Karra Elejalde: "Podría haberme quedado en mi zona de confort en la comedia"
- por © Carolina G. Guerrero / N.Romero-NOTICINE.com
El actor vasco Karra Elejalde, popular por su personaje en la saga "Ocho apellidos vascos", lanza esta semana en cines españoles "Poliamor para principiantes", comedia dirigida por el veterano Fernando Colomo, recientemente estrenada en el BCN Film Festival. El vitoriano ha hablado en exclusiva con NOTICINE.com sobre su personaje en la cinta, que plantea con humor la dicotomía del amor romántico unipersonal con el que promueve más relaciones simultáneas.
- ¿Quién y cómo es su personaje (Satur)?
Satur es un hombre que lleva casado con Tina más de 30 años, y su relación se ha enfriado bastante. Él es todavía es muy activo, es un viejo verde, y también muy infantil, es el tipo de personaje que cree que está haciendo el bien por los demás, pero en el fondo es machista, egoísta y muy salido. Ambos tienen un hijo de 28 años que ni tiene oficio ni beneficio, y le llena la cabeza de ideas poco éticas y morales. Para poner un poco de chispa en su relación y tras acudir a una sesión de poliamor, se le enciende la bombilla, y se lo propone a su mujer, pero algo no sale bien. No obstante, Satur es el tipo de personajes que creo que tienen encanto, y me parecen simpáticos: personajes que no son altruistas, ni católicos, ni positivos, porque me gusta cuando tienen defectos, cuando son poliédricos, tridimensionales, y tienen partes bonitas y feas, y cuando son controvertidos y desentonan del tono normal.
- ¿Cómo ha sido actuar para Fernando Colomo?
No había trabajado nunca con él como director, pero sí lo había hecho como actor en "Operación Concha", así que tenía mucha ilusión por trabajar con él, dirigiendo. Cuando me llegó el guion, y vi el tono que le iba a dar, que la temática era propoliamor y siendo yo el personaje cafre de la película, me pareció que era muy interesante el proyecto, así que quise participar en él con mucha ilusión.
- ¿Cómo espera que se conciba la idea de poliamor de la película?
No sé lo que hemos conseguido, pero espero que la gente se divierta. Creo que el ser humano ha sido poliamoroso siempre. Antes no se comentaba, se ocultaba, se tapaba, pero el mundo tiende hacia el poliamor. El amor es generosidad, no egoísmo. Si eres egoísta, vendrán los celos y no entenderás la comprensión, pero si el amor es generoso los celos no existirían. Decía Campoamor que "los celos, son recelos de una mente acalorada, si son algo no son celos, si son celos no son nada". Pero es una idea obsoleta, los celos son peligrosos, y los poliamorosos son los primeros que dicen que hay que aprender a no serlo porque se sufre mucho. En la práctica de la relación emocional y sexual todo cabe siempre que estén de acuerdo todos y cada uno de los miembros que participen de ella. Eso es lo bonito. Aunque la película no plantea esto ni mi personaje, sí que quiero que quede claro que, aunque se trate de una comedia, en ningún momento nos mofamos del poliamor, aunque pueda llevar a engaño el hecho de que una película empiece con un padre incentivando a su hijo a cagarse en todo eso. Pero para eso las películas y los personajes evolucionan y acaban en otro modo.
- Cuando actúa solo existe su personaje, no hay rastro del actor...
A lo que la gente le llama la atención es que a mi nunca nadie me ve cuando actúo, pero para poder llevar un personaje hasta el final y poder interpretarlo, tengo que creérmelo, y para creerme tengo que verme. Mi trabajo de Unamuno ("Mientras dure la guerra") no sería nada sin la figura de Alejandro (el director que mejor me entendió en toda mi vida) y el trabajo de Nacho Díaz (el maquillador de la película) que me supo convencer de que yo era él. Además, me siento muy incómodo rodando cuando no me lo acabo de creer, por eso peleo mucho sobre el guion, el texto y la situación con el director o con quien sea, porque si no me lo creo, no lo voy a poder transmitir... También llama mucho al espectador el tipo de personajes tan dispares que he interpretado: Koldo ("Ocho apellidos vascos") o Unamuno en "Mientras dure...", pero esas disparidades se llaman drama o comedia nada más, y hay actores que se desenvuelven bien en ambos ámbitos. Yo tengo esa suerte porque me he atrevido a hacerlo. Podría haberme quedado en mi zona de confort en la comedia y no probar otras cosas, pero hay que ser valiente, aunque el miedo a fracasar sea grande.
- Fernando Colomo dijo que era como un niño hiperactivo…
Siempre he sido muy inquieto y echado para adelante, y además tengo una suerte muy grande, por eso no me vuelvo idiota. Pero muy poca gente en el mundo puede decir que le encanta el trabajo que hace. Disfruto la mayor parte del tiempo cuando trabajo, aunque hay otros días que te levantas y no tienes ganas, aunque a veces te tengas que levantar a las 6 de la mañana, desnudarte y meterte en un charco congelado a grabar una toma más de 1 vez. Pero es un trabajo que me hace feliz y doy gracias porque cuando voy al rodaje o al ensayo voy a hacer algo que me apasiona y no me molesta.
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- ¿Quién y cómo es su personaje (Satur)?
Satur es un hombre que lleva casado con Tina más de 30 años, y su relación se ha enfriado bastante. Él es todavía es muy activo, es un viejo verde, y también muy infantil, es el tipo de personaje que cree que está haciendo el bien por los demás, pero en el fondo es machista, egoísta y muy salido. Ambos tienen un hijo de 28 años que ni tiene oficio ni beneficio, y le llena la cabeza de ideas poco éticas y morales. Para poner un poco de chispa en su relación y tras acudir a una sesión de poliamor, se le enciende la bombilla, y se lo propone a su mujer, pero algo no sale bien. No obstante, Satur es el tipo de personajes que creo que tienen encanto, y me parecen simpáticos: personajes que no son altruistas, ni católicos, ni positivos, porque me gusta cuando tienen defectos, cuando son poliédricos, tridimensionales, y tienen partes bonitas y feas, y cuando son controvertidos y desentonan del tono normal.
- ¿Cómo ha sido actuar para Fernando Colomo?
No había trabajado nunca con él como director, pero sí lo había hecho como actor en "Operación Concha", así que tenía mucha ilusión por trabajar con él, dirigiendo. Cuando me llegó el guion, y vi el tono que le iba a dar, que la temática era propoliamor y siendo yo el personaje cafre de la película, me pareció que era muy interesante el proyecto, así que quise participar en él con mucha ilusión.
- ¿Cómo espera que se conciba la idea de poliamor de la película?
No sé lo que hemos conseguido, pero espero que la gente se divierta. Creo que el ser humano ha sido poliamoroso siempre. Antes no se comentaba, se ocultaba, se tapaba, pero el mundo tiende hacia el poliamor. El amor es generosidad, no egoísmo. Si eres egoísta, vendrán los celos y no entenderás la comprensión, pero si el amor es generoso los celos no existirían. Decía Campoamor que "los celos, son recelos de una mente acalorada, si son algo no son celos, si son celos no son nada". Pero es una idea obsoleta, los celos son peligrosos, y los poliamorosos son los primeros que dicen que hay que aprender a no serlo porque se sufre mucho. En la práctica de la relación emocional y sexual todo cabe siempre que estén de acuerdo todos y cada uno de los miembros que participen de ella. Eso es lo bonito. Aunque la película no plantea esto ni mi personaje, sí que quiero que quede claro que, aunque se trate de una comedia, en ningún momento nos mofamos del poliamor, aunque pueda llevar a engaño el hecho de que una película empiece con un padre incentivando a su hijo a cagarse en todo eso. Pero para eso las películas y los personajes evolucionan y acaban en otro modo.
- Cuando actúa solo existe su personaje, no hay rastro del actor...
A lo que la gente le llama la atención es que a mi nunca nadie me ve cuando actúo, pero para poder llevar un personaje hasta el final y poder interpretarlo, tengo que creérmelo, y para creerme tengo que verme. Mi trabajo de Unamuno ("Mientras dure la guerra") no sería nada sin la figura de Alejandro (el director que mejor me entendió en toda mi vida) y el trabajo de Nacho Díaz (el maquillador de la película) que me supo convencer de que yo era él. Además, me siento muy incómodo rodando cuando no me lo acabo de creer, por eso peleo mucho sobre el guion, el texto y la situación con el director o con quien sea, porque si no me lo creo, no lo voy a poder transmitir... También llama mucho al espectador el tipo de personajes tan dispares que he interpretado: Koldo ("Ocho apellidos vascos") o Unamuno en "Mientras dure...", pero esas disparidades se llaman drama o comedia nada más, y hay actores que se desenvuelven bien en ambos ámbitos. Yo tengo esa suerte porque me he atrevido a hacerlo. Podría haberme quedado en mi zona de confort en la comedia y no probar otras cosas, pero hay que ser valiente, aunque el miedo a fracasar sea grande.
- Fernando Colomo dijo que era como un niño hiperactivo…
Siempre he sido muy inquieto y echado para adelante, y además tengo una suerte muy grande, por eso no me vuelvo idiota. Pero muy poca gente en el mundo puede decir que le encanta el trabajo que hace. Disfruto la mayor parte del tiempo cuando trabajo, aunque hay otros días que te levantas y no tienes ganas, aunque a veces te tengas que levantar a las 6 de la mañana, desnudarte y meterte en un charco congelado a grabar una toma más de 1 vez. Pero es un trabajo que me hace feliz y doy gracias porque cuando voy al rodaje o al ensayo voy a hacer algo que me apasiona y no me molesta.
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