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Tras su recorrido por festivales internacionales, en el cual recogió el Premio Nuevos Directores del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, "Los colores de la montaña", de Carlos César Arbeláez, se estrena en 40 salas de Colombia este viernes. La película es una historia de amistad entre niños, con un trasfondo político-social que desvela el conflicto civil que dura décadas.

La historia de la película se centra en la amistad entre dos niños: Manuel (Hernán Mauricio Ocampo) y Julián (Nolberto Sánchez). Un día, mientras juegan un partido de fútbol, pierden el balón que va a parar a un campo minado. Junto a Poca Luz, tratarán por todos los medios, de rescatar este preciado objeto, imprescindible para sus sueños y vidas cotidianas.

"Yo no he querido hacer una película política ni sociológica ni antropológica como se han hecho ya algunas películas en Colombia. Yo he insistido que la verdadera historia de la película es la amistad de estos tres niños", asegura el realizador, en entrevista con Enrodaje. La historia -contada desde el punto de vista de los niños- muestra cómo una aventura infantil se topa de frente con una realidad violenta de la que no se puede estar exento, aunque el director elige retratarla de una forma poética.

"He dejado toda la violencia en los colores fuera de cuadros, no la muestro explícitamente si no implícitamente. La película está llena de una tensión de cosas que se oyen, de sonidos, de sugerencias, yo no he metido escenas de guerra. Me demoré mucho tiempo para saber que no quería hacer una película sobre guerrilleros ni paramilitares, ni explicar el conflicto armado colombiano. Mi película es más sicológica, mas centrada a lo que le está pasando a los niños a medida que suceden todos estos hechos y por esto me he concentrado en la mirada de ellos. Yo pienso que es una propuesta distinta, mucho más intimista y que le llega mucho más al público".

De acuerdo a las estadísticas, Colombia es uno de los países con mayor índice de minas antipersonales plantadas y con mayor cantidad de víctimas. Se estima que por día ocurren un accidente y cuatro incidentes como consecuencia de las minas antipersonales que se han dejado plantadas por la lucha armada, lo cual afecta principalmente a los habitantes de las zonas rurales.  

Esta realidad que se plasma en la película, espera el realizador que pueda contribuir a la sensibilización y el debate sobre el tema de las minas y los desplazados de Colombia. "Yo no creo que una película vaya a cambiar la situación de un país pero sí puede ayudar a crear conciencia frente a una situación determinada y esto me parece maravilloso", sostiene esperanzado Arbeláez.

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