Hablamos con Paula Hernández sobre su victoriosa "Las siamesas", presentada en la Seminci
- por Jon Apaolaza (Valladolid)-NOTICINE.com
La argentina Paula Hernández participó en la competencia de la Seminci con "Las siamesas", película materno-filial que acaba de triunfar en los Premios Sur de la Academia de Cine de su país. Los lazos, la posesividad de las relaciones, la dependencia y la independencia, el amor como soldadura o lastre, son algunos de los temas de este drama que protagonizaron Rita Cortese y Valeria Lois. NOTICINE.com habló en exclusiva con la cineasta.
- Esta semana, justo antes de viajar a Valladolid, "Las siamesas" recibió nueve premios Sur de la Academia argentina... galardones algunos de ellos que también fueron suyos el año pasado. ¿Cómo se siente tan reconocida?
Fue una gran noticia. No me lo esperaba, en los premios nunca sabes con seguridad qué se va a votar y qué no. Son dos películas que tuvieron mucha aceptación, por ejemplo "Los sonámbulos", el año anterior, sí que fue sorpresivo que fuera la representante de los Oscars. De normal se escogen películas un poco más grandes y comerciales y esta era una película más pequeña. Respecto de "Las siamesas" me alegro muchísimo por el equipo, por las actrices y por todo.
- ¿La película se pensó con la cara de las actrices o surgieron sus nombres?
Yo leí un cuento, "Las siamesas", de Guillermo Saccomano, que cuenta el vínculo de una madre y una hija en un viaje. La historia se abrió a lugares que van más allá del cuento y aparecieron nuevas líneas narrativas. Cuando lo leí estaba trabajando sobre la maternidad con motivo de la película anterior y me interesaba seguir con ese tema. Básicamente tenía ganas de trabajar con Rita Cortese y Valeria Lois. Rita fue la protagonista de mi ópera prima, y con Valeria ya había trabajado antes también. Tenía ganas de juntarnos las tres. Juntamos el material y estuvimos las tres pensando en hacer un proyecto más vinculado a lo teatral y no a lo cinematográfico. Yo estaba un poco enfadada con el cine ya que me estaba costando mucho producir la película anterior y pensé en hacer algo más corto y más simple. Finalmente decidí que no, que esto debía ser una película. Una película más liviana con pocos días de rodaje y pocos personajes. Ese fue el espíritu de "Las Siamesas", nada más sentarme a escribir.
- ¿Por qué pensó que podía haber química entre esas dos actrices?
Primero, ellas ya habían trabajado juntas. Las había visto juntas en teatro y me había gustado mucho. Tenemos algo amistoso entre las tres y me gusta mucho la dinámica de ellas. Me gusta observarlas en su amistad. Había elementos que podían trabajarse a partir del cuento y llevarlos hacia esta película. Fue sobre todo porque son dos grandes actrices que se atreven a componer y a correr riesgos, y a mi ese tipo de actrices para trabajar me encantan.
- Nada tiene que ver la relación de una madre y una hija con la de una madre y un hijo o un padre y un hijo...
Exactamente. Por un lado está el vínculo y por otro lado hay una cuestión de la sexualidad. Hay algo ahí muy interesante para explorar. Yo tengo una hija, no tengo hijo y fui hija también. Trabajas pensando en tu figura como madre y en tu hija y esa misma situación te hace analizar tu lugar como hija. Eso me ha ocurrido en las dos películas. "Las siamesas" me ha permitido explorar ese vínculo pero desde los lugares más extremos, los miedos, el amor, la obsesión, la endogamia, la imposibilidad de liberar para que el otro haga su vida.... Me permitió irme tan al extremo que fue muy interesante poder abordar distintas formas y distintos géneros para contar esta historia.
- Hay directores que, de alguna manera, se han especializado en hacer películas de mujeres. En cambio, me da la sensación de que las mujeres, cuando hacen películas, siguen haciendo películas de mujeres. ¿Se habrá conseguido la igualdad cuando sea normal que una directora haga películas de hombres?
Para mi es difícil hablar de forma general, porque creo que cada uno tiene inquietudes que van más allá de esto puntualmente. Lo que sí me parece importante es pensar que durante mucho tiempo hemos visto el mundo retratado por hombres, me parece interesante que se dé espacio a las mujeres y haya equidad. Ahora mismo estoy trabajando en un proyecto en el que los personajes son todos hombres. Son padres que crían a hijos en soledad. Para mí también es un trabajo distinto ver cómo se vinculan esos hombres, observarlos… Por un lado están las temáticas, que tienen que ver con las inquietudes más individuales, y eso me parece bien que así sea. A mi no me gusta cuando hay una bajada temática existencial y parece que hay que ir hacia ese lado. Pienso que eso son modas y que no te llevan a ningún lado. Uno tiene que contar lo que tiene para compartir con los demás.
- Me da la impresión de que el mundo iberoamericano en general se ha adelantado a Hollywood en la presencia como cineastas de las mujeres. Ahora se empieza a ver en Estados Unidos que, para películas que no son pequeñas e independientes, se piensa también en mujeres. Pero, las mujeres llevan haciendo cine en América Latina desde hace mucho más tiempo.
En Estados Unidos son muy patriarcales en su forma de producir. Imagino que hay un montón y que no tuvieron la posibilidad de trabajar. En cuanto a Argentina, cuando yo empecé a dirigir tenía 21 años. Éramos muy pocas en ese momento pero las pocas que estábamos encontrábamos formas de conseguir estímulos, festivales que te daban una oportunidad por ejemplo. También había situaciones de discriminación positiva en el sentido de una competenecia que abriera para mujeres de la capital, o mujeres del país… Era la forma que teníamos de sacar la cabeza. Creo que hubo dos situaciones que fueron muy importantes: la aparición de las escuelas de cine, que en Argentina abrieron muchísimas entre los 90 y los 2000, y eso propició la aparición de nuevas directoras, y lo otro tuvo que ver con los festivales. En la industria de Argentina el número de mujeres trabajando es muy significativo, en puestos técnicos, artísticos y dirigiendo también.
- ¿Tiene la impresión de que en la Argentina la industria del cine en general ha sufrido más que en otros países con la pandemia?
Tuvimos una cuarentena muy larga, las salas no abrieron… En todos los sentidos fue un nivel de detenimiento muy alto y muchas películas quedaron en suspenso hasta ver de qué manera se podía salir. Salieron también cosas interesantes. Hay una plataforma que se llama Cine.ar, que sí se abrió como sala para estrenos. Las películas había que ponerlas de alguna manera en funcionamiento. También permitió pensar el cine de otra forma, por ejemplo en cuanto a las plataformas. Vienen de hace ya mucho tiempo y creo que la pandemia fue la evidencia de la verdadera relevancia de las plataformas. Permitió a muchas películas que normalmente estrenan en salas a que tuvieran una vida mejor. Trajo la pregunta de, ¿qué películas son para la sala y cuales para las plataformas?. Me parece que hay una gran revisión tanto en la producción como en la revisión de las películas.
- ¿Hay una guerra de parte del cine con las plataformas, es una guerra perdida o es mejor colaborar?
Pienso que depende de los proyectos. Las plataformas vinieron para quedarse, hay que encontrar una forma que sea también interesante para producir, para las películas. Que no todo tenga el mismo corte, ya que las plataformas muchas veces requieren cumplir con ciertos requisitos. Yo creo que van apareciendo otros pequeños lugares donde mostrar películas.
- Hay cineastas que comentan que en las plataformas han encontrado más libertad...
Exactamente. Me parece que es un momento de tanta revisión que hay de todo. Pienso en qué va a pasar con las salas, probablemente desaparezcan un montón. Quedarán salas para los estrenos y quizás las películas más autorales pueden desaparecer de las salas. Hay que ver qué ocurre y pensar que cada país tiene una historia, Argentina tiene una tradición cinéfila muy grande.
- ¿Se ve trabajando para una plataforma?
Ahora estoy trabajando para series pensadas para plataformas. Respecto a la película nueva, estamos pensando y negociando que entre a una plataforma nueva. Habrá que ver cuales son las condiciones. Si se desvirtúa la historia o lo que hay que contar no sé si me interesa la plataforma, pero todavía no lo sé.
- Usted escribe, dirige y produce. En ciertos casos las plataformas funcionan con el concepto "yo te pago la película pero la película es mía para siempre", ¿qué le parece?
Hacer una película lleva mucho tiempo. Hay cosas que no se me hace tan fácil desligar, lo que si optar es por un maridaje, una cosa intermedia. Pero creo que depende de las películas y de lo que ofrezca la plataforma.
- ¿Cuál cree que será su próxima película?
Estoy trabajando en "El viento que arrasa". Es la adaptación de una novela de una autora argentina de mi generación. Cuenta la historia de un pastor evangélico con su hija que viven de forma nómada en Argentina, y tienen un encuentro con dos personajes que están en las antípodas de la fé. Aborda lo familiar pero también muchas otras cuestiones...
Transcripción: Alba Amestoy
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- Esta semana, justo antes de viajar a Valladolid, "Las siamesas" recibió nueve premios Sur de la Academia argentina... galardones algunos de ellos que también fueron suyos el año pasado. ¿Cómo se siente tan reconocida?
Fue una gran noticia. No me lo esperaba, en los premios nunca sabes con seguridad qué se va a votar y qué no. Son dos películas que tuvieron mucha aceptación, por ejemplo "Los sonámbulos", el año anterior, sí que fue sorpresivo que fuera la representante de los Oscars. De normal se escogen películas un poco más grandes y comerciales y esta era una película más pequeña. Respecto de "Las siamesas" me alegro muchísimo por el equipo, por las actrices y por todo.
- ¿La película se pensó con la cara de las actrices o surgieron sus nombres?
Yo leí un cuento, "Las siamesas", de Guillermo Saccomano, que cuenta el vínculo de una madre y una hija en un viaje. La historia se abrió a lugares que van más allá del cuento y aparecieron nuevas líneas narrativas. Cuando lo leí estaba trabajando sobre la maternidad con motivo de la película anterior y me interesaba seguir con ese tema. Básicamente tenía ganas de trabajar con Rita Cortese y Valeria Lois. Rita fue la protagonista de mi ópera prima, y con Valeria ya había trabajado antes también. Tenía ganas de juntarnos las tres. Juntamos el material y estuvimos las tres pensando en hacer un proyecto más vinculado a lo teatral y no a lo cinematográfico. Yo estaba un poco enfadada con el cine ya que me estaba costando mucho producir la película anterior y pensé en hacer algo más corto y más simple. Finalmente decidí que no, que esto debía ser una película. Una película más liviana con pocos días de rodaje y pocos personajes. Ese fue el espíritu de "Las Siamesas", nada más sentarme a escribir.
- ¿Por qué pensó que podía haber química entre esas dos actrices?
Primero, ellas ya habían trabajado juntas. Las había visto juntas en teatro y me había gustado mucho. Tenemos algo amistoso entre las tres y me gusta mucho la dinámica de ellas. Me gusta observarlas en su amistad. Había elementos que podían trabajarse a partir del cuento y llevarlos hacia esta película. Fue sobre todo porque son dos grandes actrices que se atreven a componer y a correr riesgos, y a mi ese tipo de actrices para trabajar me encantan.
- Nada tiene que ver la relación de una madre y una hija con la de una madre y un hijo o un padre y un hijo...
Exactamente. Por un lado está el vínculo y por otro lado hay una cuestión de la sexualidad. Hay algo ahí muy interesante para explorar. Yo tengo una hija, no tengo hijo y fui hija también. Trabajas pensando en tu figura como madre y en tu hija y esa misma situación te hace analizar tu lugar como hija. Eso me ha ocurrido en las dos películas. "Las siamesas" me ha permitido explorar ese vínculo pero desde los lugares más extremos, los miedos, el amor, la obsesión, la endogamia, la imposibilidad de liberar para que el otro haga su vida.... Me permitió irme tan al extremo que fue muy interesante poder abordar distintas formas y distintos géneros para contar esta historia.
- Hay directores que, de alguna manera, se han especializado en hacer películas de mujeres. En cambio, me da la sensación de que las mujeres, cuando hacen películas, siguen haciendo películas de mujeres. ¿Se habrá conseguido la igualdad cuando sea normal que una directora haga películas de hombres?
Para mi es difícil hablar de forma general, porque creo que cada uno tiene inquietudes que van más allá de esto puntualmente. Lo que sí me parece importante es pensar que durante mucho tiempo hemos visto el mundo retratado por hombres, me parece interesante que se dé espacio a las mujeres y haya equidad. Ahora mismo estoy trabajando en un proyecto en el que los personajes son todos hombres. Son padres que crían a hijos en soledad. Para mí también es un trabajo distinto ver cómo se vinculan esos hombres, observarlos… Por un lado están las temáticas, que tienen que ver con las inquietudes más individuales, y eso me parece bien que así sea. A mi no me gusta cuando hay una bajada temática existencial y parece que hay que ir hacia ese lado. Pienso que eso son modas y que no te llevan a ningún lado. Uno tiene que contar lo que tiene para compartir con los demás.
- Me da la impresión de que el mundo iberoamericano en general se ha adelantado a Hollywood en la presencia como cineastas de las mujeres. Ahora se empieza a ver en Estados Unidos que, para películas que no son pequeñas e independientes, se piensa también en mujeres. Pero, las mujeres llevan haciendo cine en América Latina desde hace mucho más tiempo.
En Estados Unidos son muy patriarcales en su forma de producir. Imagino que hay un montón y que no tuvieron la posibilidad de trabajar. En cuanto a Argentina, cuando yo empecé a dirigir tenía 21 años. Éramos muy pocas en ese momento pero las pocas que estábamos encontrábamos formas de conseguir estímulos, festivales que te daban una oportunidad por ejemplo. También había situaciones de discriminación positiva en el sentido de una competenecia que abriera para mujeres de la capital, o mujeres del país… Era la forma que teníamos de sacar la cabeza. Creo que hubo dos situaciones que fueron muy importantes: la aparición de las escuelas de cine, que en Argentina abrieron muchísimas entre los 90 y los 2000, y eso propició la aparición de nuevas directoras, y lo otro tuvo que ver con los festivales. En la industria de Argentina el número de mujeres trabajando es muy significativo, en puestos técnicos, artísticos y dirigiendo también.
- ¿Tiene la impresión de que en la Argentina la industria del cine en general ha sufrido más que en otros países con la pandemia?
Tuvimos una cuarentena muy larga, las salas no abrieron… En todos los sentidos fue un nivel de detenimiento muy alto y muchas películas quedaron en suspenso hasta ver de qué manera se podía salir. Salieron también cosas interesantes. Hay una plataforma que se llama Cine.ar, que sí se abrió como sala para estrenos. Las películas había que ponerlas de alguna manera en funcionamiento. También permitió pensar el cine de otra forma, por ejemplo en cuanto a las plataformas. Vienen de hace ya mucho tiempo y creo que la pandemia fue la evidencia de la verdadera relevancia de las plataformas. Permitió a muchas películas que normalmente estrenan en salas a que tuvieran una vida mejor. Trajo la pregunta de, ¿qué películas son para la sala y cuales para las plataformas?. Me parece que hay una gran revisión tanto en la producción como en la revisión de las películas.
- ¿Hay una guerra de parte del cine con las plataformas, es una guerra perdida o es mejor colaborar?
Pienso que depende de los proyectos. Las plataformas vinieron para quedarse, hay que encontrar una forma que sea también interesante para producir, para las películas. Que no todo tenga el mismo corte, ya que las plataformas muchas veces requieren cumplir con ciertos requisitos. Yo creo que van apareciendo otros pequeños lugares donde mostrar películas.
- Hay cineastas que comentan que en las plataformas han encontrado más libertad...
Exactamente. Me parece que es un momento de tanta revisión que hay de todo. Pienso en qué va a pasar con las salas, probablemente desaparezcan un montón. Quedarán salas para los estrenos y quizás las películas más autorales pueden desaparecer de las salas. Hay que ver qué ocurre y pensar que cada país tiene una historia, Argentina tiene una tradición cinéfila muy grande.
- ¿Se ve trabajando para una plataforma?
Ahora estoy trabajando para series pensadas para plataformas. Respecto a la película nueva, estamos pensando y negociando que entre a una plataforma nueva. Habrá que ver cuales son las condiciones. Si se desvirtúa la historia o lo que hay que contar no sé si me interesa la plataforma, pero todavía no lo sé.
- Usted escribe, dirige y produce. En ciertos casos las plataformas funcionan con el concepto "yo te pago la película pero la película es mía para siempre", ¿qué le parece?
Hacer una película lleva mucho tiempo. Hay cosas que no se me hace tan fácil desligar, lo que si optar es por un maridaje, una cosa intermedia. Pero creo que depende de las películas y de lo que ofrezca la plataforma.
- ¿Cuál cree que será su próxima película?
Estoy trabajando en "El viento que arrasa". Es la adaptación de una novela de una autora argentina de mi generación. Cuenta la historia de un pastor evangélico con su hija que viven de forma nómada en Argentina, y tienen un encuentro con dos personajes que están en las antípodas de la fé. Aborda lo familiar pero también muchas otras cuestiones...
Transcripción: Alba Amestoy
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