Merinero estrena su visión de "La Odisea" con música de Luis Eduardo Aute

por © Redacción-NOTICINE.com
Glauca y Merinero, en 'El viaje de Penélope'
Glauca y Merinero, en 'El viaje de Penélope'
El realizador español Fernando Merinero ("Los hijos del viento", "La novia de Lázaro"), francotirador del cine independiente desde hace un par de décadas, está próximo a estrenar la que asegura puede ser su obra "más arriesgada", basada en un clásico de la literatura, y con música del famoso cantautor Luis Eduardo Aute. "El viaje de Penélope" es una adaptación muy libre de "La Odisea". "Creo que esconde un homenaje al nuevo hombre, al hombre sensible, al que se queda en casa esperando, al que llora la ausencia de su amor, al que compone poemas a su amada ausente...", explica el cineasta.

En esta personal versión del clásico de Homero, todo está invertido. Así, el eje no es el viaje épico de Ulises, sino el viaje interior de Penélope. De hecho Penélope es un hombre y Ulises una mujer... Y Telémaco  está interpretado por un hombre y una mujer... "El viaje de Penélope" es -asegura su autor- "en esencia, una oda al amor incondicional a través del tiempo, quizás con un toque poético, que fusiona lo literario y lo cinematográfico a partes iguales".

"El viaje de Penélope" nos presenta a Penélope y Ulises viviendo en la hermosa isla de Ítaca. Su apacible vida rebosa amor, empleando su tiempo en el disfrute y goce de los sentidos. Hasta que Ulises escucha unos extraños cantos de sirena que le alejan de su hogar. Desde entonces, Penélope le espera incondicionalmente, así como su hijo Telémaco. A Penélope le surgen pretendientes a los que intentará entretener.

El propio realizador y productor protagoniza la cinta, que se filmó en Menorca, Barcelona, Madrid, Valencia, Málaga y Cádiz, entre otros muchos lugares de la Península, junto a Glauca, Mer Sotorrío, Adrián Jordán y Marta Nava.

"En el momento de concebir esta película -explica Merinero-, el tema por antonomasia de mi vida era el de la fidelidad, casi una obsesión, de forma que fue inevitable acabar naufragando en la leyenda de Ulises y Penélope, auténtico monumento a la fidelidad... Lo que me llevó a reflexionar sobre quién hoy en día aguantaría veinte años de fidelidad inquebrantable, y también a pensar qué pasaría si Penélope fuera un hombre y Ulises una mujer...".

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