Festival de cine francés en Cuba: la recta final, o un secuestro por ella (Coco Chanel)
- por © NOTICINE.com (Cuba)
Por Frank Padrón
Aunque a la mayoría de mis colegas no le convenció, yo soy de los que quedé favorablemente marcado por “Coco Chanel e Igor Stravinski” (2009), lo cual parece que comparto con buena parte del público, al menos al que asistió al muy concurrido Multicine “Infanta”. La cinta de Jan Kounet (“Dobermann”), focaliza, como indica su nombre, el romance vivido por la gran diseñadora de modas de inicios del siglo XX en Francia y el gran compositor ruso emigrado en plena revolución de su país a un París que, con todo y su carácter “avant la lettre” y “avant garde”, a principio no entendió su música iconoclasta y revolucionaria.
Precisamente así da comienzo al film: los abucheos en el imponente Teatro de los Campos Elíseos a una “Consagración de la Primavera” que finalmente lo “consagrara” y el interés de la modista por la música y –poco después—el hombre que la llevara al papel, dieron médula primero a la novela de Chris Greenhalgh que trasladara a la pantalla Kounet.
El film tiene, ciertamente, un tempo lento, donde en ocasiones aparenta no ocurrir nada, pero mucho bulle y crepita por debajo de ese marasmo: la pasión, y más que eso, la lucha de dos grandes artistas: ella, dolida por el desprecio de él en tal sentido (no la consideraba entre esos elegidos), ambos en lucha por encausar aquel amor a tenor de la familia del músico, donde la presencia cautelosa y doliente de la esposa (interesantísimo personaje) constituye un decisivo catalizador dramático. Por encima de todo, una época magistralmente ambientada e incorporada a la gran tela en detalle y preciosismo.
Claro que en una cinta sobre dos artistas y sus respectivas esferas, las relacionadas con ellas desempeñan un rol protagónico; por ello la dirección de arte, la fotografía y la música van colaborando paso a paso con la narración, y se diría que forman parte de la propia diégesis, El blanco y negro que centró el interés cromático de Chanel, la hermosa y fastuosa mansión campestre donde ella instala al amante y su familia, los conciertos de piano del músico que ejecutaba en el cuarto de estudio, desbordan esos espacios y abarcan el todo.
Lo cierto es que se van tejiendo con pormenorización, conocimiento de causa y una progresiva maduración que el espectador sensible no tarda en incorporar, la relación salvaje que se matiza de ternura y después rompe ante una, llamémosle, “cuestión de principios” de Chanel, aunque el arte sobrevive y lo que pudo dar al traste con la obra medular y difícil de Stravinski logra imponerse, aún a pesar de lo personal , pues el ego cede a la gran empresa, los inmensos aportes musicales que ella, a pesar de sí misma, no quiso abortaran.
Si bien los rubros encima mencionados son decisivos en la feliz consecución del filme, hay otros dos que no quedan detrás: uno es la planimetría lúdicra, complementaria a los vaivenes y modulaciones del relato (planos inclinados, contrapicados…) y manejados con una sabiduría encomiable, no menos enriquecedora; otro son los desempeños: el danés Mads Mikkelsen ( “El rey Arturo” ), la francesa de padre griego Anna Mouglalis ( “El papel de su vida” ) y la rusa Elena Morozova (“Diario de su mujer”) significan un trío exquisito, que demuestra primero la eficaz labor de casting y después la incorporación feliz, rica en matices y detalles de cada una de sus labores, donde los silencios e insinuaciones son casi más importantes que las mismas palabras.
Este ha sido, en buena medida, un festival francés de trhillers, casi todos cuanto menos notables, por cierto, dentro de los cuales “Por ella” (2008, Fred Cabayé) clasifica con ventaja.
Larga sentencia a una mujer inocente, y el esposo, tras agotar todos los recursos legales, opta por organizar una espectacular fuga donde incluyen al pequeño hijo. No mucho más, incluso, como puede inferirse, no poco visto con sus muchas variantes en el cine sobre todo hollywoodense.
Pero el pulso del director, la inteligente armazón sicológica del personaje central y las eficaces actuaciones (sobre todo de Vincent Lindon) aportan ese “extra” sin el cual la cinta pudo ir al amplio saco del montón.
Justamente por ese protagonismo del género, se lamenta que el festival cerrara con una pieza sí insalvable y por tanto, absolutamente prescindible en la selección: “Secuestro” (2008, Lucas Belvaux) sobre la huella que tal suceso en torno a un importante ejecutivo (jugador, mujeriego, dilapidador…) por cuya liberación se pide una alta suma, deja en su familia, empresa, policía y medios.
Pudo ser una cinta conseguida sobre todo por el estudio del carácter en el protagonista y sus relaciones, pero la torpeza en la mano directriz, que se la pasa dando vueltas en falso con el relato (de más de un clímax y su respectivo anticlímax) condenan al fracaso el trayecto.
Resumiendo, podemos decir que este año el género predominante fue el thriller, con varias propuestas atendibles (El escritor, La chica de Mónaco, Secreto de Estado, Sin dejar huellas, Por ella…) y algunas fallidas (Secuestro, OSS 117: perdido en Río…) aunque hubo como siempre comedias, menores (Lol), aceptables (El pequeño Nicolás), casi totalmente decepcionantes (¡Bienvenidos al Norte! ) o excelentes (Rosa y negro) y también dramas de oscilante calidad: motivadoras pero con defectos de guión (El primer día del resto de tu vida)o de puesta (Un grano de cuscús), polémicas al punto de dividir la recepción (Coco / Stravinski, El erizo, Hace mucho que te quiero… ) pero al menos interesantes, de esas que no dejan indiferentes a nadie, así como varios programas de dibujos animados, casi siempre para adultos, igualmente variados en sus niveles de logros.
De modo que el Festival se movió en un amplio espectro de tendencias estéticas, (dis)gustos y calidades que de cualquier modo pusieron una nota diferenciadora en la pantalla grande, comenzando por la posibilidad de ver de nuevo el anhelado cine en 35 mms.
Y si hubiera que extender palmarés (valga aclarar que reflejan sólo el gusto del crítico) sin dudas irían a:
Primer premio: “El erizo”
Segundo: “Rosa y negro”
Tercero: “Coco y Stravinski”
Especial: “El escritor”
Guión: “El erizo”
Actuación femenina (ex aquo): Josianne Balasko (“El erizo”) y Kristin Scott Thomas (“Hace mucho que te quiero”)
Masculina: Vincent Lindon (“Por ella”)
Dirección de arte: “Coco y Stravinski”