Habla Rodolfo Carnevale sobre "El Pozo", insólito film argentino en torno al autismo

por © J.P.R./EscribiendoCine-NOTICINE.com
Carnevale
"El Pozo" (2011) es una de las pocas películas que se le anima a un tema complejo como lo es el autismo. Su director Rodolfo Carnevale la concibió, junto al guionista Nicolás Manservigi, basándose en su historia personal y las vivencias de su propia familia. “En "El Pozo" no hablamos solamente de autismo, hay una problemática familiar, es la historia de una familia que convive con un miembro autista”, dice el novel realizador en una charla exclusiva con EscribiendoCine.

- ¿Por qué crée que el autismo no es tratado en el cine?

Es por tabú, es por desconocimiento. Creo que no se han animado a ver qué sucede, yo soy bastante arriesgado. Yo hice "El pozo" por una motivación muy personal, también con las ganas de transmitir un mensaje, quizás, en un principio, para una película de nicho. Desde una cuestión personal me animé a algo que otros quizás no se animan. Igual en "El Pozo" no hablamos solamente de autismo, hay una problemática familiar, es la historia de una familia que convive con un miembro autista. Tiene un foco en el autismo pero también está la problemática familiar.

- ¿Cómo entran Ezequiel Rodríguez y Ana Fontán en el proyecto?
Ezequiel se suma en 2008 cuando tenía la primera versión del guión. Ahí empecé a hacer castings con los actores más reconocidos. Lo que tuvo Ezequiel Rodríguez desde su entrada es que brindaba una magia que cuando llegó a la audición entró haciendo el personaje, cosa que a mí me atrajo. Él entró al lugar y yo ya le empecé hablar como al personaje. El caso de Ana Fontán no fue como el de Ezequiel, que ya hacía dos años que estaba, pero también fue luego de varios  castings. Yo a ella ya la conocía y le propuse hacer el personaje de La estatua de la Libertad, así fue que se metió en la película y yo la empecé a ver como Pilar. Un fin de semana la invité a la casa de mis viejos y la largué a jugar con mi hermano. Yo la recontra fiché pero nunca le dije nada. A la semana le digo que venga a casa que iba a tomar audiciones para el personaje de Pilar y cuando la hizo vi que había capturado todo lo de mi hermano. Eso me mató y me terminé de decidir ahí.

- ¿Tuvieron mucho tiempo de preparación para llegar a esos personajes “especiales”?

Si y además de mucho tiempo de ensayo ellos hicieron mucha investigación. Nos juntábamos a ensayar dos o tres veces por semana y ellos estaban ocho horas por día visitando centros especiales para informarse. Era con una energía y una pasión que a mí me encantó de los dos. Tenían una entrega que para mí era fundamental ya que si no hubiera sido de otra manera. No podría haber creado en ellos un personaje si no lo hubieran visto desde adentro.

- ¿Sintió como una catarsis al poder llevar una historia tan personal al cine?
Uh, sí. Sigo haciendo catarsis en todo momento. También en el rodaje y la realización de la película me han pasado cosas en lo personal muy fuertes. Lo que yo había planteado como ficción en la película, en cierto momento se empezó a convertir en real en mi vida. Por ejemplo: Mi hermano estaba internado y tuvo un brote y hubo que sacarle de nuevo. Aparte en ese momento que se había tomado la decisión de internarle mis viejos se ponen en desacuerdo. Todo eso era ficción y fue muy fuerte porque el guión ya estaba escrito. Fue movilizante en todo sentido, más allá de estar filmando escenas que me remitían a mi pasado después había otras que eran mi presente absoluto.

- ¿Pudo tomar distancia de la historia durante el rodaje?

Siempre mantuve una distancia que me permitió abstraerme. Además hice un trabajo previo con los actores, después los liberé y yo también me alejé. Puse una cierta distancia, no te digo frialdad, pero sí alejado y muy técnico.

- ¿Cómo fue el trabajo narrativo?

Lo conocí a Nicolás Manservigi en 2009 cuando hice "Aporía" (2009), que fue el primer trabajo que hicimos juntos. Yo en 2008 ya había hecho la primera versión del libro. Después de conocerlo y trabajar juntos se sumergió en mi familia y en todo ese ámbito que rodea a los familiares de chicos especiales. Ahí él empezó a tener otra versión, había cosas que yo no había sabido contarlas y le pregunté como lo haría él. Se enganchó tanto que le di el guión para ver como lo podía trabajar. Nicolás empezó a investigar y ahí surgió otra cosa y de lo que fue una primera versión terminó en otra mucho más interesante.

- ¿Cómo entra San Luis Cine en la película?

Llegué de la nada y hablé con Alberto Rodríguez Saa y justamente se estaban por abrir centros para chicos especiales en la provincia. Como estaban con todo eso nos dijeron que estaban súper interesados y querían sumarse para hablar sobre esto. Estuvo muy bueno y todo se generó de una manera muy veloz. Nos encontramos filmando en menos de tres meses un proyecto que llevaba cuatro años de espera.

- ¿Ve en las provincias una opción distinta para poder filmar una película?
Si y es genial. Todo lo que te puede brindar una provincia es bárbaro. Muchos directores se quedan estancados en que si no es una película del INCAA no se puede realizar. En San Luis habían dejado de hacer cine después de la de Isabel Sarli. Llegué yo con el proyecto y se reactivó nuevamente. El año pasado se hicieron un montón de películas.

- "El Pozo" no contó con apoyo del INCAA, ¿a qué se debió?
El INCAA se ha sumado después de la realización pero la peli no fue hecha por el INCAA. Cayó con toda la goleada de películas rechazadas con unas respuestas insólitas y banales. En la película se habla de un tema muy humano, con todo un tratamiento, y eso de calificarla como "sin interés" cuando es sobre un tema que interesa… Pero el proyecto después salió, se hizo por San Luis y después de haber visto la película se sumaron. Son las cosas que pasan pero por suerte se pudo dar todo.

- La película si bien toca un tema que por ahí gusta mucho en festivales tiene una estructura más industrial. ¿Cómo es recibida en ese circuito?
Estuvo en el festival de Cine de Nueva York donde ganó siete premios y en marzo participó de Guadalajara. Habrá que ver ahora. "El Pozo" tiene un tratamiento de película norteamericana. No es una película de tiempos lentos, tiene un ritmo narrativo que por ahí no es el que hoy prima en los festivales ni en el cine independiente. Tiene una estructura por ahí más industrial sin llegar a ser una película comercial.

- ¿Hay planeado un recorrido por instituciones y centros que tratan el autismo?
Sí, eso ya está recontra decretado. Prometí la película por todos lados, por todos los centros, por todas las provincias. La idea es que la película llegue a todos lados para que esto siga.

- ¿Después de "El Pozo" se va a volcar en la comedia o va a seguir incursionando en el drama?

Me preparé para el drama. A mí me gusta ahondar en lo profundo de los personajes y por un tiempo voy a seguir haciendo este tipo de películas para la gente que me empezó a seguir. Muchos me preguntan por qué un director de 29 años se dedica hacer estas películas que son más viejeras. Voy a la intimidad de los personajes, un cine con un toque a Alejandro Doria. Por ahora seguiré por este camino, haciendo lo que me gusta.

- ¿Ya tiene un nuevo proyecto en marcha?

Filmamos en septiembre y octubre "La Señora Lambert" (2012) en Villa La Angostura. Acabo de cerrar todo. Estuvimos con Dora Baret, que va a ser la protagonista, y Nicolás Manservigi, para conocer locaciones y empezar a conocer a la gente. La idea es hacer algo como lo que hice en San Luis pero en Villa La Angostura. La película tiene que ver mucho con lo que sucede hoy en día con el tema de las cenizas volcánicas y toda esa problemática que se generó en lo social a partir de esa preocupación. Hay una suerte de analogía con lo que es la historia central con lo que sucede ahí.  Es una peli intimista que toca un tema muy complejo como es el cáncer de mama, así que me sigo metiendo en temas difíciles, algo que a Pascual Condito, el distribuidor, le encanta (Risas).

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