Justificadas ausencias en la Gala de los Nominados para los Goya
- por © Redacción-NOTICINE.com
20-I-03
Una fina pero persistente lluvia y una noche fría y desapacible acompañaron el pasado sábado la Gala de los Nominados a los Premios Goya, evento de finalidad puramente promocional que organiza la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, presidida por la actriz Marisa Paredes. Dicen que al mal tiempo buena cara, y meteorologías aparte, ésta no es la mejor de las épocas para el cine español, a pocos días que un informe de la propia institución avisara de que si en 2002 hubo crisis la de este año puede ser peor. En su no demasiado larga existencia, esta gala es más noticia por las ausencias más o menos justificadas que por la presencia de unos candidatos conocidos con bastante antelación. El sábado faltaron Pedro Almodóvar y Fernando León de Aranoa, directores de "Hable con ella" y "Los lunes al sol", las dos cintas españolas que más han dado que hablar el año pasado, pero en ambos casos, las excusas estaban claras. El primero andaba por Los Angeles cosechando premios y el segundo también en Estados Unidos, donde su drama social se ha programado en los festivales de Palm Springs y Sundance.
En otro orden de cosas, el acto, que se inició con el tradicional retraso y la impaciencia de los allí presentes, que llegaron a tomar al asalto una de las barras de bebidas en vista de que no había camareros ni nada mejor que hacer, se centró en la lectura de los candidatos y su colocación en unas gradas para la gran foto de familia. A pesar de las citadas y otras ausencias, acabaron demasiado apretados. Tal vez deban plantearse un emplazamiento más holgado la próxima vez, y eso vale también para el resto de los presentes.
La Casa de Correos, ahora una de las sedes de la Comunidad de Madrid y antes cuartel general de la policía franquista, acogió la fiesta con sonrisas relajadas. La profesión y el miedo a la escasez de trabajo, iban por dentro. Los canapés eran buenos, aunque no precisamente abundantes para aquel patio lleno hasta la bandera. Los trajes, especialmente los de ellas, sobrios y acordes con la temperatura exterior. Probablemente dejaban los más espectaculares escotes para el menos frío ambiente de la gala de entrega de los Goya 2002, que tendrá lugar el próximo 1 de febrero. Guillermo Toledo y Alberto San Juan, dos de los astros más seguidos de la fiesta del sábado, tendrán oportunidad entonces, como presentadores, de aludir más a esta crisis.
Una fina pero persistente lluvia y una noche fría y desapacible acompañaron el pasado sábado la Gala de los Nominados a los Premios Goya, evento de finalidad puramente promocional que organiza la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, presidida por la actriz Marisa Paredes. Dicen que al mal tiempo buena cara, y meteorologías aparte, ésta no es la mejor de las épocas para el cine español, a pocos días que un informe de la propia institución avisara de que si en 2002 hubo crisis la de este año puede ser peor. En su no demasiado larga existencia, esta gala es más noticia por las ausencias más o menos justificadas que por la presencia de unos candidatos conocidos con bastante antelación. El sábado faltaron Pedro Almodóvar y Fernando León de Aranoa, directores de "Hable con ella" y "Los lunes al sol", las dos cintas españolas que más han dado que hablar el año pasado, pero en ambos casos, las excusas estaban claras. El primero andaba por Los Angeles cosechando premios y el segundo también en Estados Unidos, donde su drama social se ha programado en los festivales de Palm Springs y Sundance.
En otro orden de cosas, el acto, que se inició con el tradicional retraso y la impaciencia de los allí presentes, que llegaron a tomar al asalto una de las barras de bebidas en vista de que no había camareros ni nada mejor que hacer, se centró en la lectura de los candidatos y su colocación en unas gradas para la gran foto de familia. A pesar de las citadas y otras ausencias, acabaron demasiado apretados. Tal vez deban plantearse un emplazamiento más holgado la próxima vez, y eso vale también para el resto de los presentes.
La Casa de Correos, ahora una de las sedes de la Comunidad de Madrid y antes cuartel general de la policía franquista, acogió la fiesta con sonrisas relajadas. La profesión y el miedo a la escasez de trabajo, iban por dentro. Los canapés eran buenos, aunque no precisamente abundantes para aquel patio lleno hasta la bandera. Los trajes, especialmente los de ellas, sobrios y acordes con la temperatura exterior. Probablemente dejaban los más espectaculares escotes para el menos frío ambiente de la gala de entrega de los Goya 2002, que tendrá lugar el próximo 1 de febrero. Guillermo Toledo y Alberto San Juan, dos de los astros más seguidos de la fiesta del sábado, tendrán oportunidad entonces, como presentadores, de aludir más a esta crisis.