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Puede que nunca Ricardo Darín lo haya tenido más fácil delante de una cámara, y es que en "Delirium argentinum", la opera prima de Carlos Kaimakamian Carrau que filma actualmente en Buenos Aires y su provincia, hace de... Ricardo Darín. El prestigioso actor porteño, protagonista de los recientes éxitos "El secreto de sus ojos" y "Carancho" se interpreta a sí mismo en esta comedia en la que unos amigos se empeñan con la peregrina intención de hacerse ricos, en rodar una película independiente en la Argentina.

"Como dice el título -explica Darín en declaraciones a El País de Montevideo- es un delirio argentino con todas las letras. Es una de esas cosas que me gusta hacer, sobre todo porque cuando te empezás a ganar cierta reputación estás obligado a hacer sólo cierto tipo de películas. Y eso te tira un poco el humor, te ponés cada vez más serio o institucional, cosa que me aterra".

A pesar de su fama y cotización internacional, el intérprete de "El hijo de la novia" y "El aura" confío en un debutante, al que conocía desde niño en circunstancias cuanto menos premonitorias. "A Charly Caimacamian, cuando él tenía diez años, le pregunté qué iba a hacer de grande y me respondió que iba a ser director de cine. Y parece ser que le dije que cuando se convirtiera en director de cine, que me diera trabajo. Y el tipo se acordó y me trajo un guión, por eso decidí acompañarlo en esa primera aventura", cuenta Darín.

Coprotagonizan la cinta la diva televisiva Susana Giménez (en un pequeño papel, por intermediación del propio Darín, que fue su pareja hace casi dos décadas y mantiene con ella una gran amistad), Ramiro Archain, Emiliano Carrazzone y Miguel di Lemme.

Ricardo Darín explica que "Delirium argentinum" es la historia "de unos chicos que quieren hacer una película para ganar mucho dinero y que están convencidos de que tienen que contratar a una figura convocante. El tema es que no tienen la menor idea de cómo se hace una película. Finalmente Darín los escucha y decide hacer la película con ellos, con lo que se genera un delirio que es difícil de explicar. Es una linda forma de tomarme el pelo a mí mismo. Y es el tipo de película que está bueno tener en la cinematografía de uno. El proyecto tiene siete años, es de bajo presupuesto y creo que con la suerte que he tenido yo está bueno devolver un poco lo que me tocó confiando en nuevos directores".

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