Festivales

Cannes: Esplendor mexicano frente al peso del poder galáctico
15-V-05
Salma Hayek, miembro del jurado de este festival de Cannes 2005 es una mujer de carácter, a la que poco le ha preocupado lo que digan o murmuren los demás. Por eso, ni corta ni perezosa, no dudó este domingo en unirse al equipo de la cinta mexicana "Batalla en el cielo", de Carlos Reygadas, única cinta latina presente (gracias a su coproducción francesa) en la competición del certamen. El escote de la veracruzana compitió con el de otra compatriota, Laura Elena Harring, protagonista al lado de Gael García Bernal de "The King", cinta norteamericana presentada en Un Certain Regard. Sin embargo, para todos, el enemigo imbatible fue George Lucas y su equipo del "Episodio III: La venganza de los sith", sobre quienes recayó la mayor atención del día.
La crítica ha apreciado en general -aunque hubo cierta polémica e incluso aislados pitidos- el nuevo trabajo de Reygadas, algo más accesible que su "Japón", presentado aquí hace tres años en la Quincena de los Realizadores. "Batalla en el cielo" es la historia del chófer de un general, que en connivencia con su mujer secuestra a un niño para pedir rescate, pero accidentalmente éste muere y presa del arrepentimiento acaba confesando su crimen a la hija de su patrón, una joven que se prostituye por placer. Entre ambos surge una extraña relación y la chica le aconseja que se entregue a la policía.
"Quería de nuevo hacer una película sobre el conflicto interno de un hombre, pero esta vez en una ciudad, en un contexto más social. Los lugares donde rodé pueden parecer muy "de postal", pero como decía Hitchcock, para filmar bien Holanda, hay que usar los clichés que todos tenemos: los molinos, los canales... Entonces, yo he filmado a México tal y como es. Hay por tanto algo muy mexicano en mi película, pero por otro lado, el contexto es muy universal y abierto".
Entre los detractores del film, se destacaba la crudeza visual, incluída una felación real que sin duda dará mucho que hablar en México cuando se estrene "Batalla en el cielo". "He tratado de mostrar la humanidad del sexo. Hay cosas que ocurren en ese momento, no basta con decir esas personas hicieron el amor. Se trata de ver cómo lo hicieron, qué sentimientos tienen entre ellos, cómo se comunican. Y durante ese tiempo se está contando la película. No es nada pornográfico, porque ese tipo de cine trata de excitar al espectador, y esa no era ni mi intención ni el resultado, pienso. En mi película hay mucho sexo, tanto como en la vida", comentaba el cineasta mexicano a los periodistas.
"Me gusta filmar los cuerpos de cerca, porque los cuerpos son objetivos. Es decir que hay un medio de conocimiento a través de ellos que es más verídico que el obtenido a través de la voz, de lo que decimos o de la manera como nos movemos, que son siempre una máscara. Yo encuentro bellos los cuerpos de mis personajes, aunque no sean modelos. A mi me gusta mucho la pintura de Rubens, por ejemplo, y ellos se parecen a un Rubens, o en cualquier caso a la mayoría de la gente de la calle, no a los que salen en los comerciales", añadía Reygadas.
Los protagonistas de la cinta son desconocidos. A Marcos (Marcos Hernández) lo eligió por conocerlo a través de su padre desde hace muchos años, y es realmente chófer en la vida real. En cuanto a Anapola Mushkadiz, que es Ana, la prostituta vocacional, fue seleccionada en un "casting". Financiada con apoyo de Francia y otros países europeos, "Batalla en el cielo" ya ha conseguido distribución en Gran Bretaña, Bélgica, Francia y Holanda.
En el extremo opuesto de la política interpretativa, hay dos conocidos rostros mexicanos en otra cinta exhibida este domingo, "The king", dentro de Un Certain Regard. Encontramos como protagonista de este film independiente norteamericano dirigido por el británico James Marsh a Gael García Bernal y a Laura Elena Harring, quien rivalizaba en vestido escotado con la mismísima Salma. El film cuenta la historia de un joven de 21 años que deja la marina norteamericana para ir al encuentro de su padre, al que nunca conoció, y que ahora es un predicador baptista en Texas. William Hurt interpreta a ese padre que en principio le repudia, un papel inicialmente atribuído a Sam Shepard.
Volviendo a la competencia oficial dominical, pasó con más pena que gloria la cinta italiana "Quando sei nato non puoi piu nasconderti", de Marco Tullio Giordana, una bien intencionada y politicamente correcta parábola sobre un niño de una familia rica que durante un crucero por el Mediterráneo cae accidentalmente al agua y es rescatado por un joven que viaja en un barco donde se hacinan emigrantes ilegales rumanos. Todo es privisible en esta cinta cuya selección sólo puede explicarse -una vez más- por el hecho de que cuenta con coproductores franceses.
Y para el final dejamos ese "Episodio III" que tanta tinta y bits está dejando estos días en la prensa de todo el mundo, nuestro NOTICINE.com incluído. De manera que no nos extenderemos demasiado. Sólo comentar que la acogida fue buena en general, que la mayoría de los comentaristas la consideran un digno cierre de la saga, y unanimente la mejor al menos de la segunda trilogía.
Por su parte, Lucas ha comentado aquí que la opinión de la crítica no le preocupa demasiado, ya que "no les gustó ninguno de los episodios, incluídos los primeros". El ya muy canoso director ha incluso hecho una lectura política de su historia galáctica."Como se trata de un prólogo a la primera trilogía, había que explicar como una república se convertía en dictadura, en imperio. El primer tratamiento de la historia lo escribí en los años de Nixon y la guerra del Vietnam. En ese momento, la democracia estaba en peligro por un dictador en potencia... También estudié la historia de Roma, su senado, el asesinato de César... Lo mismo que Francia que a pesar de acabar con la monarquía luego dio el poder a Napoleón o Alemania que hizo algo similar con Hitler. Las idas y venidas entre democracia y dictadura son temas recurrentes en la historia", ha dicho.
Salma Hayek, miembro del jurado de este festival de Cannes 2005 es una mujer de carácter, a la que poco le ha preocupado lo que digan o murmuren los demás. Por eso, ni corta ni perezosa, no dudó este domingo en unirse al equipo de la cinta mexicana "Batalla en el cielo", de Carlos Reygadas, única cinta latina presente (gracias a su coproducción francesa) en la competición del certamen. El escote de la veracruzana compitió con el de otra compatriota, Laura Elena Harring, protagonista al lado de Gael García Bernal de "The King", cinta norteamericana presentada en Un Certain Regard. Sin embargo, para todos, el enemigo imbatible fue George Lucas y su equipo del "Episodio III: La venganza de los sith", sobre quienes recayó la mayor atención del día.
La crítica ha apreciado en general -aunque hubo cierta polémica e incluso aislados pitidos- el nuevo trabajo de Reygadas, algo más accesible que su "Japón", presentado aquí hace tres años en la Quincena de los Realizadores. "Batalla en el cielo" es la historia del chófer de un general, que en connivencia con su mujer secuestra a un niño para pedir rescate, pero accidentalmente éste muere y presa del arrepentimiento acaba confesando su crimen a la hija de su patrón, una joven que se prostituye por placer. Entre ambos surge una extraña relación y la chica le aconseja que se entregue a la policía.
"Quería de nuevo hacer una película sobre el conflicto interno de un hombre, pero esta vez en una ciudad, en un contexto más social. Los lugares donde rodé pueden parecer muy "de postal", pero como decía Hitchcock, para filmar bien Holanda, hay que usar los clichés que todos tenemos: los molinos, los canales... Entonces, yo he filmado a México tal y como es. Hay por tanto algo muy mexicano en mi película, pero por otro lado, el contexto es muy universal y abierto".
Entre los detractores del film, se destacaba la crudeza visual, incluída una felación real que sin duda dará mucho que hablar en México cuando se estrene "Batalla en el cielo". "He tratado de mostrar la humanidad del sexo. Hay cosas que ocurren en ese momento, no basta con decir esas personas hicieron el amor. Se trata de ver cómo lo hicieron, qué sentimientos tienen entre ellos, cómo se comunican. Y durante ese tiempo se está contando la película. No es nada pornográfico, porque ese tipo de cine trata de excitar al espectador, y esa no era ni mi intención ni el resultado, pienso. En mi película hay mucho sexo, tanto como en la vida", comentaba el cineasta mexicano a los periodistas.
"Me gusta filmar los cuerpos de cerca, porque los cuerpos son objetivos. Es decir que hay un medio de conocimiento a través de ellos que es más verídico que el obtenido a través de la voz, de lo que decimos o de la manera como nos movemos, que son siempre una máscara. Yo encuentro bellos los cuerpos de mis personajes, aunque no sean modelos. A mi me gusta mucho la pintura de Rubens, por ejemplo, y ellos se parecen a un Rubens, o en cualquier caso a la mayoría de la gente de la calle, no a los que salen en los comerciales", añadía Reygadas.
Los protagonistas de la cinta son desconocidos. A Marcos (Marcos Hernández) lo eligió por conocerlo a través de su padre desde hace muchos años, y es realmente chófer en la vida real. En cuanto a Anapola Mushkadiz, que es Ana, la prostituta vocacional, fue seleccionada en un "casting". Financiada con apoyo de Francia y otros países europeos, "Batalla en el cielo" ya ha conseguido distribución en Gran Bretaña, Bélgica, Francia y Holanda.
En el extremo opuesto de la política interpretativa, hay dos conocidos rostros mexicanos en otra cinta exhibida este domingo, "The king", dentro de Un Certain Regard. Encontramos como protagonista de este film independiente norteamericano dirigido por el británico James Marsh a Gael García Bernal y a Laura Elena Harring, quien rivalizaba en vestido escotado con la mismísima Salma. El film cuenta la historia de un joven de 21 años que deja la marina norteamericana para ir al encuentro de su padre, al que nunca conoció, y que ahora es un predicador baptista en Texas. William Hurt interpreta a ese padre que en principio le repudia, un papel inicialmente atribuído a Sam Shepard.
Volviendo a la competencia oficial dominical, pasó con más pena que gloria la cinta italiana "Quando sei nato non puoi piu nasconderti", de Marco Tullio Giordana, una bien intencionada y politicamente correcta parábola sobre un niño de una familia rica que durante un crucero por el Mediterráneo cae accidentalmente al agua y es rescatado por un joven que viaja en un barco donde se hacinan emigrantes ilegales rumanos. Todo es privisible en esta cinta cuya selección sólo puede explicarse -una vez más- por el hecho de que cuenta con coproductores franceses.
Y para el final dejamos ese "Episodio III" que tanta tinta y bits está dejando estos días en la prensa de todo el mundo, nuestro NOTICINE.com incluído. De manera que no nos extenderemos demasiado. Sólo comentar que la acogida fue buena en general, que la mayoría de los comentaristas la consideran un digno cierre de la saga, y unanimente la mejor al menos de la segunda trilogía.
Por su parte, Lucas ha comentado aquí que la opinión de la crítica no le preocupa demasiado, ya que "no les gustó ninguno de los episodios, incluídos los primeros". El ya muy canoso director ha incluso hecho una lectura política de su historia galáctica."Como se trata de un prólogo a la primera trilogía, había que explicar como una república se convertía en dictadura, en imperio. El primer tratamiento de la historia lo escribí en los años de Nixon y la guerra del Vietnam. En ese momento, la democracia estaba en peligro por un dictador en potencia... También estudié la historia de Roma, su senado, el asesinato de César... Lo mismo que Francia que a pesar de acabar con la monarquía luego dio el poder a Napoleón o Alemania que hizo algo similar con Hitler. Las idas y venidas entre democracia y dictadura son temas recurrentes en la historia", ha dicho.
- © E.E. (Cannes)-NOTICINE.com

Desasosegante film de Hanneke coincide en la competición de Cannes con la mafia china
14-V-05
Tras un trabajo más bien decepcionante, "Le temps du loup", el cineasta austríaco afincado en Francia Michael Haneke regresa a Cannes, donde presentó hasta siete títulos en el pasado, por la puerta grande, con un film -"Caché" (Oculto)- que ha inquietado a la audiencia, desconcertado incluso, al incluir un final demasiado abierto, que deja interrogantes sin resolver. Por contra, es bastante previsible la segunda cinta en competición este sábado, "Election", una historia sobre lucha por el poder en el seno de una tríada de Hong Kong, dirigida por Johnnie To. Sin embargo, la jornada no ha tenido nostalgia hollywoodiense, ya que por dos films fuera de concurso comparecieron Val Kilmer, Robert Downey Jr. y Ed Norton.
Georges (Daniel Auteuil), comentarista literario en televisión, empieza a recibir misteriosos vídeos grabados en la calle, cuyos protagonistas son él, su mujer (Juliette Binoche) y su familia, y luego inquietantes dibujos dificiles de interpretar. No hay rastro del remitente, ni amenazas directas. Sin embargo, el contenido de los vídeos es cada vez más personal, indicando que su autor le conoce bien, y el periodista recurre a la policía, que se muestra incapaz de ayudarle al no mediar ninguna petición o chantaje.
"Caché", con un tono inquietante hasta el desasosiego del espectador, cuenta con excelentes interpretaciones de Auteuil y Binoche. La crítica local no ha dudado en inaugurar con ella la lista de las candidatas a la Palma de Plata a mejor actriz.
Hanecke afirma que ha querido hacer un film sobre el complejo de culpa, que en este caso puede no ser un tema individual, sino el de un sector de la sociedad que le ha acogido profesionalmente, el que tuvo que ver con el colonialismo galo en Argelia. "Se trata de una película personal sobre la culpabilidad, cómo se maneja el problema de la propia culpabilidad", ha dicho el cineasta austríaco.
Las preguntas que se hace el público ante el misterio expuesto por Haneke sólo quedan parcialmente resueltas en el desenlace. Quizás éste sea el principal argumento en contra de "Caché". Su director, sin embargo, asegura que se trata de una decisión consciente: "Son los espectadores los que deben decidir la forma de verla. No soy un maestro de escuela y no tengo lecciones que dar. Sólo puedo quizás plantear preguntas de forma más o menos interesante".
Menos complicado lo pone Johnnie To, al que algunos han acusado de traer un cine "demasiado comercial" para un evento que presume de acaparar trabajos "de autor". Poco conocido fuera, el director hongkonés tuvo un film anterior aquí fuera de concurso, "Breaking news", que no contó con una demasiado amplia distribución internacional.
Con impecable factura, "Election" nos introduce en la más antigua de las célebres familias mafiosas chinas, las tríadas. Se trata de la Wo Shing Society, de Hong Kong, que como cada dos años, se prepara para elegir un nuevo jefe supremo. Dos son esta vez los candidatos, Lok, que cuenta con el respeto de los más ancianos de la familia, aparece como favorito, pero tiene enfrente a un "renovador", Big D, que no le hace ascos a utilizar cualquier medio con tal de obtener sus objetivos. La lucha se vuelve abierta cuando el antiguo símbolo del poder en la Wo Shing, el bastón con cabeza de dragón, desaparece.
Fuera de concurso, Val Kilmer y Robert Downey Jr. vinieron para presentar "Kiss kiss, bang bang", una comedia policíaca con la que debuta como realizador el guionista Shane Black. El "rehabilitado" Downey Jr. interpreta a un ladrón que en su huida se cuela accidentamente en un "casting" para un "thriller" de Hollywood, y cuando es seleccionado, le imponen como "coach" a un detective real (Kilmer). Ambos junto a una actriz en ciernes (Michelle Monaghan) se ven implicados en un crimen de verdad.
Finalmente, otro famoso rostro norteamericano, el de Edward Norton, se ha paseado también por la Croisette. Su cinta, en Un Certain Regard, se llama "Down in the valley", y ha sido dirigida por David Jacobson. En ella, el "ex" de Salma Hayek es un tipo poco recomendable del que se enamora una jovencita, con el consiguiente disgusto del padre de ella, que se opone a que se sigan viendo. Entonces, la reacción del novio se hace incontrolable y peligrosa.
Tras un trabajo más bien decepcionante, "Le temps du loup", el cineasta austríaco afincado en Francia Michael Haneke regresa a Cannes, donde presentó hasta siete títulos en el pasado, por la puerta grande, con un film -"Caché" (Oculto)- que ha inquietado a la audiencia, desconcertado incluso, al incluir un final demasiado abierto, que deja interrogantes sin resolver. Por contra, es bastante previsible la segunda cinta en competición este sábado, "Election", una historia sobre lucha por el poder en el seno de una tríada de Hong Kong, dirigida por Johnnie To. Sin embargo, la jornada no ha tenido nostalgia hollywoodiense, ya que por dos films fuera de concurso comparecieron Val Kilmer, Robert Downey Jr. y Ed Norton.
Georges (Daniel Auteuil), comentarista literario en televisión, empieza a recibir misteriosos vídeos grabados en la calle, cuyos protagonistas son él, su mujer (Juliette Binoche) y su familia, y luego inquietantes dibujos dificiles de interpretar. No hay rastro del remitente, ni amenazas directas. Sin embargo, el contenido de los vídeos es cada vez más personal, indicando que su autor le conoce bien, y el periodista recurre a la policía, que se muestra incapaz de ayudarle al no mediar ninguna petición o chantaje.
"Caché", con un tono inquietante hasta el desasosiego del espectador, cuenta con excelentes interpretaciones de Auteuil y Binoche. La crítica local no ha dudado en inaugurar con ella la lista de las candidatas a la Palma de Plata a mejor actriz.
Hanecke afirma que ha querido hacer un film sobre el complejo de culpa, que en este caso puede no ser un tema individual, sino el de un sector de la sociedad que le ha acogido profesionalmente, el que tuvo que ver con el colonialismo galo en Argelia. "Se trata de una película personal sobre la culpabilidad, cómo se maneja el problema de la propia culpabilidad", ha dicho el cineasta austríaco.
Las preguntas que se hace el público ante el misterio expuesto por Haneke sólo quedan parcialmente resueltas en el desenlace. Quizás éste sea el principal argumento en contra de "Caché". Su director, sin embargo, asegura que se trata de una decisión consciente: "Son los espectadores los que deben decidir la forma de verla. No soy un maestro de escuela y no tengo lecciones que dar. Sólo puedo quizás plantear preguntas de forma más o menos interesante".
Menos complicado lo pone Johnnie To, al que algunos han acusado de traer un cine "demasiado comercial" para un evento que presume de acaparar trabajos "de autor". Poco conocido fuera, el director hongkonés tuvo un film anterior aquí fuera de concurso, "Breaking news", que no contó con una demasiado amplia distribución internacional.
Con impecable factura, "Election" nos introduce en la más antigua de las célebres familias mafiosas chinas, las tríadas. Se trata de la Wo Shing Society, de Hong Kong, que como cada dos años, se prepara para elegir un nuevo jefe supremo. Dos son esta vez los candidatos, Lok, que cuenta con el respeto de los más ancianos de la familia, aparece como favorito, pero tiene enfrente a un "renovador", Big D, que no le hace ascos a utilizar cualquier medio con tal de obtener sus objetivos. La lucha se vuelve abierta cuando el antiguo símbolo del poder en la Wo Shing, el bastón con cabeza de dragón, desaparece.
Fuera de concurso, Val Kilmer y Robert Downey Jr. vinieron para presentar "Kiss kiss, bang bang", una comedia policíaca con la que debuta como realizador el guionista Shane Black. El "rehabilitado" Downey Jr. interpreta a un ladrón que en su huida se cuela accidentamente en un "casting" para un "thriller" de Hollywood, y cuando es seleccionado, le imponen como "coach" a un detective real (Kilmer). Ambos junto a una actriz en ciernes (Michelle Monaghan) se ven implicados en un crimen de verdad.
Finalmente, otro famoso rostro norteamericano, el de Edward Norton, se ha paseado también por la Croisette. Su cinta, en Un Certain Regard, se llama "Down in the valley", y ha sido dirigida por David Jacobson. En ella, el "ex" de Salma Hayek es un tipo poco recomendable del que se enamora una jovencita, con el consiguiente disgusto del padre de ella, que se opone a que se sigan viendo. Entonces, la reacción del novio se hace incontrolable y peligrosa.
- © E.E. (Cannes)-NOTICINE.com

Perú, país invitado en el Festival de Huesca, en cuyo jurado estará Diana Bracho
13-V-05
Un año más, el cine y los profesionales latinos tendrán una presencia importante en el Festival de Cine de Huesca (España), cuyas secciones competitivas están reservadas al cortometraje. Perú será el país invitado de esta 33 edición, que se celebrará del 9 al 18 de junio. Dentro de la sección Panorama y en tres sesiones, se ofrecerá una selección de cortometrajes del país andino realizados a lo largo de los últimos quince años.
También durante los diez días del certamen tendrá lugar la exposición Cine desde Perú, recorrido de aquella cinematografía a través de una selección de fotografías y carteles de películas.
La presentación del libro Breve encuentro. Una mirada al cortometraje peruano, del crítico de cine Ricardo Bedoya, que cuenta con el patrocinio de la Agencia Española de Cooperación Internacional, la Filmoteca PUCE de Perú, el Centro Cultural de España en Perú y el Festival Alcances de Cádiz, completa el listado de actividades que este año centran la atención del certamen oscense en aquella nación.
En el jurado oficial del apartado internacional estarán la actriz mexicana -y presidenta de la Academia del Cine de este país- Diana Bracho, junto a la escritora española Soledad Puértolas, la directora del Programa para Artes Audiovisuales de la Fundación Rockefeller en N.Y., Tania Blanich, el actor francés Stéphane Rideau y el crítico de La Republicca y escritor italiano Renzo Fegatelli.
El Jurado del Certamen Iberoamericano contará con el periodista y escritor aragonés Francisco Javier Millán, el crítico uruguayo-mexicano Nelson Carro; la estadounidense María Christina Villaseñor, conservadora adjunta de cine y audiovisuales del Museo Solomon R. Guggenheim; la directora del Festival Expresión en Corto de Guanajuato, México, Sarah Hoch, y el cineasta cubano Fernando Timossi.
Un año más, el cine y los profesionales latinos tendrán una presencia importante en el Festival de Cine de Huesca (España), cuyas secciones competitivas están reservadas al cortometraje. Perú será el país invitado de esta 33 edición, que se celebrará del 9 al 18 de junio. Dentro de la sección Panorama y en tres sesiones, se ofrecerá una selección de cortometrajes del país andino realizados a lo largo de los últimos quince años.
También durante los diez días del certamen tendrá lugar la exposición Cine desde Perú, recorrido de aquella cinematografía a través de una selección de fotografías y carteles de películas.
La presentación del libro Breve encuentro. Una mirada al cortometraje peruano, del crítico de cine Ricardo Bedoya, que cuenta con el patrocinio de la Agencia Española de Cooperación Internacional, la Filmoteca PUCE de Perú, el Centro Cultural de España en Perú y el Festival Alcances de Cádiz, completa el listado de actividades que este año centran la atención del certamen oscense en aquella nación.
En el jurado oficial del apartado internacional estarán la actriz mexicana -y presidenta de la Academia del Cine de este país- Diana Bracho, junto a la escritora española Soledad Puértolas, la directora del Programa para Artes Audiovisuales de la Fundación Rockefeller en N.Y., Tania Blanich, el actor francés Stéphane Rideau y el crítico de La Republicca y escritor italiano Renzo Fegatelli.
El Jurado del Certamen Iberoamericano contará con el periodista y escritor aragonés Francisco Javier Millán, el crítico uruguayo-mexicano Nelson Carro; la estadounidense María Christina Villaseñor, conservadora adjunta de cine y audiovisuales del Museo Solomon R. Guggenheim; la directora del Festival Expresión en Corto de Guanajuato, México, Sarah Hoch, y el cineasta cubano Fernando Timossi.
- © Redacción-NOTICINE.com

Egoyan gana a Van Sant la primera de las batallas de maestros en Cannes
13-V-05
Con una selección bien nutrida de cineastas consagrados y de fama internacional, este viernes asistimos al primer enfrentamiento directo entre dos de ellos, tras unas jornadas previas con cineastas de menor trascendencia. El armenio-canadiense Atom Egoyan ("Where the truth lies") venció en cuanto a aplausos al norteamericano Gus Van Sant ("Last Days"). Ambas cintas tienen en común el peso de la fama y una muerte, aunque su tono sea bien diferente. Mientras, en el apartado informativo Un Certain Regard, el argentino Juan Solanas contó con el respaldo ideal de su actriz local Carole Bouquet, para presentar "Nordeste", coproducción entre Francia, España, Argentina y Bélgica.
Egoyan es un viejo conocido en Cannes, donde concursó en tres ocasiones anteriores, aunque sin conseguir más que un premio de consolación (con "El dulce porvenir", en 1997). Ahora tiene cerca a un compatriota, quizás el "otro" director de Canadá con amplia difusión fuera, David Cronenberg, quien también concursa este año. "Where the truth lies" (Donde la verdad miente) es un "thriller", basado en un "best-seller" de Rupert Holmes, que enfrenta la mitomanía estelar con la realidad y las miserias humanas de Hollywood.
Quince años después de que una joven apareciera muerta en el baño de una suite, tras una fiesta privada que compartió con dos famosos actores, una periodista intentar averiguar la verdad de esta historia que se cerró sin escándalo, aunque la carrera de ambos decayera.
La prensa norteamericana, animada por el protagonismo de Kevin Bacon al lado del británico Colin Firth, se ha fijado sobre todo en las escenas de orgías y drogas. El retrato que hace Egoyan de estos dos amigos y colegas de estrellato (una pareja artística en la linea de Dean Martin y Jerry Lewis) es sin duda descarnado. El cineasta ha asegurado que se trata de dos personajes que abusan de drogas, alcohol y sexo, porque pueden conseguirlo todo sin ningún tipo de cortapisa, dada su posición.
Respecto de la posibilidad de que el film sufra una clasificación comercialmente dañina en Estados Unidos, Egoyan afirmaba: "Cuando hago cine nunca pienso en los censores. Probablemente encontraremos una salida a una posible censura. Hemos hecho lo que queríamos y creíamos preciso y esencial para la historia. Pero, realmente estoy sorprendido de que se enfoque siempre el sexo más que violencia en este tipo de películas. Parece que la gente está obsesionada con el sexo".
Frente a un Egoyan que es capaz de resultar personal sin sacrificar la historia a su protagonismo como director, Gus Van Sant repite su tradicional omnipresencia. "Last days" es una divagación en torno a las últimas horas del cantante de un grupo de rock, facilmente identificable con la figura de Kurt Cobain. La muerte, la desorientación juvenil y el aislamiento vuelven a aparecer en este ultimo trabajo del autor de la sobrevalorada "Elephant", que también estaba más o menos basada en la crónica de sucesos (La matanza de Columbine esa vez).
Van Sant quiere causar impresiones, crear ambientes, y sobre todo intentar resultan tan moderno como "autor". Le preocupa menos la coherencia, el guión y esas "imposiciones" propias de un cine tachado de comercial. "Lo que me inspiró para "Last days" fue menos el hecho en sí del suicidio de Cobain que la fascinación consecuencia del misterio sobre lo que ocurrió en sus momentos finales, en esos cinco últimos días de los que se ignora todo", ha explicado el realizador.
Michael Pitt (visto en "The Dreamers" de Bertolucci y participante en "Buscando a Forrester", también de Van Sant) interpreta con un más que notable parecido físico al pseudo-líder de Nirvana, junto a Asia Argento remedando a Courtney Love.
Juan Solanas, el hijo de "Pino" Solanas, debuta en el largometraje con "Nordeste", un drama cargado de desesperanza que retrata la Argentina de hoy a través de la historia de una extranjera, una mujer francesa en la cuarenta (Carole Bouquet) que ha sacrificado lo mejor de su vida en favor de sus ambiciones profesionales. Dispuesta a enmenadrse, acude a Argentina en busca de un niño adoptado. Allí, en ese paisaje salvajemente hermoso va a conocer cómo vive su gente, el sufrimiento de una sociedad en crisis, económica y moral.
"Quería hablar de la Argentina, un país a la vez tan rico y tan pobre, donde a la gente se la maltrata tanto. El tema de la adopción se asoció porque los países donde se puede comprar un niño son aquellos donde reina la mayor miseria, pero no es el motivo de la película, sino un punto de partida", ha explicado Solanas, quien contó con coproductores franceses (de ahí su presencia en Cannes) y españoles, y opta a los premios de esta sección paralela, entre ellos la Cámara de Oro a la mejor opera prima.
Con una selección bien nutrida de cineastas consagrados y de fama internacional, este viernes asistimos al primer enfrentamiento directo entre dos de ellos, tras unas jornadas previas con cineastas de menor trascendencia. El armenio-canadiense Atom Egoyan ("Where the truth lies") venció en cuanto a aplausos al norteamericano Gus Van Sant ("Last Days"). Ambas cintas tienen en común el peso de la fama y una muerte, aunque su tono sea bien diferente. Mientras, en el apartado informativo Un Certain Regard, el argentino Juan Solanas contó con el respaldo ideal de su actriz local Carole Bouquet, para presentar "Nordeste", coproducción entre Francia, España, Argentina y Bélgica.
Egoyan es un viejo conocido en Cannes, donde concursó en tres ocasiones anteriores, aunque sin conseguir más que un premio de consolación (con "El dulce porvenir", en 1997). Ahora tiene cerca a un compatriota, quizás el "otro" director de Canadá con amplia difusión fuera, David Cronenberg, quien también concursa este año. "Where the truth lies" (Donde la verdad miente) es un "thriller", basado en un "best-seller" de Rupert Holmes, que enfrenta la mitomanía estelar con la realidad y las miserias humanas de Hollywood.
Quince años después de que una joven apareciera muerta en el baño de una suite, tras una fiesta privada que compartió con dos famosos actores, una periodista intentar averiguar la verdad de esta historia que se cerró sin escándalo, aunque la carrera de ambos decayera.
La prensa norteamericana, animada por el protagonismo de Kevin Bacon al lado del británico Colin Firth, se ha fijado sobre todo en las escenas de orgías y drogas. El retrato que hace Egoyan de estos dos amigos y colegas de estrellato (una pareja artística en la linea de Dean Martin y Jerry Lewis) es sin duda descarnado. El cineasta ha asegurado que se trata de dos personajes que abusan de drogas, alcohol y sexo, porque pueden conseguirlo todo sin ningún tipo de cortapisa, dada su posición.
Respecto de la posibilidad de que el film sufra una clasificación comercialmente dañina en Estados Unidos, Egoyan afirmaba: "Cuando hago cine nunca pienso en los censores. Probablemente encontraremos una salida a una posible censura. Hemos hecho lo que queríamos y creíamos preciso y esencial para la historia. Pero, realmente estoy sorprendido de que se enfoque siempre el sexo más que violencia en este tipo de películas. Parece que la gente está obsesionada con el sexo".
Frente a un Egoyan que es capaz de resultar personal sin sacrificar la historia a su protagonismo como director, Gus Van Sant repite su tradicional omnipresencia. "Last days" es una divagación en torno a las últimas horas del cantante de un grupo de rock, facilmente identificable con la figura de Kurt Cobain. La muerte, la desorientación juvenil y el aislamiento vuelven a aparecer en este ultimo trabajo del autor de la sobrevalorada "Elephant", que también estaba más o menos basada en la crónica de sucesos (La matanza de Columbine esa vez).
Van Sant quiere causar impresiones, crear ambientes, y sobre todo intentar resultan tan moderno como "autor". Le preocupa menos la coherencia, el guión y esas "imposiciones" propias de un cine tachado de comercial. "Lo que me inspiró para "Last days" fue menos el hecho en sí del suicidio de Cobain que la fascinación consecuencia del misterio sobre lo que ocurrió en sus momentos finales, en esos cinco últimos días de los que se ignora todo", ha explicado el realizador.
Michael Pitt (visto en "The Dreamers" de Bertolucci y participante en "Buscando a Forrester", también de Van Sant) interpreta con un más que notable parecido físico al pseudo-líder de Nirvana, junto a Asia Argento remedando a Courtney Love.
Juan Solanas, el hijo de "Pino" Solanas, debuta en el largometraje con "Nordeste", un drama cargado de desesperanza que retrata la Argentina de hoy a través de la historia de una extranjera, una mujer francesa en la cuarenta (Carole Bouquet) que ha sacrificado lo mejor de su vida en favor de sus ambiciones profesionales. Dispuesta a enmenadrse, acude a Argentina en busca de un niño adoptado. Allí, en ese paisaje salvajemente hermoso va a conocer cómo vive su gente, el sufrimiento de una sociedad en crisis, económica y moral.
"Quería hablar de la Argentina, un país a la vez tan rico y tan pobre, donde a la gente se la maltrata tanto. El tema de la adopción se asoció porque los países donde se puede comprar un niño son aquellos donde reina la mayor miseria, pero no es el motivo de la película, sino un punto de partida", ha explicado Solanas, quien contó con coproductores franceses (de ahí su presencia en Cannes) y españoles, y opta a los premios de esta sección paralela, entre ellos la Cámara de Oro a la mejor opera prima.
- © E.E. (Cannes)-NOTICINE.com / Fotos: Reuters-AP

Las guerras de Irak, en un Cannes que aplaude a Woody Allen
12-V-05
Aunque Irak y sus conflictos bélicos de los últimos años eran protagonistas este jueves en la segunda jornada competitiva del 58 Festival de Cannes, con "Kilomètre zéro", producción francesa dirigida por el Kurdo Hiner Saleem, y "Bashing", del japonés Masahiro Kobayashi, Woody Allen y Scarlett Johansson despertaron mayor interés con la aguda "Match point", última cinta del neoyorquino, estrenada fuera de concurso.
Este último trabajo del autor de "Manhattan" y "Bananas" no es una comedia pura, aunque el público ría ocasionalmente. En cualquier caso, el humor de "Match point", que toma su título del origen tenístico del personaje protagonista (Jonathan Rhys Meyers), es negro y cínico. Lo que plantea Allen es la historia con final feliz de un "trepa" capaz de todo por ascender socialmente, incluído un crimen que por azar acaba siendo impune.
"Creo que el cinismo es una de las formas de explicarse la realidad, aunque para mí no es una película cínica, sino una perspectiva correcta sobre ese tema particular que es el castigo en nuestra sociedad", ha dicho Allen.
Aseguraba el realizador y guionista que no es caprichosa su elección de Londres como marco para esta historia, sino consecuencia de la dificultad que conlleva para él filmar en su país, donde los espectadores y los financieros han dejado de apreciar ese cine personal y con frecuencia crítico.
"Los estudios y los inversores quieren tener una implicación cada vez mayor en los proyectos. Pretenden aumentar su control, revisar el "casting", leer mis guiones y de vez en cuando aparecer por el plató. Es una situación que no me gusta nada y no acepto. Lo que me apetece es que me manden el dinero en una bolsa y algunos meses más tarde yo se la devuelva con mi película dentro... Eso es todo", decía en una concurrida rueda de prensa.
Con menos ironía, añadía que una historia como la de "Match point" puede desarrollarse en cualquier lugar, y si en Gran Bretaña se lo ponen más fácil... Ahí se queda. De hecho, comentaba que el siguiente también será londinense.
Sobre aspectos más generales de su carrera, el cineasta considera que si a los 69 años continua haciendo al menos un film al año es porque el trabajo de escribir, rodar y montar se ha convertido para él en una terapia, igual que en las instituciones mentales proponen talleres de pintura. "El cine se ha convertido en mi distracción, si no lo hiciera no tendría nada más en qué entretenerme. Continuamente estoy confrontado a todo tipo de depresiones y neurosis, y esto es una terapia que me ha permitido mantenerme a distancia del mundo real durante años", agregaba.
Frente a esta cinta programada como muchas más con el sello exculpatorio de "fuera de concurso" este año, la competencia no podía competir, valga la redundancia. Las dos cintas del día, "Kilomètre zéro", de Hiner Saleem, y "Bashing" (Acoso), de Masahiro Kobayashi, pasaban con más pena que gloria.
La primera se desarrolla en febrero 1988, durante la guerra entre Irán e Irak. El kurdo Ako, padre y marido a pesar de su juventud, quiere huir de su país, pero su esposa Selma se niega mientras su padre siga vivo. Obligado a enrolarse en el ejército de Saddam Hussein, Ako es enviado al frente y busca la forma de conseguir la "buena herida" que le permita ser devuelto a casa y salvar su vida. Sin embargo, lo que obtiene es una curiosa misión: traladar el cadáver de un "héroe de la patria" fallecido en combate a la casa de su familia. Le acompaña en este periplo de sur a norte de Irak un chofer definitivamente anti-kurdo. La anécdota sirve a Saleem para plantear las reivindicacione nacionales de este pueblo sin patria cuya cultura se extiende por Irak, Turquía o Irán.
Respecto de la más dura "Bashing", se trata de la historia de Yuko (Urabe Fusako), secuestrada en el Irak de la ocupación norteamericana, quien ha regresado a Japón tras haber sido liberada. A los seis meses de la vuelta a casa, su situación dista de ser idílica. Piensa que toda la sociedad nipona está contra ella después del protagonismo mediático internacional del que fue objeto y víctima. La insultan por la calle, recibe amenazas telefónicas e incluso intentos de agresión. Despedida de su trabajo, su aislamiento crece tanto como su desesperanza. Después de la muerte de su padre, quien representaba su único apoyo, considera si no debiera regresar al país donde la expresión que ve en los rostros ajenos no es fría ni dura, el lugar donde sí se siente necesaria.
Aunque Irak y sus conflictos bélicos de los últimos años eran protagonistas este jueves en la segunda jornada competitiva del 58 Festival de Cannes, con "Kilomètre zéro", producción francesa dirigida por el Kurdo Hiner Saleem, y "Bashing", del japonés Masahiro Kobayashi, Woody Allen y Scarlett Johansson despertaron mayor interés con la aguda "Match point", última cinta del neoyorquino, estrenada fuera de concurso.
Este último trabajo del autor de "Manhattan" y "Bananas" no es una comedia pura, aunque el público ría ocasionalmente. En cualquier caso, el humor de "Match point", que toma su título del origen tenístico del personaje protagonista (Jonathan Rhys Meyers), es negro y cínico. Lo que plantea Allen es la historia con final feliz de un "trepa" capaz de todo por ascender socialmente, incluído un crimen que por azar acaba siendo impune.
"Creo que el cinismo es una de las formas de explicarse la realidad, aunque para mí no es una película cínica, sino una perspectiva correcta sobre ese tema particular que es el castigo en nuestra sociedad", ha dicho Allen.
Aseguraba el realizador y guionista que no es caprichosa su elección de Londres como marco para esta historia, sino consecuencia de la dificultad que conlleva para él filmar en su país, donde los espectadores y los financieros han dejado de apreciar ese cine personal y con frecuencia crítico.
"Los estudios y los inversores quieren tener una implicación cada vez mayor en los proyectos. Pretenden aumentar su control, revisar el "casting", leer mis guiones y de vez en cuando aparecer por el plató. Es una situación que no me gusta nada y no acepto. Lo que me apetece es que me manden el dinero en una bolsa y algunos meses más tarde yo se la devuelva con mi película dentro... Eso es todo", decía en una concurrida rueda de prensa.
Con menos ironía, añadía que una historia como la de "Match point" puede desarrollarse en cualquier lugar, y si en Gran Bretaña se lo ponen más fácil... Ahí se queda. De hecho, comentaba que el siguiente también será londinense.
Sobre aspectos más generales de su carrera, el cineasta considera que si a los 69 años continua haciendo al menos un film al año es porque el trabajo de escribir, rodar y montar se ha convertido para él en una terapia, igual que en las instituciones mentales proponen talleres de pintura. "El cine se ha convertido en mi distracción, si no lo hiciera no tendría nada más en qué entretenerme. Continuamente estoy confrontado a todo tipo de depresiones y neurosis, y esto es una terapia que me ha permitido mantenerme a distancia del mundo real durante años", agregaba.
Frente a esta cinta programada como muchas más con el sello exculpatorio de "fuera de concurso" este año, la competencia no podía competir, valga la redundancia. Las dos cintas del día, "Kilomètre zéro", de Hiner Saleem, y "Bashing" (Acoso), de Masahiro Kobayashi, pasaban con más pena que gloria.
La primera se desarrolla en febrero 1988, durante la guerra entre Irán e Irak. El kurdo Ako, padre y marido a pesar de su juventud, quiere huir de su país, pero su esposa Selma se niega mientras su padre siga vivo. Obligado a enrolarse en el ejército de Saddam Hussein, Ako es enviado al frente y busca la forma de conseguir la "buena herida" que le permita ser devuelto a casa y salvar su vida. Sin embargo, lo que obtiene es una curiosa misión: traladar el cadáver de un "héroe de la patria" fallecido en combate a la casa de su familia. Le acompaña en este periplo de sur a norte de Irak un chofer definitivamente anti-kurdo. La anécdota sirve a Saleem para plantear las reivindicacione nacionales de este pueblo sin patria cuya cultura se extiende por Irak, Turquía o Irán.
Respecto de la más dura "Bashing", se trata de la historia de Yuko (Urabe Fusako), secuestrada en el Irak de la ocupación norteamericana, quien ha regresado a Japón tras haber sido liberada. A los seis meses de la vuelta a casa, su situación dista de ser idílica. Piensa que toda la sociedad nipona está contra ella después del protagonismo mediático internacional del que fue objeto y víctima. La insultan por la calle, recibe amenazas telefónicas e incluso intentos de agresión. Despedida de su trabajo, su aislamiento crece tanto como su desesperanza. Después de la muerte de su padre, quien representaba su único apoyo, considera si no debiera regresar al país donde la expresión que ve en los rostros ajenos no es fría ni dura, el lugar donde sí se siente necesaria.
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