El Personaje: Robert Rodríguez, chico travieso
- por © Angel L. Esteban-NOTICINE.com
9-VIII-02
Hablar de Robert Rodríguez es devolver la imaginación al más auténtico cine de aventuras y emociones, de aquellas que llenaron las pantallas en los primeros tiempos y con las que el cine cobra todo el esplendor de su significado. Es lo suficientemente gamberro para haberse convertido en uno de los directores estrella del último cine de acción, pero lo necesariamente eficaz y original para hacerse con un merecido hueco en la taquilla yankie, y por tanto en la del resto del mundo. Este fin de semana el desenfrenado ritmo cinematográfico latino de Rodríguez se dispone a asaltar los cines de Estados Unidos con "Spy kids 2" y desbancar de los primeros puestos a Mel Gibson.
Nacido en San Antonio, Texas, hace 34 años, su talento fílmico es uno de los más completos que se conocen en estos días, capaz de implicarse en prácticamente todos los departamentos de producción y realización que conllevan sus películas, algo propio de quien desde muy joven buscó la manera de contar historias únicas con su cámara y poco más. En eso consistió el espectacular éxito de "El mariachi", una de las óperas primas más rentables y que más ha dado que hablar recientemente, catapultando a Robert Rodríguez a lo más alto del cine de género. La historia fronteriza del mexicano justiciero, y su elaboración prácticamente artesanal, le sirvieron para implantar su propio criterio en el desarrollo de su carrera.
Además de escribir, producir y dirigir, es habitual que se implique no sólo en los departamentos de efectos especiales sonoros y visuales, que en los filmes de Rodríguez siempre representan una sorpresa asegurada, sino como montador, operador de cámara y compositor de la banda sonora de sus cintas. Quizás por ello se decidió a rehacer con más presupuesto lo que fue su carta de presentación y estrenó "Desperado", esta vez a lo grande y con estrellas emergentes como Antonio Banderas y Salma Hayek, de la que ya ha hecho una nueva secuela, "Erase una vez en México".
Los tiros, la sangre, las persecuciones, los seres extraños, los malos malísimos y los no tan malos, las situaciones al límite y, en definitiva, la acción, el desparrame y la tensión en su máximo grado son los protagonistas principales de historias cargadas de giros inesperados para el espectador, que cuando entra al cine a ver una de Rodríguez es como si se subiese en una montaña rusa. Y el humor, indispensable para comprender su universo, esencial en su concepción gamberra de la aventura, fundamental para que los héroes - los que queden al final - se salgan con la suya.
Y es que parece que a Robert Rodríguez le gusta estar bien acompañado, y no sólo porque entorno suyo se haya gestado un importante grupo de poder latino en el mismo corazón de Hollywood, con Banderas a la cabeza. Tampoco es solamente porque durante un tiempo se le considerase como uno más de la pandilla Tarantino, en parte debido al paquete de cuatro llamado "Four Rooms", en parte a colaboraciones mutuas y en parte por compartir similares puntos de vista sobre el cine y la vida. Sino sobre todo porque sus aventuras, salvo quizás la serie de "El mariachi", han sido generalmente corales.
Lo era el extraño grupo cazavampiros formado por la familia del predicador y los hermanos asesinos de "Abierto hasta el amanecer", la más salvaje revisión conjunta del western y los chupasangres. También eran pandilla el grupo de estudiantes que se enfrenta al dominio extraterrestre en la divertidísima "The Faculty", dando la vuelta al machacón cine adolescente lejos de los cánones habituales, algo que ya probó como director de la secuencia inicial de "Stab" en "Scream 2". Y son, en definitiva, una piña la increíble familia Cortez, que revolucionó el cine familiar con "Spy Kids" y que ahora llega con nuevas sorpresas y mucha más adrenalina.
Hablar de Robert Rodríguez es devolver la imaginación al más auténtico cine de aventuras y emociones, de aquellas que llenaron las pantallas en los primeros tiempos y con las que el cine cobra todo el esplendor de su significado. Es lo suficientemente gamberro para haberse convertido en uno de los directores estrella del último cine de acción, pero lo necesariamente eficaz y original para hacerse con un merecido hueco en la taquilla yankie, y por tanto en la del resto del mundo. Este fin de semana el desenfrenado ritmo cinematográfico latino de Rodríguez se dispone a asaltar los cines de Estados Unidos con "Spy kids 2" y desbancar de los primeros puestos a Mel Gibson.
Nacido en San Antonio, Texas, hace 34 años, su talento fílmico es uno de los más completos que se conocen en estos días, capaz de implicarse en prácticamente todos los departamentos de producción y realización que conllevan sus películas, algo propio de quien desde muy joven buscó la manera de contar historias únicas con su cámara y poco más. En eso consistió el espectacular éxito de "El mariachi", una de las óperas primas más rentables y que más ha dado que hablar recientemente, catapultando a Robert Rodríguez a lo más alto del cine de género. La historia fronteriza del mexicano justiciero, y su elaboración prácticamente artesanal, le sirvieron para implantar su propio criterio en el desarrollo de su carrera.
Además de escribir, producir y dirigir, es habitual que se implique no sólo en los departamentos de efectos especiales sonoros y visuales, que en los filmes de Rodríguez siempre representan una sorpresa asegurada, sino como montador, operador de cámara y compositor de la banda sonora de sus cintas. Quizás por ello se decidió a rehacer con más presupuesto lo que fue su carta de presentación y estrenó "Desperado", esta vez a lo grande y con estrellas emergentes como Antonio Banderas y Salma Hayek, de la que ya ha hecho una nueva secuela, "Erase una vez en México".
Los tiros, la sangre, las persecuciones, los seres extraños, los malos malísimos y los no tan malos, las situaciones al límite y, en definitiva, la acción, el desparrame y la tensión en su máximo grado son los protagonistas principales de historias cargadas de giros inesperados para el espectador, que cuando entra al cine a ver una de Rodríguez es como si se subiese en una montaña rusa. Y el humor, indispensable para comprender su universo, esencial en su concepción gamberra de la aventura, fundamental para que los héroes - los que queden al final - se salgan con la suya.
Y es que parece que a Robert Rodríguez le gusta estar bien acompañado, y no sólo porque entorno suyo se haya gestado un importante grupo de poder latino en el mismo corazón de Hollywood, con Banderas a la cabeza. Tampoco es solamente porque durante un tiempo se le considerase como uno más de la pandilla Tarantino, en parte debido al paquete de cuatro llamado "Four Rooms", en parte a colaboraciones mutuas y en parte por compartir similares puntos de vista sobre el cine y la vida. Sino sobre todo porque sus aventuras, salvo quizás la serie de "El mariachi", han sido generalmente corales.
Lo era el extraño grupo cazavampiros formado por la familia del predicador y los hermanos asesinos de "Abierto hasta el amanecer", la más salvaje revisión conjunta del western y los chupasangres. También eran pandilla el grupo de estudiantes que se enfrenta al dominio extraterrestre en la divertidísima "The Faculty", dando la vuelta al machacón cine adolescente lejos de los cánones habituales, algo que ya probó como director de la secuencia inicial de "Stab" en "Scream 2". Y son, en definitiva, una piña la increíble familia Cortez, que revolucionó el cine familiar con "Spy Kids" y que ahora llega con nuevas sorpresas y mucha más adrenalina.