Virna Molina y Ernesto Ardito hablan sobre "Sinfonía para Ana"

por © Redacción (Argentina)-NOTICINE.com
Molina y Ardito
Los documentalistas Virna Molina y Ernesto Ardito estrenan su primera obra de ficción, "Sinfonía para Ana", adaptación de la novela homónima de Gaby Meik, sobre el activismo estudiantil de alumnos de secundaria y la represión que conllevó el golpe militar en la Argentina de los años 70. Premiada por la crítica en Moscú y en el brasileño Festival de Gramado, esta opera prima tiene como principal protagonista a Isadora Ardito, la hija de los realizadores. "Desde que era una nena estuvo presente en nuestra labor de documentalistas, a la vez que comparte cierta fisonomía con la chica en la cual está basada la novela. Y nos permitió seguir trabajando con ella una vez que el rodaje terminó y fue muy cómodo", explica Ernesto Ardito.

"Cuando leímos la novela, que nos llegó a través de nuestras hijas, que estudiaban en el Nacional Buenos Aires y una profesora de literatura se las dio para leer en 3º año, nos impresionaron dos cosas. Primero la reacción que provocaba en los pibes: era increíble como después de haberla leído más del 50% del curso se puso a militar en el Centro de Estudiantes", comenta en Página12 Virna Molina.

"Por otro lado, el libro volvía a contar la historia de los años 70 pero desde un lugar inédito, que era el de la adolescencia y con una gran preocupación por mostrar cómo era el mundo íntimo de esos chicos. Eso nos fascinó aunque vimos que era muy difícil de llevar adelante desde el documental", añade la codirectora.

El trabajo con los jóvenes intérpretes de "Sinfonía para Ana", en su mayoría sin experiencia o con muy poca, fue todo un desafío. "Para los actores el cine puede ser muy violento, porque no es como el teatro donde tenés un tiempo para prepararte, sino que de repente te toca hacer una escena muy dramática y enseguida otra cotidiana. Y eso es difícil. Nosotros generamos un nivel de contención donde todos los chicos se sentían cómodos y actuaban naturalmente. Algo que nace en realidad con el compromiso de ellos con la historia real, porque sintieron la responsabilidad de estarla interpretando", detalla Ardito.

"Muchos de los chicos que elegimos para actuar en la película -añade el realizador- tienen su propia historia de militancia en los centros de estudiantes del Nacional Buenos Aires. Queríamos que cuando enfrentaran la instancia de tener que expresar un texto político lo tuvieran internalizado o bien que tuvieran la experiencia necesaria para improvisarlo".

En su opinión, esta historia tiene vigencia, a pesar del medio siglo casi que nos separa de los hechos, y debería llegar a los adolescentes argentinos de 2017: "Espero que la vayan a ver los adolescentes, que a partir de ella puedan identificarse y sentir una pertenencia con su propia historia e identidad. Porque creo que no hay películas argentinas en las que los chicos se puedan ver reflejados y si Sinfonía para Ana sirve para eso sería genial".

"El objetivo -agrega Molina- es que cualquier pibe la pueda ver sin preconceptos. Que puedan llegar a verla y que después elaboren el discurso y la crítica que quieran, pero que se puedan apropiar de ella. Cuando como director tomás una decisión política para narrar una historia y lo hacés fuertemente, ya te tildan de parcial. Y sí: somos parciales, siempre somos subjetivos. Yo soy honesta y te digo 'esta es mi mirada'. En este caso el punto de vista es claro: el de una adolescente de los años 70. Se trata de contar por primera vez la historia de un desaparecido en primera persona. Una historia que no te cuenta sólo su relación con la política, sino la relación con sus padres, su acercamiento al amor, el vínculo con los amigos, cosas que se perdieron porque eso también lo desapareció la dictadura".

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