Entrevista: Isabel Coixet nada en el desierto con "Aral, el mar perdido"
- por © J.A. (San Sebastián)-NOTICINE.com
La realizadora catalana de "Cosas que nunca te dije", "Mi vida sin mí" o "Mapa de los sonidos de Tokio", Isabel Coixet, ha presentado este martes en el Festival de San Sebastián su último trabajo, que no es película sino documental, con el que ha visitado uno de los lugares más alucinantes de la tierra, el Mar de Aral, un paraje en Asia Central, entre Kazajistán y Uzbekistán, que hasta los años 60 fue un enorme lago o mar interior, y a partir de entonces se redujo hasta la casi extinción. Hablamos con la cineasta, que se sintió intrigada por un caso que ejemplifica la nefasta acción del hombre sobre la naturaleza.
- ¿Cómo surge este proyecto? ¿Como mero encargo?
Hacía tiempo que había leído sobre el mar de Aral y su desaparición. Hace 15 años leí un artículo en el Times sobre el motivo de que se hubiera secado ese mar, y decían que no era consecuencia del calentamiento global, sino de que habían cambiado el cauce de dos ríos que lo nutrían. Yo me pregunté cómo era posible que se hubiera secado 65 000 km2, entonces empecé a recopilar información sobre el tema, pero lo dejé en la recámara. Resulta que no hace mucho la Fundación We Are Water me propuso hacer algo relacionado con el agua y retomé este asunto, porque había algo en eso que me atraía: un mar que se convierte en un desierto... Yo tenía que ir allí. Me costaba mucho pensar que era real. Cuando tuve la oportunidad de pasear por ese lecho de mar ahora convertido en desierto fue muy impactante...
- ¿En algún momento se le pasó por la cabeza hacer con esta historia un film de ficción?
Nació como documental. Igual en el proceso uno siempre piensa que quizás se podía crear una ficción, pero en este caso la realidad era tan impactante, que ya meterle ficción... No se si se me hubiera ocurrido una ficción a la altura de algo tan fuerte...
- Un documental, un bebé gigante para el pabellón español de la Expo de Shanghai... ¿Le gusta hacer cosas nuevas?
Yo creo que es bueno, es refrescante y salir de uno mismo y de sus obsesiones es bueno para todos, sobre todo para mí. Creo que también es importante salir de tu zona de confort, de las cosas que ya conoces y dominas... Es bueno renovarse y ampliar horizontes. He hecho otros documentales, pero quizás este como experiencia en todo su proceso fue muy bonito.
- ¿Qué trayectoria le espera a este documental?
Bueno, ahora mismo se puede ver en una exposición que hay en Barcelona sobre el mar de Aral, y hay seis pases cada día. Imagino que también se pondrá en algunas televisiones e irá a otros festivales, Espero que sirva para que la gente conozca este problema y a la Fundación We Are Water que está haciendo un trabajo concreto con una serie de ONGs, para llevar agua a sitios donde hace falta.
- ¿Y que pasó con la ficción?
Bueno, creo que seguramente el año que viene haré una película.
- ¿De nuevo rodada en Norteamérica, Japón u otro lugar lejano?
Igual es más cerca.
- ¿Le provoca más situar sus historias lejos que en su país?
Esto nuevo es bastante próximo... pero no puedo contarte más.
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- ¿Cómo surge este proyecto? ¿Como mero encargo?
Hacía tiempo que había leído sobre el mar de Aral y su desaparición. Hace 15 años leí un artículo en el Times sobre el motivo de que se hubiera secado ese mar, y decían que no era consecuencia del calentamiento global, sino de que habían cambiado el cauce de dos ríos que lo nutrían. Yo me pregunté cómo era posible que se hubiera secado 65 000 km2, entonces empecé a recopilar información sobre el tema, pero lo dejé en la recámara. Resulta que no hace mucho la Fundación We Are Water me propuso hacer algo relacionado con el agua y retomé este asunto, porque había algo en eso que me atraía: un mar que se convierte en un desierto... Yo tenía que ir allí. Me costaba mucho pensar que era real. Cuando tuve la oportunidad de pasear por ese lecho de mar ahora convertido en desierto fue muy impactante...
- ¿En algún momento se le pasó por la cabeza hacer con esta historia un film de ficción?
Nació como documental. Igual en el proceso uno siempre piensa que quizás se podía crear una ficción, pero en este caso la realidad era tan impactante, que ya meterle ficción... No se si se me hubiera ocurrido una ficción a la altura de algo tan fuerte...
- Un documental, un bebé gigante para el pabellón español de la Expo de Shanghai... ¿Le gusta hacer cosas nuevas?
Yo creo que es bueno, es refrescante y salir de uno mismo y de sus obsesiones es bueno para todos, sobre todo para mí. Creo que también es importante salir de tu zona de confort, de las cosas que ya conoces y dominas... Es bueno renovarse y ampliar horizontes. He hecho otros documentales, pero quizás este como experiencia en todo su proceso fue muy bonito.
- ¿Qué trayectoria le espera a este documental?
Bueno, ahora mismo se puede ver en una exposición que hay en Barcelona sobre el mar de Aral, y hay seis pases cada día. Imagino que también se pondrá en algunas televisiones e irá a otros festivales, Espero que sirva para que la gente conozca este problema y a la Fundación We Are Water que está haciendo un trabajo concreto con una serie de ONGs, para llevar agua a sitios donde hace falta.
- ¿Y que pasó con la ficción?
Bueno, creo que seguramente el año que viene haré una película.
- ¿De nuevo rodada en Norteamérica, Japón u otro lugar lejano?
Igual es más cerca.
- ¿Le provoca más situar sus historias lejos que en su país?
Esto nuevo es bastante próximo... pero no puedo contarte más.
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