Ricardo Darín estrena una comedia a partir de la tragedia y el choque de culturas
- por © Cynthia García Calvo (Argentina)-NOTICINE.com
Una vaca cayó de un avión ruso y hundió un barco en el mar de Japón. Esa historia no es producto de la imaginación de un guionista, sino uno de esos sucesos surrealistas que reafirman aquello de que la realidad supera a la ficción. Es también el disparador de la historia de "Un cuento chino", nuevo largometraje del argentino Sebastián Borensztein ("La suerte está echada", "Sin memoria"), que protagoniza el indispensable Ricardo Darín. Recién llegada a la cartelera argentina, la historia sigue el encuentro fortuito entre un hombre enojado con la vida y un joven chino perdido en Buenos Aires.
Todo comenzó cuando el director leyó una noticia por demás espectacular: "Unos rusos de las fuerzas armadas aterrizaron en un campo y se robaron unas vacas para hacerse un asado. Pero se les desbarató todo en el vuelo. Tuvieron que soltarlas para que no se cayera el avión y una vaca cayó justo en el mar de Japón arriba de un barco". Recuerda Borensztein que al leer eso se le "despertaron un montón de cosas que terminaron en esta película", con la seguridad de que esa imagen de la vaca cayendo sobre una embarcación sería el inicio del film.
Así es justamente como comienza "Un cuento chino", pero con algunas modificaciones: En China, una joven pareja disfruta de una tarde abordo de un sampan. Todo es tenue y romántico. El novio a escondidas mira una vez más los anillos de compromiso que ha llevado para la ocasión. En ese preciso instante, una vaca cae del cielo dando de lleno en el lado donde se encuentra la novia. Paralelamente, en Buenos Aires, Roberto es un ferretero, vererano de Malvinas, peleado con la sociedad, que evade su oportunidad de ser feliz junto a una vecina y es aficionado a coleccionar noticias sobre sucesos increíbles. Un día, Roberto es abordado por un joven chino desesperado, que acaba de ser robado y está perdido. Decide ayudarlo pensando que será un trámite rápido. Pero las cosas se complican y terminará alojándolo en su casa. Este encuentro modificará su vida.
Sobre el destino y la pérdida habla básicamente "Un cuento chino", una historia donde Borensztein vuelve sobre el tema del azar que ya abordó en su opera prima "La suerte está echada", salpicada una vez más por ese subgénero que es la buddy-movie, es decir, la película centrada en dos personajes masculinos antagónicos, que se ven juntos a la fuerza y terminan logrando empatía.
La película es una comedia que transita el humor a partir de situaciones que tienen un fondo trágico. "Como dijo alguna vez mi querido Enrique Pinti: 'El humor generalmente nace en el dolor'. Y si es un axioma que se sostiene a sí mismo, esta es una buena oportunidad para demostrarlo", explica Darín sobre el tono del film, agregando: "Un cuento chino" es una historia que está plagada de situaciones complicadas, por decirlo de una manera amable. Pero esto no significa que no nos permita la oportunidad de transitarlo o vivirlo con cierto humor porque estamos siendo los observadores de la situación. El humor se desprende de las situaciones y no de gags colocados con fórceps. Y para mí es la gloria trabajar en este tipo de registro".
Junto a Darín aparece Ignacio Huang, actor nacido en Taiwán, quien asume su primer rol de relevancia en una película nacional tras intervenir en producciones independientes y obras de teatro. Al igual que sus personajes, el joven piensa que son muy diferentes con el argentino, aunque tanto con su colega como con el director logró conectar gracias a su formación: "Si bien tengo aspecto oriental, tengo formación de actor occidental. Cuando uno ve una película oriental se da cuenta que tiene otro código. Creo que esa diferencia es importante para que Sebastián me pudiese dirigir porque tenemos un mismo código, y eso hizo posible que yo responda a lo que me pedían".
Borensztein sostiene que pese a que el choque de culturas es esencial en la trama, no tenía intención de sentar postura frente al tema de la relación entre argentinos y la creciente comunidad china. "No trabajé con esa intención. Trabajé con la intención de generarle al personaje que interpreta Ricardo un golpe emocional fuerte. Es un tipo cuya evolución emocional quedó detenida al regresar de la guerra (de Malvinas), y sólo con un sacudón extremo se lo puede despertar y traer de vuelta a la realidad. Sacarlo de la trinchera en que vive. En ningún momento me planteé hacer un encuentro de culturas, ni mucho menos. Busqué las antípodas de los personajes, pero a la vez son dos personajes que tienen más en común de lo que creen".
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Todo comenzó cuando el director leyó una noticia por demás espectacular: "Unos rusos de las fuerzas armadas aterrizaron en un campo y se robaron unas vacas para hacerse un asado. Pero se les desbarató todo en el vuelo. Tuvieron que soltarlas para que no se cayera el avión y una vaca cayó justo en el mar de Japón arriba de un barco". Recuerda Borensztein que al leer eso se le "despertaron un montón de cosas que terminaron en esta película", con la seguridad de que esa imagen de la vaca cayendo sobre una embarcación sería el inicio del film.
Así es justamente como comienza "Un cuento chino", pero con algunas modificaciones: En China, una joven pareja disfruta de una tarde abordo de un sampan. Todo es tenue y romántico. El novio a escondidas mira una vez más los anillos de compromiso que ha llevado para la ocasión. En ese preciso instante, una vaca cae del cielo dando de lleno en el lado donde se encuentra la novia. Paralelamente, en Buenos Aires, Roberto es un ferretero, vererano de Malvinas, peleado con la sociedad, que evade su oportunidad de ser feliz junto a una vecina y es aficionado a coleccionar noticias sobre sucesos increíbles. Un día, Roberto es abordado por un joven chino desesperado, que acaba de ser robado y está perdido. Decide ayudarlo pensando que será un trámite rápido. Pero las cosas se complican y terminará alojándolo en su casa. Este encuentro modificará su vida.
Sobre el destino y la pérdida habla básicamente "Un cuento chino", una historia donde Borensztein vuelve sobre el tema del azar que ya abordó en su opera prima "La suerte está echada", salpicada una vez más por ese subgénero que es la buddy-movie, es decir, la película centrada en dos personajes masculinos antagónicos, que se ven juntos a la fuerza y terminan logrando empatía.
La película es una comedia que transita el humor a partir de situaciones que tienen un fondo trágico. "Como dijo alguna vez mi querido Enrique Pinti: 'El humor generalmente nace en el dolor'. Y si es un axioma que se sostiene a sí mismo, esta es una buena oportunidad para demostrarlo", explica Darín sobre el tono del film, agregando: "Un cuento chino" es una historia que está plagada de situaciones complicadas, por decirlo de una manera amable. Pero esto no significa que no nos permita la oportunidad de transitarlo o vivirlo con cierto humor porque estamos siendo los observadores de la situación. El humor se desprende de las situaciones y no de gags colocados con fórceps. Y para mí es la gloria trabajar en este tipo de registro".
Junto a Darín aparece Ignacio Huang, actor nacido en Taiwán, quien asume su primer rol de relevancia en una película nacional tras intervenir en producciones independientes y obras de teatro. Al igual que sus personajes, el joven piensa que son muy diferentes con el argentino, aunque tanto con su colega como con el director logró conectar gracias a su formación: "Si bien tengo aspecto oriental, tengo formación de actor occidental. Cuando uno ve una película oriental se da cuenta que tiene otro código. Creo que esa diferencia es importante para que Sebastián me pudiese dirigir porque tenemos un mismo código, y eso hizo posible que yo responda a lo que me pedían".
Borensztein sostiene que pese a que el choque de culturas es esencial en la trama, no tenía intención de sentar postura frente al tema de la relación entre argentinos y la creciente comunidad china. "No trabajé con esa intención. Trabajé con la intención de generarle al personaje que interpreta Ricardo un golpe emocional fuerte. Es un tipo cuya evolución emocional quedó detenida al regresar de la guerra (de Malvinas), y sólo con un sacudón extremo se lo puede despertar y traer de vuelta a la realidad. Sacarlo de la trinchera en que vive. En ningún momento me planteé hacer un encuentro de culturas, ni mucho menos. Busqué las antípodas de los personajes, pero a la vez son dos personajes que tienen más en común de lo que creen".
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