Colaboración: Damián Alcázar y el nuevo régimen actoral post-nafta (y III)

por © Correcamara.com-NOTICINE.com
Damián Alcázar
Por Sabino Luévano *   

Parece que en Damián Alcázar hay cierto peligro de encasillamiento actoral, que por demás él mismo hace converger en sus intervenciones off-screen. En las entrevistas insiste en su extracción humilde y de provincia. A diferencia de muchos actores capitalinos educados en Europa y que provienen de familias de actores o directores, Alcázar proviene de una familia de clase trabajadora y es hijo de la educación pública mexicana.  

Por otra parte, es un actor para el que la técnica siempre ha sido fundamental, por lo que más que la personificación de personajes masculinos desgraciados, considero que reta discursos públicos sobre el hombre criminal latinoamericano de extracción humilde. Y esa es precisamente la admiración que causa entre las personas familiarizadas con su trabajo: su gran capacidad técnica para redefinir discursos hegemónicos y problematizar personajes. Esa capacidad la ha convertido en producto altamente codiciado por cineastas independientes latinoamericanos como el colombiano Andrés Baiz, el chileno Luís R. Vera o la mexicana Kenya Márquez, de tal forma que posiblemente hoy sea Alcázar el actor independiente con más trabajo de Latinoamérica y el más latinoamericanista.

A diferencia de una generación de actores mexicanos que buscan con desesperación ser contratados en Hollywood sin importar el tipo de roles que les den, como Kate del Castillo, Damián Alcázar pertenece a los actores nacionalistas y culturalistas, como Ricardo Darín, que prefirió trabajar en teatro español y ganar nada a aceptar una oferta de millones con Frank Scott y salir como, obviamente, narcotraficante mexicano. En este sentido, se confirma la supuesta pureza que, según Barry King, muchos actores que iniciaron en el teatro guardan por su trabajo: "The view that stage acting provides a yardstick against which to evaluate acting on screen is widespread among actors…" (127) Barry King se ocupa sobre todo del caso anglosajón, en donde el cine independiente no tiene las implicaciones políticas del cine latinoamericano independiente.

Con el surgimiento del neoliberalismo, creo que esta supuesta pureza se podría explicar también en términos económicos. Lo que actores como Damián Alcázar venden es una capacidad técnica por encima de convenciones de belleza adscrita a ideas de autenticidad y anti-comercialismo. En muchos sentidos, Damián Alcázar como actor profesional sigue participando de los mitos de la mexicanidad y el pan-latinoamericanismo opuestos a la corrupción de las élites locales y al imperialismo estadounidense. Sin embargo, como performer on-screen, su gran marca es la ambigüedad masculina en personajes que enfrentan derrotas, fracasos y pérdidas.

Lo que Alcázar ha estado vendiendo y a la vez anunciando desde "Bajo California" (1998), de Carlos Bolado, es una nueva subjetividad masculina latinoamericana post-utópica, compuesta por una cara densa marcada por la confusión, la desesperación y falta de esperanza. Como preformar, lo que Alcázar vende es la vulnerabilidad masculina del perdedor latinoamericano, de esa población de millones de hombres marginados que luchan por sobrevivir en las barriadas violentas de Buenos Aires o Bogota o Ciudad de México. Su performance no incurre en estereotipos del criminal, sino que problematiza e interviene discursos públicos sobre el mismo, ocasionando en el espectador empatía y un duelo compartido de toda una generación de hombres desposeídos. Si los rostros bellos de las estrellas, según varios estudiosos de stardom studies como Larry A. Van Meter o Elena Lahr-Vivaz, provocan identificación en el espectador, el rostro demasiado humano y demasiado genérico de Alcázar provoca reconocimiento y la posibilidad de un duelo compartido ante la desposesión, la pérdida y la derrota de toda una generación de hombres perdedores latinoamericanos.

(*): Sabino Luévano estudia un doctorado en análisis de cine en el Departamento de Estudios Hispanos, en la Universidad de Houston.

Primera entrega de esta serie, aquí.

Segunda entrega de esta serie, aquí.

Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER.