Hablamos con la venezolana Ana Verónica Schultz sobre su serie en España, "Deudas"
- por © Alba Mallenco-NOTICINE.com
La actriz venezolana Ana Verónica Schultz espero el estreno en abierto de la serie de Atresmedia "Deudas", creada por el experimentado showrunner Daniel Ecija, que desde final de enero puede verse en su plataforma premium. La trama la protagoniza la conocida Carmen Maura como Pepa Carranza, que al morir su marido debe encargarse de la familia y la herencia. El elenco lo completan actores de la talla de Salva Reina, Carmen Ruiz, o Mona Martínez. Schultz estudió teatro en la Escuela Nacional de Artes Escénicas César Rengifo (Caracas). Dentro de sus realizaciones están la serie venezolana de Benjamín Cohen "Que clase de amor" (2009), y debutó en el cine con "Cenizas Eternas" (2011) de Margarita Cadenas. En España, ha participado en largometrajes como "La dona ilegal" (2020) o "Ciudades" (2015), además, dirigió en el Teatreneu de Barcelona "Una medalla para las conejitas", que permaneció ocho meses en cartel.
- ¿Qué puede contarnos sobre Valeria, su personaje dentro de la serie "Deudas"?
Valeria es la mujer de Raúl, uno de los hijos de la matriarca Pepa Carranza (Carmen Maura). Ella es madre, esposa y junto a su marido regentan el bar de La Academia donde puede dar a conocer sus productos venezolanos. Es trabajadora, con carácter, y a la vez tierna, sensata, fiel, y muy pragmática. Para mi, es una mujer de decisiones fuertes capaz de llevar las riendas de la familia y poner cordura. Al mismo tiempo, es sencilla y simple. En una palabra, Valeria es la sensatez.
- ¿Cómo se sintió en un elenco mayoritariamente español?
Trabajar con Salva Reina es fantástico, es un compañero generoso desde el minuto uno, me ayudó y me apoyó en todo. En general, el elenco es maravilloso y todos tienen un recorrido fantástico, muy profesionales. Había momentos en los que no podíamos parar de reír y eso se transmite en pantalla. Cuando comenzamos a grabar, coincidió con la salida del confinamiento. Encontrarse de bruces con este equipo y este proyecto nos llevó a tener mucho feeling entre nosotros y creó un compromiso no solo con trabajar, sino en pasarlo bien. Por ejemplo, Carmen Ruiz es una compañera idílica, antes de la acción siempre me guiñaba el ojo. Nos entendíamos a través de los gestos.
- ¿Que es lo que más le gusta de la serie?
Hay una cosa que realmente me gustó desde el principio y es que la serie busca darnos contenidos profundos, más allá de pasar un buen rato, como el valor de la familia, los estratos sociales o los intereses de las personas. Al comienzo de la historia, al morir el patriarca, desencadena muchos conflictos por el negocio familiar. Los temas están ahí para adentrarse en ellos. Tratamos los problemas de lo que se conoce como "familias extensas" conviven todos juntos pero no tienen un interés común más allá de lo que les une a la matriarca, y todos son diferentes entre sí. Pepa sacrifica su vida por amor y ahora todo ha dado un vuelco. Hay un trasfondo más allá de sentarse en el sofá y reír. También cabe destacar la exposición cultural de los personajes, hay mucha inclusión.
- Todo eso estaba en el guión...
Me pareció muy curioso porque expresa muy bien los estereotipos, incluso de familias españolas. Está bien reírse de uno mismo, el humor es como la vida, nos ahorra muchas malas situaciones. "Deudas" está escrita desde el sillón de no caerle bien a nadie, es un guion valiente. Por ejemplo, con Valeria rompe todos los clichés de la figura de la mujer venezolana. Además, me dieron una cierta libertad en el rodaje y pude añadir palabras venezolanas en mi personaje.
- ¿Le costó acceder al casting?
"Deudas" apareció en un momento de mi vida en el que decidí sí o sí dedicarme a la actuación. He hecho decenas de castings a lo largo de mi vida. Envié emails a bastantes directores y gracias al trabajo y al esfuerzo nació la oportunidad de "Deudas". Al salir de la prueba lloré de la emoción porque ya sentía que era mi personaje. Dos días después nos confinaron y fueron unos meses un poco desesperantes. Era una situación extraña.
- ¿Cómo fue grabar bajo las condiciones sanitarias por la pandemia del COVID-19?
El ser humano cada día demuestra más la increíble capacidad de adaptación que posee. Nos hemos adaptado a términos médicos nuevos, a términos nuevos en general.
- ¿Está prevista una segunda temporada?
Ahora mismo no tenemos una idea real porque no se ha emitido en abierto, estamos esperando a ello para saber si gusta a la audiencia. Por parte de mi círculo de amistades sí que les gusta, les parece dinámica y que llega en un momento ideal para crear comedia. Estamos a la espera de que llegue en el primer trimestre, me atrevo a decir que se estrena en abril. Respecto a la segunda temporada, te respondo también de forma pitonisa, sí, sí habrá segunda temporada. Tenemos muchas cosas que contar.
- Daniel Ecija ha creado series muy conocidas para el poco tiempo que llevan en streaming, como "La Valla" o "Estoy vivo", que sí que emitió en abierto. ¿Cuáles son las sensaciones al trabajar con él?
Me llevo una experiencia muy buena. Ecija me parece valiente, sobre todo por el hecho de querer incluir a personas extranjeras en sus tramas. El también es inmigrante y tiene las ganas de incluirnos sin justificar las nacionalidades o caer en estereotipos. Además, tiene todos sus proyectos muy claros. A mi parecer, "La Valla", es increíble. Esa serie es una premonición. Es un honor enorme trabajar con él.
- ¿Cómo ve la situación actual del trabajo actoral en Venezuela?
Mis raíces tanto en mi vida privada como en la profesional están ligadas a Venezuela. Me encantaría poder hacer cine allí e ir a ver a mi familia. Pero la realidad de estos países es que cuando te vas no puedes volver. Parto de la base de ellos en mi educación y me encanta la cultura venezolana. Con Valeria he podido rescatar esa parte de mi, poder decir que somos mucho más que los estereotipos latinoamericanos.
- La pandemia ha acelerado la conversión, tanto del cine hacia las plataformas, pero también de las series. Se opta más por el formato streaming que por emitir en abierto. Incluso, si no funciona en abierto no terminan la emisión y la venden a grandes productoras. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Es todo un rollo. Al principio tuvimos la ventaja de que al consumirse tanto cine y televisión el trabajo de los actores se valoraba mucho más, se nos veía como una profesión y no como un hobbie. La aparición de las plataformas lo está dislocando todo, el contenido está demasiado movido. Las plataformas se están adaptando, y al final nosotros dependemos de ellas y estamos preparándonos constantemente. Incluso el teatro y los espectáculos en vivo, hay que luchar por no perder ciertas cosas.
- Hasta ahora, contando todos sus trabajos en cine, teatro y televisión, ¿con cuál se quedaría?.
Los actores que venimos del teatro sabemos que el gusanillo que se siente sobre estas tablas no te lo da otra cosa. El resto de medios también son importantes. Pero el teatro te da algo con lo que te quedas de por vida. En cada uno de mis trabajos he aprendido algo diferente y todos son importantes.
- Si tuviera la posibilidad de crear un producto suyo único, ¿Qué sería?
Plasmaría la vida de una mujer latinoamericana y emigrante con una maleta llena de sueños. Mostraría la belleza y el aprendizaje. Además hay algo que me llama mucho la atención y tiene que ver más que con la interpretación con el mundo artístico. Me encantaría poder crear una escuela de artes pública, subsidiada por el Gobierno, a la que cualquier persona en cualquier edad o rango pueda acceder. La cultura es un derecho y no un lujo. El dinero no siempre esconde buenos intereses y el arte es algo humano que tiene que ver con el sentir. En relación a trabajar con otras personas, me encantaría entrar de lleno en el mundo del cine español y europeo, ser una chica Almodóvar.
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- ¿Qué puede contarnos sobre Valeria, su personaje dentro de la serie "Deudas"?
Valeria es la mujer de Raúl, uno de los hijos de la matriarca Pepa Carranza (Carmen Maura). Ella es madre, esposa y junto a su marido regentan el bar de La Academia donde puede dar a conocer sus productos venezolanos. Es trabajadora, con carácter, y a la vez tierna, sensata, fiel, y muy pragmática. Para mi, es una mujer de decisiones fuertes capaz de llevar las riendas de la familia y poner cordura. Al mismo tiempo, es sencilla y simple. En una palabra, Valeria es la sensatez.
- ¿Cómo se sintió en un elenco mayoritariamente español?
Trabajar con Salva Reina es fantástico, es un compañero generoso desde el minuto uno, me ayudó y me apoyó en todo. En general, el elenco es maravilloso y todos tienen un recorrido fantástico, muy profesionales. Había momentos en los que no podíamos parar de reír y eso se transmite en pantalla. Cuando comenzamos a grabar, coincidió con la salida del confinamiento. Encontrarse de bruces con este equipo y este proyecto nos llevó a tener mucho feeling entre nosotros y creó un compromiso no solo con trabajar, sino en pasarlo bien. Por ejemplo, Carmen Ruiz es una compañera idílica, antes de la acción siempre me guiñaba el ojo. Nos entendíamos a través de los gestos.
- ¿Que es lo que más le gusta de la serie?
Hay una cosa que realmente me gustó desde el principio y es que la serie busca darnos contenidos profundos, más allá de pasar un buen rato, como el valor de la familia, los estratos sociales o los intereses de las personas. Al comienzo de la historia, al morir el patriarca, desencadena muchos conflictos por el negocio familiar. Los temas están ahí para adentrarse en ellos. Tratamos los problemas de lo que se conoce como "familias extensas" conviven todos juntos pero no tienen un interés común más allá de lo que les une a la matriarca, y todos son diferentes entre sí. Pepa sacrifica su vida por amor y ahora todo ha dado un vuelco. Hay un trasfondo más allá de sentarse en el sofá y reír. También cabe destacar la exposición cultural de los personajes, hay mucha inclusión.
- Todo eso estaba en el guión...
Me pareció muy curioso porque expresa muy bien los estereotipos, incluso de familias españolas. Está bien reírse de uno mismo, el humor es como la vida, nos ahorra muchas malas situaciones. "Deudas" está escrita desde el sillón de no caerle bien a nadie, es un guion valiente. Por ejemplo, con Valeria rompe todos los clichés de la figura de la mujer venezolana. Además, me dieron una cierta libertad en el rodaje y pude añadir palabras venezolanas en mi personaje.
- ¿Le costó acceder al casting?
"Deudas" apareció en un momento de mi vida en el que decidí sí o sí dedicarme a la actuación. He hecho decenas de castings a lo largo de mi vida. Envié emails a bastantes directores y gracias al trabajo y al esfuerzo nació la oportunidad de "Deudas". Al salir de la prueba lloré de la emoción porque ya sentía que era mi personaje. Dos días después nos confinaron y fueron unos meses un poco desesperantes. Era una situación extraña.
- ¿Cómo fue grabar bajo las condiciones sanitarias por la pandemia del COVID-19?
El ser humano cada día demuestra más la increíble capacidad de adaptación que posee. Nos hemos adaptado a términos médicos nuevos, a términos nuevos en general.
- ¿Está prevista una segunda temporada?
Ahora mismo no tenemos una idea real porque no se ha emitido en abierto, estamos esperando a ello para saber si gusta a la audiencia. Por parte de mi círculo de amistades sí que les gusta, les parece dinámica y que llega en un momento ideal para crear comedia. Estamos a la espera de que llegue en el primer trimestre, me atrevo a decir que se estrena en abril. Respecto a la segunda temporada, te respondo también de forma pitonisa, sí, sí habrá segunda temporada. Tenemos muchas cosas que contar.
- Daniel Ecija ha creado series muy conocidas para el poco tiempo que llevan en streaming, como "La Valla" o "Estoy vivo", que sí que emitió en abierto. ¿Cuáles son las sensaciones al trabajar con él?
Me llevo una experiencia muy buena. Ecija me parece valiente, sobre todo por el hecho de querer incluir a personas extranjeras en sus tramas. El también es inmigrante y tiene las ganas de incluirnos sin justificar las nacionalidades o caer en estereotipos. Además, tiene todos sus proyectos muy claros. A mi parecer, "La Valla", es increíble. Esa serie es una premonición. Es un honor enorme trabajar con él.
- ¿Cómo ve la situación actual del trabajo actoral en Venezuela?
Mis raíces tanto en mi vida privada como en la profesional están ligadas a Venezuela. Me encantaría poder hacer cine allí e ir a ver a mi familia. Pero la realidad de estos países es que cuando te vas no puedes volver. Parto de la base de ellos en mi educación y me encanta la cultura venezolana. Con Valeria he podido rescatar esa parte de mi, poder decir que somos mucho más que los estereotipos latinoamericanos.
- La pandemia ha acelerado la conversión, tanto del cine hacia las plataformas, pero también de las series. Se opta más por el formato streaming que por emitir en abierto. Incluso, si no funciona en abierto no terminan la emisión y la venden a grandes productoras. ¿Cuál es su opinión al respecto?
Es todo un rollo. Al principio tuvimos la ventaja de que al consumirse tanto cine y televisión el trabajo de los actores se valoraba mucho más, se nos veía como una profesión y no como un hobbie. La aparición de las plataformas lo está dislocando todo, el contenido está demasiado movido. Las plataformas se están adaptando, y al final nosotros dependemos de ellas y estamos preparándonos constantemente. Incluso el teatro y los espectáculos en vivo, hay que luchar por no perder ciertas cosas.
- Hasta ahora, contando todos sus trabajos en cine, teatro y televisión, ¿con cuál se quedaría?.
Los actores que venimos del teatro sabemos que el gusanillo que se siente sobre estas tablas no te lo da otra cosa. El resto de medios también son importantes. Pero el teatro te da algo con lo que te quedas de por vida. En cada uno de mis trabajos he aprendido algo diferente y todos son importantes.
- Si tuviera la posibilidad de crear un producto suyo único, ¿Qué sería?
Plasmaría la vida de una mujer latinoamericana y emigrante con una maleta llena de sueños. Mostraría la belleza y el aprendizaje. Además hay algo que me llama mucho la atención y tiene que ver más que con la interpretación con el mundo artístico. Me encantaría poder crear una escuela de artes pública, subsidiada por el Gobierno, a la que cualquier persona en cualquier edad o rango pueda acceder. La cultura es un derecho y no un lujo. El dinero no siempre esconde buenos intereses y el arte es algo humano que tiene que ver con el sentir. En relación a trabajar con otras personas, me encantaría entrar de lleno en el mundo del cine español y europeo, ser una chica Almodóvar.
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