá forzada a trabajar los siete días de la semana, ya que de lunes a vierns grabará su programa y los fines de semana rodará la cinta, que comenzará sus primeras escenas el 24 de agosto. La actriz además tiene pendiente de rodaje "Deep in the Heart of Texas", comedia romántica de Disney que será su primer protagónico.
- La actriz Natalie Portman perdió los buenos modales que la caracterizan ante los paparazzis argentinos, los cuales intentaban tomar imágenes de ella junto a su pareja Gael García Bernal, quien se ha convertido en el protagonista de un verdadero culebrón que está regocijando no solo a la prensa nacional, sino también latinoamericana. Recapitulemos: García Bernal llegó a la Argentina para rodar "El pasado", de Héctor Babenco, y desde el momento de su arribo -un mes atrás aproximadamente- se lo relacionó sentimentalmente con la actriz local Dolores Fonzi, de la que parecía inseparable hasta que Portman -casi su novia oficial- viajó al país, según dicen las malas lenguas, para alejarlo de ella, cosa que parece haber conseguido, ya que desde entonces el mexicano no volvió a ver a la argentina. Portman había tenido un perfil muy bajo desde su llegada y a pesar de recorrer varios lugares de Buenos Aires no había sido fotografiada, hasta que una noche, luego de una romántica cena, fue descubierta por los paparazzis, quienes la acosaron de tal modo, que la actriz no dudo en salir del coche al cual ya había ingresado, para increparlos con el rostro desencajado y hasta algún manotazo. Esto habría provocado que la actriz abandonara el país de forma urgente y el malhumor de García Bernal, que aun tiene varias semanas de rodaje de "El pasado" en Buenos Aires.
- Hablando de culebrones, una estrella de este género se prepara para abandonarlo por perseguir su sueño de ingresar a Hollywood. Se trata de la venezolana Ruddy Rodríguez, actriz que tras dos décadas en el espectáculo local, teniendo su primer estelar con "Niña bonita", quien afirmó a AP: "Ya tengo mis maletas preparadas para ir a Los Ángeles y no me da miedo". Esta no es la primera vez que esta ex Miss Mundo trabaja en el cine estadounidense, en 1987 tuvo una pequeña participación en "007: Alta tensión", una de las cintas de la saga Bond, con Timothy Dalton. Pero ahora las cosas son diferentes ya que llega con la firme decisión de insertarse en este mercado tan competitivo y tan difícil para los latinos. La actriz de 39 años intervino en películas latinoamericanas como "Bésame mucho", de Philippe Toledano (1994) y "Amaneció de Golpe" (1998).
- Eva Longoria, una de las figuras más solicitadas del espectáculo americano, ha sumado un nuevo proyecto para esa carrera cinematográfica que está empeñada en comenzar a construir, a pesar de tener su agenda ocupadísima con las filmaciones de la serie que le dio fama, "Desperate Housewives / Mujeres desesperadas". La texana de familia mexicana intervendrá en "Dead Fiance", comedia producida por Gold Circle Films donde será el fantasma de una mujer que intenta separar a su ex-pareja, un hombre escéptico interpretado por Paul Rudd, de su nuevo novia, una psíquica a la que dará vida Lake Bell. Por este film, Longoria se verá forzada a trabajar los siete días de la semana, ya que de lunes a vierns grabará su programa y los fines de semana rodará la cinta, que comenzará sus primeras escenas el 24 de agosto. La actriz además tiene pendiente de rodaje "Deep in the Heart of Texas", comedia romántica de Disney que será su primer protagónico.
- La actriz Natalie Portman perdió los buenos modales que la caracterizan ante los paparazzis argentinos, los cuales intentaban tomar imágenes de ella junto a su pareja Gael García Bernal, quien se ha convertido en el protagonista de un verdadero culebrón que está regocijando no solo a la prensa nacional, sino también latinoamericana. Recapitulemos: García Bernal llegó a la Argentina para rodar "El pasado", de Héctor Babenco, y desde el momento de su arribo -un mes atrás aproximadamente- se lo relacionó sentimentalmente con la actriz local Dolores Fonzi, de la que parecía inseparable hasta que Portman -casi su novia oficial- viajó al país, según dicen las malas lenguas, para alejarlo de ella, cosa que parece haber conseguido, ya que desde entonces el mexicano no volvió a ver a la argentina. Portman había tenido un perfil muy bajo desde su llegada y a pesar de recorrer varios lugares de Buenos Aires no había sido fotografiada, hasta que una noche, luego de una romántica cena, fue descubierta por los paparazzis, quienes la acosaron de tal modo, que la actriz no dudo en salir del coche al cual ya había ingresado, para increparlos con el rostro desencajado y hasta algún manotazo. Esto habría provocado que la actriz abandonara el país de forma urgente y el malhumor de García Bernal, que aun tiene varias semanas de rodaje de "El pasado" en Buenos Aires.
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