Juan Cavestany comparte la gestación de su película confinada "Madrid, interior"
- por © Miguel Toba-NOTICINE.com
El director español Cavestany ("Gente en sitios") es el responsable de realizar la primera película española durante la cuarentena por el coronavirus. "Madrid, interior" es un retrato de las situaciones que viven los ciudadanos madrileños confinados, compuesto por gente anónima y por actores de la talla de José Coronado, Javier Cámara o María Pujalte. Por su parte, Cavestany ha dado su visión sobre el confinamiento y el desarrollo del largometraje, disponible temporalmente en la web de El País.
El realizador español ha compuesto en 75 minutos de largometraje los vídeos que le han llegado de un centenar de personas. Con este material, ha formado un retrato de lo que pasa por las mentes de las personas confinadas y que, a pesar de su título, no solo cuenta con testimonios de la capital. "No partí de un objetivo o una tesis concreta", dice el director sobre su película carente de un guion formal y que él define como "una película de las casas".
En una entrevista con Onda Madrid, el realizador madrileño ha contado cómo se le ocurrió esta idea: "Surgió a la contra de lo que uno se había planteado. Yo me había planteado pasar el confinamiento de forma tranquila, silenciosa, haciendo introspección, leyendo... Así empecé de hecho. Desde el privilegio que tengo, me había planeado un confinamiento tranquilo, pero muy pronto me asaltó esta inquietud: dejar un testimonio de lo que yo estaba percibiendo en mí, en mi gente y más allá de la manzana".
"En esos primeros momentos de cuarentena hubo un silencio que se apoderó de Madrid, que era una inquietud muy grande y -de repente- sentí que era un drama del que había que dejar un testimonio. Empezábamos a ver en los medios testimonios de lo que ocurrían en otras casas. Gente cantando, haciendo vídeos colaborativos... Reacciones al miedo. Yo quería pronunciarme desde otro lugar más silencioso, más emocional", comenta el también guionista y dramaturgo sobre su intención con "Madrid, interior". "¿Qué nos está pasando realmente, qué nos asalta por la noche cuando nos vamos a dormir? Fui pidiendo a la gente que me compartiera esos momentos de intimidad, sin hacer escenas ni comedia".
Sobre lo improvisado de su casting, que cuenta tanto con iniciativa popular como con intérpretes profesionales, el director de "Gente en sitios" comentó que "ver los tiempos muertos de las personas era mi punto de partida. Y eso fue lo primero que empecé a pedir a amigos, gente de los medios de comunicación, y luego abriendo ese círculo a gente desconocida o, lo que se llama de mala manera, gente anónima. Quería momentos de quietud y de no interpretación", dice Castevany en un film donde participan también intérpretes españoles de la talla de Antonio de la Torre, Malena Alterio o Pepón Nieto.
En cuanto a la naturalidad del film, el cineasta explica a Onda Madrid que su intención era "hacer una crónica emocional de la situación y la gente lo entendió muy rápido. Percibí que el impulso de contar algo emocional más allá de nuestros posicionamientos políticos era importante", explicaba Cavestany. "La gente que más extraña me parece son los que pretenden estar encima de esta vulnerabilidad que nos une a todos".
"Tenía que apuntar a un sitio más atemporal, menos coyuntural. Lo que ha pasado es que esta película se ha quedado como un testimonio de este momento, pero también como un retrato de las posibilidades de las limitaciones. Somos frágiles", concluye Juan Cavestany.
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El realizador español ha compuesto en 75 minutos de largometraje los vídeos que le han llegado de un centenar de personas. Con este material, ha formado un retrato de lo que pasa por las mentes de las personas confinadas y que, a pesar de su título, no solo cuenta con testimonios de la capital. "No partí de un objetivo o una tesis concreta", dice el director sobre su película carente de un guion formal y que él define como "una película de las casas".
En una entrevista con Onda Madrid, el realizador madrileño ha contado cómo se le ocurrió esta idea: "Surgió a la contra de lo que uno se había planteado. Yo me había planteado pasar el confinamiento de forma tranquila, silenciosa, haciendo introspección, leyendo... Así empecé de hecho. Desde el privilegio que tengo, me había planeado un confinamiento tranquilo, pero muy pronto me asaltó esta inquietud: dejar un testimonio de lo que yo estaba percibiendo en mí, en mi gente y más allá de la manzana".
"En esos primeros momentos de cuarentena hubo un silencio que se apoderó de Madrid, que era una inquietud muy grande y -de repente- sentí que era un drama del que había que dejar un testimonio. Empezábamos a ver en los medios testimonios de lo que ocurrían en otras casas. Gente cantando, haciendo vídeos colaborativos... Reacciones al miedo. Yo quería pronunciarme desde otro lugar más silencioso, más emocional", comenta el también guionista y dramaturgo sobre su intención con "Madrid, interior". "¿Qué nos está pasando realmente, qué nos asalta por la noche cuando nos vamos a dormir? Fui pidiendo a la gente que me compartiera esos momentos de intimidad, sin hacer escenas ni comedia".
Sobre lo improvisado de su casting, que cuenta tanto con iniciativa popular como con intérpretes profesionales, el director de "Gente en sitios" comentó que "ver los tiempos muertos de las personas era mi punto de partida. Y eso fue lo primero que empecé a pedir a amigos, gente de los medios de comunicación, y luego abriendo ese círculo a gente desconocida o, lo que se llama de mala manera, gente anónima. Quería momentos de quietud y de no interpretación", dice Castevany en un film donde participan también intérpretes españoles de la talla de Antonio de la Torre, Malena Alterio o Pepón Nieto.
En cuanto a la naturalidad del film, el cineasta explica a Onda Madrid que su intención era "hacer una crónica emocional de la situación y la gente lo entendió muy rápido. Percibí que el impulso de contar algo emocional más allá de nuestros posicionamientos políticos era importante", explicaba Cavestany. "La gente que más extraña me parece son los que pretenden estar encima de esta vulnerabilidad que nos une a todos".
"Tenía que apuntar a un sitio más atemporal, menos coyuntural. Lo que ha pasado es que esta película se ha quedado como un testimonio de este momento, pero también como un retrato de las posibilidades de las limitaciones. Somos frágiles", concluye Juan Cavestany.
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