Hablamos con Silvia Abril y Jordi Sánchez sobre el estreno de "Bajo el mismo techo"
- por © Covadonga Díaz -NOTICINE.com
Los actores catalanes Silvia Abril y Jordi Sánchez son una pareja en proceso de descomposición y obligada por la crisis económica a seguir compartiendo el hogar familiar a pesar de que no se soportan, en "Bajo el mismo techo", la comedia de Juana Macías que se estrena este fin de semana en salas españolas. NOTICINE.com habló con ellos en exclusiva.
- De hermanos en la telecomedia "La que se avecina" a un matrimonio que se divorcia. ¿Cómo ha sido compartir nuevamente set entre ustedes, pasando ahora por la gran pantalla y en papeles tan distintos?
J.S.: Ha sido muy bonito. Es la quinta o cuarta vez que trabajamos juntos y esta es la primera en cine. Como nos conocemos bien, nos entendemos bien y somos buenos amigos ha sido facilísimo, cómodo y maravilloso trabajar otra vez con Silvia.
S.A.: Digo lo mismo, apoyo y me reafirmo en sus palabras.
- Cuando recibieron la noticia de que interpretarían los papeles principales de la película, ¿cómo reaccionaron? ¿Qué fue lo primero que se les vino a la cabeza?
S.A.: Estaba la Navidad por llegar y yo dije "¿Ya me ha traído Papá Noel este pedazo de regalo?. Fue un regalo, una súper grata noticia, yo no me podía sentir más afortunada. De verdad, ha sido un regalo trabajar con Jordi de nuevo en mi primera película como protagonista, porque asumir un reto así, de la mano de un compañero como Jordi, te hace pensar que no puede pasar nada malo.
J.S.: A mí me llamaron y me dijeron "Vamos a hacer una película de un matrimonio que se pelea mucho y, además, lo vas a hacer con Silvia. Enseguida nos pusimos con el guion.
- A la hora de interpretar a este divertido matrimonio, ¿han basado sus personajes en otros que ya hayan encarnado este tipo de roles como ocurre, por ejemplo, con "La guerra de Los Roses"?
S.A.: Yo no, para mí ha sido construir a Nadia, que también es muy cercana a mí. Nadia cumple en la película 50 años, yo estoy en los 47 y puedo sentir un poco lo que a ella le ocurre, aun sin tener en casa a un mueble como es Adrián en la película.
J.S.: Además, es algo que no nos está pasando a nosotros, ambos estamos felizmente casados, pero es algo que vemos a nuestro alrededor. La gente se está separando y ves situaciones parecidas, quizá no tan extremas, pero, en todo caso, la gente se puede ver reflejada en la película, ya sea a ellos mismos, a sus primos o a sus tíos.
S.A.: También te digo que la realidad supera siempre la ficción. Es una frase hecha, pero que se cumple.
- Nadia y Adrián acaban llegando a la guerra física al final de la película. ¿Cómo fue el rodaje de esas escenas guiadas por golpes, caídas e incluso llamas?
J.S.: Esos rodajes son más aburridos de lo que parece a la hora de hacerlos, aunque luego el resultado sea muy bueno. Técnicamente te exigen cosas como "pon la mano aquí que es donde va a prender la llama, o el pie en este sitio, etc...". Entonces, técnicamente requiere de otras personas al margen de los actores dialogando y hace que sea más lento, más pesado, más aburrido y más técnico.
S.A.: Eso es. Al fin y al cabo es como una coreografía técnica que se tiene que llevar a cabo tal y como está diseñada para que aparente realidad, porque, evidentemente, no te puedes poner a golpe limpio, a pesar de que Jordi si que recibiera alguno por mi parte... (risas).
_ Hablando de anécdotas, ¿hay alguna memorable del rodaje que quieran comentar?
S.A.: La del golpe en la cabeza con un jarrón de azúcar fue memorable...
J.S.: ... Exactamente me tenía que romper una cosa aquí (señala la parte trasera de la cabeza). Estábamos discutiendo mientras estábamos rodando y, cuando me dio, notaba que la oreja se me estaba calentando y calentando. Y yo continué la secuencia pensando que si no seguía teníamos tres jarrones más para seguir repitiendo y pensé: "A mí no me vuelve a dar con otro jarro porque me revienta el tímpano" (risas).
S.A.: También fue muy graciosa una escena que rodamos con un desnudo de Jordi que, tristemente, se quedó en el montaje. Se tuvo que someter a la indignante situación de llevar una prótesis de pene durante el rodaje.
J.S.: Me tuve que tirar tres horas en tanga delante de todo el equipo con un pene que era enorme, desproporcionado, no era para mi cuerpo... Era tan grande que tuvieron que cortarlo y ponerle unos hierros. Total para que al final no pusieran esa escena...
S.A.: Fíjate yo que, de lo relajada que estaba en el rodaje, había una escena en la que Nadia está dormida en la cama y se despierta por unos golpes de algo que Adrián anda trasteando. Pues estaba tan relajada que me dormí de verdad, y cuando dijeron "¡acción!", Nadia estaba dormida, completamente sobada. Me acuerdo que me dijeron: "Silvia, que hemos cantado acción" y me sobresalté.
- Bueno, por lo que me están diciendo veo que Juana Macías tenía razón. Les ha calificado de todoterreno cómico y de pura frescura. ¿Están de acuerdo?
J.S.: Hombre, si lo dice la directora, habrá que hacerle caso.
- Si tuvieran que calificar la película con algún adjetivo, ¿cuál sería?
S.A.: Comedia loca.
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- De hermanos en la telecomedia "La que se avecina" a un matrimonio que se divorcia. ¿Cómo ha sido compartir nuevamente set entre ustedes, pasando ahora por la gran pantalla y en papeles tan distintos?
J.S.: Ha sido muy bonito. Es la quinta o cuarta vez que trabajamos juntos y esta es la primera en cine. Como nos conocemos bien, nos entendemos bien y somos buenos amigos ha sido facilísimo, cómodo y maravilloso trabajar otra vez con Silvia.
S.A.: Digo lo mismo, apoyo y me reafirmo en sus palabras.
- Cuando recibieron la noticia de que interpretarían los papeles principales de la película, ¿cómo reaccionaron? ¿Qué fue lo primero que se les vino a la cabeza?
S.A.: Estaba la Navidad por llegar y yo dije "¿Ya me ha traído Papá Noel este pedazo de regalo?. Fue un regalo, una súper grata noticia, yo no me podía sentir más afortunada. De verdad, ha sido un regalo trabajar con Jordi de nuevo en mi primera película como protagonista, porque asumir un reto así, de la mano de un compañero como Jordi, te hace pensar que no puede pasar nada malo.
J.S.: A mí me llamaron y me dijeron "Vamos a hacer una película de un matrimonio que se pelea mucho y, además, lo vas a hacer con Silvia. Enseguida nos pusimos con el guion.
- A la hora de interpretar a este divertido matrimonio, ¿han basado sus personajes en otros que ya hayan encarnado este tipo de roles como ocurre, por ejemplo, con "La guerra de Los Roses"?
S.A.: Yo no, para mí ha sido construir a Nadia, que también es muy cercana a mí. Nadia cumple en la película 50 años, yo estoy en los 47 y puedo sentir un poco lo que a ella le ocurre, aun sin tener en casa a un mueble como es Adrián en la película.
J.S.: Además, es algo que no nos está pasando a nosotros, ambos estamos felizmente casados, pero es algo que vemos a nuestro alrededor. La gente se está separando y ves situaciones parecidas, quizá no tan extremas, pero, en todo caso, la gente se puede ver reflejada en la película, ya sea a ellos mismos, a sus primos o a sus tíos.
S.A.: También te digo que la realidad supera siempre la ficción. Es una frase hecha, pero que se cumple.
- Nadia y Adrián acaban llegando a la guerra física al final de la película. ¿Cómo fue el rodaje de esas escenas guiadas por golpes, caídas e incluso llamas?
J.S.: Esos rodajes son más aburridos de lo que parece a la hora de hacerlos, aunque luego el resultado sea muy bueno. Técnicamente te exigen cosas como "pon la mano aquí que es donde va a prender la llama, o el pie en este sitio, etc...". Entonces, técnicamente requiere de otras personas al margen de los actores dialogando y hace que sea más lento, más pesado, más aburrido y más técnico.
S.A.: Eso es. Al fin y al cabo es como una coreografía técnica que se tiene que llevar a cabo tal y como está diseñada para que aparente realidad, porque, evidentemente, no te puedes poner a golpe limpio, a pesar de que Jordi si que recibiera alguno por mi parte... (risas).
_ Hablando de anécdotas, ¿hay alguna memorable del rodaje que quieran comentar?
S.A.: La del golpe en la cabeza con un jarrón de azúcar fue memorable...
J.S.: ... Exactamente me tenía que romper una cosa aquí (señala la parte trasera de la cabeza). Estábamos discutiendo mientras estábamos rodando y, cuando me dio, notaba que la oreja se me estaba calentando y calentando. Y yo continué la secuencia pensando que si no seguía teníamos tres jarrones más para seguir repitiendo y pensé: "A mí no me vuelve a dar con otro jarro porque me revienta el tímpano" (risas).
S.A.: También fue muy graciosa una escena que rodamos con un desnudo de Jordi que, tristemente, se quedó en el montaje. Se tuvo que someter a la indignante situación de llevar una prótesis de pene durante el rodaje.
J.S.: Me tuve que tirar tres horas en tanga delante de todo el equipo con un pene que era enorme, desproporcionado, no era para mi cuerpo... Era tan grande que tuvieron que cortarlo y ponerle unos hierros. Total para que al final no pusieran esa escena...
S.A.: Fíjate yo que, de lo relajada que estaba en el rodaje, había una escena en la que Nadia está dormida en la cama y se despierta por unos golpes de algo que Adrián anda trasteando. Pues estaba tan relajada que me dormí de verdad, y cuando dijeron "¡acción!", Nadia estaba dormida, completamente sobada. Me acuerdo que me dijeron: "Silvia, que hemos cantado acción" y me sobresalté.
- Bueno, por lo que me están diciendo veo que Juana Macías tenía razón. Les ha calificado de todoterreno cómico y de pura frescura. ¿Están de acuerdo?
J.S.: Hombre, si lo dice la directora, habrá que hacerle caso.
- Si tuvieran que calificar la película con algún adjetivo, ¿cuál sería?
S.A.: Comedia loca.
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