Crítica: "La pantera negra", ¿y si no se hubiera muerto el gato?
- por © Correcámara-NOTICINE.com
Por Ulises Pérez Mancilla
Nico Belmonte (Enrique Arreola) es un detective con pinta de perdedor que una mañana recibe una llamada de Dios (Mario Almada), que lo contrata para buscar a "la pantera negra", sin pista alguna sobre qué diablos es "la pantera negra". Poco después, la muerte (Dolores Heredia) le ofrece medio millón por encontrar a Pedro Infante (Arnulfo Reyes), que en realidad sigue vivo y se ha burlado de ella. En la medida que avanza su investigación, se topa con un gringo (Marius Biegai) que le ofrece entregarle a "la pantera negra" a cambio de que le siga la pista a la novia extraterrestre de su hija (Mariana Gajá). Es así como Belmonte busca a contratiempo a "la pantera negra" sin saber que Rita (Laura de Ita) y Zeta (Fernando Ciangerothi) también van tras ella; y que al final, su búsqueda lo llevará a reencontrarse con quien intuimos, es el amor de su vida (Ely Guerra).
Al finalizar la proyección gratuita de la quinta gala del cine mexicano en el marco del FICCM, el director Iyari Wertta definió su ópera prima como "un viaje". Evidentemente nervioso, dijo sentirse "desnudo" ante la sala llena. Y ya un poco más animado, comentó que cada quien podía interpretar qué es la pantera negra. Bromeó que hizo la película "para salir del anonimato", que quería hacer algo "diferente" a lo que se hace en el cine mexicano donde predominan los temas "sobre la miseria". Y entonces contó la anécdota de que fue la muerte de su gato a quien quería tanto (y su propia obsesión por la muerte) lo que inspiraron la película. De hecho, la máxima referencia del misterio de "la pantera negra", es que se trata de un gato que habita en el subconsciente del protagonista.
La ópera prima del Centro de Capacitación Cinematográfica (realizada antes que Somos lo que hay) tiene todo en contra más allá de que sea "diferente", especialmente porque aunque se tratara de "un viaje" literal, no es justificación su arritmia y falta de estructura (a veces de sentido) aun dentro del caos de un argumento tan desparpajado como este. De hecho, carece de humor tanto como peca de sobriedad para ser un filme fantástico. Como parodia le falta gracia, como cine negro pide a gritos esencia y como ejercicio de estilo en torno al cine de serie B le falta distancia crítica, lo que la aleja del homenaje obvio a las películas de Ed Wood o El Santo.
Rareza de rarezas en el panorama del cine actual mexicano y fotografiada en blanco y negro por Christian Rivera (ganador de un Ariel por los efectos visuales de Conozca la cabeza de Juan Pérez), La pantera negra parece estar filmada en apabullante cámara lenta. No ayuda el pinponeo de diálogos pausados, los planos inconexos, las licencias de la atemporalidad que se permiten todo, ni tampoco la prolongación de lo que parece ser una ocurrencia adolescente realizada con muchas veces más el presupuesto de sobresalientes filmes contemporáneos nacionales como Japón, Mil nubes de paz cercan el cielo amor jamás acabarás de ser amor, Familia tortuga o el ejemplo más reciente, Año bisiesto.
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Nico Belmonte (Enrique Arreola) es un detective con pinta de perdedor que una mañana recibe una llamada de Dios (Mario Almada), que lo contrata para buscar a "la pantera negra", sin pista alguna sobre qué diablos es "la pantera negra". Poco después, la muerte (Dolores Heredia) le ofrece medio millón por encontrar a Pedro Infante (Arnulfo Reyes), que en realidad sigue vivo y se ha burlado de ella. En la medida que avanza su investigación, se topa con un gringo (Marius Biegai) que le ofrece entregarle a "la pantera negra" a cambio de que le siga la pista a la novia extraterrestre de su hija (Mariana Gajá). Es así como Belmonte busca a contratiempo a "la pantera negra" sin saber que Rita (Laura de Ita) y Zeta (Fernando Ciangerothi) también van tras ella; y que al final, su búsqueda lo llevará a reencontrarse con quien intuimos, es el amor de su vida (Ely Guerra).
Al finalizar la proyección gratuita de la quinta gala del cine mexicano en el marco del FICCM, el director Iyari Wertta definió su ópera prima como "un viaje". Evidentemente nervioso, dijo sentirse "desnudo" ante la sala llena. Y ya un poco más animado, comentó que cada quien podía interpretar qué es la pantera negra. Bromeó que hizo la película "para salir del anonimato", que quería hacer algo "diferente" a lo que se hace en el cine mexicano donde predominan los temas "sobre la miseria". Y entonces contó la anécdota de que fue la muerte de su gato a quien quería tanto (y su propia obsesión por la muerte) lo que inspiraron la película. De hecho, la máxima referencia del misterio de "la pantera negra", es que se trata de un gato que habita en el subconsciente del protagonista.
La ópera prima del Centro de Capacitación Cinematográfica (realizada antes que Somos lo que hay) tiene todo en contra más allá de que sea "diferente", especialmente porque aunque se tratara de "un viaje" literal, no es justificación su arritmia y falta de estructura (a veces de sentido) aun dentro del caos de un argumento tan desparpajado como este. De hecho, carece de humor tanto como peca de sobriedad para ser un filme fantástico. Como parodia le falta gracia, como cine negro pide a gritos esencia y como ejercicio de estilo en torno al cine de serie B le falta distancia crítica, lo que la aleja del homenaje obvio a las películas de Ed Wood o El Santo.
Rareza de rarezas en el panorama del cine actual mexicano y fotografiada en blanco y negro por Christian Rivera (ganador de un Ariel por los efectos visuales de Conozca la cabeza de Juan Pérez), La pantera negra parece estar filmada en apabullante cámara lenta. No ayuda el pinponeo de diálogos pausados, los planos inconexos, las licencias de la atemporalidad que se permiten todo, ni tampoco la prolongación de lo que parece ser una ocurrencia adolescente realizada con muchas veces más el presupuesto de sobresalientes filmes contemporáneos nacionales como Japón, Mil nubes de paz cercan el cielo amor jamás acabarás de ser amor, Familia tortuga o el ejemplo más reciente, Año bisiesto.
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