Goyas 2002: Crónica de ambiente, política y diseñadores
- por © María Iglesias-NOTICINE.com
2-II-03
La publicidad televisiva hizo que la gala número XVII de los Premios Goya -anunciada a las diez de la noche- empezara con casi 30 minutos de retraso sobre el horario previsto, pero no hubo grandes sorpresas en cuanto a los quinielas que todos teníamos (muchos hubieramos acertado los 14) y Fernando León de Aranoa -el favorito de la noche- se llevó la mayor y mejor parte de las estatuillas.
Pedro Almodóvar, que optaba a dos grandes premios, con su última película "Hable con ella", no estuvo entre los asistentes a la ceremonia, lo que dio pie a muchos comentarios desde el principio de la noche. En esta edición de los Goya, la tan traida y llevada crisis del cine español, la fusión de las dos plataformas digitales de TV y en definitiva todo lo que tiene que ver directamente con nuestro cine, pasó a un segundo plano para dar paso a la política. Todos los premiados subieron al escenario con una escalpela en la solada o sobre los trajes que decia "No a la guerra". Todos, premiados y no premiados, hablaron de reivindicaciones en la noche del sábado.
Javier Bardem, ganador del Goya al mejor protagonista masculino, fue muy claro en sus manifestaciones: "Ganar las elecciones no significa que el pueblo te dé un cheque en blanco, hay que escuchar lo que dice y ahora el pueblo dice No a la Guerra". La presidenta de la Academia, Marisa Paredes, en su discurso de apertura lo advirtió para que nadie se sintiera molesto con el desarrollo de la gala: "No hay que tener miedo a la cultura, ni al entretenimiento, ni a la libertad de expresión. Hay que tener miedo a la guerra".
Los trabajadores de Sintel también tuvieron su gran momento al subir a recoger su galardón por el documental "El efecto Iguazú". Aprovecharon la gala retrasmitida por la Primera de TVE y Via Digital (Hasta ahora propiedad de Telefónica), para recordar que ni el Gobierno ni esta última compañía han cumplido con lo que prometieron, devolverles sus puestos de trabajo.
Otro de los grandes protagonistas de la noche fue el actor gallego Luís Tosar (Goya a la actuación de reparto), lo dijo claro y alto: "Si el sr. Aznar quiere petróleo no es necesario que lo busque en Irak, sólo tiene que darse una vuelta por Galicia". Y gritó: "No a la guerra". Ese mismo deseo fue expresado hasta por Geraldine Chaplin, otra premiada de la velada.
La ministra de Cultura, Pilar del Castillo, que presidió el acto, parecía -compresiblemente- muy molesta y no quiso hacer ningún tipo de declaración. Abandonó el auditorio en cuanto terminó la gala, sin ni siquiera aparecer por la fiesta que siguió a la ceremonia.
Pero la noche llegó a su punto más emocionante con el Goya honorífico y como reconocimiento a toda su carrera, a Manuel Alexandre. El actor puso a todo el auditorio en pie y lo agradeció con lágrimas en los ojos.
Glamour y moda también fueron protagonistas. Geraldine Chaplin impresionante, vestida por Chanel; Marisa Paredes en su recurrente color verde (de Sybilla); Natalia Verbeke, que como siempre destacó por su simpatía, lucía un vestido de Dior; la actriz Goya Toledo, que iba acompañada de la hermana de Penélope Cruz, Mónica, iba vestida por el modisto Oscar de la Renta; Paz Vega de Hannibal Laguna; Mercedes Samprieto de Carolina Herrera, y Lolita de Dior, en negro y con un impresionante mantón de Manila. Pero sin duda las grandes ovaciones de la noche, tanto por parte del públlico
que esperaba en la alfombra para ver a los famosos, como por el público asistente a la ceremonia, fueron para Penélope Cruz, la última en llegar, que iba vetida con un impresionante traje de Chanel en blanco y con una pequeña cola.
En general la gala fue larga: casi cuatro horas. Los perdedores se quejaban luego entre copas, como Javier Cámara o Leonor Watling, de "Hable con ella"; o los actores de "Historia de un beso", algo decepcionados por no haber conseguido ni una estatuilla. Por allí en el cóctel vimos a Tina Sainz, Carlos Hipólito, José Manuel Lorenzo... Berlanga, como siempre, encantador, sencillo, siempre Berlanga. Manolo Alexandre se quedó un ratito tras la gala, y fue sin duda el mejor de la noche, aunque realmente lo más comentado entre copas fue el gol que le metieron a TVE con un guión más que crítico hacia la política del Gobierno.
Los premiados como es costumbre se mezclaban con la prensa, invitados, directores de productoras, de televisiones, etc.. Se habló mucho de la marginación a "Hable con ella", y extranó que entre nuestros académicos no quieran ver que la última pelicula de Almodóvar, ya es una pelicula de referencia fuera de nuestras fronteras. La fiesta con copas, canapés y lo habitual como siempre, se prolongó hasta altas horas de la madrugada.
La publicidad televisiva hizo que la gala número XVII de los Premios Goya -anunciada a las diez de la noche- empezara con casi 30 minutos de retraso sobre el horario previsto, pero no hubo grandes sorpresas en cuanto a los quinielas que todos teníamos (muchos hubieramos acertado los 14) y Fernando León de Aranoa -el favorito de la noche- se llevó la mayor y mejor parte de las estatuillas.
Pedro Almodóvar, que optaba a dos grandes premios, con su última película "Hable con ella", no estuvo entre los asistentes a la ceremonia, lo que dio pie a muchos comentarios desde el principio de la noche. En esta edición de los Goya, la tan traida y llevada crisis del cine español, la fusión de las dos plataformas digitales de TV y en definitiva todo lo que tiene que ver directamente con nuestro cine, pasó a un segundo plano para dar paso a la política. Todos los premiados subieron al escenario con una escalpela en la solada o sobre los trajes que decia "No a la guerra". Todos, premiados y no premiados, hablaron de reivindicaciones en la noche del sábado.
Javier Bardem, ganador del Goya al mejor protagonista masculino, fue muy claro en sus manifestaciones: "Ganar las elecciones no significa que el pueblo te dé un cheque en blanco, hay que escuchar lo que dice y ahora el pueblo dice No a la Guerra". La presidenta de la Academia, Marisa Paredes, en su discurso de apertura lo advirtió para que nadie se sintiera molesto con el desarrollo de la gala: "No hay que tener miedo a la cultura, ni al entretenimiento, ni a la libertad de expresión. Hay que tener miedo a la guerra".
Los trabajadores de Sintel también tuvieron su gran momento al subir a recoger su galardón por el documental "El efecto Iguazú". Aprovecharon la gala retrasmitida por la Primera de TVE y Via Digital (Hasta ahora propiedad de Telefónica), para recordar que ni el Gobierno ni esta última compañía han cumplido con lo que prometieron, devolverles sus puestos de trabajo.
Otro de los grandes protagonistas de la noche fue el actor gallego Luís Tosar (Goya a la actuación de reparto), lo dijo claro y alto: "Si el sr. Aznar quiere petróleo no es necesario que lo busque en Irak, sólo tiene que darse una vuelta por Galicia". Y gritó: "No a la guerra". Ese mismo deseo fue expresado hasta por Geraldine Chaplin, otra premiada de la velada.
La ministra de Cultura, Pilar del Castillo, que presidió el acto, parecía -compresiblemente- muy molesta y no quiso hacer ningún tipo de declaración. Abandonó el auditorio en cuanto terminó la gala, sin ni siquiera aparecer por la fiesta que siguió a la ceremonia.
Pero la noche llegó a su punto más emocionante con el Goya honorífico y como reconocimiento a toda su carrera, a Manuel Alexandre. El actor puso a todo el auditorio en pie y lo agradeció con lágrimas en los ojos.
Glamour y moda también fueron protagonistas. Geraldine Chaplin impresionante, vestida por Chanel; Marisa Paredes en su recurrente color verde (de Sybilla); Natalia Verbeke, que como siempre destacó por su simpatía, lucía un vestido de Dior; la actriz Goya Toledo, que iba acompañada de la hermana de Penélope Cruz, Mónica, iba vestida por el modisto Oscar de la Renta; Paz Vega de Hannibal Laguna; Mercedes Samprieto de Carolina Herrera, y Lolita de Dior, en negro y con un impresionante mantón de Manila. Pero sin duda las grandes ovaciones de la noche, tanto por parte del públlico
que esperaba en la alfombra para ver a los famosos, como por el público asistente a la ceremonia, fueron para Penélope Cruz, la última en llegar, que iba vetida con un impresionante traje de Chanel en blanco y con una pequeña cola.
En general la gala fue larga: casi cuatro horas. Los perdedores se quejaban luego entre copas, como Javier Cámara o Leonor Watling, de "Hable con ella"; o los actores de "Historia de un beso", algo decepcionados por no haber conseguido ni una estatuilla. Por allí en el cóctel vimos a Tina Sainz, Carlos Hipólito, José Manuel Lorenzo... Berlanga, como siempre, encantador, sencillo, siempre Berlanga. Manolo Alexandre se quedó un ratito tras la gala, y fue sin duda el mejor de la noche, aunque realmente lo más comentado entre copas fue el gol que le metieron a TVE con un guión más que crítico hacia la política del Gobierno.
Los premiados como es costumbre se mezclaban con la prensa, invitados, directores de productoras, de televisiones, etc.. Se habló mucho de la marginación a "Hable con ella", y extranó que entre nuestros académicos no quieran ver que la última pelicula de Almodóvar, ya es una pelicula de referencia fuera de nuestras fronteras. La fiesta con copas, canapés y lo habitual como siempre, se prolongó hasta altas horas de la madrugada.