"La mala noche" llega a salas ecuatorianas tras premio en Nueva York
- por © Lidia Waya -NOTICINE.com
La película dramática, "La mala noche", protagonizada por el actor ecuatoriano Jaime Tamariz, la actriz colombiana Noëlle Schönwald y el boliviano Cristian Mercado, llega este jueves a las salas de Ecuador tras obtener el premio como mejor película internacional en la edición 25 del New York Latino Film Festival de HBO. Se trata de la primera película de Gabriela Calvache, la directora más premiada en Ecuador, que aborda el tema de la violencia sexual contra las mujeres y niñas.
La idea, cuenta la directora a Gabriela Lerman, surge de que "un día me invitaron a enseñar mi corto 'En espera' a un grupo de chicas que estaban en una situación similar a la que yo retrataba allí. Me encontré con jovencitas de entre 10 y 17 años, una tenía un bebé recuerdo, era muy chiquita y yo no sentí que estuviese parada frente a chicas que habían vivido en servicio doméstico, que era de lo que trataba mi corto, entonces empecé a indagar, y me dijeron que en realidad ellas venían de vivir como trata de mujeres con fines de explotación sexual. Así fue que me desayuné con el tema de la prostitución forzada. Me sentí muy ignorante, muy avergonzada y después por curiosidad empecé a devorar libros y ya me fui metiendo hasta un punto en que soñé que tenía que hacer una película y me desperté y le dije a mi marido: 'mira esta es la película que tengo que hacer'. Empecé en el 2011 a investigar, a buscar bibliografía, a descubrir mujeres que ya habían vivido esto, que ya lo habían escrito, que de alguna manera ya lo habían digerido, y en este proceso logré que la Organización Mundial para las Migraciones en un congreso me permitiese acceder a casos de chicas que fueron rescatadas de burdeles, así conocí a varias de las cuales no puedo difundir su nombre, y ahí escribí mi primer guion, en el 2011, que era infilmable, estaba todavía muy verde y a partir del 2012 que entré ya al Bolivia Lab como que empecé a pulir ese guion, escribí 7 versiones de cero y empecé a decantarlo hasta filmar la versión 15 en el año 2017".
Con un elenco internacional, Calvache explica como escogió a Schönwald porque "Las mujeres colombianas llevan 50 años siendo expulsadas de su país, prostituidas y siendo utilizadas por mafias de trata que están siempre ligadas con la del narcotráfico. Sé que esto no es algo que le encante a Colombia que se diga, pero es una realidad. Me iba a los burdeles y eso era lo que había, eran chicas colombianas en su mayoría. Son mujeres desplazadas de situación de guerra, de frontera, Colombia es un país muy complejo, tiene muchas cosas buenas, pero está entre los 4 países más inequitativos del planeta. Ecuador es uno de los países de mayor albergamiento de personas en situación de guerra. Por eso me parecía lógico que buscase una actriz colombiana, me parecía interesante también que no fuese una jovencita porque lo que siempre te imaginas de la trata es que son jovencitas, pero hay mujeres grandes, de 40 y pico, que están en esa situación". En el caso de Cristian Mercado, "siempre me ha gustado mucho a mí como actor, desde Contracorriente y me parece bastante versátil", explicaba la directora.
Sobre la trama de la película, la directora quiso dejar claro que "muchas prostitutas que no necesariamente están en situación de trata siempre terminan teniendo una relación especial con algún cliente y siempre hay clientes que terminan tratando de ser héroes ante este tipo de situación. Muchas de las chicas que yo conocí fueron rescatadas por clientes. A mí me parece que Julián, este personaje, lo hace porque él siente una atracción por esta mujer más que por compasión, porque no creo que él esté entendiendo la vida que ella vive. Le gusta esta chica y la quiere ayudar, pero tampoco se quiere comprometer mucho más allá de eso. Encontré por ejemplo que, para muchos hombres, el hecho de ir adonde una trabajadora sexual por un lado implica el desconocimiento de que muchas de ellas están en situación de trata y por otro lado es como una especie de psicólogo, como una especie de una persona que no los va a juzgar, con la que pueden hablar y tal vez tener 10 minutos de sexo y 50 minutos de conversación".
Acerca del cine en Ecuador, Calvache expreso que "es super difícil. A los 20 años yo empecé a hacer cine y no había ley de cine, no había fondos, y los directores más importantes de mi país no sabían lo que era un festival de cine, nuestros profesores tampoco Si tú comparas ese momento a ahora el cambio ha sido radical. Ahora tenemos un instituto de cine, hay unos fondos que están asegurados año a año, sin embargo, siento que todavía nos falta asegurar no solamente este fondo sino no depender únicamente del Estado (…) Mi película costó muchísimo y no voy a ser capaz de hacer otra a ese costo. Me cuestiono muchísimo para el cine latinoamericano las formas tan industriales de hacer cine, con muchísima gente, parando a comer un montón de veces. Tenemos que estar dispuestos a producir de una manera más acotada. Se han abierto muchas escuelas de cine y hemos dejado de pensar cómo producir de una manera más de cine guerrilla, pero más real a nuestra realidad ecuatoriana. Es muy complicado hacer cine en Ecuador ahora".
Por su parte, los actores protagonistas hablaron con el diario El Universo para explicar sus sensaciones sobre la película. Tamariz explicaba que "no tenía ningún referente ni idea de cómo era ese mundo y lo bueno fue que Gabriela había hecho una investigación de muchos años y me pasó una tesis doctoral hecha en México, sobre una ciudad con más proxenetas en todo ese país y en la que explicaba cómo se formaba un padrote (como se dice a la persona que prostituye a otra)".
La relación entre protagonistas era muy buena, "teníamos tan buena química, sabíamos que teníamos que enamorarnos primero para luego destruir ese amor y convertirlo en esta relación perversa, de este ciclo del que no podemos escapar, donde yo soy el explotador y ella la explotada", cuenta Tamariz.
Para Schönwald, las conversaciones con Calvache, libros escritos por víctimas de la trata, películas y documentos fueron vitales para darle forma a Dana. Con todo esto, "logré sacar esas dudas y era básicamente de cómo ella seguía siendo una esclava a pesar de que ya tenía cuarenta y pico de años, que podía escaparse" y llegó a entender que "parte enorme del problema sale del machismo de esa no igualdad de géneros, en esa sociedad machista se dan las condiciones para que haya una esclavitud y una trata".
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La idea, cuenta la directora a Gabriela Lerman, surge de que "un día me invitaron a enseñar mi corto 'En espera' a un grupo de chicas que estaban en una situación similar a la que yo retrataba allí. Me encontré con jovencitas de entre 10 y 17 años, una tenía un bebé recuerdo, era muy chiquita y yo no sentí que estuviese parada frente a chicas que habían vivido en servicio doméstico, que era de lo que trataba mi corto, entonces empecé a indagar, y me dijeron que en realidad ellas venían de vivir como trata de mujeres con fines de explotación sexual. Así fue que me desayuné con el tema de la prostitución forzada. Me sentí muy ignorante, muy avergonzada y después por curiosidad empecé a devorar libros y ya me fui metiendo hasta un punto en que soñé que tenía que hacer una película y me desperté y le dije a mi marido: 'mira esta es la película que tengo que hacer'. Empecé en el 2011 a investigar, a buscar bibliografía, a descubrir mujeres que ya habían vivido esto, que ya lo habían escrito, que de alguna manera ya lo habían digerido, y en este proceso logré que la Organización Mundial para las Migraciones en un congreso me permitiese acceder a casos de chicas que fueron rescatadas de burdeles, así conocí a varias de las cuales no puedo difundir su nombre, y ahí escribí mi primer guion, en el 2011, que era infilmable, estaba todavía muy verde y a partir del 2012 que entré ya al Bolivia Lab como que empecé a pulir ese guion, escribí 7 versiones de cero y empecé a decantarlo hasta filmar la versión 15 en el año 2017".
Con un elenco internacional, Calvache explica como escogió a Schönwald porque "Las mujeres colombianas llevan 50 años siendo expulsadas de su país, prostituidas y siendo utilizadas por mafias de trata que están siempre ligadas con la del narcotráfico. Sé que esto no es algo que le encante a Colombia que se diga, pero es una realidad. Me iba a los burdeles y eso era lo que había, eran chicas colombianas en su mayoría. Son mujeres desplazadas de situación de guerra, de frontera, Colombia es un país muy complejo, tiene muchas cosas buenas, pero está entre los 4 países más inequitativos del planeta. Ecuador es uno de los países de mayor albergamiento de personas en situación de guerra. Por eso me parecía lógico que buscase una actriz colombiana, me parecía interesante también que no fuese una jovencita porque lo que siempre te imaginas de la trata es que son jovencitas, pero hay mujeres grandes, de 40 y pico, que están en esa situación". En el caso de Cristian Mercado, "siempre me ha gustado mucho a mí como actor, desde Contracorriente y me parece bastante versátil", explicaba la directora.
Sobre la trama de la película, la directora quiso dejar claro que "muchas prostitutas que no necesariamente están en situación de trata siempre terminan teniendo una relación especial con algún cliente y siempre hay clientes que terminan tratando de ser héroes ante este tipo de situación. Muchas de las chicas que yo conocí fueron rescatadas por clientes. A mí me parece que Julián, este personaje, lo hace porque él siente una atracción por esta mujer más que por compasión, porque no creo que él esté entendiendo la vida que ella vive. Le gusta esta chica y la quiere ayudar, pero tampoco se quiere comprometer mucho más allá de eso. Encontré por ejemplo que, para muchos hombres, el hecho de ir adonde una trabajadora sexual por un lado implica el desconocimiento de que muchas de ellas están en situación de trata y por otro lado es como una especie de psicólogo, como una especie de una persona que no los va a juzgar, con la que pueden hablar y tal vez tener 10 minutos de sexo y 50 minutos de conversación".
Acerca del cine en Ecuador, Calvache expreso que "es super difícil. A los 20 años yo empecé a hacer cine y no había ley de cine, no había fondos, y los directores más importantes de mi país no sabían lo que era un festival de cine, nuestros profesores tampoco Si tú comparas ese momento a ahora el cambio ha sido radical. Ahora tenemos un instituto de cine, hay unos fondos que están asegurados año a año, sin embargo, siento que todavía nos falta asegurar no solamente este fondo sino no depender únicamente del Estado (…) Mi película costó muchísimo y no voy a ser capaz de hacer otra a ese costo. Me cuestiono muchísimo para el cine latinoamericano las formas tan industriales de hacer cine, con muchísima gente, parando a comer un montón de veces. Tenemos que estar dispuestos a producir de una manera más acotada. Se han abierto muchas escuelas de cine y hemos dejado de pensar cómo producir de una manera más de cine guerrilla, pero más real a nuestra realidad ecuatoriana. Es muy complicado hacer cine en Ecuador ahora".
Por su parte, los actores protagonistas hablaron con el diario El Universo para explicar sus sensaciones sobre la película. Tamariz explicaba que "no tenía ningún referente ni idea de cómo era ese mundo y lo bueno fue que Gabriela había hecho una investigación de muchos años y me pasó una tesis doctoral hecha en México, sobre una ciudad con más proxenetas en todo ese país y en la que explicaba cómo se formaba un padrote (como se dice a la persona que prostituye a otra)".
La relación entre protagonistas era muy buena, "teníamos tan buena química, sabíamos que teníamos que enamorarnos primero para luego destruir ese amor y convertirlo en esta relación perversa, de este ciclo del que no podemos escapar, donde yo soy el explotador y ella la explotada", cuenta Tamariz.
Para Schönwald, las conversaciones con Calvache, libros escritos por víctimas de la trata, películas y documentos fueron vitales para darle forma a Dana. Con todo esto, "logré sacar esas dudas y era básicamente de cómo ella seguía siendo una esclava a pesar de que ya tenía cuarenta y pico de años, que podía escaparse" y llegó a entender que "parte enorme del problema sale del machismo de esa no igualdad de géneros, en esa sociedad machista se dan las condiciones para que haya una esclavitud y una trata".
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