Crítica: "Dolores", intenso retrato de una época convulsa

por © NOTICINE.com
"Dolores"
Por Edurne Sarriegui    

El argentino Juan Dickinson, con una vasta experiencia en Europa y un pasado como documentalista, estrena su segunda ficción, "Dolores" (2016), después de "Destino anunciado" (2013). La mujer del título es la protagonista de un drama de época que relata una historia de amor en el campo argentino con la Segunda Guerra Mundial como telón de fondo. Con guión de Roberto Scheuer, logra un film ameno que sin ahondar mucho se sitúa en una época bisagra antes de que la modernidad y sus costumbres se impusieran.

Dolores (Emilia Attias) es una joven mujer argentina, hija de inmigrantes que vive con su familia en Escocia. Tras la muerte de su hermana y por deseo de sus padres, vuelve a Argentina para ayudar a su cuñado Jack (Guillermo Pfëning) con la educación de su sobrino Harry (interpretado por los gemelos Felipe y Mateo Flossdorf). Pero entre ambos hay una historia de amor inconclusa que se reaviva. Jack vive en una estancia en la provincia de Buenos Aires con su hermana soltera Florry (Mara Bestelli) y rodeado de vecinos, la mayoría inmigrantes como él. El más cercano es Octavio Brandt (Roberto Birindelli), hijo de alemanes, que será su rival en el amor y su enemigo político debido a la guerra que enfrenta a sus dos países.

Dickinson hace un retrato de esa sociedad que parecía vivir a espaldas de la realidad del suelo que habitaba. Primera generación de argentinos que mantenían un fuerte vínculo con los países de origen de sus padres y cuya idiosincrasia preservaban a toda costa. Sus preocupaciones políticas pasaban más por lo que ocurría en Europa -entre otras cosas por la influencia que todo eso tenía en sus negocios- que por los vaivenes de la política argentina.

En ese escenario el realizador desarrolla un triángulo amoroso en el que la voluntad femenina se expresa de una manera impensada para la capacidad de decisión que las mujeres podían tener en esa época. Sometidas a mandatos familiares fuertes, las damas de esos años no contrariaban lo que se esperaba de ellas ni aun cuando las circunstancias les permitían hacer uso de una aparente libertad.

De producción argentino-brasileña, "Dolores" es un film clásico que -sin brillar demasiado- entretiene. Cuenta con una cuidada ambientación y actuaciones apropiadas para cumplir su cometido. Y para compensar su desarrollo un tanto predecible, sorprende con un final que hace presumir que se avecinan cambios importantes en la sociedad de la segunda parte del siglo. Las guerras siempre traen cambios y las crisis, oportunidades. Y eso Dolores lo tiene muy claro.

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