Entrevista Berlinale: El regreso de Fernando Eimbcke con renovados deseos de hacer cine

por © Jon Apaolaza (Berlín)-NOTICINE.com
Fernando Eimbcke
Fernando Eimbcke
La compañía de Brad Pitt, Plan B, está detrás del regreso a la silla de dirección del mexicano Fernando Eimbcke, quien con cintas como "Temporada de patos" o "Lake Tahoe" fue vanguardia generacional de un nuevo cine mexicano que hizo de la simplicidad bandera, alejándose de artificios autorales o sofisticaciones formales. En el apartado Panorama, Eimbcke estrenó "Olmo", una historia (otra) de adolescentes, pero que en diálogo con NOTICINE.com asegura que es consecuencia de muchos años de evolución y aprendizaje.

- Vuelve con una película que nos recuerda mucho a las anteriores. Regresa a la adolescencia, a las relaciones entre adolescentes y sus padres. ¿Qué cree que ha cambiado en su trabajo desde las primeras películas?
Esta ha sido una película más de colaboración. Tuve la fortuna de trabajar en el guion con Vanesa Garnica, que es una estupenda escritora. Somos amigos desde que tenemos catorce años, y ella hizo toda su carrera escribiendo novelas, y cuando pensé en cambiar un poco la premisa de la historia, hablé con ella por si le interesaba escribir el guion. Fue un gran aprendizaje. Antes tardaba mucho en escribir las historias. Meses, muchos meses. Y trabajando con ella fue hacerla de una manera mucho mas orgánica. Por ejemplo, lo que hicimos fue escribir mucho y editar mucho. Vanesa, como tiene muy buena pluma y muy buen músculo para escribir, pues escribía y escribía y escribía, escogiendo lo que la historia necesitaba. Fue un trabajo mucho más colaborativo. También he aprendido a trabajar con gente con la que no había trabajado antes, así como Carolina Costa, la fotógrafa, con productores, etc.

- Además no ha sido cualquier productor, es Brad Pitt. ¿Cómo fue esa aproximación a su productora?
Pues yo ya había trabajado con su equipo en varios proyectos como guionista. Estaba viviendo aquí en Berlín, y tuve esta idea y sabía que podía funcionar con ellos. Les mandé el guion y les gustó. Siempre fue una relación de respeto mutuo y de mucho aprendizaje. Aprendí mucho en el proceso del casting, del montaje, etc. Es una película que filmamos en Estados Unidos, y eso fue una gran experiencia.



- ¿De dónde viene esa idea de rodar en Nuevo México, de los productores o de la historia en sí?
Nos interesaba mucho hablar sobre una familia migrante. Nos queríamos que la migración fuera el tema principal, o utilizar a una familia a través de ese tema. Creo que el cine no es para mandar mensajes, pero nos interesaba mucho el tema de la migración. Yo viví aquí seis años, en Berlín, fui acogido por la ciudad y por Alemania, fue una experiencia muy difícil, así que si probé lo que fue ser un migrante. Eso era algo que nos interesaba mucho explorar. También para nosotros era muy importante ver que la situación de esta familia era lo más adversa posible. Además, nos interesaba mucho cuestionarnos ¿qué es una familia? ¿En qué idioma habla una familia? ¿Solo hablan en un idioma, o pueden hablar en dos o más? Nos llamaba mucho eso la atención.

- Hay precisamente otra película en el festival en la que se da la misma situación: unos padres que hablan español y unos hijos que hablan inglés. Además, las dos películas se desarrollan en Estados Unidos, unos son migrantes dominicanos y los de su película son mexicanos. Para nosotros, desde un país 100% hispanohablante, es un poco loco que le hable en un idioma y usted me conteste en otro, pero aun así me esté entendiendo.
Sí, sí. Pasa todo el tiempo, y cada vez pasa más. Y ojalá pase más, también. La familias no tienen por qué hablar un solo idioma.

- Entonces digamos que usted en eso no puso ninguna pega especial.
No, fue muy orgánico. Era lo que veíamos, cómo funcionaban las familias mexicanas que viven allí Se nos hacía muy normal.

- Me parece muy interesante también esa dualidad del personaje protagonista, Olmo que sufre las consecuencias de la enfermedad de su padre, lo odia pero en el fondo no puede dejar de quererlo.
Creo que hay un momento en el que lo odia a la vez que lo ama. Eso es lo humano de la película, y es algo que ha mantenido mucho Vanesa, la escritora. Le ha dado la oportunidad a los personajes de sentir lo que sienten, de sentir ese odio, y de querer que tu padre desaparezca. Nunca debemos juzgar a los personajes.

- ¿Por qué más de una década sin dirigir un largo suyo?
Creo que fue porque vine aquí, y vivía de escribir. Cuando sales de la escuela de cine muchas veces sales sin formación de guionista, entonces fue mucho aprendizaje el aprender a escribir guiones. Sabía cómo escribirlos, pero batallaba mucho. Fue el momento de ver también muchas otras películas.

- ¿Qué tal la acogida de la película acá en la Berlinale?
La respuesta del público fue muy bonita. Y eso es para lo que yo hago películas, para el espectador. Me gusta mucho la idea de una sala cinematográfica, una pantalla grande, un sonido, y que la gente esté como absorbida por la pantalla. Nos convertimos en una familia cuando estamos viendo una película. Hago mucha comparación con sentarse alrededor del fuego a contar historias. Ver una película es eso, es lo mismo.

- ¿Con las plataformas no cree que hay más riesgo de que las salas se cierren?
Espero que no, porque es importante ese sentido de comunidad de podernos reunir a través del fuego. No tengo nada en contra de las plataformas, me parece que están bien. Ojalá podamos seguir con esa diversidad de poder elegir si ver una película en una pantalla o verla en una sala cinematográfica. Ojalá.

- Ha estado alejado de la pantalla muchos años, ¿vas a hacernos esperar lo mismo a partir de ahora?
No, no. Ya estamos de vuelta. En un mes filmamos otra película que se encuentra actualmente en preproducción. Vamos a rodarla en México, va a ser en español y está financiada con dinero mexicano.

Transcripción: Adolfo Morales

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