Julia Solomonoff: "Hay una infancia que une a gente en cualquier parte del mundo"

por © J.A.-NOTICINE.com
Julia Solomonoff
Julia Solomonoff


La cineasta argentina Julia Solomonoff estrena este viernes en España su nuevo trabajo, "El último verano de la Boyita", en cuya producción participó Pedro Almodóvar a través de su compañía El Deseo, y que ha ido acumulando reconocimientos internacionales en los últimos meses, el último hace pocos días en el apartado latinoamericano del Festival de Málaga. Allí dialoganos con la directora y guionista porteña, que debutó hace cinco años con "Hermanas" tras una larga trayectoria como ayudante de realización con Sorín, Walter Salles, Coixet, Bielinsky, Puenzo...

- Resúmame el argumento en pocas palabras...
Es una película que cuenta el paso de la infancia a la adolescencia, el descubrimiento por parte de la protagonista, Jorgelina, de un mundo más complejo. Ella vive en una ciudad con su familia y va a pasar unas vacaciones en el campo, y allí se encuentra con un niño que está pasando también por una transformación pero bastante más excepcional. De alguna manera, desde la mirada, la sensibilidad, la curiosidad y la confusión de la infancia está contada esta historia de identidad sexual, de diferencia.

- ¿Qué hay de usted misma en "El último verano de la Boyita?

Tiene mucho de autobiográfica. Para mí fue una manera de revisitar la infancia. Donde filmé eran los lugares donde crecí, la ciudad de Tosario, un campo en Entrerríos, la playa... En relación con la trama yo también tengo unos padres médicos y una hermana. El caso de Mario, el personaje de la película, lo escuché de mi madre, cuando yo tenía 11 años. Y en mi imaginación se me mezcló este caso con el hijo de los peones del campo donde veraneaba. Así se formó la película, con mi imaginación y algunos elementos de la realidad.

- ¿Cómo consiguió con Almodóvar participara en la producción?

En el 2006 estaba haciendo un taller en la Casa de América de Madrid, precisamente con este guión, y en ese momento conocí a alguna de la gente que trabajaba en la productora El Deseo, a través de Isabel Coixet, con la que había trabajado como ayudante. Decidí que antes de irme de Madrid si el guión me satisfacía se lo llevaría a Esther García, la productora que trabaja con Pedro. Tuve en diciembre una reunión con ella y le conté la historia. En abril me contactaron para decirme que les interesaba participar, y cinco meses después estábamos firmando la colaboración. Para las dificultades que uno tiene en general para poder producir sus proyectos creo que me fue bastante bien...

- ¿Podría resumirme la andadura de su cinta por los festivales?

La película empezó su recorrido en San Sebastián en septiembre del año pasado. Luego ganó dos premios en La Habana; tres en Cartagena, el del jurado, actuación y fotografía; el del Público en Toulouse; el especial del Jurado en Sofia; el de guión en Miami, y ahora el de direccion en Málaga... Lo que a mi más me gusta cuando puedo viajar con la película es encontrarme con la reacción de la gente en cada lugar. Creo que conecta a buena parte del público con su propia infancia, aunque ésta haya ocurrido en lugares muy distantes del mío. Hay algo en ese tiempo, en esa observación de los niños hacia la realidad y el mundo adulto, que conecta muy bien con personas de todas las edades, tanto hombres como mujeres.

- Se habla de que el cine argentino ha dejado de estar de moda en el circuito internacional...

Hay una especie si se quiere de fenómeno, con sus aristas positivas y negativas. Creo que sí, que en parte la moda del cine argentino ha podido pasar, sobre todo en esa parte que era un poco artificial... de inventado. Pero también hay una consolidación de ciertos autores argentinos, que han ido creciendo y desarrollando su obra, con un espacio internacional. En el próximo Festival de Cannes habrá tres películas argentinas, ganamos el Oscar... creo que hay una consolidación. Pero también es cierto que las modas pasan y para determinados fondos y subvenciones es más conveniente hoy ser uruguayo o paraguayo que argentino, porque como dices hubo una presencia muy fuerte hace unos años del cine argentino... y ya no nos toca más. Pero hay directores que han podido consolidarse como para sobrevivir a cualquier moda, y eso es muy importante.

- El público la conoció primero como actriz, en "Historias mínimas". ¿No piensa volver a aparecer ante la cámara?
Eso fue un accidente. Yo fui asistente de dirección mucho tiempo, con varios directores importantes argentinos y extranjeros, y uno de ellos, Carlos Sorín, me mandó un guión, que inicialmente pensé que era para rodarlo como ayudante suya. Pero él me dijo que el personaje de Julia era yo y que tenía que ir a la Patagonia en 20 días a ponerme ante la cámara. Yo le repliqué que yo no era actriz, y él me contestó que todo el resto de los personajes salvo uno era gente no profesional, y que si me apetecía que hiciera la película. Fui a algo que no sabía que iba a tener el nivel de transcendencia que tuvo. "Historias mínimas" fue una película que viajó mucho y tuvo un impacto muy positivo. Para mí resultó muy lindo y didáctico porque yo venía de estudiar cine en Estados Unidos y con una idea más industrial del cine, y de golpe estaba en mitad de la Patagonia con una camarita mínima, una laptop y un equipo de 12 personas... y así se hizo la película, con menos gente en el set que la  que había en el último corto que yo había hecho en Estados Unidos. Resultó interesante actuar pero no me plantee seguir por ese camino. Quizás si alguien me llama para algo que cree que puedo hacer... pero ponerme yo a actuar por ejemplo en mis películas, eso sí que no. Yo quiero dirigir y no distraerme en otra cosa... Hay actores que dirigen, pero lo contrario me parece muy arriesgado.

- ¿Qué proyectos tiene entre manos?

En este momento estoy editando un documental, que acabo de registrar. Se trata de una serie de 13 capítulos para la televisión pública argentina sobre el río Paraná. Me invitaron a recorrerlo en un barco con 30 expedicionarios, españoles, uruguayos y argentinos, contemplando la realidad y el futuro del río. Había antropólogos, ingenieros, astrofísicos, historiadores, geógrafos, ambientalistas... Y los diálogos que se produjeron fueron muy ricos. Estoy editando esos capítulos mientras desarrollo un proyecto de ficción, la nueva novela de Claudia Piñeiro, autora de la "Las viudas de los jueves". Se llama "Las grietas del Jara" y la estoy preparando con las mismas productoras española y argentina con quienes hice mi opera prima, "Hermanas", que son también las de "El secreto de sus ojos".