Industria
OPINIÓN: El cine en Colombia: fuerza cultural, fragilidad industrial
17-VIII-04
Por David Melo (*)
El cine es una de las industrias culturales que más dinero mueve a nivel internacional y más aporta a las economías que la saben aprovechar. El estado de California, por ejemplo, tiene una de las economías más poderosas del mundo gracias a la permanente inyección de dólares provenientes de Hollywood. De hecho, tras los atentados del 11 de septiembre, el cine de Hollywood siguió creciendo a pesar de que toda la economía estadounidense entró en recesión.
En nuestro país, luego de un importante proceso de concertación entre productores, distribuidores, exhibidores y el Estado, se han generado mejores condiciones para gestar una industria cinematográfica. Gracias a la puesta en marcha, en agosto de 2003, de la Ley de cine (Ley 814) ya se están aplicando mecanismos para que el cine colombiano tenga la oportunidad de generar buenas películas en un contexto de recuperación financiera razonable para los productores e inversionistas. Entre los instrumentos propuestos en esta Ley se destacan tres: en primer instancia, la entrega de beneficios tributarios a las empresas que inviertan o donen dinero a películas colombianas. La creación del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, al que el sector aporta unas cuotas que posteriormente se reinvierten en el mismo sector a través de convocatorias públicas y créditos. Y, en tercer lugar, la titularización de proyectos cinematográficos, que consiste en la venta de películas en etapas de desarrollo en la bolsa de valores, para que puedan ser adquiridas, a manera de acciones, por particulares.
La Ley de cine, conjugada con el talento y la tenacidad de los cineastas colombianos, ya le ha brindado las primeras satisfacciones al país: tres de las películas ganadoras en la Primera Convocatoria del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico 2004, que le entregó $840 millones a los 13 mejores largometrajes en etapas de finalización y promoción, han obtenido importantes reconocimientos internacionales. "Sumas y restas", de Víctor Gaviria, fue seleccionada para participar en el Festival de San Sebastián; "El Rey", de Antonio Dorado, irá al Festival de Montreal, y "Perder es cuestión de método", de Sergio Cabrera, representará a Colombia en los Festivales de Montreal y Venecia. Logros que pueden ser interpretados como un reconocimiento al esfuerzo conjunto del sector cinematográfico y a todos quienes desde las entidades públicas y privadas trabajan por la cinematografía; como un estímulo para que los cineastas sigan empeñados en mostrarle al mundo la riqueza cultural del país. Más aún, como un síntoma de que al cine colombiano le esperan grandes cosas.
Pero, para que la rueda de producción industrial de cine en Colombia comience a girar se requiere paciencia y perseverancia. Los resultados no podrán verse sino a largo plazo, aunque los primeros pasos, tales como el estímulo mediante convocatorias públicas a productores y exhibidores, se están dando con firmeza y transparencia. La respuesta de la sociedad colombiana a la nueva Ley ha sido positiva y se han generado expectativas como resultado de las nuevas producciones del cine nacional.
En todo caso, y a pesar del optimismo que ha generado la nueva Ley del cine, el panorama para la cinematografía colombiana no es para nada sencillo: el número de salas en el país decreció de 1.085 a cerca 300 en los últimos 14 años, y mientras hace una década se contaban 26 millones de espectadores anuales, hoy tenemos 18 millones de asistentes a las salas de cine. Las razones de este retroceso son tan diversas y complejas como la recesión económica, la piratería o la aparición de nuevas estrategias de exhibición, que han incluido desde la transición del predominio de salas de gran tamaño hacia el esquema de las salas múltiples de menor capacidad individual -instaladas por lo general en centros comerciales-, hasta el uso de nuevos formatos como el video casero, el DVD, la televisión por cable o satelital y el internet.
El escenario se complica si consideramos la participación de las producciones colombianas en el mercado nacional: el 97 por ciento del cine que se ve en las salas del país es extranjero porque, entre otras causas, la producción colombiana bajó de 12 películas anuales en la década de los 70 a tan solo cuatro o cinco en la actualidad. Si tenemos en cuenta, además, que los presupuestos de producción o divulgación de una sola película norteamericana pueden duplicar varias veces los de los filmes colombianos de una década, resulta evidente la importancia de adoptar un tratamiento de excepción que garantice la vigencia de las medidas de fomento para la cinematografía nacional, aún en el escenario de liberalización como el que se aproxima a partir de la firma del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.
En conjunto con otras industrias culturales como la editorial y la fonográfica, la mejor alternativa del séptimo arte para enfrentar la negociación del TLC es mantener las diferentes medidas de subsidio y protección existentes en el marco legal vigente y prever la posibilidad de adoptar en un futuro próximo nuevas estrategias de fomento, adecuadas al desarrollo industrial que logremos paulatinamente. Esta ha sido la posición de naciones que, en teoría, tenían mayor tradición cinematográfica y mejores condiciones para su supervivencia como Francia, España o Canadá.
Para Colombia, la producción continua de películas con criterios más competitivos a nivel industrial significará la oportunidad de generar nuevas actividades económicas conexas y mayor empleo. La producción cinematográfica permitirá también la atracción de capitales extranjeros, porque, entre otras razones, la mano de obra y los insumos nacionales pueden producir películas más baratas que en otros países.
Pero más allá de los beneficios económicos, es clave es entender que el cine es un alimento para el espíritu; y como tal, a la hora de una negociación multilateral, se requiere de una delicada atención. A través de una cinematografía democrática, estable y sin presiones de ningún tipo, se pueden crear vínculos de entendimiento. El cine nos señala de manera pacífica la diferencia entre unos y otros, nos muestra cómo somos y cómo queremos ser. Es un canal abierto al mundo para mostrar la vitalidad multicultural y diversa del país, la identidad particular de la sociedad colombiana.
(*): David Melo, Ingeniero civil e investigador en las industrias culturales en Colombia y América Latina, es Director de Cinematografía del Ministerio de Cultura colombiano.
Por David Melo (*)
El cine es una de las industrias culturales que más dinero mueve a nivel internacional y más aporta a las economías que la saben aprovechar. El estado de California, por ejemplo, tiene una de las economías más poderosas del mundo gracias a la permanente inyección de dólares provenientes de Hollywood. De hecho, tras los atentados del 11 de septiembre, el cine de Hollywood siguió creciendo a pesar de que toda la economía estadounidense entró en recesión.
En nuestro país, luego de un importante proceso de concertación entre productores, distribuidores, exhibidores y el Estado, se han generado mejores condiciones para gestar una industria cinematográfica. Gracias a la puesta en marcha, en agosto de 2003, de la Ley de cine (Ley 814) ya se están aplicando mecanismos para que el cine colombiano tenga la oportunidad de generar buenas películas en un contexto de recuperación financiera razonable para los productores e inversionistas. Entre los instrumentos propuestos en esta Ley se destacan tres: en primer instancia, la entrega de beneficios tributarios a las empresas que inviertan o donen dinero a películas colombianas. La creación del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, al que el sector aporta unas cuotas que posteriormente se reinvierten en el mismo sector a través de convocatorias públicas y créditos. Y, en tercer lugar, la titularización de proyectos cinematográficos, que consiste en la venta de películas en etapas de desarrollo en la bolsa de valores, para que puedan ser adquiridas, a manera de acciones, por particulares.
La Ley de cine, conjugada con el talento y la tenacidad de los cineastas colombianos, ya le ha brindado las primeras satisfacciones al país: tres de las películas ganadoras en la Primera Convocatoria del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico 2004, que le entregó $840 millones a los 13 mejores largometrajes en etapas de finalización y promoción, han obtenido importantes reconocimientos internacionales. "Sumas y restas", de Víctor Gaviria, fue seleccionada para participar en el Festival de San Sebastián; "El Rey", de Antonio Dorado, irá al Festival de Montreal, y "Perder es cuestión de método", de Sergio Cabrera, representará a Colombia en los Festivales de Montreal y Venecia. Logros que pueden ser interpretados como un reconocimiento al esfuerzo conjunto del sector cinematográfico y a todos quienes desde las entidades públicas y privadas trabajan por la cinematografía; como un estímulo para que los cineastas sigan empeñados en mostrarle al mundo la riqueza cultural del país. Más aún, como un síntoma de que al cine colombiano le esperan grandes cosas.
Pero, para que la rueda de producción industrial de cine en Colombia comience a girar se requiere paciencia y perseverancia. Los resultados no podrán verse sino a largo plazo, aunque los primeros pasos, tales como el estímulo mediante convocatorias públicas a productores y exhibidores, se están dando con firmeza y transparencia. La respuesta de la sociedad colombiana a la nueva Ley ha sido positiva y se han generado expectativas como resultado de las nuevas producciones del cine nacional.
En todo caso, y a pesar del optimismo que ha generado la nueva Ley del cine, el panorama para la cinematografía colombiana no es para nada sencillo: el número de salas en el país decreció de 1.085 a cerca 300 en los últimos 14 años, y mientras hace una década se contaban 26 millones de espectadores anuales, hoy tenemos 18 millones de asistentes a las salas de cine. Las razones de este retroceso son tan diversas y complejas como la recesión económica, la piratería o la aparición de nuevas estrategias de exhibición, que han incluido desde la transición del predominio de salas de gran tamaño hacia el esquema de las salas múltiples de menor capacidad individual -instaladas por lo general en centros comerciales-, hasta el uso de nuevos formatos como el video casero, el DVD, la televisión por cable o satelital y el internet.
El escenario se complica si consideramos la participación de las producciones colombianas en el mercado nacional: el 97 por ciento del cine que se ve en las salas del país es extranjero porque, entre otras causas, la producción colombiana bajó de 12 películas anuales en la década de los 70 a tan solo cuatro o cinco en la actualidad. Si tenemos en cuenta, además, que los presupuestos de producción o divulgación de una sola película norteamericana pueden duplicar varias veces los de los filmes colombianos de una década, resulta evidente la importancia de adoptar un tratamiento de excepción que garantice la vigencia de las medidas de fomento para la cinematografía nacional, aún en el escenario de liberalización como el que se aproxima a partir de la firma del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos.
En conjunto con otras industrias culturales como la editorial y la fonográfica, la mejor alternativa del séptimo arte para enfrentar la negociación del TLC es mantener las diferentes medidas de subsidio y protección existentes en el marco legal vigente y prever la posibilidad de adoptar en un futuro próximo nuevas estrategias de fomento, adecuadas al desarrollo industrial que logremos paulatinamente. Esta ha sido la posición de naciones que, en teoría, tenían mayor tradición cinematográfica y mejores condiciones para su supervivencia como Francia, España o Canadá.
Para Colombia, la producción continua de películas con criterios más competitivos a nivel industrial significará la oportunidad de generar nuevas actividades económicas conexas y mayor empleo. La producción cinematográfica permitirá también la atracción de capitales extranjeros, porque, entre otras razones, la mano de obra y los insumos nacionales pueden producir películas más baratas que en otros países.
Pero más allá de los beneficios económicos, es clave es entender que el cine es un alimento para el espíritu; y como tal, a la hora de una negociación multilateral, se requiere de una delicada atención. A través de una cinematografía democrática, estable y sin presiones de ningún tipo, se pueden crear vínculos de entendimiento. El cine nos señala de manera pacífica la diferencia entre unos y otros, nos muestra cómo somos y cómo queremos ser. Es un canal abierto al mundo para mostrar la vitalidad multicultural y diversa del país, la identidad particular de la sociedad colombiana.
(*): David Melo, Ingeniero civil e investigador en las industrias culturales en Colombia y América Latina, es Director de Cinematografía del Ministerio de Cultura colombiano.
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Escribir es actividad exclusiva para sólo el 20% de los guionistas españoles
17-VIII-04
La mayoría de los guionistas españoles se ven obligados a compatibilizar su vocación con otras actividades, ya que únicamente el 20 por ciento de ellos puede dedicarse a su actividad de manera exclusiva. Por otro lado, casi todos los guionistas creen que su trabajo se encuentra "escasamente reconocido" por otros profesionales de la cinematografía y por la sociedad en su conjunto. Así lo revela el primer estudio que se realiza en nuestro país sobre este sector, un trabajo conjunto de la Fundación Autor (SGAE) y la asociación Autores Literarios de Medios Audiovisuales (ALMA) que verá la luz este próximo mes de septiembre. Entre otras conclusiones, el estudio refleja que sólo el 20,1% de estos creadores se dedica en exclusiva a su oficio, mientras que un 59,7% debe realizar otras actividades profesionales para llegar a fin de mes.
A partir de un exhaustivo cuestionario distribuido entre casi medio millar de guionistas, el informe desentraña los datos sociodemográficos básicos de la profesión, las condiciones laborales, la cobertura social o las inquietudes y problemas creativos o laborales a los que se enfrentan a diario.
Entre otras conclusiones, destaca que la actividad de guionistas es eminentemente masculina, con un 77,6% de hombres y un 21,2%, mujeres (el 1,2% no respondió). La mayoria (57%) reside en Madrid, con Barcelona (19,1%) como segunda ciudad en el listado.
Uno de los problemas más graves que denuncian es la deficitaria cobertura social que padecen, ya que el 24,6% no cotiza a la sanidad pública. Además de esta inseguridad en el trabajo, se lamentan de la "escasa remuneración" que reciben por sus creaciones; en concreto, el 70% asegura sentirse insatisfecho con sus emolumentos. Y la inmensa mayoría también denuncia que las oportunidades para autores jóvenes son muy escasas.
La mayoría de los guionistas españoles se ven obligados a compatibilizar su vocación con otras actividades, ya que únicamente el 20 por ciento de ellos puede dedicarse a su actividad de manera exclusiva. Por otro lado, casi todos los guionistas creen que su trabajo se encuentra "escasamente reconocido" por otros profesionales de la cinematografía y por la sociedad en su conjunto. Así lo revela el primer estudio que se realiza en nuestro país sobre este sector, un trabajo conjunto de la Fundación Autor (SGAE) y la asociación Autores Literarios de Medios Audiovisuales (ALMA) que verá la luz este próximo mes de septiembre. Entre otras conclusiones, el estudio refleja que sólo el 20,1% de estos creadores se dedica en exclusiva a su oficio, mientras que un 59,7% debe realizar otras actividades profesionales para llegar a fin de mes.
A partir de un exhaustivo cuestionario distribuido entre casi medio millar de guionistas, el informe desentraña los datos sociodemográficos básicos de la profesión, las condiciones laborales, la cobertura social o las inquietudes y problemas creativos o laborales a los que se enfrentan a diario.
Entre otras conclusiones, destaca que la actividad de guionistas es eminentemente masculina, con un 77,6% de hombres y un 21,2%, mujeres (el 1,2% no respondió). La mayoria (57%) reside en Madrid, con Barcelona (19,1%) como segunda ciudad en el listado.
Uno de los problemas más graves que denuncian es la deficitaria cobertura social que padecen, ya que el 24,6% no cotiza a la sanidad pública. Además de esta inseguridad en el trabajo, se lamentan de la "escasa remuneración" que reciben por sus creaciones; en concreto, el 70% asegura sentirse insatisfecho con sus emolumentos. Y la inmensa mayoría también denuncia que las oportunidades para autores jóvenes son muy escasas.
- © Redacción-NOTICINE.com
La lucha de Alien con Predator brinda 38 millones de dólares en EEUU
16-VIII-04
La lucha mortal entre alienígenas "Alien vs. Predator" encabeza los exitosos estrenos del fin de semana, que han logrado colocarse en las primeras posiciones de la taquilla norteamericana. La secuela de "Princesa por sorpresa" logra el segundo puesto, y el dibujo animado manga "Yu-Gi-Oh!" el cuarto. Entre los títulos veteranos de la cartelera, es "Collateral" quien mejor aguanta la avalancha de novedades, quedando tercero.
La idea de enfrentar entre sí a conocidos personajes de la pantalla con carreras propias no es nueva. Hércules peleó contra Maciste, Godzilla contra King Kong y otros gigantescos monstruos, Drácula contra el Hombre Lobo... La fórmula fue hace poco reeditada por Hollywood con dos letales psicópatas, Freddy Krueger y Jason Voorhees, y ahora salta del terror a la ciencia-ficción con sendos personajes llegados de otros planetas. "Alien vs. Predator" debuta con 38,3 millones de dólares en casi 3.400 salas y una media brillante de 11.267 dólares por cada una. Sin embargo, las perspectivas de decadencia son evidentes, ya que el sábado el público descendió respecto del viernes en un 25%.
Mientras que esta cinta en la que los seres de otros mundos llegan sin sus habituales compañeros de fatigas Sigourney Weaver y Arnold Schwarzenegger, tuvo un público ampliamente masculino, ellas prefirieron "The princess diaries 2". En sus tres primeras jornadas la comedia romántica que nuevamente dirige Garry Marshall alcanzaba los 23 millones de dólares, cifra similar a la que hace 3 años obtuvo el film original, titulado en España "Princesa por sorpresa".
Mantiene muy bien el tipo Tom Cruise en la tercera posición, con un descenso relativamente bajo, el 35%, en sus ingresos. Obtiene 16 millones, con un acumulado en 10 días de 52,4 millones y serias posibilidades de llegar a los 100 al final de su trayectoria comercial.
Warner ha lanzado la coproducción nipona-norteamericana "Yu-Gi-Oh!", adaptación de un comic manga, que obtiene un aceptable cuarto puesto con 9,4 millones en 2.411 salas. Sigue detrás el veterano Matt Damon que en su cuarta semana suma 8,3 millones para totalizar desde su estreno 139,4. Aunque es más rápida su decadencia, "The Village", sexto, ronda ya los 100 millones (99,7) gracias a los nuevos 7 millones obtenidos este pasado fin de semana.
El resto de las cintas más vistas en EEUU han sido "The manchurian candidate" (6), "Little black book" (3,7), "Yo, robot" (3,6) y "Spider-Man 2" (3,4).
La lucha mortal entre alienígenas "Alien vs. Predator" encabeza los exitosos estrenos del fin de semana, que han logrado colocarse en las primeras posiciones de la taquilla norteamericana. La secuela de "Princesa por sorpresa" logra el segundo puesto, y el dibujo animado manga "Yu-Gi-Oh!" el cuarto. Entre los títulos veteranos de la cartelera, es "Collateral" quien mejor aguanta la avalancha de novedades, quedando tercero.
La idea de enfrentar entre sí a conocidos personajes de la pantalla con carreras propias no es nueva. Hércules peleó contra Maciste, Godzilla contra King Kong y otros gigantescos monstruos, Drácula contra el Hombre Lobo... La fórmula fue hace poco reeditada por Hollywood con dos letales psicópatas, Freddy Krueger y Jason Voorhees, y ahora salta del terror a la ciencia-ficción con sendos personajes llegados de otros planetas. "Alien vs. Predator" debuta con 38,3 millones de dólares en casi 3.400 salas y una media brillante de 11.267 dólares por cada una. Sin embargo, las perspectivas de decadencia son evidentes, ya que el sábado el público descendió respecto del viernes en un 25%.
Mientras que esta cinta en la que los seres de otros mundos llegan sin sus habituales compañeros de fatigas Sigourney Weaver y Arnold Schwarzenegger, tuvo un público ampliamente masculino, ellas prefirieron "The princess diaries 2". En sus tres primeras jornadas la comedia romántica que nuevamente dirige Garry Marshall alcanzaba los 23 millones de dólares, cifra similar a la que hace 3 años obtuvo el film original, titulado en España "Princesa por sorpresa".
Mantiene muy bien el tipo Tom Cruise en la tercera posición, con un descenso relativamente bajo, el 35%, en sus ingresos. Obtiene 16 millones, con un acumulado en 10 días de 52,4 millones y serias posibilidades de llegar a los 100 al final de su trayectoria comercial.
Warner ha lanzado la coproducción nipona-norteamericana "Yu-Gi-Oh!", adaptación de un comic manga, que obtiene un aceptable cuarto puesto con 9,4 millones en 2.411 salas. Sigue detrás el veterano Matt Damon que en su cuarta semana suma 8,3 millones para totalizar desde su estreno 139,4. Aunque es más rápida su decadencia, "The Village", sexto, ronda ya los 100 millones (99,7) gracias a los nuevos 7 millones obtenidos este pasado fin de semana.
El resto de las cintas más vistas en EEUU han sido "The manchurian candidate" (6), "Little black book" (3,7), "Yo, robot" (3,6) y "Spider-Man 2" (3,4).
- © Ursula Albrecht-NOTICINE.com
La Academia argentina busca modelos en España y México
12-VIII-04
"Pretendemos una Academia que, como la española o la mexicana, sea respetada dentro y fuera del país. En todo este tiempo el cine ha cambiado mucho, y hasta el industrial se hace de otra forma, como también es muy diferente la manera en que se aprende a hacer cine", ha afirmado el realizador Marcelo Piñeyro, vicepresidente primero de la nueva Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, cuya fundación se oficializó el pasado lunes. "Los que tenemos que ver con el cine decidimos unirnos no por estar al borde de una crisis, sino todo lo contrario, pero es importante recordar que aun en los peores momentos siempre se buscó la vuelta para salir adelante, y eso es muy importante", decía por su parte la presidenta del nuevo organismo Norma Aleandro. Queda pues formalizado un "triunvirato" femenino al frente de las academias latinas, ya que otras dos actrices presiden la española (Mercedes Sampietro) y la mexicana (Diana Bracho).
"No vamos a impulsar -dice por su parte Aleandro- un pensamiento único. Nuestra idea es que se dé una diversidad de pensamientos y que ese aporte nos ayude a crecer. Ojalá esta decisión nos esté hablando de una madurez, porque en realidad lo que nos está uniendo es la pasión por el cine, que es como un río que fluye detrás de todo lo que podamos decir o hacer en función de este encuentro".
El recién creado organismo que reunirá a todos los profesionales que hacen posible el cine argentino ha comenzado como una suma de iniciativas personales y con falta de medios. "No tenemos un lugar físico, pero ya lo vamos a tener, como todo lo que necesitemos para que funcione. Tampoco el premio que seguramente vamos a entregar tiene nombre, pero ya lo vamos a tener. Nos comunicamos como podemos, por teléfono o e-mail, y todo esto es parte de una mística que tiene el cine", afirma Piñeyro en declaraciones recogidas por La Nación.
"Esta Academia -añade por su parte el productor Pablo Bossi, secretario- trasciende lo sectorial o lo gremial, y sí tiene que ver con el cine como actividad. Su objetivo es promover, fomentar, mejorar y defender, que son verbos muy importantes. Tampoco tienen nada que ver con lo político. Las otras asociaciones nacionales de cine tienen un máximo de cuarenta integrantes, lo cual indica que es un número cerrado, cosa que no sucederá con la que estamos arrancando. Siempre es difícil poner un parámetro muy objetivo. No es un gremio y por lo tanto no debería ingresar cualquiera o todo aquel que está en la actividad. Va a ser necesario un filtro que no tome parámetros objetivos, que no son cantidad de películas ni premios... ésta es una actividad en la que hay que lidiar con los egos, pero fijate qué importante era para nosotros este paso que todos pudimos dejarlos de lado".
Por el momento, la Academia dispone de una sede... virtual, la dirección de e-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
"Pretendemos una Academia que, como la española o la mexicana, sea respetada dentro y fuera del país. En todo este tiempo el cine ha cambiado mucho, y hasta el industrial se hace de otra forma, como también es muy diferente la manera en que se aprende a hacer cine", ha afirmado el realizador Marcelo Piñeyro, vicepresidente primero de la nueva Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, cuya fundación se oficializó el pasado lunes. "Los que tenemos que ver con el cine decidimos unirnos no por estar al borde de una crisis, sino todo lo contrario, pero es importante recordar que aun en los peores momentos siempre se buscó la vuelta para salir adelante, y eso es muy importante", decía por su parte la presidenta del nuevo organismo Norma Aleandro. Queda pues formalizado un "triunvirato" femenino al frente de las academias latinas, ya que otras dos actrices presiden la española (Mercedes Sampietro) y la mexicana (Diana Bracho).
"No vamos a impulsar -dice por su parte Aleandro- un pensamiento único. Nuestra idea es que se dé una diversidad de pensamientos y que ese aporte nos ayude a crecer. Ojalá esta decisión nos esté hablando de una madurez, porque en realidad lo que nos está uniendo es la pasión por el cine, que es como un río que fluye detrás de todo lo que podamos decir o hacer en función de este encuentro".
El recién creado organismo que reunirá a todos los profesionales que hacen posible el cine argentino ha comenzado como una suma de iniciativas personales y con falta de medios. "No tenemos un lugar físico, pero ya lo vamos a tener, como todo lo que necesitemos para que funcione. Tampoco el premio que seguramente vamos a entregar tiene nombre, pero ya lo vamos a tener. Nos comunicamos como podemos, por teléfono o e-mail, y todo esto es parte de una mística que tiene el cine", afirma Piñeyro en declaraciones recogidas por La Nación.
"Esta Academia -añade por su parte el productor Pablo Bossi, secretario- trasciende lo sectorial o lo gremial, y sí tiene que ver con el cine como actividad. Su objetivo es promover, fomentar, mejorar y defender, que son verbos muy importantes. Tampoco tienen nada que ver con lo político. Las otras asociaciones nacionales de cine tienen un máximo de cuarenta integrantes, lo cual indica que es un número cerrado, cosa que no sucederá con la que estamos arrancando. Siempre es difícil poner un parámetro muy objetivo. No es un gremio y por lo tanto no debería ingresar cualquiera o todo aquel que está en la actividad. Va a ser necesario un filtro que no tome parámetros objetivos, que no son cantidad de películas ni premios... ésta es una actividad en la que hay que lidiar con los egos, pero fijate qué importante era para nosotros este paso que todos pudimos dejarlos de lado".
Por el momento, la Academia dispone de una sede... virtual, la dirección de e-mail: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
- © Redacción (Argentina)-NOTICINE.com
Román Gubern cree que Hollywood vive una segunda "Caza de brujas"
11-VIII-04
El conocido historiador cinematográfico, escritor y catedrático de Comunicación Audiovisual español Román Gubern ha participado en el curso sobre cine que estos días organiza la Universidad de Valladolid y que está brindando polémicos titulares. El suyo no lo es menos, ya que sostiene que hoy por hoy Hollywood está viviendo una especie de segunda "Caza de brujas" al estilo de la del senador McCarthy en los años 40, cuyas víctimas son los actores y directores que se oponen a la política belicista de Bush.
"Hay un clima de censura por la Guerra de Irak que ha afectado a gente como Susan Sarandon, Michael Moore o Sean Penn, en medio de una tensión patriótica", dijo el autor catalán. Aludiendo también a las dificultades que tuvo Moore para distribuir su cinta "Fahrenheit 9/11", que la Disney no quiso lanzar a través de su filial Miramax, Gubern afirmó que "60 años después del McCarthismo se vuelve a vivir un clima de restricciones de libertades y es necesario que los jóvenes conozcan estos hechos". Aludió igualmente a la influencia de la Casa Blanca sobre el contenido de las películas: "Después del 11 de septiembre Bush mandó un asesor a Hollywood para instar a los productores a ofrecer una imagen de unos Estados Unidos poderosos y apoyar así el clima patriótico".
Sin embargo, para el catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, no estamos sólo ante una censura política, ya que "el escándalo que se produjo con el pezón de Janet Jackson puede parecer algo frívolo, pero se saldó con una multa a la NBC de 550.000 dólares, y nos demuestra hasta qué punto está avanzando la censura en Estados Unidos". Relacionó en parte esta censura con el control de los "lobbies judíos" en la industria audiovisual.
Tuvo también Román Gubern un recuerdo no muy cariñoso hacia la anterior ministra de Cultura, Pilar del Castillo, quien "se dedicó a rechazar "La pelota vasca, la piel contra la piedra" sin haberla visto".
El conocido historiador cinematográfico, escritor y catedrático de Comunicación Audiovisual español Román Gubern ha participado en el curso sobre cine que estos días organiza la Universidad de Valladolid y que está brindando polémicos titulares. El suyo no lo es menos, ya que sostiene que hoy por hoy Hollywood está viviendo una especie de segunda "Caza de brujas" al estilo de la del senador McCarthy en los años 40, cuyas víctimas son los actores y directores que se oponen a la política belicista de Bush.
"Hay un clima de censura por la Guerra de Irak que ha afectado a gente como Susan Sarandon, Michael Moore o Sean Penn, en medio de una tensión patriótica", dijo el autor catalán. Aludiendo también a las dificultades que tuvo Moore para distribuir su cinta "Fahrenheit 9/11", que la Disney no quiso lanzar a través de su filial Miramax, Gubern afirmó que "60 años después del McCarthismo se vuelve a vivir un clima de restricciones de libertades y es necesario que los jóvenes conozcan estos hechos". Aludió igualmente a la influencia de la Casa Blanca sobre el contenido de las películas: "Después del 11 de septiembre Bush mandó un asesor a Hollywood para instar a los productores a ofrecer una imagen de unos Estados Unidos poderosos y apoyar así el clima patriótico".
Sin embargo, para el catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, no estamos sólo ante una censura política, ya que "el escándalo que se produjo con el pezón de Janet Jackson puede parecer algo frívolo, pero se saldó con una multa a la NBC de 550.000 dólares, y nos demuestra hasta qué punto está avanzando la censura en Estados Unidos". Relacionó en parte esta censura con el control de los "lobbies judíos" en la industria audiovisual.
Tuvo también Román Gubern un recuerdo no muy cariñoso hacia la anterior ministra de Cultura, Pilar del Castillo, quien "se dedicó a rechazar "La pelota vasca, la piel contra la piedra" sin haberla visto".
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