Colaboración: "Pa Negre" y "Héroes" dos visiones españolas y distintas de la infancia
- por © NOTICINE.com
Por Elio Castro-Villacañas
La infancia como territorio nostálgico. La infancia como lugar abonado por el dolor y la tragedia. En estas dos últimas semanas se han estrenado dos películas españolas bien diferentes que hablan de niños, a las puertas de la adolescencia, y de cómo esa etapa de la vida marca de forma inexorable al futuro adulto.
"Pa negre", de Agustí Villaronga, está ambientada en los años posteriores a la Guerra Civil española en un pueblo de la Cataluña profunda. Ahí los niños son testigos tristemente privilegiados del drama que han vivido sus padres unos pocos meses antes. Viendo la película se percibe el dolor de los personajes. Casi puede mascarse. Los niños protagonistas de "Pa negre" se revisten de una coraza que les hace insensibles, a veces hasta parecer despiadados. Son como rocas.
"Pa negre" es una magnífica película llena de matices y de grises. No hay buenos ni malos, ni lugar alguno para la esperanza. Incluso los juegos de los chavales tienen algo de cruel y de siniestro. Al final no hace falta que Agustí Villaronga nos muestre a esos chicos de mayores. Nos podemos imaginar perfectamente cómo se desarrollarán sus vidas, su carencias emocionales, sus taras afectivas.
En el polo opuesto se encuentra "Héroes", de Pau Freixas. Está ambientada también en un pueblo de Cataluña, en la Costa Brava, en un verano de los años 80. La película es un retrato nostálgico, bastante empalagoso y edulcorado, de una pandilla de preadolescentes. Es una especie de "Verano azul" en el que, no obstante, se colará una terrible tragedia. Sin embargo la dureza que muestra "Pa negre" parece real. La azucarada visión de "Héroes", falsa.
Lo curioso es que las dos películas, aunque en época distinta, transcurren prácticamente en el mismo ámbito geográfico. Y calidad al margen (ya he mencionado que "Pa negre" es magnífica mientras que "Héroes", deja bastante que desear), vienen a reflejar el tremendo cambio político, económico y social que se ha producido en este país en el último medio siglo.
Los niños de "Pa negre" solo piensan en sobrevivir, aunque para ello tengan que traicionar a sus mayores. Los chavales de "Héroes" solo piensan en jugar, en disfrutar de un verano que termina siendo amargo. Las dos, sin embargo, coinciden en la idea de concebir la infancia como la única patria verdadera del hombre. Allí es donde se fragua todo, donde se va cocinando, a fuego lento, la vida de los hombres y mujeres.
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La infancia como territorio nostálgico. La infancia como lugar abonado por el dolor y la tragedia. En estas dos últimas semanas se han estrenado dos películas españolas bien diferentes que hablan de niños, a las puertas de la adolescencia, y de cómo esa etapa de la vida marca de forma inexorable al futuro adulto.
"Pa negre", de Agustí Villaronga, está ambientada en los años posteriores a la Guerra Civil española en un pueblo de la Cataluña profunda. Ahí los niños son testigos tristemente privilegiados del drama que han vivido sus padres unos pocos meses antes. Viendo la película se percibe el dolor de los personajes. Casi puede mascarse. Los niños protagonistas de "Pa negre" se revisten de una coraza que les hace insensibles, a veces hasta parecer despiadados. Son como rocas.
"Pa negre" es una magnífica película llena de matices y de grises. No hay buenos ni malos, ni lugar alguno para la esperanza. Incluso los juegos de los chavales tienen algo de cruel y de siniestro. Al final no hace falta que Agustí Villaronga nos muestre a esos chicos de mayores. Nos podemos imaginar perfectamente cómo se desarrollarán sus vidas, su carencias emocionales, sus taras afectivas.
En el polo opuesto se encuentra "Héroes", de Pau Freixas. Está ambientada también en un pueblo de Cataluña, en la Costa Brava, en un verano de los años 80. La película es un retrato nostálgico, bastante empalagoso y edulcorado, de una pandilla de preadolescentes. Es una especie de "Verano azul" en el que, no obstante, se colará una terrible tragedia. Sin embargo la dureza que muestra "Pa negre" parece real. La azucarada visión de "Héroes", falsa.
Lo curioso es que las dos películas, aunque en época distinta, transcurren prácticamente en el mismo ámbito geográfico. Y calidad al margen (ya he mencionado que "Pa negre" es magnífica mientras que "Héroes", deja bastante que desear), vienen a reflejar el tremendo cambio político, económico y social que se ha producido en este país en el último medio siglo.
Los niños de "Pa negre" solo piensan en sobrevivir, aunque para ello tengan que traicionar a sus mayores. Los chavales de "Héroes" solo piensan en jugar, en disfrutar de un verano que termina siendo amargo. Las dos, sin embargo, coinciden en la idea de concebir la infancia como la única patria verdadera del hombre. Allí es donde se fragua todo, donde se va cocinando, a fuego lento, la vida de los hombres y mujeres.
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