Vicky Peña habla sobre Mercè Rodoreda y "Una merienda en Ginebra"
- por © Jon Apaolaza-NOTICINE.com
La actriz catalana Vicky Peña acaba de presentar en el Festival de Málaga "Una merienda en Ginebra" ("Un berenar a Ginebra"), en la que da vida a la conocida autora de "La plaza del diamante", Mercè Rodoreda, una de las grandes autoras de la literatura catalana del siglo XX. La cinta narra el encuentro en 1973, en las postrimerías del franquismo, entre la escritora y el crítico literario y editor Josep Maria Castellet, que la invita a merendar en su casa suiza. La escritora, realmente un personaje recóndito, se abrió esa tarde y compartió muchos de sus secretos. Más de los que tiene la propia Vicky Peña, quien en el cine español ha participado en cintas como "Secretos del corazón", "Smoking Room", "Entre rojas", "El amante bilingüe" o "Dragón Rapide". Por ejemplo, confiesa en diálogo con NOTICINE.com que le gustaría hacer más cine.
- ¿Cómo era Mercè Rodoreda?
Fue una escritora catalana que escribía en catalán en la época de la República, antes del levantamiento de Franco. Luego de la Guerra Civil pasó la mayor parte de su vida en el exilio, en Francia y Ginebra, y siempre reivindicó seguir escribiendo en su lengua. Eso no la ayudó mucho, porque seguramente escribiendo en castellano hubiera conseguido más lectores y ediciones. La película es un encuentro de dos intelectuales con una mujer que lleva mucho tiempo exiliada, y que tiene mucho silencio, mucho dolor y también mucha creatividad. Era una escritora magnífica, que escribía sobre mujeres, sentimientos, sobre amor... y espero que la película interese mucho.
- ¿Cuándo interpreta a un personaje real como es este el caso, prefiere documentarse con todo el material gráfico y audiovisual que haya sobre él o prefiere enfrentarse al trabajo como si fuera un rol de pura ficción?
En este caso pienso que había que hacer un acercamiento a su manera de ser y de hablar, de reir, ella era una mujer que reía de una forma muy particular. Hay muchas entrevistas con ella grabadas. Hubo un acuerdo entre Ventura Pons y yo para acercarnos físicamente a lo que era su manera de peinarse, de vestir... Es necesario, porque aún hay mucha gente que la conoció, murió en 1983. En esta película no hablamos de Mercè Rodoreda como personaje de una ficción, sino de ella misma hablando de sí misma y de su época. Por eso había una necesidad de ponerme una peluca, de hablar y reir como ella. Al mismo tiempo que era muy suave y muy profunda, tenía una risa muy personal, casi histérica. He hecho otras interpretaciones, en teatro por ejemplo, de una mujer que también es real, pero la aproximación era más difusa. Hice dos veces de la mujer de Franco, Carmen Polo, y siempre procuré buscar un cierto parecido físico... Sin llegar a los extremos a los que llega Meryl Streep, que casi logra caracterizaciones exactas. Creo que es más interesante sugerir que intentar hacer un calco del personaje.
- ¿Y es más divertido transformarse camaleónicamente en alguien, con mucho maquillaje, pelucas... o actuar con un aspecto físico más próximo al suyo?
Creo que lo divertido es actuar. Incorporar a cualquier personaje, aunque no haya apariencia física muy diferente ya te convierte en otra persona, hablas distinto, haces otras cosas, te transformas por dentro... La caracterización es un reto que tiene divertimentos, pero hay momentos también en los que sufres porque te sientes enjaulada, encorsetada... al menos en mi caso.
- Ha hecho, televisión, cine, teatro, doblaje... ¿Está satisfecha del equilibrio entre esas especialidades que ha tenido en su carrera o hubiera preferido incidir más intensamente en algo?
Me gustaría, sobre todo ahora, hacer algo más de cine, de imagen... Me interesa mucho, pero no me sabe nada mal no haberlo hecho hasta el momento. Creo que me he formado mucho en el escenario, haciendo teatro. Y haciendo doblaje de películas, también, y eso enseña mucho, porque vas pasando por muy distintos personajes que no los haces tu, pero tienes que ser fiel a una actriz, imitar su manera de hacer, y eso te da mucha versatilidad. Estoy en una edad que quizás que no sea la mejor para hacer muchas cosas, pero tengo muchas ganas de hacer más cine.
- Su madre, Montserrat Carulla, está considerada una de las más importantes actrices catalanas de la historia, pero tampoco ha tenido mucha suerte en el cine. ¿Habla mucho de actuación cuando se encuentra con ella en casa?
No... Yo creo que en casa del herrero cuchillo de palo... En mi casa no, si nos juntamos con los amigos si hablamos mucho de actuación, obras o escenas, pero en familia no necesariamente...
- ¿En alguna ocasión le ha dado algo parecido a un consejo sobre la profesión de actriz?
¡ Que va! A ella no le gusta recibir consejos y por lo tanto tampoco los da. Cuando le dije que quería ser actriz me dijo: "Hija mía, ya sabes en lo que te metes, allá tu... Te diré siempre la verdad de lo que me parece". Pero nunca me ha dado ningún consejo, aunque ella siempre ha sido una orientación para mí y yo me he fijado mucho en su manera de hacer, no por copiarla sino por su línea de honestidad y respeto a la profesión, que para mí siempre ha sido inspiradora.
- ¿Cómo era Mercè Rodoreda?
Fue una escritora catalana que escribía en catalán en la época de la República, antes del levantamiento de Franco. Luego de la Guerra Civil pasó la mayor parte de su vida en el exilio, en Francia y Ginebra, y siempre reivindicó seguir escribiendo en su lengua. Eso no la ayudó mucho, porque seguramente escribiendo en castellano hubiera conseguido más lectores y ediciones. La película es un encuentro de dos intelectuales con una mujer que lleva mucho tiempo exiliada, y que tiene mucho silencio, mucho dolor y también mucha creatividad. Era una escritora magnífica, que escribía sobre mujeres, sentimientos, sobre amor... y espero que la película interese mucho.
- ¿Cuándo interpreta a un personaje real como es este el caso, prefiere documentarse con todo el material gráfico y audiovisual que haya sobre él o prefiere enfrentarse al trabajo como si fuera un rol de pura ficción?
En este caso pienso que había que hacer un acercamiento a su manera de ser y de hablar, de reir, ella era una mujer que reía de una forma muy particular. Hay muchas entrevistas con ella grabadas. Hubo un acuerdo entre Ventura Pons y yo para acercarnos físicamente a lo que era su manera de peinarse, de vestir... Es necesario, porque aún hay mucha gente que la conoció, murió en 1983. En esta película no hablamos de Mercè Rodoreda como personaje de una ficción, sino de ella misma hablando de sí misma y de su época. Por eso había una necesidad de ponerme una peluca, de hablar y reir como ella. Al mismo tiempo que era muy suave y muy profunda, tenía una risa muy personal, casi histérica. He hecho otras interpretaciones, en teatro por ejemplo, de una mujer que también es real, pero la aproximación era más difusa. Hice dos veces de la mujer de Franco, Carmen Polo, y siempre procuré buscar un cierto parecido físico... Sin llegar a los extremos a los que llega Meryl Streep, que casi logra caracterizaciones exactas. Creo que es más interesante sugerir que intentar hacer un calco del personaje.
- ¿Y es más divertido transformarse camaleónicamente en alguien, con mucho maquillaje, pelucas... o actuar con un aspecto físico más próximo al suyo?
Creo que lo divertido es actuar. Incorporar a cualquier personaje, aunque no haya apariencia física muy diferente ya te convierte en otra persona, hablas distinto, haces otras cosas, te transformas por dentro... La caracterización es un reto que tiene divertimentos, pero hay momentos también en los que sufres porque te sientes enjaulada, encorsetada... al menos en mi caso.
- Ha hecho, televisión, cine, teatro, doblaje... ¿Está satisfecha del equilibrio entre esas especialidades que ha tenido en su carrera o hubiera preferido incidir más intensamente en algo?
Me gustaría, sobre todo ahora, hacer algo más de cine, de imagen... Me interesa mucho, pero no me sabe nada mal no haberlo hecho hasta el momento. Creo que me he formado mucho en el escenario, haciendo teatro. Y haciendo doblaje de películas, también, y eso enseña mucho, porque vas pasando por muy distintos personajes que no los haces tu, pero tienes que ser fiel a una actriz, imitar su manera de hacer, y eso te da mucha versatilidad. Estoy en una edad que quizás que no sea la mejor para hacer muchas cosas, pero tengo muchas ganas de hacer más cine.
- Su madre, Montserrat Carulla, está considerada una de las más importantes actrices catalanas de la historia, pero tampoco ha tenido mucha suerte en el cine. ¿Habla mucho de actuación cuando se encuentra con ella en casa?
No... Yo creo que en casa del herrero cuchillo de palo... En mi casa no, si nos juntamos con los amigos si hablamos mucho de actuación, obras o escenas, pero en familia no necesariamente...
- ¿En alguna ocasión le ha dado algo parecido a un consejo sobre la profesión de actriz?
¡ Que va! A ella no le gusta recibir consejos y por lo tanto tampoco los da. Cuando le dije que quería ser actriz me dijo: "Hija mía, ya sabes en lo que te metes, allá tu... Te diré siempre la verdad de lo que me parece". Pero nunca me ha dado ningún consejo, aunque ella siempre ha sido una orientación para mí y yo me he fijado mucho en su manera de hacer, no por copiarla sino por su línea de honestidad y respeto a la profesión, que para mí siempre ha sido inspiradora.